MODELO: Naparbier / Nøgne Ø Black Rain
ESTILO: Baltic Porter (7'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España
CARACTERÍSTICAS: Llama la atención que a pesar de que el panorama cervecero noruego no es demasiado extenso, sino más bien al contrario, este país haya sido capaz de aglutinar a algunas de las fábricas de cerveza más reputadas del mundo, entre ellas Haandbryggeriet o la que es una de mis favoritas, Nøgne Ø. Cada vez que localizo una botella de esta última marca a un precio razonable, dentro de lo esperable teniendo en cuenta que se elabora en un país caro como pocos, casi me dan ganas de montar una fiesta... aunque sin invitar a nadie, eso sí. Por esto, cuando me enteré de que iban a colaborar con Naparbier, otra cervecera que está consiguiendo entusiasmarme con prácticamente todo lo que elaboran, empecé a marcar territorio hasta que finalmente pude hacerme con una botella.
El estilo al que se ciñeron, las llamadas Black IPA, no es precisamente uno de mis favoritos pero, sabiendo quienes estaban detrás de la cerveza las expectativas iniciales no podían ser mejores. Al servirla me encontré de bruces con la que es con bastante probabilidad una de las cervezas más oscuras que han pasado por mis manos, de un color negro mate impenetrable tanto en el centro como en periferia, con una viscosa crema beige como capa protectora, adherida con firmeza al vidrio. La entrada inicial del aroma pertenece al lúpulo... y a más lúpulo. Es cítrica, herbal y muy resinosa y, aunque es cierto que se puede detectar algo del grano, su papel es anecdótico, únicamente presenta un medido ahumado de fondo, con tenues toques de cacao, malta tostada y cacao. Este aspecto me llamó la atención, pero supuse que el dry hopping con lúpulos tan aromáticos como los empleados podía haber eclipsado los tostados, y que en boca estos ganarían fuerza.
Eso parecía en los primeros momentos del trago, con un comienzo de malta tostada, caramelo y suave café y torrefacto potenciado por una cremosidad y un cuerpo tan densos y voluminosos como acostumbran las cervezas de Nøgne Ø. Por desgracia, en seguida entra el lúpulo y barre con todo, dejando el sabor inundado de intensísimas notas de pino y hierba, prominentes cítricos, resina, especias y recuerdos minerales y medicinales. Aunque disimulado por la acidez y la sequedad marcadas que están presentes en casi todo momento, termina con un amargor claro que deriva finalmente un regusto muy largo donde emergen tenues notas de café y torrefacto. A pesar de las excelentes críticas que he leído, a mí esta cerveza no me ha terminado de convencer; mi impresión es que el lúpulo monopoliza el sabor, arrincona al resto de elementos de la cerveza y al final hace que esta sea bastante lineal e incluso algo simplona. La verdad, ha sido una decepción inesperada; no es que me haya costado esfuerzo beberla, pero al final me ha acabado aburriendo. Entre las joyas que elaboran estas dos excelentes fábricas, esta cerveza me parece totalmente prescindible... pero vamos, igual es cosa mía, ya he dicho que el estilo tampoco me entusiasma.
NOTA: