MODELO: Steenbrugge Tripel
ESTILO: Tripel (8'7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS: En las proximidades de la ciudad belga de Brujas se encuentra la abadía que da nombre a este modelo de la importante cervecera Palm, fundada por San Arnoldus en la época en que la peste sacudía Europa. Para evitar la epidemia, San Arnoldus hacía beber cerveza a los monjes de su congregación, gracias a lo cual se le erigió patrón de los cerveceros. Actualmente, Palm usa para la elaboración la receta que se empleaba entonces, procurando así mantener la esencia que caracterizaba a la cerveza de la abadía Steenbrugge.
La tomé en un pequeñísimo parquecito de su ciudad de origen, sentado en un banco entre unos árboles, al final de la interminable Langestraat, y fue de hecho la primera que bebí en Bélgica. Es una cerveza de cuerpo medio bastante regular, en el sentido en que en ningún momento parece destacar en nada, pero hay que reconocer que al final la sensación que queda es muy positiva.
Se podría etiquetar como una Ale Belga clásica, de segunda fermentación en botella, con un intenso olor que recuerda frutas maduras y algo a malta, y un también intenso sabor, dulce y muy duradero, donde las reminiscencias a melocotón son obvias y vienen acompañadas de especias, muy localizadas en la punta de la lengua. Al final del trago, el dulzor parece apagarse ligeramente, percibiéndose una sensación algo áspera que da paso a un leve amargor, tenue y que no altera en absoluto la suavidad de la cerveza.
Como ya he dicho, puede que nunca vaya a hacer saltar a alguien de la silla, pero es una rica cerveza que nunca está de más. Como dato adicional, añadiré que tiene la virtud de ocultar sus casi 9º de alcohol a la perfección, dando la falsa sensación de que una más tampoco va a afectar, así que ojo.
La tomé en un pequeñísimo parquecito de su ciudad de origen, sentado en un banco entre unos árboles, al final de la interminable Langestraat, y fue de hecho la primera que bebí en Bélgica. Es una cerveza de cuerpo medio bastante regular, en el sentido en que en ningún momento parece destacar en nada, pero hay que reconocer que al final la sensación que queda es muy positiva.
Se podría etiquetar como una Ale Belga clásica, de segunda fermentación en botella, con un intenso olor que recuerda frutas maduras y algo a malta, y un también intenso sabor, dulce y muy duradero, donde las reminiscencias a melocotón son obvias y vienen acompañadas de especias, muy localizadas en la punta de la lengua. Al final del trago, el dulzor parece apagarse ligeramente, percibiéndose una sensación algo áspera que da paso a un leve amargor, tenue y que no altera en absoluto la suavidad de la cerveza.
Como ya he dicho, puede que nunca vaya a hacer saltar a alguien de la silla, pero es una rica cerveza que nunca está de más. Como dato adicional, añadiré que tiene la virtud de ocultar sus casi 9º de alcohol a la perfección, dando la falsa sensación de que una más tampoco va a afectar, así que ojo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario