MODELO: Schmucker Keller Bier Naturtrüb
ESTILO: Kellerbier (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: Kellerbier es un antiguo estilo de cerveza alemán que data al menos de la Edad Media, y que se caracteriza por no haber sufrido durante la elaboración ningún proceso de filtración o pasteurización, teniendo así una cantidad de levaduras superior a la de la mayoría de las cervezas actuales, dandole una gran riqueza en vitaminas y nutrientes. Este modelo lo produce Schmucker, una prolífica cervecera alemana con más de 200 años de historia.
La primera impresión no es en absoluto espectacular, es una cerveza de color amarillo pálido, apagado, que forma una capa de espuma blanca poco densa y compacta que desaparece rapidamente. Visualmente recuerda a una caña con limón, y cuando llega ese olor levemente dulce donde son claras las notas cítricas, sobretodo limón, la reminiscencia es mayor. Sin embargo, también es evidente para el olfato el aroma a malta suave y levadura, al que hay que añadir matices florales aportados por los lúpulos. Nada fuera de lo normal, de intensidad moderada, pero bastante agradable en conjunto.
De cuerpo ligero y sabor tan suave como el aroma, aunque bastante menos dulce, continúa en la misma línea. Predominan las notas a limón en el trago, adornadas con los matices florales del lúpulo, mientras que la malta queda en un segundo plano. Crea en la boca una sensación de efervescencia que junto con el gusto a cítricos hacen de esta una cerveza muy refrescante, aunque esto quede limitado por un regusto algo seco, donde aparece un amargor bien controlado. Disfrutable, pero tampoco nada especial.
La primera impresión no es en absoluto espectacular, es una cerveza de color amarillo pálido, apagado, que forma una capa de espuma blanca poco densa y compacta que desaparece rapidamente. Visualmente recuerda a una caña con limón, y cuando llega ese olor levemente dulce donde son claras las notas cítricas, sobretodo limón, la reminiscencia es mayor. Sin embargo, también es evidente para el olfato el aroma a malta suave y levadura, al que hay que añadir matices florales aportados por los lúpulos. Nada fuera de lo normal, de intensidad moderada, pero bastante agradable en conjunto.
De cuerpo ligero y sabor tan suave como el aroma, aunque bastante menos dulce, continúa en la misma línea. Predominan las notas a limón en el trago, adornadas con los matices florales del lúpulo, mientras que la malta queda en un segundo plano. Crea en la boca una sensación de efervescencia que junto con el gusto a cítricos hacen de esta una cerveza muy refrescante, aunque esto quede limitado por un regusto algo seco, donde aparece un amargor bien controlado. Disfrutable, pero tampoco nada especial.