MODELO: Brewdog Paradox Smokehead
ESTILO: Russian Imperial Stout añejada en barrica de whisky (10% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Escocia
CARACTERÍSTICAS: Poco tiempo después de probar Paradox Isle of Arran me encontré una reseña en Cervezas del Mundo que describía una cerveza que poco tenía que ver con la que yo había tomado, lo que me resultó bastante sorprendente hasta que caí en la cuenta de que era una edición distinta. No obstante pintaba tan bien, con esa abundancia de ahumados que tanto me suele gustar, que decidí hacerme con ella tan pronto como fuese posible... cosa que me facilitó el Sr. Líquidos, para variar.
Acepto que con el tema de estilo de cerveza y clima soy un poco tiquismiquis, y me negué a abrirla esta botella hasta encontrar un día suficientemente fresco como para que me apeteciese una Imperial Stout, aunque la espera mereció mucho la pena. Al servirla en copa asusta un poco, es una cerveza negra como el tizón a la que el adjetivo opaca no le hace justicia, protegida con recelo por cuatro dedos de crema beige marronácea. El aroma es destructor, rebosante de malta torrefacta envuelta en un potentísimo ahumado, digno de una Rauchbier, con también notas de madera y cacao en un segundo plano, suave toffee y vainilla, y una leve frutalidad. Muy rico y complejo, es curioso como parecen predominar, o al menos equiparar, los perfumes del whisky sobre los propios de la cerveza, un detalle que me ha gustado bastante.
Igual de consistente a su paso por boca, de cuerpo completo, regala un comienzo dulce y bastante picante dominado por torrefacto y regaliz negro, además algo de café y leve vainilla. No obstante esta calma inicial dura poco y emerge con fuerza un intensísimo gusto a madera y humo que fuerza el equilibrio del conjunto de una forma deliciosa mientras se combina con el sabor del whisky y algo de alcohol. Tras cada pequeño sorbo queda un regusto ahumado con marcadas notas de tabaco y regaliz, terminando así de exhibir una cerveza compleja y muy robusta. Deliciosa, y mucho más de mi gusto que su compañera (aunque ambas me parecen muy buenas).
Acepto que con el tema de estilo de cerveza y clima soy un poco tiquismiquis, y me negué a abrirla esta botella hasta encontrar un día suficientemente fresco como para que me apeteciese una Imperial Stout, aunque la espera mereció mucho la pena. Al servirla en copa asusta un poco, es una cerveza negra como el tizón a la que el adjetivo opaca no le hace justicia, protegida con recelo por cuatro dedos de crema beige marronácea. El aroma es destructor, rebosante de malta torrefacta envuelta en un potentísimo ahumado, digno de una Rauchbier, con también notas de madera y cacao en un segundo plano, suave toffee y vainilla, y una leve frutalidad. Muy rico y complejo, es curioso como parecen predominar, o al menos equiparar, los perfumes del whisky sobre los propios de la cerveza, un detalle que me ha gustado bastante.
Igual de consistente a su paso por boca, de cuerpo completo, regala un comienzo dulce y bastante picante dominado por torrefacto y regaliz negro, además algo de café y leve vainilla. No obstante esta calma inicial dura poco y emerge con fuerza un intensísimo gusto a madera y humo que fuerza el equilibrio del conjunto de una forma deliciosa mientras se combina con el sabor del whisky y algo de alcohol. Tras cada pequeño sorbo queda un regusto ahumado con marcadas notas de tabaco y regaliz, terminando así de exhibir una cerveza compleja y muy robusta. Deliciosa, y mucho más de mi gusto que su compañera (aunque ambas me parecen muy buenas).