martes, 26 de febrero de 2013

De Dolle Stille Nacht

MARCA: De Dolle
MODELO: De Dolle Stille Nacht
ESTILO: Blonde de Navidad (12% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: El año pasado tuve esta cerveza al alcance de la mano en la genial Manneken Beer de Pamplona, pero por oscuros designios que escapan a mi compresión acabé tomando en su lugar una Corsendonk Christmas. No puedo decir que me arrepintiese de mi elección puesto que esta otra cerveza también es estupenda, pero cuando Gabriel de Zombier me avisó de que había perdido la oportunidad de tomar, en su opinión, una de las mejores cervezas belgas que se elaboran en la actualidad sí que me quedé con las ganas de probarla, así que en cuanto Alberto y yo empezamos a diseñar nuestro pedido cervecil navideño fue una de las primeras que decidí comprar.

Tanto 12% de alcohol como 27º Plato son cifras más que respetables, por lo que el día que me decidí a atacar a Stille Nacht lo hice con algo de cautela, además del estómago bien lleno. Al servirla encontré un líquido velado de color naranja brillante, incluso algo rojizo, al abrigo de tres dedos de espuma esponjosa y duradera alimentada por una espiral de burbujas. El aroma impacta, es terriblemente intenso pero de alguna manera consigue una delicadeza inusual, al combinar su tremenda carga de malta, caramelo y leve chocolate con un toneladas de frutas diversas, entre las que sobresalen manzana, albaricoque y naranja, y un hábil toque de clavo y pimienta, resultando una auténtica delicia.

En boca empieza a un nivel muy alto, un torrente de malta, miel y fruta madura acapara la atención, con bastante cítrico infiltrado, e incluso mejora a medida que transcurre el tiempo: cada minuto los sabores se integran mejor, las especias potencian la fruta y estas a su vez forman un todo con el alcohol, aportando así una calidez exquisita. A su paso ofrece una textura muy sedosa, inundando de sabor las papilas, para al final terminar en un amargor intenso que aprovecha para sembrar notas enólicas, de hoja de limón, clavo y mínima hierba. Una cerveza verdaderamente brillante, muy compleja y sabrosa. Sorprende que partiendo de 27º Plato no sea demasiado dulce, muy indicativo de la maestría del maestro cervecero el haber conseguido una cerveza tan redonda y bien equilibrada como esta.

NOTA:





Actualizado por Sir Asf:

CARACTERÍSTICAS: Ya que el año pasado elegí otras cervezas en mi pedido navideño (un gran error, sobre todo ahora que he probado esta espumosa belga), no dejé escapar la oportunidad de, este año, hacerme con la De Dolle Stille Nacht, a la que tan buenas palabras había dedicado la comunidad blogger y en especial Hugo, que habla de ella a todas horas. Cuando te hablan tanto y tan bien de una cerveza es inevitable tenerla en alta estima, y a veces el resultado no es tan bueno como se espera. Pero este es el caso contrario. Decir que este año he hecho el pedido navideño a Zombier (aunque en enero), y que hasta hace un par de días no me he podido poner con ellas.

Viste un color marrón claro, entre turbio y cristalino, que al mirar al trasluz da la sensación de que ha permanecido en la copa durante muchos años. Este hecho me sorprendió, ya que no es una característica atractiva a mi vista. Sobre el caldo, en el que se perciben cientos de burbujas alocadas, se posa una generosa capa de espuma blanca, esponjosa y cremosa, de burbuja pequeña, que tiene una duración más que correcta.

Es en el aroma donde no cabe duda: una barbaridad. Se debate entre la malta, el caramelo y el toque floral, con una base afrutada intensa y muy variada. Ciertamente invitadora al trago. En boca es una bomba. El alcohol está muy presente durante todo el trago, pero sin llegar a empañar el resto de matices, que se presentan en una coreografía perfecta. Se percibe chocolate, malta, lúpulo fresco y fruta muy delicada. Es de cuerpo denso, en ocasiones me dio la sensación de que me estaba comiendo un trozo de bizcocho al brandy. El retrogusto es ardiente, y hay que tener cierto cuidado con la cabeza, pues no recuerdo demasiadas cervezas que hayan subido tanto en tan poco tiempo.

Una maravilla que sin duda va a ser habitual en mi pedido anual. Todo lo que has oido de ella se queda corto.

NOTA:



lunes, 25 de febrero de 2013

Nøgne Ø Pale Ale

MARCA: Nøgne Ø
MODELO: Nøgne Ø Pale Ale
ESTILO: American Pale Ale (6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Noruega

CARACTERÍSTICAS: Tras haber probado hace ya 4 años (cómo pasa el tiempo) con mi compañero de blog una bomba nuclear de la microcervecera noruega Nøgne Ø, decidí que siempre que me fuese conseguir una botella de esta marca por un precio razonable, dentro de lo posible, lo haría. Esta oportunidad me la brindó hace unos meses Zombier, y entre las disponibles me decidí por su Pale Ale con la intención de ver de qué eran capaces estos noruegos con cervezas de estilos menos impactantes que una Imperial Stout o un Barley Wine

Al servirla pude apreciar un color naranja brillante con pinceladas de marrón, apenas velada, protegida por una abundante espuma mínimamente amarillenta, como una camisa vieja, que sella de forma hermética el borde del vaso. Sabía que era una Pale Ale, pero no tenía la más remota idea de si seguía la corriente norteamericana o, por el contrario, bebía de la larga tradición británica, aunque tenía mis sospechas. No obstante, el aroma no deja lugar a dudas al desplegar un torrente de frutas tropicales y malta caramelizada, más propias de las primeras, pese a hacer algo más de énfasis de lo habitual en los cítricos, que se sitúan prácticamente en el mismo plano. Además, entre las evidentes notas de mango y maracuyá se deslizan con delicadeza lúpulo herbal, pino, resina, suaves notas florales, clavo, canela y un deje de miel, permitiendo disfrutar de un perfume tan variado como equilibrado.

En boca lo que más llama la atención, con diferencia, es la textura; no he probado jamás una cerveza de este estilo tan cremosa, en lo que participa también su consistente cuerpo. Mientras deja a su paso una agradable sensación sedosa, emergen intensos sabores de malta dulce, caramelo y algo de toffee, envueltos en melocotón, naranja madura, mango y suaves albaricoque y piña. Se suma a medida que avanza un amargor leve, amable, que acentúa el cítrico y aprovecha para arrojar recuerdos de hierba, pino y especias picantes, destacando clavo y mínima canela. Termina con un regusto largo, de escasa sequedad, cargado de frutas tropicales y hierba. Al principio pensaba que igual algo más de gas la hacía más refrescante y que puede que ganase con eso, pero poco después concluí que no era lo que se pretendía, sino que la intención es más bien hacer una Pale Ale americana redonda, sin grietas, muy frutal pero a la vez contundente. Claro que es mi impresión, quizá no tiene nada que ver con la realidad... realmente lo que importa es que es una cerveza impresionante.

NOTA:

lunes, 18 de febrero de 2013

Naparbier Zombreaker

MARCA: Naparbier
MODELO: Naparbier Zombreaker
ESTILO: Double IPA (8'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: El primero de los grandes lanzamientos de Naparbier de finales del 2012 / principios del 2013 tuvo como excusa el primer aniversario de la tienda online Zombier, que los navarros quisieron celebrar ofreciéndole a Gabriel esta IPA doble elaborada con Columbus, Citra y Cascade. Tuve la suerte de poderla probar en la fábrica de Landaben, con Pau y Rosana de Lupuloadicto, antes de que estuviese madura, durante una fugaz visita guiada por Juan, y quedamos todos francamente sorprendidos por el nivel que apuntaba a pesar de faltar todavía semanas para que estuviese terminada. Huelga decir que, tras este adelanto, decidí que al menos una botella de este delicioso néctar tenía que pasar por mi despensa.

Tras un viaje Pamplona - Málaga - Pamplona, llegó la botella a mi casa y en cuanto tuve un hueco en mi agenda cervecil (lo de agenda cervecil es tan organizado como suena, es posible que tenga algo similar a un trastorno obsesivo-compulsivo) la descorché. Es de color marrón anaranjado, con brillos dorados, y forma al servirla una resistente espuma con un casi imperceptible tinte amarillo, mientras empieza a liberar un intenso perfume que inunda la habitación. En este predominan las frutas tropicales, junto con melocotón en almíbar y naranja madura, envueltas en un dulce abrigo de malta y toffee. Todo ello se recubre con un medido y delicado soplo de lúpulo herbal oleoso, con recuerdos de resina y chicle. Me parecio un aroma bastante amable, sobretodo para una DIPA, pero por lo que recordaba de su prototipo estaba convencido de que la cerveza me guardaba más que esto.

En boca están presentes tanto la malta y el caramelo como las frutas tropicales, pero con la diferencia de que el lúpulo americano se esconde traicionero y a los pocos segundos asesta una puñalada de amargor y acidez intensos, dejando la boca anestesiada con un torrente mezcla de hierba, pino, resina, limón y pomelo, de marcado carácter especiado. No contento con esto, intensifica el amargor para crear un final agresivo, áspero, seco, astringente, con toneladas de lúpulo, cítricos y un claro recuerdo alcohólico, no obstante controlado. A pesar de su amargor extremo y su importante graduación alcohólica, mantiene en todo momento el equilibrio, dentro de las necesidades del estilo, gracias a un cuerpo consistente que actúa de barrera, haciendo de esta una cerveza de trago corto, para disfrutar con calma. Es simplemente excepcional, lo mejor que he probado de Naparbier hasta la fecha, y eso no es decir poco.

NOTA:

sábado, 16 de febrero de 2013

Delpuerto Tipo Abadía

MARCA: Delpuerto
MODELO: Delpuerto Tipo Abadía
ESTILO: Brune (6'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Antes de irme el pasado Diciembre de vacaciones a la bellísima Cantabria, intenté informarme de las diferentes marcas que podía encontrar por aquella zona, aparte de las ya conocidas DouGall's, y descubrí que había un par de marcas de las que tan apenas sabía nada: Cantabria 1814 y Delpuerto. La primera no hubo manera de encontrarla, pero resultó que la segunda, Delpuerto, se elaboraba desde hacía un par de años en un garito llamado La Tasca en Santoña, a apenas un par de kilómetros de donde yo me alojaba. Aunque solo fuese por comer unas de las mejores anchoas del mundo la visita a esta población pesquera es más que recomendable, pero con este reclamo se me hizo obligada; por desgracia cuando llegué estaban cerrando La Tasca, así que solo tuve tiempo de llevarme una botella para casa, donde estuvo a buen recaudo hasta hace unas semanas.

Reconozco que ante falta de información sobre la elaboración, ausencia de registro sanitario y algún dato más algo raro, no tenía mucha confianza en esta cerveza y me temía que pudiese esconder alguna jugarreta de las que a veces aparecen en el mundo de las micros nacionales. No obstante, me lancé a probarla con interés, con la esperanza de encontrar una joya escondida en el Norte. Servida en copa tenía el aspecto de una belga de abadía, de color marrón cobrizo con reflejos amarillentos, opaca, cubierta por una espuma beige de burbuja microscópica; la verdad es que no pintaba nada mal.

No tan exuberante en nariz, se presenta con un dulzor respaldado por malta tostada, naranja y suave caramelo, adornada por leves notas de canela, flores, limón y mínimo clavo. Lo que me llamó la atención fue la presencia en un segundo plano de un perfume de manzana, bastante asidrado, poco habitual en este tipo de cervezas y que, sin desplazar el resto de los matices, podía ser secundario a una contaminación. En boca ya no cabía la menor duda, todo el sabor estaba anegado por esta acidez algo agria, láctica... así que la práctica totalidad de la cerveza fue por el fregadero. Una pena.

NOTA:

domingo, 10 de febrero de 2013

Lancelot Bonnets Rouges

MARCA: Lancelot
MODELO: Lancelot Bonnets Rouges
ESTILO: Pale Ale con bayas de sauco (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: Esta cerveza es el homenaje de la bretona Lancelot a la "Revolución de los Bonetes Rojos" o "Revolución del Papel Sellado", un alzamiento de las clases populares en 1675 en Bretaña tras un aumento de las tasas del estaño, el tabaco y el papel sellado decretado por el rey Luis XIV. Su intenso tinte rojo, a juego, y no por casualidad, con el color de los gorros frigios que actualmente se identifican con las revoluciones, se debe a las bayas de sauco que forman parte de sus ingredientes. Fue, como la última botella que comenté, un regalo de los Rodríguez, que no dejan de llenar mi despensa de cervezas exóticas... cosa que por supuesto les agradezco.

Del color de la cerveza está todo dicho, y eso sin siquiera quitar la chapa puesto que viene en botella de cristal transparente, que le da un aspecto bastante peculiar. Por contra, su perfume no resulta tan llamativo; es de intensidad media, algo apagado, formado por malta, nuez, manzana, un leve toque cítrico, y suaves notas uva blanca y bayas probablemente aportadas por el sauco. El lúpulo, por su parte, añade delicados recuerdos de hierba y especias que suman complejidad al aroma, aunque en mi opinión sin llegar a darle el ímpetu que le haría falta.

En contraste con el dulzor del aroma, en boca es ácida desde el primer momento, sabor que refuerza también la importante efervescencia, posiblemente algo excesiva. De cuerpo ligero, inicia el trago con malta, abundantes cítricos, manzana verde y un claro toque de bayas que recuerda a algunas de las Historic Ales de la William Bros, sobretodo a Grozet. El final es amargo y ácido por igual, impregnado de hierba, fruta y mínimo clavo, que en el largo regusto se combinan con las bayas de sauco, siendo estas y la hierba las principales protagonistas. Una cerveza original, pero entre el exceso de carbonatación, lo ligera que es y que no parece llevar ninguna dirección concreta al final se me queda algo corta. Pasable, sin ningún error gordo que impida terminarla pero, a diferencia de con XI.I, no tengo ningún interés en repetir. 

NOTA:


jueves, 7 de febrero de 2013

St. Feuillien Triple


MARCA: St. Feuillien
MODELO: St. Feuillien Triple
ESTILO: Tripel (8'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Escapo un rato de las ocupaciones diarias y comento un poco el último regalo cervecil recibido por un grande, mi amigo Guille Tío. Una de las mejores razones de tener un blog de cervezas es que los souvenires de viajes o vacaciones suelen estar compuestos de botellas, y los amigos se apuntan a esa costumbre. En este caso Guillermo eligió una ale belga de abadía que yo no había probado. Hugo comentó la especial de Navidad de la casa, donde habló de la historia de la marca.

Esta cerveza viste un color ambar claro, entre turbio y cristalino, con una carbonatación media en forma de burbujas pequeñas que escalan por el vaso hasta llegar a su cabeza, donde yace una capa de espuma blanca burbujeante, poco abundante y poco duradera. Un comienzo no muy prometedor y algo desconcertante, por lo que viene a continuación.

Su aroma tiene como tema principal la levadura, acompañada de notas cítricas y afrutadas que se adueñan del olor. En menor medida se aprecian maltas y lúpulos, con una presencia especiada muy agradable. En boca es delicada, de cuerpo ligero, aunque con todos los matices puestos en su sitio. Destacan muy delicadamente las frutas, como el melocotón maduro, algo de plátano y cítrico del limón. Acompaña la malta, que conduce a un final más amargo, aunque sin perder el dulzor afrutado. El alcohol se hace presente durante todo el trago, vigilante, sin empañar en ningún momento. Su retrogusto es ardiente y delicioso.

Todo un gran ejemplar del estilo. Todo un acierto, muchísimas gracias, señor productor.

NOTA:


domingo, 3 de febrero de 2013

Lancelot XI.I Samhain

MARCA: Lancelot
MODELO: Lancelot XI.I Samhain
ESTILO: Barley Wine (11'1% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: En estos 5 años recopilando información sobre diferentes cerveceras he visto todo tipo de lugares donde se han establecido negocios de este tipo, pero hasta ahora nunca me había encontrado con una emplazada en una mina de oro, como es el caso de la bretona Brasserie Lancelot. Ojo, antes de que nadie coja pico y pala y emprenda la ruta en coche hasta Roc Saint André, en la Bretaña francesa, donde se junta oro y cerveza, aviso que la mina lleva inactiva desde 1908 por no ser rentable su explotación. No obstante, sin instrumentos de excavación puede ser interesante el pasar por allí, puesto que la visita de la fábrica es gratuita e incluye (cómo no) degustación.

Esta botella me la trajeron Fernando y Cristina de su viaje a esa zona, dentro de un pack de 6 botellas distintas de la fábrica. Es una cerveza que se elabora exclusivamente la noche del 31 de Octubre, la última noche del año celta, que separa el mundo de los vivos del de los muertos y en la que se celebra la festividad de Samhain, y cuya fermentación dura 6 semanas, hasta el solsticio de invierno. De la botella, vestida con una etiqueta sensacional, se libera un líquido marrón oscuro, caoba, con reflejos pardo-rubí al trasluz. Apenas forma espuma, de color grisáceo, y ésta desaparece casi por completo con rapidez, quedando aspecto más propio de un coñac. Me sorprendió lo intenso y rotundo del aroma, no esperaba en absoluto semejante presencia de malta tostada, como un torrente que inunda el olfato, acompañado de caramelo, ciruelas, pasas, cacao, más secundario café irlandés, té negro, azúcar moreno, y mínimos recuerdos de ron, regaliz negro y hierba. Todo este desfile de matices se podía apreciar en su perfume, aunque con un dulzor algo menor de lo esperado gracias a una sequedad que se encarga de darle a la cerveza un carácter algo británico.

En boca resulta muy parecida, ataca desde el inicio con toneladas de malta, caramelo y frutas oscuras, a los que se suman en seguida cacao y chocolate con leche dispersos, y una aspereza impregnada de frutos secos, ron negro y medidos recuerdos de madera. El paso por boca es rápido, fluido, aunque también es cálido y sin duda deja huella. Forma al final del trago un amargor marcado, enfrentado a un generoso pero controlado soplo de alcohol que calienta el estómago, para dejar la boca seca, cargada de notas de cacao, frutas oscuras, madera, suave hierba y mínimo regaliz. Una cerveza estupenda, perfecta para disfrutar en una fría noche de invierno, además con menos esfuerzo del que cabría esperar para una graduación alcohólica tan elevada. Solo me queda agradecer a Fernando y Cristina el regalo.

NOTA: