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lunes, 28 de junio de 2010

La Ronda #25: Ese viaje soñado...

Y 25 entregas de la Ronda después, nos encontramos con la proposición, esta vez por parte de nuestro colega catalán Jordi/Joexx, de Cerveza Artesanal en Catalunya, que se centra en el fascinante mundo de los viajes. El tema dice así:
Si tuvierais el tiempo necesario y por supuesto el dinero suficiente…cual sería vuestro viaje cervecero soñado. A qué país, ciudad o lugar os gustaría escaparos, visitar, descubrir, explorar y de paso conocer esa cervecería de la que os han dado tan buenas referencias, o que simplemente conocéis por internet. Y acercaros un día a degustar esas cervezas que nunca habéis tenido oportunidad de probar, pero que siempre habéis pensado que aunque sea por una sola vez os gustaría tener una jarra en vuestras manos.

Son tantos los viajes que haría con gusto a los más remotos páramos del mundo, que me es difícil decidirme por un lugar en concreto. Remitiéndome a las salidas recientes, recuerdo con cariño la estancia en Berlín, donde descubrí un país enormemente cervecero (como era de suponer), en el que a penas tuve tiempo de invadir algunas de las más famosas cervecerías del mundo. Espero con ganas el viaje que haremos los compañeros del blog con unos amigos a Düsseldorf, con objetivo puramente cervecil. Creo que será un buen viaje y probaremos muchas y muy variadas espumosas germanas.

Aunque si he de lanzarme a decir un par de lugares donde sin duda alargaría mi estancia, esos serían Praga, Bruselas, o algún recorrido por la mejor tradición cervecera de estos dos maravillosos países.

Un saludo, y que continúe la Ronda.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Portugal

Este año me apeteció cambiar de aires durante las fiestas del Pilar de Zaragoza y decidí escapar junto con la señora Ana a pasar una semana en Lisboa, ciudad que nunca antes había visitado, de lo que ahora me arrepiento, tras varios días disfrutando de ese maravilloso lugar de vistas espectaculares, tranquilidad, buena comida, y unos atardeceres como no los he visto en ningún sitio. Por supuesto, aderezado todo ello con "pasteis de nata", "ginginha" y mucha cerveza, que es en lo que me voy a centrar en esta entrada.

En Lisboa (y en general en Portugal) hablar de cerveza implica hablar de Super Bock, pues esta marca domina por completo el mercado y será la que veremos con mayor frecuencia en los numerosos bares de la ciudad, lista para ayudarnos a luchas contra las altas temperaturas de la capital portuguesa por en torno a 1'5 euros la jarra de medio litro. También es habitual encontrarse por un precio similar la otra gran marca portuguesa, llamada Sagres por el nombre de la localidad donde se empezó a elaborar. Yo personalmente prefiero la primera, pero ambas, sin ser nada especial, son disfrutables y muy refrescantes... lo que eché mucho de menos fueron las raciones de bravas de España para acompañarlas, porque parece que allí lo normal es que los bares sean también pastelerías, y diversos dulces lo único disponible para tomar con la cerveza.

¿En qué situación cervecera se halla ahora mismo Portugal? Pues probablemente una bastante similar a la española, parece que la gente empieza a interesarse por otros estilos además de las lager ramplonas y aburridas, lo que ha instado a las macro a poner a disposición del comprador una mayor variedad de productos. Es por esto habitual encontrar en casi cualquier bar varios modelos de Super Bock y Sagres distintos, o incluso si se prefiere tomar un botellín por la calle, mientras se da un paseo, el mejor recurso son los locales de Ginginha, que la ofrecen a precios realmente bajos, similares al de un supermercado.

Como bien me recomendó Chela, también es posible degustar algunas cervezas artesanales portuguesas en un bar del recinto de la Expo '98, lugar que pese a haber transcurrido ya 11 años desde que se celebró el evento se conserva en unas condiciones impecables y está todos los días rebosante de actividad. En cuanto a marcas extranjeras, las posibilidades son escasas, hay algún pub con cervezas belgas, inglesas y alemanas en los barrios de Baixa y en Bairro Alto, pero son los menos, y se tiene como recurso el Corte Inglés que está por la zona de Marqués de Pombal, donde se puede encontrar, entre muchas otras cosas, una buena cantidad de modelos de Brewdog, que seguro que a más de uno le interesará conseguir.

Así pues, pude disfrutar de un hermoso país con una cultura cervecera en pleno auge que merece la pena visitar, quizá no ex profeso por las cervezas, pero tampoco creo que nadie se vaya a sentir defraudado en este aspecto.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Palestina y Palestina Ocupada

Tras un mes de prácticas en los hospitales Al Makassed de Jerusalem y Al Raffidia de Nablus ya estoy de nuevo en España, así que puedo volver a colaborar con la frecuencia habitual en Hipos Urinatum, que Sir Asf se ha encargado de mantener activo estos 3o días. Además, voy a aprovechar para relatar mi experiencia cervecil en aquellas tierras, que voy a dividir en dos apartados debido a que las diferencias entre una zona y la otra son demasiado grandes, tanto por motivos económicos como religiosos, como para comentar las dos al mismo tiempo.

PALESTINA:

Por todos es sabido que la religión islámica prohibe el consumo de alcohol, lo que convierte la compra de una cerveza en algo que va desde moderadamente complicado en sitios turísticos hasta casi imposible en ciudades más conservadoras como Hebron o Nablus. Por supuesto esto tiene repercusiones en la cultura cervecera de la región, que es prácticamente nula, con la excepción de la cervecera Taybeh, de la que hablé hace no mucho tiempo, que actualmente está produciendo 5 modelos diferentes de muy buena calidad, de los cuales 2 se pueden encontrar con relativa facilidad.

Además, hay que sumarle que en la práctica totalidad de las tiendas de Palestina las marcas de cerveza disponibles son, además de las tres de Oriente Próximo y alguna alemana barata tipo Schloss Kröne, Carlsberg, Tuborg Red y Green, Stella Artois, Heineken y Guiness, y encima a precios realmente excesivos teniendo en cuenta el nivel de vida de la zona, rondando todas ellas los 10 NIS (2 euros). Es por esto que, ante tan desoladora oferta de cervezas, mientras estuve allí solo emplee mi dinero en adquirir Taybeh, alguna Goldstar y varias latas de medio litro baratas que encontré por casualidad.

PALESTINA OCUPADA:

En el caso de las ciudades de la Palestina ocupada, como por ejemplo Tel Aviv o Haifa, la situación cervecil mejora y mucho, y se ven por todas partes pequeñas tiendas con marcas de cervezas similares a las que se podían ver en Palestina, excluyendo Taybeh, o quizá algo más variada, y por suerte a un precio más moderado cuanto más nos alejamos de la playa, alcanzando un mínimo de 5 NIS (1 euro, lo cual no es realmente barato, pero allí me pareció casi un regalo). Y no solo eso, sino que si se exploran los distintos supermercados se pueden encontrar cervezas realmente interesantes, Trappistes Rochefort 10, Aecht Schlenkerla Rauchbier Märzen, Hoegaarden Grand Cru, entre otras, eso sí, para todo aquel dispuesto a desembolsar unos 20 NIS (4 euros) en una sola botella.

Los bares en la Palestina Ocupada también suelen disponer de varias marcas, totalmente distintas en cada bar aunque Goldstar parece ser factor común, y las venden a unos 20 NIS la pinta. Respecto al trato que dan a la cerveza en estos establecimientos no cabe queja posible, la cerveza es servida con absoluta corrección y cuidado, y a una temperatura óptima, sin jarras heladas ni otras costumbres saboricidas. Eso sí, evitar a toda costa los chiringuitos de playa, donde os podéis llevar sorpresas como la que tuve yo al pedir una Weihenstephaner y encontrarmela servida en vaso de plástico junto a una factura de 26 NIS (5'2 euros).

Aunque culturalmente no tiene desperdicio, probablemente no es el mejor lugar para degustar ricas cervezas, pero pese a todo, y como se puede ver, tampoco es imposible disfrutar de alguna por aquellas tierras. De todas formas, muy recomendable viaje para todo aquel abierto a nuevas experiencias.

miércoles, 22 de julio de 2009

Croacia

Tras una semana de vacaciones recorriendo la costa de Dalmacia con mi familia, he vuelto a España con un concepto nuevo y claro de la Croacia actual, habiendo disfrutado de su paisaje y su historia.
Por supuesto, ha sido también una oportunidad de ver cómo están por allí en cuanto a la cultura cervecera, y de probar unas cuantas, a sabiendas de que no podría encontrar todas las recomendaciones que leí antes de partir, debido al poco tiempo libre del que dispondríamos.

Tras la guerra que tuvo lugar en 1992, después de que Croacia declarase su independencia de Yugoslavia, los habitantes serbios se niegan a secundar la secesión de la República Federal Yugoslava y, apoyadas por el ejército federal yugoslavo, se independizan de Croacia como la República Serbia de Krajina, en el territorio de esa región. Mi idea era la de ver un país de postguerra con no muchos recursos, aunque ya había sido advertido de la cantidad de turismo que últimamente invadía Croacia en verano. Fue una sorpresa descubrir un país precioso, que ostenta una envidiable cantidad de lugares que son Patrimonio de la Humanidad, con un nivel de vida practicamente idéntica al que tenemos aquí.

En cuanto al tema cervecil, en Croacia enseguida podemos ver la hegemonía de un par de marcas de eurolager, frente a unas pocas cervezas de otros estilos que pasan inadvertidas para los turistas. Ožusjko y Karlovačko son las dos marcas que se pueden encontrar en todas las terrazas de la costa croata, y vendrían a ser la San Miguel y la Cruzcampo de España, con todas sus consecuencias. De todas formas, lo ya dicho por muchos: Croacia es un país que en verano se ve envuelto por un calor húmedo agobiante, y prima la idea de beber una cerveza fría, sea la que sea. Además de estas cervezas, son comunes las lager: Laško (que es eslovena, gracias por el apunte, Catador), Pan Lager (de la Carlsberg croata), Deep Pivo Lager, Staro Češko, Toceno, y una sorpresa fantástica, Tomislav, una cerveza negra que pese al calor me resultó deliciosa y lo que más lamento es no haberme traído un ejemplar a España.
En cuanto al mercado de importación, al igual que aquí destacan un par de marcas de Bélgica, Holanda y Alemania, que priman en casi todos los bares compartiendo carta con las típicas croatas. Podemos encontrar Stela Artois, Bavaria, Heineken, Hoegaarden, KillKenny y en algunos lugares Erdinger, Schöfferhofer o Franziskaner. En una de las mejores cafeterías en las que estuvimos tenían una mayor variedad, ofreciendo Westmalle, Grimbergen y La Trappe, que estaban bastante bien de precio, para tratarse de un producto excepcional allí.

La moneda de Croacia es la kuna, que es un séptimo de Euro, es decir, un Euro equivale a siete kunas (7'2 o así). La jarra de medio litro de la cerveza local estaba a 15 o 20 kunas, según el establecimiento, lo que ronda los 2'5-3'5 euros, un precio accesible. Las extranjeras tenían por lo general 15 kunas por tercio, y las especiales de importación unas 30 kunas.

Ha sido una experiencia fructífera e interesante, y ya tengo mejor situada la costa del Adriático, su cultura y su historia. Recomiendo el viaje a todo interesado, ya que los paisajes y algunas de las ciudades son bellísimas, la gente es por lo general simpática y el clima es ideal para la playa y las excursiones a la naturaleza.