domingo, 6 de noviembre de 2016

Santo Cristo Pale Ale

MARCA: Santo Cristo
MODELO: Santo Cristo Pale Ale
ESTILO: American Pale Ale (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Las vacaciones de este año en Ourense me permitieron disfrutar de los deliciosos Godellos y Ribeiros, evidentemente también de la comida de la zona, pero había tomado también la decisión de explorar la escena cervecera local. Tuve la oportunidad de hacerlo al final de mi estancia, cuando encontré en una tienda de alimentación regional un par de botellas de una pequeña cervecera ourensana llamada Santo Cristo, y sin dudarlo un segundo me las llevé a casa.

Cervexas Santo Cristo fue fundada en el año 2012 por 4 amigos, aunque sus dos primeras elaboraciones salieron al mercado en marzo del 2014. Precisamente la que voy a comentar se encuentra entre ellas, y se trata de una APA con lúpulos Willamette y Simcoe. Es de un color naranja pálido brillante, amarillo en periferia, con una capa de espuma bastante densa al principio pero que al final se vuelve porosa. El perfume es intenso y variado, y se funden las frutas, con mucho mango, maracuyá y también algo de naranja y melocotón, con malta dulce, miel y suaves recuerdos de toffee. Notas de pino ligeramente resinosas al final y un toque de clavo y cilantro afinan el conjunto, quedando un aroma muy apetitoso.

La sequedad en boca no es desdeñable, y si bien el comienzo recuerda más a lo detectado en nariz, con malta, leve caramelo y fruta tropical, en seguida irrumpe un intenso sabor cítrico y herbal que pasa a ocupar el primer plano. Hay que esperar hasta el final del trago para que vuelva el dulzor en forma de fruta madura y algo de malta, aunque el regusto vuelve a pertenecer al lúpulo, con notas de pino, hierba y especia picante que quedan largo tiempo en boca. El cuerpo está muy bien ajustado, la gasificación mantiene el volumen del trago, la verdad es que es una cerveza muy bien planteada y para el verano puede ser una opción estupenda y, además, económica. La única pega que le veo es que, al menos para mi gusto, el lúpulo se va un poco... aunque estoy seguro de que habrá a quien le gustará generosidad en este aspecto.

NOTA:

lunes, 31 de octubre de 2016

Schneider Weisse TAP 4 Meine Festweisse

MARCA: Schneider Weisse
MODELO: Schneider Weisse TAP 4 Meine Festweisse
ESTILO: Hefe-Weißbier de Oktoberfest (6'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: En el momento actual en la Oktoberfest de Munich sólo pueden servir sus cervezas 6 fábricas de esta ciudad: Augustiner, Hacker-Pschorr, Hofbräu, Löwenbräu, Paulaner y Spaten. No obstante no siempre ha sido así, y entre 1916 y 1944 también estaba presente Schneider Weisse, hasta la destrucción de su fábrica en Munich durante la II Guerra Mundial. Pues bien, desde 1999 Schneider Weisse produce esta cerveza en homenaje a la que elaboraban entonces, siguiendo además su receta original aunque con lúpulo Cascade, y es a la que voy a dedicar este artículo. Por cierto, hasta hace poco era más habitual verla en España con el nombre de Mein Grünes, pero es exactamente la misma.

Esta Weizen es excepcionalmente turbia, incluso para este estilo. Es de color oro mate, ligeramente anaranjado, cubierta por la obligatoria capa de cremosa espuma blanca que invade todo el espacio de la copa que no ocupe el líquido. El aroma es una delicia, dominado por toneladas de fruta, siendo las más prominentes melocotón y naranja, más suaves mango, mandarina y algún recuerdo de piña, y por último, de fondo, el plátano maduro, que aparece y se esconde de forma intermitente. Como base quedan malta, masa de pan y algún punto de caramelo y levadura, mientras que especias con un toque picante, principalmente clavo, y cáscara de limón, aportan frescor y complejidad. Es evidente en todo esto el papel del lúpulo Cascade, aún sin conocer que se encuentra en los ingredientes queda claro que hay un componente que no cuadra con la tradición alemana.

En boca es cremosa, de cuerpo medio, y la carbonatación da un agradable chispeo que facilita el trago. Rebosa sabor por todas partes; al principio es algo más sobria, con masa de pan, malta, leve caramelo y frutas maduras como manzana o melocotón, pero en seguida van apareciendo las frutas tropicales, naranja ácida y el trago se seca un poco. El amargor final es manejable, algo cítrico y herbal, y adornado con especia picante y levadura. Queda esta en el regusto en forma de plátano maduro, acompañada de un suave calor enólico. Es una cerveza muy completa, refrescante pero a la vez redonda y compleja, y cuenta además con ese punto de originalidad del lúpulo norteamericano. Una de mis favoritas de esta gran fábrica.

NOTA:

lunes, 24 de octubre de 2016

Skands Esrum Kloster

MARCA: Skands
MODELO: Skands Esrum Kloster
ESTILO: Brune con enebro, hoja de limón, jengibre, lavanda, anís y romero (7'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Dinamarca

CARACTERÍSTICAS: La cervecera Skands, desconocida para mí hasta este año, se fundó en el año 2003 en Brøndby, un pequeño municipio cercano a Copenhague. Su repertorio consta de al menos 10 cervezas distintas presentadas en formato de medio litro (cosa que es de agradecer), y la que comento hoy parece ser un homenaje a las cervezas de abadía, de hecho lleva el nombre del monasterio danés con el que han colaborado para la elaboración, habiendo empleado para este proceso hierbas y frutos de su jardín. Desconfío de las cervezas a las que se les han añadido varios ingredientes extraños, me suelen parecer demasiado estridentes, y debo reconocer que esta la cogí por pura casualidad, sin tener ni idea de las características de la misma... no obstante, y como voy a contar ahora, el resultado no ha sido malo.

Es de un color marrón grisáceo, oscura pero no totalmente opaca. Genera una espuma mínimamente teñida, de volumen muy escaso y que desaparece al instante por mucho esmero que se ponga en el acto de servirla. Dulce al olfato, se presenta repleta de malta tostada, caramelo y frutas oscuras maduras, principalmente ciruela negra y uvas pasas. Como soporte queda suave chocolate con leche, con algún recuerdo de frutas del bosque de fondo. El lúpulo, y posiblemente también la mezcla de hierbas, aportan un punto cítrico y especiado muy medido, con notas de anís y jengibre, aunque lo que predomina en el aroma es la calidez y densidad de la malta.

Sin sorpresas en boca. Es cremosa, con cuerpo contundente aunque sin resultar pesada, y muy sabrosa. Sigue el mismo esquema: entrada dulce con malta tostada, caramelo y ciruelas maduras, más suave frutos del bosque y un punto de chocolate. En un segundo plano quedan cereal oscuro y algo de frutos secos, que poco a poco van avanzando y contrarrestando el dulzor. Parece que es desde esta otra vertiente de donde emerge el amargor final, de intensidad moderada, en el que sobresalen anís y jengibre, acompañados por un toque de cítricos aportado por el lúpulo y un agradable soplo de alcohol. El trago es cálido y reconfortante, y 50 cl no se hacen excesivos en absoluto, se bebe con facilidad. Sorprende lo bien que han integrado tanta hierba en la cerveza, el riesgo de que saliesen una cerveza totalmente descompensada era alto y, sin embargo, a pesar de que al final la sequedad era mayor de lo que esperaba, parece estar todo bien controlado. 

NOTA:

viernes, 21 de octubre de 2016

Tienda en Copenhague: Ølbutikken

Estando a menos de 5 minutos andando tanto desde Dia'legd como desde el bar de Mikkeller de Copenhague, habría sido imperdonable no hacer una visita a una de las tiendas de cerveza clásicas de la capital danesa, Ølbutikken, conocida además por ser el único lugar del mundo donde se puede disfrutar una cerveza exclusiva de Cantillon, Blåbær, una Lambic elaborada con arándanos.

Ølbutikken se encuentra en un sótano de la céntrica calle Istedgade, y se trata de un pequeño local que cuenta con tres neveras repletas de botellas, una estantería donde se almacenan los estilos más oscuros, y una mesa de madera bastante amplia donde poder disfrutar de tanto de las cervezas en botella como del barril que acostumbran a tener pinchado.

La sensación que me dio al entrar fue buena, parecía un sitio donde el interés por la cerveza se vive de una forma muy normal, sin esas ínfulas que parece que se le quiere en tantos sitios. Había 4 o 5 daneses charlando con el dueño, sin embargo en cuanto me vio se apartó del grupo para orientarme sobre las referencias disponibles. Calculo que habría alrededor de 50 distintas, con un claro predominio de marcas danesas como Mikkeller, To Øl, Ugly Duck, Gamma, Amager, etc, aunque también había unas cuantas de otros países, eso sí, todas de corte moderno. Una vez que le expliqué más o menos qué era lo que estaba buscando, él me hizo un resumen muy detallado de cuáles le parecían las mejores opciones de acuerdo a mis indicaciones, y la verdad es que pocas veces he visto una pasión tan intensa y contagiosa por la cerveza. Al final me llevé lo que me recomendó casi sin pensarlo, y la verdad es que el coste no fue nada escandaloso, sobretodo teniendo en cuenta los precios de la cerveza en Dinamarca.

Salí muy satisfecho de esta tienda. No cuenta con el catálogo más amplio ni tampoco parece estar excesivamente interesado en traer cervezas extranjeras, pero son aspectos que no le hacen ninguna falta. Las estanterías van renovándose de forma regular, y lo que uno puede tener claro es que en ellas se encuentra lo mejor del país. La atención, además, es inmejorable.


TIENDA: Ølbutikken
DIRECCIÓN: c\ Istedgade, 44
POBLACIÓN: Copenhague
PAÍS: Dinamarca

sábado, 15 de octubre de 2016

Cervecería en Copenhague: Dia'legd

Por motivos laborales, a principios de octubre tuve que pasar casi una semana en la capital de Dinamarca, y conociendo de antemano la interesante escena cervecera que se ha desarrollado en este país durante las últimas décadas, fui decidido a aprovechar los momentos libres que tuviese para explorarla. 

Evidentemente pasé por Mikkeller Bar, habría sido imperdonable no visitar una cervecería que está considerada como una de las mejores del mundo (aunque a mí me pareció excesivamente cara y bastante snob). Sin embargo, enfrente de este se encontraba un local bastante más distendido llamado Dia'legd, que había convertido en mi objetivo principal a raíz de los comentarios que había leído en Internet.

La peculiaridad de Dia'legd es que únicamente sirven cervezas de Refsvindinge Bryggeri, localizada en la isla danesa de Fionia (Fyn). En su carta cuentan con al menos 20 referencias en botella distintas, todas a 30 DKK (4 euros), un precio aceptable para lo habitual en Copenhague. Además, en la barra hay disponibles 4 grifos con barriles que van rotando a medida que se agotan. En cuanto al nivel de sus elaboraciones, yo lo consideraría irregular; algunas de las cervezas que probamos estaban francamente buenas, por ejemplo su IPA o su Stout, mientras que hubo varias que en mi opinión tenían mucho margen de mejora. 

El local es pequeño pero cómodo, y es tranquilo la mayor parte del tiempo aunque anima un poco los fines de semana. Por último, el trato fue amable y cercano, y sus dueños se tomaron mucho interés en explicarme las diferentes cervezas que ofrecían para que asegurarse de que disfrutase de mi elección. La verdad es que volvería encantado, es una opción diferente a las cervecerías con más renombre de la ciudad y puede ser buena alternativa.


CERVECERÍA: Dia'Legd
DIRECCIÓN: c\ Viktoriagade 1
POBLACIÓN: Copenhague
PAÍS: Dinamarca

miércoles, 12 de octubre de 2016

Lindeboom Oud Bruin

MARCA: Lindeboom
MODELO: Lindeboom Oud Bruin
ESTILO: Brune (3'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Países Bajos

CARACTERÍSTICAS: En Neer, un pequeño pueblo de unos 3.500 habitantes situado en el Sureste de los Países Bajos, se encuentra la fábrica de cerveza Lindeboom. Esta fue fundada en 1870 por Willem Geenen, un hombre dedicado hasta entonces a la agricultura, y en el momento actual sigue en manos de sus descendientes. Cuentan en su catálogo con 13 variedades de cervezas distintas agrupadas en 3 marcas, Lindeboom, Venloosch y Gouverneur, y la que yo voy a comentar es su supuesta Oud Bruin

Era difícil dejar escapar la oportunidad de comprar una botella de este estilo tan esquivo, y sin embargo creo que ha sido la mayor decepción cervecera de este año, quizá potenciada además por ser totalmente inesperada. El color es muy oscuro, pero no decir negro mate, y quedan en superficie apenas unos restos de espuma de color ceniza. Su aroma es muy dulce, similar al de una Doppelbock como EKU 28, repleto de denso caramelo, sirope, malta tostada y toneladas de fruta, sobretodo ciruela madura y pasas. Tiene no obstante un toque balsámico muy leve, con una mínima acidez, que hace que inicialmente pueda cuadrar con una Oud Bruin, aunque es cierto que tendría que ser mucho más evidente en el sabor.

Por desgracia no es así. En boca el dulzor está totalmente descontrolado, resulta  muy empalagosa y tampoco tiene cuerpo para soportarlo. Se presenta como malta tostada, una cantidad de caramelo y sirope insoportable, recordando a gominolas o Coca-Cola que ya ha perdido el gas. Muy ligera, el trago es planísimo y el final se desvanece en la nada. Respecto a la acidez detectada en nariz, aquí está desaparecida por completo. La impresión final es catastrófica, es una cerveza monodimensional, muy industrial y que parece difícil catalogar como una Oud Bruin. Salvo que alguien de confianza me diga lo contrario, evitaré tanto esta cerveza como el resto de productos de la fábrica.

NOTA:

miércoles, 5 de octubre de 2016

Cata en La Vinoteca: Cervezas DouGall's

Tras el parón estival de todos los años, en septiembre se recuperaron los ciclos de catas tanto de cerveza como de vino auspiciados por los diferentes clubes de La Vinoteca de Pamplona. El encargado de protagonizar la vuelta a la actividad del Club Bier fue Andrew Dougall, como bien sabéis responsable de una de las microcerveceras nacionales de más prestigio, y cuyas elaboraciones, tanto por su altísima calidad como por lo ajustado de sus precios, se encuentra entre mis predilectas. A pesar de no ser miembro del Club Bier, Rubén me ofreció asistir a esta reunión, y evidentemente acepté de buena gana.

Hablar en público en una lengua que no es la materna, por muchos años que se lleve viviendo en un país, siempre entraña una dificultad añadida, sin embargo desde el primer momento me llamó la atención la tranquilidad y aparente comodidad de Andrew detallando su aventura delante de más de 50 personas. Así, de forma detallada aunque muy amena, y repleta de un humor inglés que provocó más de una carcajada, nos narró la historia de su cervecera, desde los eternos y arbitrarios laberintos burocráticos que tuvo que soportar durante más de 4 años hasta conseguir los permisos para empezar su actividad (lamentablemente un problema habitual en este país), hasta sus logros más recientes y planes de futuro. Me quedó claro además el gran esfuerzo que supone montar una microcervecería y lo mucho que tarda en llegar la rentabilidad económica, al menos si se mantienen precios razonables.

Por supuesto, todas las cervezas que probamos estaban elaboradas por ellos, y fueron las siguientes:
  • DouGall's Raquera (5% ABV)
  • DouGall's 942 (4'2% ABV)
  • DouGall's Tres Mares (5'2% ABV)
  • DouGall's Hermosa (5% ABV)
  • DouGall's Leyenda (5'8% ABV)
  • DouGall's Session Stout (4'2% ABV)
  • DouGall's IPA 4 (6% ABV)
IPA 4 era la única que no conocía, aunque la tengo en mi despensa, y la verdad es que me pareció una buenísima elaboración. En cuanto a las demás, siempre que tengo la oportunidad me hago con unas cuantas; 942 sigue pareciéndome una de las mejores cervezas nacionales, Tres Mares también es fantásica, e incluso Raquera, que otras veces me había gustado pero tampoco me llamaba demasiado la atención, en esta ocasión me sorprendió muy positivamente. Quizá la que menos interesante me resulta es Hermosa, muy agradable en días calurosos pero algo simple, al menos en mi opinión.

Tras dos horas de sesión todo el mundo salió encantado, sobretodo los que ganaron los quesos cántabros que sorteó Andrew. Yo, por mi parte, me quedé con dos ideas claras: que las cervezas DouGall's son para consumirlas tan frescas como sea posible, y que siempre que quiera puedo pasarme por la fábrica de Liérganes a disfrutarlas directamente del fermentador. Para terminar, quiero dar las gracias a Andrew y a Rubén por invitarme a una sesión tan interesante.