miércoles, 29 de julio de 2015

Rodenbach Grand Cru

MARCA: Rodenbach
MODELO: Rodenbach Grand Cru
ESTILO: Flanders Red Ale (6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Últimamente las cervezas de fábricas clásicas están ganando mucho protagonismo en mi despensa (además de en nuestro blog, como seguro habréis comprobado),  y de las dos cervezas que me tomo cada semana por lo menos una pertenece a este grupo, e incluso a veces ambas. No significa esto que lo nuevo no me guste, disfruto como un enano de cervezas de fábricas como Naparbier, De Molen, Nøgne, De Struise o Hitachino, pero cada día aprecio más la experiencia y el afinamiento que los años dan a las recetas. Brouwerij Rodenbach es una clara representante de esto que comento: cervezas respaldadas por casi 200 años de tradición, de un nivel inalcanzable para la mayoría de los productores. Y dentro de sus elaboraciones habituales posiblemente el mejor ejemplo para ilustrarlo sea la excelente Flanders Red Ale que voy a comentar hoy, fruto de la combinación de una cerveza joven con otra madurada durante 2 años en barrica de roble en una proporción 1:2.

Rodenbach Grand Cru es de color marrón roble con reflejos pardo-rojizos, siendo algo más oscura que la estándar de la marca. Forma una abundante espuma beige de burbuja fina, compacta a más no poder, aunque no aguanta demasiado tiempo. En nariz exhibe un aroma inconfundible, malta tostada y caramelo formando un núcleo, y a su alrededor gran cantidad de frutas rojas maduras, entre las que destacan cereza picota, caramelo de fresa, más suave frambuesas y bayas, y algún toque de uva negra madura. De fondo, presentes pero sin molestar, quedan las ásperas notas de la madera, una medida acidez cítrica con limón y arándanos, y leves recuerdos de vino rosado. (cómo se nota que me he navarrizado, esta comparación nunca la habría sacado antes) Un perfume muy fino, delicado, y terriblemente original. 

El comienzo en boca es ácido, bastante más de lo que sugería el aroma, aunque está bien respaldado por un cuerpo consistente y una importante cantidad de malta que se presenta en forma de frutos secos, principalmente avellana y nuez. Mandarina y limón son evidentes, pero están claramente superados por  cereza salvaje, fresa silvestre y más suave frambuesa y arándanos. A medida que avanza el trago se potencia la acidez y de esta amalgama de frutas emerge la madera, que seca la boca, y taninos, que se adhieren a las encías, mientras claros recuerdos de vino tinto y vinagre balsámico anegan el sabor. Al final, antes del afilado amargor, la fruta se libera y junto a la madera, notas herbales y especia se reafirman la cereza y los cítricos, apoyados en el tenue calor del alcohol y un deje de caramelo.Acidez marcada, potente en la garganta, pero que no le quita a esta elaboración ni un ápice de su equilibrio y la hace impresionantemente fácil de beber. Una cerveza muy completa y de una complejidad impactante, forma parte del grupo de elaboraciones clásicas que es necesario conocer para comprender un estilo, en este caso las Flanders Red Ale.

NOTA:
 

sábado, 25 de julio de 2015

Lancelot Telenn Du

MARCA: Lancelot
MODELO: Lancelot Telenn Du
ESTILO: Dry Stout biológica con trigo sarraceno (4'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: Han pasado bastante tiempo desde la última vez que comenté en Hipos Urinatum una cerveza bretona (de hecho, ni siquiera vivía en mi actual domicilio), y como anticipo a mi próximo viaje a esta región he decidido presentar otra elaboración de una de las grandes cerveceras de allí: Brasserie Lancelot. Tellen Du, o Arpa Negra traducido al castellano, se trata de una cerveza oscura de fermentación alta elaborada con trigo sarraceno, cereal que en alguna ocasión me ha dado una sorpresa bastante agradable. Además de darle profundidad y un punto bastante original al sabor, el trigo sarraceno tiene la peculiaridad de no contener gluten, por lo que las cervezas elaboradas con él son totalmente aptas para celiacos y socialdemócratas.

Viste un color negro brillante, con una corona de cremosa espuma beige, muy resistente. A pesar de ser totalmente opaca a la vista, se observan con claridad las microscópicas burbujas de ascienden por el vidrio. En su aroma domina el dulce, con intensos recuerdos de café cortado aportados por el torrefacto, denso sirope de caramelo, suave regaliz negro y mínimo ahumado. Infiltrados en el conjunto, emergen discretas notas de frutas del bosque y cacao, consiguiendo una complejidad que atrae el interés a pesar de la delicadeza con la que los distintos matices llegan a la nariz.

En boca la entrada es más discreta, comienzan cacao y torrefacto, con notas de café, regaliz y suave humo, acompañados de leves recuerdos de frutas del bosque. El paso por boca no es tan cremoso como cabía esperar, el trago es muy largo e incluso se queda algo aguado. Termina en un final amargo y bastante seco, impregnado de una medida acidez cítrica, mientras escapan regaliz, chocolate y grano de café. Es agradable pero me ha resultado demasiado sencilla y ligera, y eso que disfruto enormemente de cervezas de bajo grado alcohólico. Sí que me gustaría probarla de barril, me da la impresión de que el grifo puede enmendar las limitaciones de esta elaboración, que tampoco son tantas.

NOTA:

domingo, 19 de julio de 2015

Weihenstephaner Hefe Weissbier

MARCA: Weihenstephaner
MODELO: Weihenstephaner Hefe Weissbier
ESTILO: Hefe-Weißbier (5'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: En funcionamiento desde el año 1040, y siendo por lo tanto la cervecera activa más antigua del mundo, Weihenstephaner es una de las marcas bávaras más populares y con mayor proyección internacional. Además desde 1919 pasó a ser Universidad de Agricultura y Elaboración, incorporándose a la Universidad Técnica de Munich en 1930, lo que le ha permitido convertirse en uno de los principales centros de formación de maestros cerveceros del mundo. 
Es sorprendente que en todos los años que han transcurrido desde la apertura de este blog, y más aún teniendo en cuenta el gran número de cervezas de esta marca que he llegado a beber, todavía no hayamos hablado de ninguna de las referencias de esta marca... sin embargo hoy voy a poner remedio a esta carencia con la reseña de una de los elaboraciones más populares, su Hefe-Weißbier.

De un color dorado mate, con un brillo amarillo al trasluz, se observa en su volumen varias columnas de burbujas que ascienden en fila hasta una abundante espuma blanca brillante. Su perfume es delicioso, se combinan con destreza un conjunto algo más sobrio de malta, cereal, masa de pan y naranja madura con un marcado dulzor repleto de plátano, melocotón maduro y más suave manzana y caramelo, quedando equilibrado en un punto muy interesante para el estilo. Acaba de redondear el aroma discretos recuerdos florales y un punto de clavo.

Evidentemente a estas alturas su sabor no me supone ninguna sorpresa, lo que no quita que lo disfrute siempre como el primer día. Tiene una textura densa y cremosa aunque sin ser pesada, con un paso por boca muy sedoso. La entrada es dulce aunque sin pasarse, comienza con malta, melocotón, manzana madura y masa de pan, y a continuación irrumpen intensos los recuerdos de plátano y algo más suave naranja aportados por la levadura, a la vez que el trago va ganando fluidez y moderando su dulzor. Aparece al final un amargor medido, impregnado de cítricos, levadura y apuntalado por especias y lúpulo floral, que concluye con un regusto larguísimo con notas de plátano y limón. Una de mis Weizen favoritas, me resulta imposible cansarme de ella. Es sabrosa, tiene un equilibrio perfecto y resulta especialmente refrescante: una opción segura para los meses de verano, mientras que si hace más frío se puede recurrir a otras referencias de la marca también de gran nivel, como pueden ser Vitus o Korbinian.

NOTA:

sábado, 11 de julio de 2015

Cantillon Gueuze 100% Lambic Bio

MARCA: Cantillon
MODELO: Cantillon Gueuze 100% Lambic Bio
ESTILO: Gueuze (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: El racionamiento cervezas Cantillon al que estoy sometido de forma involuntaria debido a la poca frecuencia con la que encuentro sus referencias, y menos aún a un precio razonable, hace que el disfrutarlas sea un acto un tanto especial, que se produce cada varios meses y que se acompaña además de la certeza de que no se volverá a repetir hasta pasado un intervalo de tiempo similar. La botella que presento hoy salió a la venta por primera vez en el año 2003, y es muestra del compromiso de esta fábrica por la tradición y la naturaleza, al emplear únicamente cereales cultivados sin emplear aditivos químicos, es decir, con el sello de producción orgánica, para la elaboración de las tres Lambic que se combinan para obtener esta Gueuze.

De color cobre anaranjado, a través de su importante turbidez emite algún reflejo dorado. El gas parece escaso, como es habitual en este estilo, pero no obstante genera alrededor de un dedo y medio de espuma blanca inmaculada, de burbuja muy fina. El aroma, como no podía ser de otra manera, es muy ácido, pero a la vez muestra una complejidad exquisita al combinar grandes cantidades de trigo crudo y otros cereales con frutas ácidas como limón, grosella, suave manzana verde y algún toque de albaricoque. La levadura salvaje y la madera están presentes en todo el conjunto, y se perciben además algunas notas apagadas de lúpulo, de carácter herbal, mineral y ligeramente especiado.

Al inicio del trago la acidez es controlada por cereal crudo, paja y suave malta con una chispa de dulzor, pero progresivamente van entrando notas de lima, limón, manzana verde, grosella y más suave pomelo hasta dominar el sabor. La madera se nota en el fondo de la garganta, la acidez ataca paladar y encías, y la levadura acaba por invadir toda la boca, acentuando los cítricos en forma de pomelo y dejando la lengua seca. Final más ácido y astringente que amargo, desprende a discreción recuerdos de levadura salvaje, cítricos, marcadas notas minerales y algún deje herbal. Con una entrada moderada y una explosión de acidez final, esta cerveza es una representación perfecta de cómo debería ser una Gueuze: fina, delicada pero firme y tremendamente compleja, capaz de explotar las cualidades de las lambic empleadas para su creación y los componentes que forman parte de elaboración de estas. Una referencia del estilo.

NOTA:

sábado, 27 de junio de 2015

De Struise Westoek XX Tripel Flemish Ale

MARCA: De Struise
MODELO: De Struise Westoek XX Tripel Flemish Ale
ESTILO: Tripel (8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Han pasado ya 4 años desde la primera vez que comenté una cerveza de De Struise en Hipos Urinatum, y lo que queda claro es que la fama de esta cervecera no ha decrecido en absoluto sino más bien al contrario. Su reputación es ahora incluso superior a entonces, y entre su repertorio están algunas de las cervezas mejor valoradas del mundo: Pannepot, las múltiples Black Damnation, Black Albert, Cuvée Delphine, St. Amatus, Tsjeeses, etc. No está entre ellas la Tripel que voy a comentar hoy, elaborada además en una fábrica distinta, Deca Brouwerij, aunque a escasos kilómetros de la de Struise.

Me decidí a abrirla una tarde tranquila, y antes de poder quitar del todo la chapa la tranquilidad y relajación de la que estaba disfrutando se sustituyó por la urgencia para parar el desastre de cerveza y espuma que anegó mesa, silla y suelo del salón. Cuando conseguí controlar la explosión tan apenas quedaba una cuarta parte del contenido de la botella, y lo poco que puedo decir de la cerveza es que era densa, cremosa y más dulce y frutal que otras referencias del estilo, y por ello algo más alejada de mis gustos. De todas formas no estaba en condiciones para ser valorada.

martes, 16 de junio de 2015

Liefmans Oud Bruin

MARCA: Liefmans
MODELO: Liefmans Oud Bruin
ESTILO: Oud Bruin (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Localizada en Oudenaarde, ciudad de Flandes Oriental fuertemente vinculada al estilo de las Oud Bruin, la historia de la cervecera Liefmans se remonta al siglo XVII, cuando fue fundada por Jacobus Liefmans junto al río Schelde. Desde entonces y hasta nuestros días la capacidad y reputación de la fábrica ha crecido de forma exponencial, y en parte esto ha sido gracias a la tenacidad de su primera maestra cervecera de sexo femenino, Rosa Merckx, motivo por el cual su firma va en todas las etiquetas.

Una de las técnicas en las que destaca la cervecera Liefmans es el blending, la combinación de cervezas con distintos tiempos de maduración para conseguir la esencia de sus productos, siendo una de las tareas fundamentales del maestro cervecero. Así se es como se ha elaborado la cerveza que voy a comentar hoy, una Oud Bruin mezcla de otras dos cervezas, una joven y otra madurada en tina metálica abierta durante 4-8 meses. Es de un color marrón roble casi totalmente opaco, con un cierto brillo anaranjado, y forma una espuma gris amarillenta de burbuja microscópica. En nariz es de intensidad media, aunque densa, untuosa y oscura, cargada de dulce caramelo, sirope, suave azúcar moreno y con ciruela y cereza maduras algo más discretas. Se apoya en una base bastante seca formada por nuez, cereales, un suave punto de torrefacto, y a la vez es desviada por una acidez moderada pero evidente, con notas cítricas y un punto de vinagre de Módena.

La entrada en boca es mucho más ácida de lo que recordaba, con frutos secos y cereal torrefacto de fondo. Progresivamente la acidez va a más, desperdigando notas de cítricos, cereza silvestre, uva blanca, grosella, e incluso algún recuerdo de vino blanco joven. Al principio esto domina el sabor por completo, pero si la cerveza reposa un poco eclosiona la malta tostada, frutos secos y vino tinto. Final de amargor y acidez a similar altura, deja una sequedad intensa, inundada de cítricos, levadura belga y un deje de especia picante. Ácida, refrescante, y equilibrada tras unos minutos de descanso. No es tan rotunda ni compleja como la exquisita Goudenband, pero no obstante es una Oud Bruin de nivel, además a un precio más asequible. Eso  sí, posiblemente hay ejemplos menos ásperos para aquellos que se quieran introducir en el estilo.

NOTA:

domingo, 14 de junio de 2015

Alpirsbacher Klosterbräu Pils

MARCA: Alpirsbacher
MODELO: Alpirsbacher Klosterbräu Pils
ESTILO: Pilsener (4'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Alpirsbacher Klosterbräu es una fábrica de cerveza localizada en plena Selva Negra, a escasos kilómetros de Estrasburgo, cuya historia se remonta a finales del siglo XIX, cuando Johann Gottfried Glauner decidió recuperar la actividad de la antigua cervecera de la zona. Para ello envió a su hijo Karl Albert a Weihenstephan a adquirir todos los conocimientos necesarios para encargarse de la producción y tres años después, en 1880, la empresa se puso en funcionamiento. Desde entonces ha continuado su actividad hasta nuestros días, pasando de una generación a otra y manteniendo siempre su independencia.

Elaboran en el momento actual casi 20 cervezas distintas, habiendo sido varias de ellas merecedoras de distintos premios, entre ellos el World Beer Awards. Es el caso de la que voy a comentar hoy, una rubia que entra dentro de sus elaboraciones más tradicionales. Con esta terminaríamos de comentar todas las botellas del lote de cerveza alemana que amablemente nos enviaron desde Cervecita en Casa, y que no podemos sino agradecer, tanto por la calidad de los productos como por lo poco a menudo que se ven las marcas en cuestión por la Península.

De color amarillo limón, algo pálida, es cristalina al trasluz y permite observar una abundante carbonatación, aunque un tanto caótica. Forma una buena cantidad de espuma al servirla y, si bien esta se reduce con rapidez, siempre queda un remanente más que suficiente. Su aroma es el propio de las mejores Pils alemanas; fresco y natural, se apoya en un potente núcleo de malta, cereal y masa de pan, en el que se infiltran con delicadeza manzana golden y suave pera. Afinan el perfume notas de miel, marcados recuerdos de lúpulo floral y un leve toque cítrico y mineral, consiguiendo una combinación extremadamente agradable a pesar de su sencillez.

No sigo con la intriga, Alpirsbacher Pils es una cerveza fascinante. En boca es fresca, sabrosa, viva, con cuerpo y carbonatación ajustados a la perfección. Entra rebosante de malta, con notas de masa de pan, galleta y bizcocho a lo que se suma la cantidad exacta de fruta, principalmente manzana y más suave pera. El trago es largo, salpicado de discretos recuerdos de miel y alguna chispa de hierba, y concluye con un final de amargor leve, cargado de lúpulo floral y ligeramente especiado. Queda una mínima sequedad mineral en boca, la cual actúa como resorte para desencadenar el siguiente trago... y esto puede ser peligroso. La verdad es que ha parecido una auténtica joya, simple y directa, sin salirse un milímetro del estilo, pero a la vez sabrosa y natural: el tipo de cerveza que lubrica una buena conversación sin que te olvides de ella en ningún momento. De las mejores cervezas que he bebido en los últimos años, ¿quién necesita alcohol, IBUs o rarezas cuando se puede disfrutar de la maestría centenaria de tantas fábricas tradicionales? ¡Gracias, Cervecita en Casa!

NOTA: