El señor
Delirium, de
Cervezas y Otras Cosas, se ha levantado de su asiento para invitarnos a todos a una tercera edición de la Ronda, proyecto en común de diversos blogs en español de temática cervecera que parece que está cosechando unos resultados óptimos. En esta ocasión, hace una difícil propuesta, pide que organicemos una cata (por el momento ficticia) de entre 5 y 8 cervezas, para dar a conocer esta bebida a gente sin demasiada experiencia en este campo.
Son muchos los artículos que ya se han publicado, con estructuras muy diferentes, algunos intentando centrarse en los artículos de un solo país, otros acompañando la cerveza con comida, etc, por lo que a estas alturas es difícil innovar. No obstante, yo voy a intentar hacer algo distinto, invitando a los bloggers a una comida en la que todos los platos han sido sustituidos por cerveza, y que además estarán acompañados, lógicamente, por bebida... ¿adivinan cuál?
Empecemos, aprovechando que pega el calor y que los supuestos catadores no son especialmente aficionados a esta ambrosía terrenal, con algo refrescante, ligero y de fácil beber, para que abran boca mientras esperan el entrante. Encaja perfectamente con estos requisitos una
Hefe Weizen, y dentro del innumerable abanico de buenas posibilidades que ofrece este estilo, optaría por las más famosas, Franziskaner o Paulaner. Entre estas dos, la más apta para esta ocasión me parece una
Franziskaner Hefe-Weiβbier, con su sabor trigal, bastante afrutado, cuerpo ligero y un dulzor no excesivo, que probablemente sorprenderá al catador, por no ser en absoluto parecido a la cerveza que ponen en un bar cualquiera.
Y por fin llega el entrante, una ensalada vegetal... que inmediatamente convertimos en una
cerveza ecológica, elaborada al 100% con productos naturales, sin ningún tipo de aditivo. En la primera que pensé, para no complicar mucho la cosa ya en el inicio, fué en una 4 Elements, pero recordé otras marcas con un sabor más herbal, entre ellas la más común es
Riedenburger Brauhaus Pils. Al igual que la Franziskaner Hefe, esta Pilsener está sin filtrar, pero en ella se aprecia fácilmente un inicio más ácido que contrasta con el final especiado, manteniendo un amargor suficientemente moderado como para no molestar al que la está disfrutando y así se pueda recrear con matices herbales/florales que esta marca posee.
Una vez terminada, tenemos otro modelo que seguro que, gracias a ser una Ale inglesa(estilo minoritario por estos lares) y a su peculiar sabor debido a las aguas sulfuradas de Burton upon Trent, no dejará indiferente. Se trata, por supuesto, de una
Marston's Pedigree, una excelentísima
Bitter Ale con un cuerpo medio, y de sabor duradero, amargo pero equilibrado, que entretendrá a nuestro invitado con sus múltiples matices mientras espera la llegada del primer plato.
Dejemos una cosa clara, no me gustan demasiado las comidas frugales, siempre he preferido que el primer plato sea contundente, y el segundo más contundente aún. Por supuesto, esta cata, aparte de enseñar lo variado del mundo de las cervezas, es acorde a mis gustos, así que el primer plato es fuerte, tanto como la endiablada
Duvel. El completísimo cuerpo de esta
Ale belga será inesperado debido al color dorado, facilmente confundible con el de una lager ramplona, aunque probablemente se lo huela (literalmente) instantes antes de saborearla. Notará un sabor perfectamente equilibrado, algo afrutado, con especias al final del trago, y realmente intenso en comparación con las anteriores que ha probado. Pensé también para primer plato en una Grimbergen Cuvée o en una Chimay Tripel, pero al final me acabé decantando por esta.
Llegamos a la parte más dura de la cata, cervezas de sabor más agresivo y con mayor graduación. Como segundo plato, y el equivalente en fuerza a un chuletón bien especiado, propongo una
Gulden Draak, una
Ale Oscura de complejísimas características, empezando por un intenso olor a malta, grano tostado, acompañado por la presencia de frutas y un picor moderado. El sabor es también muy diferente a la anterior Ale belga, recuerda al café, muy caramelizado, donde se reconoce facilmente el alcohol y, sin embargo, no me parece que estropee en absoluto el sabor de la cerveza. También se notarán matices afrutados, pero no como protagonistas en el trago, que durará mucho tiempo en el paladar.
Como no, la carne tiene que ir acompañada por un buen vino, pero como no soy muy de vinos y, aparte, esta es una cata de cervezas, propongo a la estrella más brillante de la muestra,
Trappistes Rochefort 10. Como su nombre indica, es una
Ale de denominación trapense, con 11'3º de alcohol, la más alta graduación de la cata, con un olor especialmente intenso y que, sin embargo, no se hace molesto gracias a su dulzor. El sabor también es potente, llena la boca, con notas caramelizadas, muy afrutado, a bayas quizá, uva e incluso se le pueden encontrar características más propias del vino. Excelentísima, aunque reconozco que puede resultar algo fuerte para un recién iniciado, aunque a mí tampoco se me hizo especialmente agresiva, todo lo contrario. (en caso de que parezca difícil de encontrar, sustituir por una La Trappe Quadrupel)
Ya llena la tripa, solo queda una pregunta muy típica. ¿Postre, café? Suponiendo que la respuesta sea doblemente afirmativa, servimos primero el postre, algo de fruta. Barajaba como posible una Lambic Frambozen, pero finalmente me he decantado por otra cerveza donde la fruta juega un papel muy importante:
Hoegaarden Verboden Vrucht. Es una
Ale belga, muy afrutada y dulce, con carbonatación muy alta y, por supuesto, un amargor especialmente ligero. Además, es de agradecer el que tenga un final de trago algo especiado y muy refrescante. Tras dos pesos pesados como Trappistes Rochefort y Gulden Draak, esta se hará fácil de beber.
Por último, como café solo cabe una posibilidad, una
Stout. Pensé como primera opción en un modelo excelente, Old Rasputin, pero entre que lo probé por casualidad hace mucho tiempo y tan apenas la recuerdo, y que por aquel entonces era incluso menos capaz que ahora de apreciar una buena Stout, serviré una más común, que critiqué recientemente:
Beamish Irish Stout. Carbonatación muy ligera, olor a grano tostado, cuerpo ligero y sabor cremoso, amargo, con claras reminiscencias a cafe. Ideal para terminar una comida y, en este caso, para terminar una cata.