MODELO: Baltika (Балтика) 9 Extra Lager
ESTILO: Strong Lager (8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Rusia
Se fundó como una empresa estatal en 1990, con sede y fábrica en San Petersburgo. Con la disolución de la URSS sufrió un proceso de privatización en 1992, y actualmente la mayor accionista es BBH (Baltic Beverages Holdings), relacionada con Carlsberg. En 1999 empezó a exportar su producto al extranjero, y en la actualidad llega a 38 países
Con Baltika 9 Extra Lager nos encontramos ante una Lager fuerte, de 8º de alcohol, con unas propiedades bastante curiosas. Al principio, nada más servirla (y recomiendo que se enfríe tanto como sea posible), veremos que tiene un aroma muy muy ligero, y que produce una gran cantidad de espuma. Al degustarla, el primer contacto con el líquido es suave, poco amargo... sin embargo, al instante adquiere un cuerpo más que destacable, bastante dulzón, y deja finalmente un regusto intenso a alcohol y malta en el fondo del paladar, casi en la faringe.
Este comienzo es realmente interesante, pero es al poco rato cuando empiezan los peros. El primer cambio que podremos apreciar es que la espuma literalmente se desintegra en un par de minutos, lo cual es una lástima, puesto que era bastante agradable al gusto. Por la alta graduación y el sabor fuerte parece una cerveza adecuada para degustar lentamente, perfecta acompañando comida, sobretodo carnes, y, de hecho, así es. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo va perdiendo esa fuerza y disimula mucho peor el alcohol, que se va haciendo más presente, por lo que no conviene dejarla reposar mucho. Esto, por supuesto, tendrá repercusiones en nuestra lucidez mental, así que ojo al dato.
Tiene un color atractivo y una espuma abundante y cremosa que tarda pocos segundos en desaparecer. El trago tiene un principio suave, presentando un sabor amargo que de repente y sin previo aviso desata una potencia alcohólica que echa para atrás. Pero no es como esas cervezas en las que el alcohol tapa todo lo demás. Denota un toque maltoso con algunos matices a castaña y corcho, que también recuerda a un licor fuerte, que arde en el estómago.
Sin duda es una cerveza muy cabezona, y hace falta un rato para acostumbrarse a su potente sabor, pero con una comida copiosa puede cumplir un excelente maridaje, evitando que se caliente demasiado.