MODELO: Charles Quint Rouge Rubis
ESTILO: Brune (8'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS: Esta es la última botella que me queda del intercambio cervecil que hicimos Sir Asf y yo hace un tiempo, del cual ya he hablado previamente, que incluía también una Barbãr y una Gulden Draak, dos cervezas, para mi gusto, excelentes. Ya habló mi compañero hace poco más de un año de la Blonde de esta marca, relatando además la peculiar historia de la jarra de cuatro asas que caracteriza a la marca, y ahora le toca el turno al otro modelo, una Brune de 9º de alcohol.
Es de color marrón oscuro con reflejos rubí al trasluz o quizá parda si la iluminación fuese mayor, y forma con rapidez una capa de espuma beige, no demasiado compacta aunque sí bastante duradera. Un complejo aroma frutal alcanza las fosas nasales de manera firme pero delicada, con un inicio dulce de grano tostado muy acentuado por un suave desliz de caramelo, al que acompañan notas de naranja de forma más secundaria, un leve toque de especias picantes y un punto de licor. Verdaderamente agradable y completo, no me atrevería a exigir mucho más.
Al gusto presenta un sabor intenso, con carácter, a dulce malta tostada, con recuerdos de café con leche, un tímido fondo frutal, casi exclusivamente de naranja, suaves matices a caramelo, notas especiadas similares a las del aroma, lúpulo de relevancia limitada y la evidente presencia de los 9º de alcohol, arriesgada pero no excesiva, ya que consigue no romper en ningún momento rompe el equilibrio. Deja tras cada trago un largo regusto de amargor muy suave, algo frutal, mientras una sensación de calor producida por el alcohol acompaña el descenso del líquido a través de la garganta. Mucho más de lo que esperaba disfruté esta cerveza, y me quedo con la curiosidad de probar la Blonde, esperemos que más adelante tenga la oportunidad.
Es de color marrón oscuro con reflejos rubí al trasluz o quizá parda si la iluminación fuese mayor, y forma con rapidez una capa de espuma beige, no demasiado compacta aunque sí bastante duradera. Un complejo aroma frutal alcanza las fosas nasales de manera firme pero delicada, con un inicio dulce de grano tostado muy acentuado por un suave desliz de caramelo, al que acompañan notas de naranja de forma más secundaria, un leve toque de especias picantes y un punto de licor. Verdaderamente agradable y completo, no me atrevería a exigir mucho más.
Al gusto presenta un sabor intenso, con carácter, a dulce malta tostada, con recuerdos de café con leche, un tímido fondo frutal, casi exclusivamente de naranja, suaves matices a caramelo, notas especiadas similares a las del aroma, lúpulo de relevancia limitada y la evidente presencia de los 9º de alcohol, arriesgada pero no excesiva, ya que consigue no romper en ningún momento rompe el equilibrio. Deja tras cada trago un largo regusto de amargor muy suave, algo frutal, mientras una sensación de calor producida por el alcohol acompaña el descenso del líquido a través de la garganta. Mucho más de lo que esperaba disfruté esta cerveza, y me quedo con la curiosidad de probar la Blonde, esperemos que más adelante tenga la oportunidad.