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jueves, 31 de diciembre de 2009

Trappistes Rochefort 8

MARCA: Trappistes Rochefort
MODELO: Trappistes Rochefort 8
ESTILO: Brune Trapense (9'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS:
La Abadía de Notre-Dame de Saint-Remy, en Rochefort, fue fundada en 1230. Pertenece a la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia, denominada trapense con motivo de sus vínculos históricos con la Abadía de la Trappe. Al igual que hemos visto en la historia de muchas otras Abadías, fue devastada en diversas ocasiones, consiguiendo la fuerza suficiente para volver a enderezarse con el paso de los años.
Su cervecería representa una fuente de ingresos muy importante, ya que se fabrica cerveza desde el siglo XVI. La cerveza fabricada es la Trappistes Rochefort, elaborada con productos exclusivamente naturales.

La Trappistes Rochefort 8, de chapa verde, es el modelo más fácil de encontrar de la marca, y el de mayor venta, existiendo además los números 6 y 10 (diferenciadas por el color del tapón, además). Ciertamente es una marca que aún no había probado y a la que le tenía ganas.

En un primer momento tiene una pinta estupenda, su etiqueta le da un toque artesanal que augura una delicia cervecil, y estéticamente consigue una perfección exquisita. Tras abrirla, la espuma sube a la boca de la botella, y se sitúa cremosa y duradera al echarla en el vaso de cáliz. Su color es blanco, y el del caldo es de un caramelo oscuro.
El aroma es muy afrutado y dulce, haciendo honor a su estilo belga inconfundible, destacando matices como a ciruelas, melocotón o incluso algo de miel. Tiene un principio que llena la boca con consistencia, y transmite un sabor afrutado que sin la espuma podría asimilarse al de un licor fuerte.
El final del trago golpea el paladar con un sabor algo alcohólico y levemente amargo, con recuerdos frutales e incluso a chocolate. Sin duda, su 9,2% de alcohol toma presencia, y en algún trago peca por estar de más, opino.

Es una cerveza bastante rica y de un sabor muy completo, sin duda quiero probar los otros modelos.

NOTA:



Actualizado por Embracing Darkness:

CARACTERÍSTICAS: Antes de probarla ya sabía que esta cerveza me iba a gustar aunque no pensaba que tanto, pero la fuerza con que se presentan cada uno de sus innumerables matices junto con su exquisita complejidad me han conquistado por completo. En el olfato destacan las especias, clavo y canela sobretodo, bastante picantes, elevándose sobre una base de dulce malta tostada y claras notas frutales, con naranja como la más evidente y pera secundaria. De fondo se encuentran sutiles aromas de chocolate con puntos de alcohol moderados, para nada excesivos, que al juntarse con las notas de naranja recuerdan a Cointreau. Remarcaría nuevamente las especias como aspecto principal del aroma, que consiguen que este alcance un nivel impresionante.

El sabor me gustó tanto o más que el aroma, es de trago muy cremoso, sedoso al paladar, de cuerpo completo con un comienzo también frutal donde la naranja es nuevamente la protagonista aunque dejando más hueco para albaricoque o mandarina, y empleando como fondo malta tostada y el suave chocolate con leche. En seguida se presentan magistralmente sus 9'2º de alcohol y la especia picante tan relevante en el aroma, completando un sabor que se disfruta en cada sorbo, y ambos se quedan hasta el final del largo regusto, donde se une de nuevo el albaricoque. Sabrosísima, una cerveza espectacular.

NOTA:

domingo, 3 de agosto de 2008

La Trappe Quadrupel

MARCA: La Trappe
MODELO: La Trappe Quadrupel
ESTILO: Quadrupel (10% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Países Bajos

CARACTERÍSTICAS: No muy a menudo se puede comprar una cerveza de este calibre por menos de 3 euros, así que cuando la ví en Makro no me lo pensé ni un instante, al igual que tampoco tuve duda alguna de con quien iba a disfrutarla: todas las papeletas las tenía mi compañero de blog Sir Asf, que decidió venir a hacerme una visita a Zaragoza. La Trappe es otra de las 7 marcas de cerveza Trapense, y además la única con esa denominación que no se encuentra en Bélgica. Goza de un merecido prestigio entre los cerveceros de todo el mundo por lo que, a pesar de ser la primera vez que probaba el modelo Quadrupel, sabía que la cata iba a ser realmente agradable.

La presentación ya da una buenísima primera impresión, con esa botella tan similar a las de vino (no fueron pocos los conocidos que, al encontrarlos de camino a casa con la botella en la mano, me preguntaron a dónde iba con ese vino), tapón de corcho y una etiqueta en tonos morados. Al abrirla, un intenso aroma a malta te golpea en la cara, un olor algo dulzón y especialmente penetrante. Se puede apreciar al servirla una espuma similar a la de las demás trapenses, moderada y que desaparece pronto, dejando nucleos en el centro de la copa. El color es marrón oscuro, cobre, con reflejos rojizos al trasluz, y junto con los demás aspectos externos de la bebida hace que te olvides de que ese líquido esconde 10º de alcohol, mucho más que la gran mayoría de las cervezas.

Y llega el esperado momento de saborear esa cerveza de lujo, con un cuerpo completo que abarca tanto boca como orofaringe, un gusto ligero a regaliz al principio y un intenso sabor a malta muy caramelizado, quizá con matices que recuerdan a melocotón, que dura largo rato, permitiendo así disfrutar de la bebida no solo durante el trago, sino varios segundos después. Posee un dulzor leve, que además es de agradecer, y participa en la difícil tarea de enmascarar su alta graduación, cosa que consigue a la perfección, resultando así una buenísima cerveza, de sabor especialmente equilibrado.

(Finalmente he conseguido hacer una fotografía de esta cerveza de una calidad más o menos aceptable. Hasta el momento empleábamos la del compañero Catador del blog Buena Cerveza, al que le agradezco el préstamo)

NOTA:

martes, 1 de julio de 2008

Orval

MARCA: Orval
MODELO: Orval
ESTILO: Blonde Trapense (6'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS:
La trucha y el anillo
Hacia 1076, la soberana de OrvalL era la condesa Mathilde, también duquesa de Toscana. Estando sentada en el borde de una fuente de claras aguas, por un descuido, dejó caer en ella su anillo nupcial, recuerdo de su difunto marido. Desesperada por haber perdido esta joya, la condesa rezaba a la Virgen María con gran fervor. De pronto, apareció una trucha en la superficie del agua, devolviéndole su preciado bien. Extasiada por el milagro, la soberana gritaba entonces: "¡He aquí el anillo dorado que estaba buscando!, ¡Bendito sea el valle que me lo devolvió!, ¡A partir de ahora y para siempre, quiero que sea llamado Val d'or!".
El símbolo de Orval "la trucha y el anillo de oro " ha conservado el recuerdo de esta leyenda. El agua de la fuente, su altivez, todavía alimenta el monasterio y su cervecería.

El monasterio de Orval fue fundado en 1070 y se integró en la orden Cisterciense en 1132. Destruido durante la revolución francesa, resurge de sus ruinas a partir de 1926.

La cerveza Orval tiene denominación de origen Trapense, una graduación de 6,2°, y es de alta fermentación, con dos fermentaciones en botella.
Orval no tiene otro envase que la botella de 33 cl en forma de bolo, que llamó mucho mi atención y sobre todo mi lado rolero, al recordarme a los dibujos de las pócimas mágicas y demás parafernalia. La forma de la botella ha sido especialmente diseñada para ofrecer la posibilidad de servir una cerveza transparente y brillante, dejando el poso de levadura en la botella al momento de servirla. Este poso, rico en vitamina B, se puede consumir posteriormente. Justo antes del embotellado se añade una pequeña dosis de azúcar líquido y levadura fresca.

El sonido de la apertura de la botella se hace notar, dejando un primer aroma dulzón y curioso. Tiene un sabor fuerte y robusto, con una combinación de amargos y dulces muy interesante. La espuma es blanca y abundante, densa, como si fuese nieve. Me parece que podría permanecer así, sin descomponerse, años. El color de la cerveza es entre ambar y caramelizada. No tiene un olor característico, pero lo dice todo con el sabor: una señora cerveza. Se merece una visita al monasterio, en Bélgica, donde los monjes trapenses preparan un menú de queso, pan y cerveza Orval que hace las delicias de todo viajero.

NOTA:




CARACTERÍSTICAS: Como ya ha dicho Sir Asf, el presentación de Orval es bastante peculiar, debido principalmente su botella de forma redondeada... pues pasa un poco lo mismo con la bebida en sí, puesto que pese a ser de denominación trapense, no comparte las propiedades de las otras marcas.


Al igual que en Chimay o La Trappe, lo presencia de matices afrutados es clara, pero mientras estas tienden hacia un gusto más dulce, melocotón, albaricoque, con fuerte relevancia del caramelo, en Orval predomina la acidez, pudiendose descubrir ya desde el primer momento un aroma cítrico intenso, espeso, que recuerda a naranja, manzana verde, suaves frutas tropicales, aderezado con cilantró y especias, que se desliza por las fosas nasales y las abarca por completo, eso sí, acompañado en todo momento por la malta que queda en un segundo plano, pero es perfectamente perceptible. Completa el conjunto intensos perfumes de lúpulo floral y cítrico, con un deje que recuerda bastante a las cervezas añejadas en barrica, como de vino blanco. El aspecto externo sí que será más similar, de color marrón claro con reflejos anaranjados, y cubierto por una espuma cremosa, muy blanca y abundante.


Tiene uno de los gustos más completos que he probado, que ha convertido a Orval en una de mis cervezas predilectas, con un cuerpo medio, muy adecuado, que permite que la cerveza entre con suavidad. El sabor es, por supuesto, frutal, algo esquivo entre la espuma para alcanzar finalmente la boca en toda su complejidad, con intensos matices a limón, más secundaria naranja ligeramente dulce y suave malta perfectamente acoplada. Las especias picantes se combinan con el gusto avinado en una mezcla sublime, para terminar nuevamente con cítricos, flores y la delicada calidez del alcohol en un largo y sabroso final. Con esta descripción, recuerda a las Faro belgas y bueno, a pesar de que obviamente no pertenece al estilo, tampoco es descabellado decir que tiene cierto parecido.


Este altísimo nivel se mantiene todo el rato, llegando finalmente a un regusto espectacular donde la fruta se permite dar el punto y final a una combinación de acidez y amargor ante la cual no cabe otra cosa que la admiración. No sé si Orval será una cerveza perfecta, pero si una de las mejores.


NOTA: