miércoles, 27 de febrero de 2019

Saison Voisin

MARCA: Brasserie des Legendes
MODELO: Saison Voisin
ESTILO: Saison (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: A la Península no llegan muchas Saison diferentes, y menos aún de marcas tradicionales (quitando Dupont, Fantôme, y alguna otra), así que las que si veo a precio razonable me las suelo llevar a casa. En este caso se trata de Saison Voisin, una cerveza de 40 IBU elaborada en Brasserie des Légendes siguiendo la receta original de 1884. Contaba además con una carta de recomendación firmada por la reputada Hercule Stout, reforzando así mi interés en la cerveza.

Es una Saison algo oscura, de un pardo muy anaranjado, y totalmente cristalina, lo que no es muy habitual. Miles de burbujas trepan hasta la superficie, donde se agrupan en una abundante capa de espuma muy resistente, similar a la de afeitar, mínimamente teñida de beige. En aroma la malta va muy directa, con mucho cereal, caramelo profundo, acompañada intensas notas de frutos rojos, naranja sanguina, más suave cáscara de limón, manzana verde y pomelo. La acidez es marcada, aunque casa muy bien con el carácter herbal del lúpulo noble, y también es evidente la levadura belga, de la mano de claros recuerdos de heno y un punto importante de especia picante entre las que destaca la pimienta.

En boca cumple con el papel de una Saison, y resulta una cerveza ligera pero sabrosa. En la entrada domina la malta, aunque resaltan los sabores menos dulces, cereales y galleta sobretodo, con suave caramelo. También hay cambios en las frutas, a mí me llamó más la atención la manzana mientras que los frutos rojos quedan en segundo plano, sin olvidar un punto cítrico. Surge una acidez leve, con marcadas notas de heno y gran cantidad de levadura belga, a lo que al final se suma un amargor herbal que cierra el trago, adornado por levadura y especia picante. Es fácil de beber, el sabor es intenso y cuenta con los matices de establo o heno que muchas veces caracterizan a estas cervezas. Yo creo que es un buen ejemplo del estilo, si aceptamos la heterogeneidad del mismo. 

NOTA:

miércoles, 20 de febrero de 2019

Scheyern Kloster-Weisse Dunkel

MARCA: Scheyern
MODELO: Scheyern Kloster-Weisse Dunkel
ESTILO: Dunkelweizen (5'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: El único problema (si se puede llamar así) que tienen las Helles bávaras es que el nivel es tan alto que al final sólo las elaboraciones excepcionales consiguen llamar tu atención. Eso fue lo que me pasó con la de Scheyern, un pueblo al Norte de Munich de apenas 5000 habitantes, y por este motivo no me lo pensé un segundo a la hora de llevarme su Dunkelweizen de un Orterer de la capital bávara, pese a que no soy demasiado entusiasta del estilo.

Como era de esperar es una cerveza marrón oscuro, cobriza en base y muy turbia, con la abundante espuma de rigor, muy cremosa y de color beige. El aroma es bastante fresco, algo que me pilló un poco de imprevisto porque estoy más centrado en las Weizenbock y mi subconsciente me jugó una mala pasada. Aparecen primero dulce malta tostada, galleta, suave caramelo, algo de nueces y bastante fruta, principalmente manzana golden y un marcado olor a plátano de la levadura. Con este último se funde un punto de chocolate con leche, y notas de flores y especia picante completan el agradable perfume.

En su paso por boca es bastante compleja. El cuerpo es medio/ligero, el color vuelve a engañar, aunque no resulta aguada. Al principio dominan malta oscura, galleta, pan integral y algo de cereal tostado. En seguida se aligera un poco y deja entrar a la fruta, sobretodo manzana madura, mientras que el plátano va colándose poco a poco hasta convertirse en un de los sabores más prominentes, sobre un fondo de chocolate con leche. Cierra amable, con un amargor leve donde se detectan con facilidad lúpulo floral, especias entre las que destacan clavo y pimienta, levadura, delicados cítricos y un deje mineral. Es una cerveza de trago largo, fácilmente disfrutable por cualquiera, pero en absoluto simplona. Ojalá viésemos en la Península con más frecuencia Dunkelweizen tan interesantes como esta.

NOTA:

jueves, 14 de febrero de 2019

Ambar Mari Castaña

MARCA: Ambar
MODELO: Ambar Mari Castaña
ESTILO: Märzen ahumada con harina de castaña (5'7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Con esta cerveza completamos la serie de las 4 Ambiciosas de Ambar, cuyas botellas los responsables de La Zaragozana han tenido la amabilidad de ir mandándonos a casa a medida que salían a la venta. Cuando supe su nombre, Mari Castaña, me quedó claro cuál iba a ser el ingrediente de esta cerveza, pero fue una grata sorpresa el saber que las Rauchbier de Bamberg también habían inspirado a Antonio Fumanal y había ahumado las maltas con leña de sarmiento. Así, la curiosidad y las ganas el compensar el detalle con una breve reseña me hicieron no guardarla en la despensa durante demasiado tiempo.

Es una cerveza dorada cristalina, lo cual sorprende un poco, con bastantes microburbujas que ascienden en fila a toda velocidad. La espuma blanca no es demasiado abundante, aunque la retención es buena. En nariz es predominantemente dulce, destacando malta acaramelada, recuerdos de bollo, bizcocho, y más suave frutas maduras como pueden ser manzana o pera en almíbar, además de un toque de naranja. La levadura está presente, hay algún leve recuerdo de vino dulce, y quizá, pero solo quizá, un mínimo quemado que podría pasar desapercibido, tanto que no estoy seguro de que no lo haya encontrado por pura sugestión. 

El sabor es algo más fresco, se presenta con cuerpo medio y trago fácil, con un núcleo de malta dulce, cereal y suave caramelo, acompañado de frutas menos maduras: manzana, pera y algo de naranja. Con el avance se refuerzan los cítricos, antes de cerrar con un amargor medio, algo especiado, con lúpulo terroso y herbal, un gusto como a bizcocho integral que entiendo que puede ser la castaña, y un leve ahumado. Este último se desarrolla más en el largo regusto, y es un ahumado seco, como de leña quemada. Otra Ambiciosa que merece la pena, estos de Ambar no venden humo (jeje). Reconozco que, como amante de las Rauchbier, me habría encantado que hubiesen potenciado mucho más este aspecto, pero también entiendo que eso limitaría mucho la aceptación general del producto. Al final les queda una cerveza relativamente compleja y original pero a la vez fácil de beber... tanto que el medio litro no lo compartí con nadie.

NOTA:

miércoles, 6 de febrero de 2019

Gulden Draak Imperial Stout

MARCA: Gulden Draak
MODELO: Gulden Draak Imperial Stout
ESTILO: Quadrupel (12% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Siempre pensé que nuestra pasión por Gulden Draak no se debía más que a una fijación adolescente, alimentada posiblemente por el interés que tanto Alberto como yo compartimos por el metal vikingo. Sin embargo han ido pasando los años, esta cerveza sigue inamovible en su pedestal y cada vez que la encuentro, o a cualquiera de sus variantes, las disfruto como el primer día. El lanzamiento de esta nueva edición me pilló bastante de sorpresa, y de hecho me enteré de pura casualidad... eso sí, cuando supe que estaba en La Vinoteca, apenas me costó unas horas presentarme en la puerta para coger alguna botella.

Al servirla tiñe la copa de negro, aunque al trasluz muestra un color marrón pardo, algo rojizo. La espuma es la esperable de una cerveza belga, densa y resistente. En nariz es muy potente, aunque no recuerda demasiado a una Imperial Stout. Irrumpen toneladas de malta tostada dulce, sirope de caramelo, y a la misma altura moras, higos y ciruelas negras maduras, con recuerdos licorosos. El torrefacto propio del estilo se nota de fondo, con notas de café solo, e incluso un leve recuerdo de humo y goma.

De cuerpo completo, se presenta con dulce malta tostada, mucho caramelo, frutas oscuras confitadas (mora, ciruelas, guindas, arrope), y más suave sirope de chocolate. De fondo quedan claras notas de torrefacto, licor café, y un toque de regaliz y cacao, acompañadas por un alcohol que no se esconde pero tampoco molesta, apaciguado por el azúcar candy. Una intensa carbonatación de burbuja fina le da ligereza, alivia el trago. Termina en un amargor leve y algo enólico que puede recordar a vinos dulces, con frutas oscuras, levadura belga y una generosa carga de especia picante, sobretodo pimienta y clavo, que atacan en la garganta. Al final queda un largo regusto que recuerda al brandy, cierre perfecto de una cerveza potente pero bien domesticada. Me parece imposible clasificarla como una Imperial Stout, me parece más una Quadrupel belga con algo de torrefacto, pero tanto da... lo que importa es que está francamente buena. Quizá no llega al nivel de la original o su Brewmasters Edition, pero repetiré encantado si la vuelven a sacar otro invierno.

NOTA: