domingo, 24 de abril de 2016

Moosehead Boundary Ale

MARCA: Moosehead
MODELO: Moosehead Boundary Ale
ESTILO: Amber Ale (5'3% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Canadá

CARACTERÍSTICAS: "The Army and Navy Brewery", "S. Oland, Sons & Co" y "Maritime Brewind & Malting Co." son algunos de los nombres que ha tenido a lo largo de su historia, desde su creación en 1865, la cervecera de capital independiente más antigua de Canadá, aunque en el momento actual la conocemos por el último nombre que se le dio en 1947: "Moosehead Breweries". Este último cambio se hizo tras la creación de la cerveza que lanzó a fama a la fábrica, Moosehead Pale Ale, a la que posteriormente se han ido sumando más de 10 referencias adicionales, además de algunas cervezas elaboradas para otras marcas. La que voy a comentar hoy, Boundary Ale, es una elaboración peculiar puesto que, además de usar 7 maltas distintas, combina lúpulos europeos y americanos, lo que puede resultar bastante llamativo.

No es un secreto que yo no soy demasiado amigo de las latas, de hecho la última cerveza en este formato que comentamos en Hipos fue en el 2011, pero al verlas a 1'30 euros en una tienda de Zaragoza me pareció un buen momento para romper la tradición. Al servirla el aspecto es sublime, un color pardo rojizo con reflejos naranjas cubierto por una cantidad moderada de espuma blanca marfil. Pensando en una cerveza británica esperaba una carbonatación apagada, pero la verdad es que tiene una burbuja muy viva. Su perfume es dulce pero animado, con una parte de malta y toffee en su justa medida, almíbar y caramelo más de fondo pero sin resultar pesada, pan integral, y todo ello sobrepasado por toneladas de fruta madura, principalmente melocotón y mango aunque con algún toque de naranja. Lúpulo hay tanto europeo como americano, pero el afilado aroma de pino y hierba fresca del último destaca, quizá aderezado con algo de canela y un levísimo soplo de picante.

Las medias tintas y la ambigüedad nunca son buenas, y en la cerveza me temo que sucede lo mismo. El sabor es más sobrio, tiende más a lo británico, pero tampoco acaba de convencer porque no define bien, queda a mitad de camino. De cuerpo medio, da la entrada malta tostada, de dulzor moderado, junto con pan integral, frutos secos y leve caramelo. La fruta madura está mucho más apagada, y no tiene ese carácter tropical tan potente sino que predominan albaricoque y naranja. Final bastante cítrico y también algo herbal, de amargor marcado, que parece dirigido por los lúpulos británicos, quedando algo de especia y tostados en la garganta, y un agradable regusto mineral. Cuando lleva un rato en el vaso el dulce gana un poco de fuerza, aunque tampoco supone un gran cambio. La cerveza está bien hecha: es agradable, el medio litro se bebe con facilidad, y su originalidad es innegable; sin embargo, al no seguir un patrón ni europeo ni americano me da la impresión de que no es capaz de redondear el producto. Pero vamos, repetiría con gusto.

NOTA:

sábado, 9 de abril de 2016

La Litera Hugos English IPA

MARCA: La Litera
MODELO: La Litera Hugos English IPA
ESTILO: English Pale Ale (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: A medias por llevar mi nombre en la etiqueta, y también por ser una marca de la comarca de Aragón de la que es originaria parte de mi familia, hace un par de meses mis padres me trajeron a Pamplona esta botella de cervezas La Litera (reincido en mis agradecimientos, por cierto). Se trata de una pequeña empresa fundada en el año 2015 en Tamarite, a escasos kilómetros de Binéfar, que inicialmente producía sus cervezas en la fábrica barcelonesa de Más Malta, o al menos es de allí de donde proviene la botella que voy a comentar.

Su color es pardo anaranjado muy turbio, con algún reflejo amarillo. Al servirla produce una espuma blanco marfil muy abundante y resistente, de burbuja fina, a la que se intuye que acuden gran cantidad de burbujas, aunque por la turbidez no se puede afirmar con seguridad. En nariz es dulce, melosa, acaramelada, con gran cantidad de frutas tropicales maduras y melocotón, y más de fondo manzana, naranja y quizá algo de plátano. La malta soporta el conjunto, el lúpulo floral le da volumen, y la verdad es que la mezcla quedaría bastante completa si no fuese por un aroma como rústico y algo vegetal oculto en un segundo plano, que rechina y augura problemas.

Estos problemas se manifiestan con claridad al dar el primer sorbo. El  gusto es prácticamente inexistente y la carbonatación, excesiva a más no poder, no ayuda, puesto que lo poco que queda de sabor se volatiliza en la burbuja. Cuerpo ausente, en cuanto el líquido pasa al fondo de la boca es como no haber bebido nada. En el transcurso se detecta algo de fruta, muy leves naranja y malta, y termina en un mínimo amargor con un toque ácido. Una pena, en mi opinión es una cerveza con tantas carencias que más vale comenzar de nuevo. Espero que si ahora se está realizando en Tamarite de La Litera esté mejor conseguida, si no le auguro un futuro infausto.

NOTA:

miércoles, 6 de abril de 2016

Weihenstephaner 1516 Kellerbier

MARCA: Weihenstephaner
MODELO: Weihenstephaner 1516 Kellerbier
ESTILO: Kellerbier (5'6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Estaba claro que, por coincidir con el 500 aniversario de la promulgación de la Ley de Pureza o Reinheitsgebot por Guillermo IV de Baviera, durante el 2016 ibamos a ser testigos del lanzamiento de diversas cervezas conmemorativas, sobretodo por parte de las fábricas germanas. Parece que así está sucediendo, y por el momento una de las primeras elaboraciones que ha llegado a España es la de una fábrica casi-milenaria, Weihenstephaner, muy valorada por cualquiera que tenga un mínimo interés por la cerveza. 

El estilo elegido, Kellerbier, me ha parecido muy apropiado, al tratarse de un tipo de cervezas genuinamente alemán que Weihenstephaner no elabora de forma habitual, además bastante apetecible en esta época del año. Esta es de un color amarillo cera, bastante cristalina para el estilo, con una carbonatación escasa en forma de una única columna central. A pesar de este último aspecto, la cantidad de espuma es considerable, de color blanco y burbuja pequeña y compacta. Su aroma es terriblemente potente, está cargado hasta los topes de malta sin tostar, cereal crudo y miga de pan, con un dulzor moderado. Acompaña la fruta, no demasiado madura, destacando manzana golden por encima de suave pera, manzana verde, algo de naranja y un leve toque de hoja de limón. Aparece y desaparece un agradable deje de miel, que se combina a la perfección con lúpulo cítrico, ligeramente herbal y con un mínimo punto especiado.

En boca es algo más amable, más calmada, aunque la carbonatación afila bastante el trago. Comienza con grano crudo, bastante malta dulce, cereal y suaves galleta y miel de fondo, en coalición con manzana golden, membrillo, y más secundarios naranja y limón. El final es clásico alemán, bien provisto de lúpulos nobles, que forman un amargor medio, cítrico, herbal y ligeramente picante, quedando un regusto maltoso largo. No me parece la mejor cerveza de Weihenstephaner pero es una Keller estupenda, quizá más similar a la de St. Georgenbräu que a otras un poco más dulces, que es como las suelo preferir. A pesar de ello, los 33 cl se me hicieron cortos, habría agradecido que estuviese en formato de medio litro.

NOTA:

domingo, 3 de abril de 2016

Strela Kriola


MARCA: Strela
MODELO: Strela Kriola
ESTILO: Pale Lager (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Cabo Verde

CARACTERÍSTICAS: Aparentemente en Cabo Verde, estado insular localizado al Oeste de África compuesto por varias islas, únicamente existe una fábrica de cerveza, activa desde el año 2006. Está situada en la capital, Praia, y en ella se produce la marca Strela. Elaboran diferentes referencias, aunque su número en la actualidad es difícil de saber con certeza porque no tienen página web activa, y la que voy a comentar es una de ellas: Strela Kriola. Esta botella, por cierto, me la regaló mi amiga Ana, y quiero aprovechar para agradecerle que se acordase de mí durante sus vacaciones y me trajese una cerveza tan difícil de conseguir. 

Es de color dorado cristalino, ligeramente pálida, con una espuma blanca de burbuja gruesa que desaparece a medida que se sirve, mientras queda un anillo adherido al vidrio. El aroma es sencillo y directo, pero refrescante. Está compuesto por cereal crudo sin demasiada malta, manzana fresca y un punto cítrico de limón, mientras que el lúpulo se mantiene muy discreto, aportando quizá algo de cítrico y vegetal. La verdad es que no es nada del otro mundo, aunque tampoco se le encuentra demasiado problema.

Ojalá siguiese por lo menos así en boca, pero no es el caso. Es difícil definir a qué demonios sabe, pero lo que está claro es que no es agradable. Es como una mezcla de cereal mojado, verduda cocida y un leve dulzor frutal, sin ningún soporte en cuanto a malta o cuerpo. El sabor se corta en seguida, quedando un levísimo amargor con un toque dulce que recuerda al cartón, mientras que el lúpulo ni está ni se le espera. La verdad es que a pesar de ser una botella de 25 cl se hace larga, yo no pude terminarla. Eso sí, estoy seguro que en la playa de Cabo Verde y al sol mejora bastante. 

NOTA: