domingo, 14 de julio de 2013

Mönchshof Bayerisch Hell

MARCA: Mönchshof
MODELO: Mönchshof Bayerisch Hell
ESTILO: Münchner Hell (4'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Pese a mi reciente viaje a Baviera, con contrabando cervecil incluido en el vuelo de vuelta, esta botella no la conseguí por esta vía sino que me la trajo la internista Vicky de ¿Stuttgart? (puede, no estoy seguro), donde cargó su furgoneta de botellas y de novios... o al menos de un novio, que llevaba varios meses por ahí perdido. La fábrica que la elabora, Kulmbacher, no es, ni mucho menos, mi favorita de esta región alemana... sin embargo sí que es cierto que varias de sus cervezas me fascinan, sobretodo la Eisbock y su Hefe-Weißbier Kapuziner

Las Helles son un tipo de cervezas que últimamente estoy disfrutando mucho, aunque tienen el inconveniente de que hay que beberlas poco tiempo después de su elaboración para encontrarlas en su punto álgido, además de que no soportan demasiado bien los viajes. Quizá esto haya tenido parte de culpa, pero esta cerveza la verdad es que pareció tan buena como esperaba. Es dorada, con una espuma porosa no demasiado abundante, y emite un aroma de intensidad ligera, compuesto por una mezcla de malta dulce, cereales y pan fresco, entrelazados con notas de manzana golden, un punto de especia picante con un firme recuerdo floral, y un levísimo toque cítrico y levaduroso. Esta descripción podría encajar con muchas Münchner Hell, sin extraerse de su lectura ninguna característica negativa, aunque es cierto que tampoco sugiere tener unas cualidades excepcionales

Respecto a este tema, pasa exactamente lo mismo con el sabor, que sigue además unas líneas superponibles a las del aroma. Es también moderadamente dulce, con una base de malta y suave miel, algo picante gracias a la ayuda de la carbonatación, que da una leve efervescencia en la punta de la lengua. Se complementa con notas frutales, manzana golden sobretodo y más suave pera y cítricos, para terminar en un final de amargor discreto, claramente floral, con tenues recuerdos terrosos, minerales y especiados. No es la cerveza más compleja ni sabrosa, incluso se podría decir que es algo simple, pero no obstante resulta refrescante y disfrutable sin esfuerzos. Quizá no sea como para buscarla de propio, pero yo no le haría ascos si me la vuelvo a encontrar. ¡Gracias, Vicky!

NOTA:

martes, 9 de julio de 2013

Naparbier Undead Remastered

MARCA: Naparbier
MODELO: Naparbier Undead Remastered
ESTILO: Double IPA (9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: A estas alturas, las Naparbier de producción regular no me ocultan ya ningún secreto, las tengo todas más que probadas tanto de botella como de barril (en este último formato abundan en Pamplona, y mejoran bastante respecto a su presentación en botella, lo cual no es fácil). En lo que sí que no estoy demasiado puesto es en las múltiples cervezas de edición limitada que han ido saliendo al mercado en los últimos meses, puesto que estas botellas, al menos por el momento, no se han podido encontrar en la capital navarra... y, la verdad, casi me da rabia hacer pedidos para que vuelvan a su lugar de origen. Había de todas maneras una que sí que quería conseguir a toda costa, el relanzamiento de Undead, una IPA doble que produjeron en el 2011 con Javier Aldea de la cervecería Kitsch de Vitoria, y que iba a ver de nuevo la luz un par de años después. Entonces me quedé sin probarla, y este año decidí no perder la oportunidad, antes las buenísimas críticas que suscitó.

Luce un color pardo anaranjado, acompañado de una generosa y espesa crema beige amarillenta, muy resistente. Sorprende lo poco aparente que resulta la carbonatación a simple vista, pero el explosivo aroma que posee esta cerveza no necesita la ayuda del gas para llegar a las fosas nasales. En este se detectan con facilidad, o más bien irrumpen, toneladas de hierba y pino junto con intensos recuerdos de cítricos, que al principio resultan un poco arrolladores. A medida que se va calmando esta furia inicial, aparecen malta dulce, caramelo, almíbar y suave miel, mezclados con naranja, mango y melocotón, que sirven de soporte y equilibran muy bien el potente lúpulo.

El inicio del sabor es dulce, con frutas tropicales, melocotón, caramelo y suave miel, pero rápidamente ataca el lúpulo y la boca arde en llamas. Entran cítricos, destacando cáscara de limón y naranja frente a notas de pomelo algo más secundarias, y amargor intenso y seco, con clara presencia de pino, hierba recién cortada y resina. Este amargor y acidez se mantienen en todo momento, no obstante respaldados por una textura cremosa que se mantiene hasta el final, donde se desvanece poco a poco para dejar la boca muy seca, con innumerables matices que pueden recordar a cítricos, manzana verde, pino, resina, y especias como jengibre o clavo. Es justo lo que esperaba de ella, una cerveza extremadamente amarga y dura de digerir, pero con suficiente cuerpo para manejar el lúpulo... al menos en parte, porque uno de los atractivos de esta cerveza es su desequilibrio controlado.

NOTA:

sábado, 22 de junio de 2013

Munich

Que tengo tanta debilidad por Alemania como por las cervezas de este país no es un secreto, creo que quedó bastante bien reflejado en las anteriores reseñas de un par de escapadas que hice a Düsseldorf y a Colonia. Por esto mismo, resulta curioso que hasta este año nunca hubiese pisado la región de este país, y probablemente del mundo, más prolífica en lo que a cervezas respecta: Baviera. El viaje lo había decidido hace ya unos cuantos meses, cuando mi amigo Miguel, uno más en la larga lista de titulados superiores que no ha tenido más remedio que huir al extranjero, me invitó a pasar unos días en su nueva casa en el centro de Munich. Así, a finales de Abril cargué mi maleta de toda la comida nacional (más concretamente navarra) que me vi capaz de cargar, y me fuí a Bilbao para coger el avión que me llevaría a la capital bávara.

Nada más llegar me quedó clara una cosa: Munich ES cerveza; habiendo apenas salido de la zona de recogida de equipajes se encuentra la primera cervecería con marca propia, Airbräu, que no llegué a probar por temas de agenda, pero de la que me han llegado relativamente buenas referencias, al menos para ser una cerveza del aeropuerto. Una vez en el centro de la ciudad, paseando hasta la hora en la que mi amigo salía de trabajar, comprobé que eso solo era un anticipo a lo que me esperaba, puesto que todo el Altstadt está sembrado con cervecerías y supermercados donde se pueden encontrar las 6 cervezas clásicas de la ciudad (Augustiner-Bräu, Franziskaner, Hacker-Pschorr, Löwenbräu, Paulaner y Spaten), junto con innumerables botellas de otras marcas, principalmente bávaras, aunque también hay hueco para importadas. Estas últimas no parecen tener demasiado éxito entre la población, ya sea por el orgullo que profesan hacia sus propias cervezas o por que su precio triplica, como mínimo, a las locales.

Además de visitar la hermosa ciudad, plagada de sitios interesantes que visitar, hasta el punto de que es físicamente imposible abarcarla en una semana, también quería aprovechar para disfrutar de su amplia tradición cervecera. No obstante, aunque no me hubiese interesado este tema habría resultado complicado no empaparse de esta cultura, puesto que allá donde vayas encuentras un Biergarten estratégicamente emplazado, al que resulta difícil resistirse. Es uno de los más famosos, y con seguridad lo mencionarán en todas las guías de la ciudad, pero veo necesario recomendar, por si acaso, el de la Chinesischer Turm, en el Englischer Garten. Eso sí, en este tipo de establecimientos hay que asumir que nos va a costar entre 3 y 4 euros cada jarra de 0'5 litros, y alrededor de 7'5 euros el Maß.

¿Y qué pasa si hace mal tiempo, hecho que no es excepcional en Baviera? Pues tan fácil como ir a cualquiera de las muchas cervecerías de la ciudad o, por qué no, a las oficiales de las 6 marcas de Munich. En este viaje yo visité únicamente dos: nada más llegar fui a descansar y comer algo a la Hofbräuhaus, donde devoré un par de Weisswurst con salsa de mostaza y miel acompañadas con medio litro de Hofbräu Original; y una noche a mitad de las vacaciones, tras una breve incursión en la Frühlingsfest, disfruté en la Weisses Bräuhaus de un par de Schneider Weisse Meine Hopfenweisse de barril, tan deliciosas como podéis imaginar.

Sin duda hay muchas cosas que hacer, y muchas maß que beber, en la capital bávara; no obstante, si se tiene ganas de más, las posibilidades son infinitas. Una de las opciones que más apetecible me resultó fue la de sacar el Länder Ticket, que permite viajar en tren durante todo el día en el estado de Baviera por alrededor de 10 euros, y así poder visitar interesantes lugares de los alrededores. Entre ellas estarían varias fábricas de cerveza mundialmente famosas como Andechs o Weihenstephaner, la bella y ahumada ciudad de Bamberg o, por lo que me decidí finalmente, el espectacular Tegernsee, situado en los Alpes bávaros, a una hora en tren de Munich. Ese día hicimos una excursión de un par de horas que terminaba en la cima de una pequeña montaña, donde nos esperaba, cómo no, un Biergarten. Allí devoramos un delicioso Schnitzel, mientras yo me rehidrataba con la marca local, Tegernsee, de la cual no me volví a separar en el resto del día. Tras bajar otra vez al pueblo, volvimos a recuperar energías en el Biergarten de la Brauhaus  Tegernsee, donde probamos las ricas Helles y Dunkel de la marca antes de iniciar el regreso a la capital.

Con esto concluyo el resumen de los aspectos cerveciles de mi visita a Munich, viaje que en mi opinión es imperdible para todo amante de la cerveza, y más que recomendable también para los que no tienen tanto interés en este tema... aunque, eso sí, es mejor llevar la cartera llena. Yo tuve además la suerte de contar, además de con Miguel, con la compañía de un bávaro fanático de la cerveza, el genial Martin, que me aconsejó con mucho acierto sobre las cervezas a probar. Quiero terminar simplemente con una lista de las mejores que he probado allí, por si alguien se aventura a viajar allí y le apetece probar alguna:

- Aecht Schlenkerla Rauchbier Märzen.
- Andechs Doppelbock.
- Augustiner-Bräu Lagerbier Hell, Augustiner-Bräu Maximator, Augustiner-Bräu Pils.
- Hacker-Pschorr Stern-Weisse.
- Hofbräu Original.
- Paulaner Original Münchner Dunkel.
- Schneider-Weisse TAP 5: Meine Hopfen-Weisse, Schneider-Weisse TAP 6: Unser Aventinus.
- Tegernsee Dunkel Export, Tegernsee Spezial, Tegernsee Tegernseer Hell.
- Unertl Weissbier.

Y nada más me queda por decir, salvo agradecer a Miguel y a Martin su hospitalaria hospitalidad. ¡Prost!

martes, 18 de junio de 2013

Michael Jackson's Beer Hunter

A pesar de haberla visto ya, hace unos días decidí buscar la serie de televisión completa Beer Hunter de Michael Jackson, y ahora que ya tengo los seis capítulos he pensado que podría ser interesante compartirla aquí. Para quien no esté familiarizado con él, es uno de los más reputados escritores y periodistas del mundo cervecil, autor del popular "Libro de la Cerveza", entre otras obras, y una de las personas que más ha aportado a la cultura en este campo. Espero que la disfrutéis.


viernes, 14 de junio de 2013

Sünner Kölsch

MARCA: Sünner
MODELO: Sünner Kölsch
ESTILO: Kölsch (5'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: A la cervecera Sünner se la considera la fábrica activa más antigua de Colonia, y por lo que pude comprobar en el viaje es una de las más respetadas. Actualmente se encuentra situada en los últimos metros de la larguísima Kalkerhauptstraβe, bastante lejos del Altstadt, sin embargo esta no es la localización original sino que desde su fundación en 1846 hasta 1860 estuvo emplazada en Deutz.

La compré en la misma tienda que Pink Panther, aunque realmente podría haberla adquirido en cualquier otro lado porque no es en absoluto una cerveza difícil de encontrar en Colonia, y decidí tomarla al mediodía en una zona verde a la derecha del Rin, un escenario inmejorable. Su aspecto no difiere del de una Pale Lager, quizá destacaría la altísima carbonatación y la densidad de su espuma, sin embargo basta dedicar una mínima atención al olfato para comprobar que estamos ante algo totalmente distinto, cuando la malta y los cereales se ven sobrepasados por un potentísimo recuerdo de manzana verde que, junto con notas de limón, aportan la acidez que se convierte en la tónica del aroma. Esto se ve potenciado por el lúpulo, que aparece en forma de intensos matices herbales y a pino, a lo que se suma un leve deje levaduroso, consiguiendo así un conjunto muy natural y agradable, que a mí personalmente me impresionó.

El sabor sigue exactamente la misma línea que el aroma, se aprecia la malta, aunque su relevancia es limitada, mientras el protagonismo indiscutible es para la manzana verde, los cítricos y el lúpulo, que aporta matices herbales, a pino y resinosos, mientras un suave toque de levadura y mínimo picante dan el punto final a una cerveza completísima. Es simplemente deliciosa, cada trago es refrescante, repleto de sabor, equilibrado de forma milimétrica... poco me costó darme cuenta de que acababa de descubrir mi nueva Kölsch predilecta.

 NOTA:
 





Actualizado por Sir Asf:

CARACTERÍSTICAS: Tardé un tiempo en hacerme con un ejemplar de esta cerveza, fuera de Colonia, de la que guardo un gratísimo recuerdo. Esta riquísima Kölsch fue nuestra compañera en el viaje que hicimos hace un par de años a Alemania. Fuera de contexto me ha sacado del recuerdo y no la he encontrado del todo excepcional.

Viste un color ambar muy cristalino, con una carbonatación más bien moderada, y una capa blanca de espuma fina, pequeña, pero persistente. Su aroma es puramente herbal, con toques afrutados de la manzana, y resquicios de malta dulce y levadura en menor medida.

En boca muestra un sabor fuerte, muy herbal, con la manzana y los cítricos coronando el trago y dirigiéndolo hacia un final suave, amargo y seco. Es uniforme, con un retrogusto muy agradable, pero que no termina de hacerse sobresaliente. No obstante para nada se queda en una cerveza mediocre. Es equilibrada y refrescante, y no dudaría en convertirla en mi menú este verano que se nos viene encima.

Habrá que volver a Colonia a probarla en su hábitat natural (y ese sí que es extraordinario).


NOTA:

Tempus Reserva Especial

MARCA: Tempus
MODELO: Tempus Reserva Especial
ESTILO: Scottish Ale (6'1% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: México


CARACTERÍSTICAS:  Para salir de dudas del todo y dejar de pensar que en México solo se hacen cervezas industriales de refresco, mi amiga Laura me trajo en su último viaje unas cuantas cervezas mexicanas de selección. Tras quedar gratamente sorprendido con la Tempus Doble Malta (podéis leer unos apuntes sobre la marca en ese post), es turno ahora de la Reserva Especial, cuyo resultado ensalzó todavía más mi curiosidad.

Esta cerveza luce un color ocre, con espuma beix burbujeante y esponjosa coronando el caldo, que no dura en demasía, volviéndose enseguida una membrana de poco más de medio dedo de altura. La carbonatación es media, pudiéndose apreciar gran cantidad de burbujas en el vaso.

Su aroma es riquísimo, desprendiendo notas lupuladas, florales y con un ligero toque a torrefacto. En boca es refrescante, especiada, ligeramente picante, con el lúpulo presidiendo el trago, dando de vez en cuando tregua a la malta y con un final amargo delicioso. En conjunto un verdadero ejemplo de buen hacer.

Muchísimas gracias a Laura por el detalle. Muy buena elección.

NOTA:



jueves, 13 de junio de 2013

To Øl Mochaccino Messiah

MARCA: To Øl
MODELO: To Øl Mochaccino Messiah
ESTILO: Brown Ale con café y lactosa (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Dinamarca

CARACTERÍSTICAS: Mucho se habla últimamente de los daneses de To Øl y, demonios, hay motivos para hacerlo. Estos aprendices de Mikkel Borg, alias Mikkeller, hace tiempo que juegan en la misma liga que su maestro, e incluso algunos afirman que le han superado con creces. Yo no me atrevería a decir tanto, por el simple hecho de que solo han pasado por mis manos unas 3 botellas de cada una de las marcas, pero lo que sí que puedo expresar es mi impresión de que las cervezas de To Øl son bastante más regulares; no hay una que no sea, como mínimo, fantástica.

Esta que voy a mencionar hoy es su intento de sustituir el café de primera hora de la mañana (aunque recomiendan no hacerlo siempre), una Brown Ale a la que han añadido lactosa y grano de café. De color marrón roble, casi negro, con una cremosa espuma amarilla, presenta en su aroma una lucha entre caramelo y toffe por un lado, frente a malta tostada y torrefacto, que termina de decidirse por los aromas más ásperos gracias a la intervención de un agradable ahumado. Intensos recuerdos de regaliz negro, y más de fondo frutas del bosque, parecen envolver al conjunto, junto con claros puntos de hierba y café negro. Esperaba que esta última nota fuese la predominante pero curiosamente no es así, sino que está muy bien integrada con los demás matices.

Tras un comienzo más que interesante, en boca despega y roza la perfección. Sobre una relativamente dulce base de malta tostada y sirope de caramelo se ensambla un núcleo de café espresso, cacao puro, algo más suave regaliz negro y torrefacto, y un medido toque de humo. Mientras avanza el trago, y potenciándose al calentarse la cerveza, aparecen notas de moras, pasas y leve cereza madura... no obstante, es un adorno sutil, quien manda en el trago son los tostados y el café. En perfecto equilibrio, aunque forzando hacia los tostados, transcurre hacia un final seco, de amargor controlado, herbal y ligeramente cítrico, que desemboca en un regusto seco, áspero y lleno de sabor, en el que destacan de nuevo café solo y chocolate negro. Una cerveza sublime, reinventan un estilo clásico y el resultado no podría ser mejor: extremadamente sabrosa, con el café controlado a la perfección y en absoluto monótona, que suele ser el principal problema de las cervezas con ingredientes algo peculiares. Otro punto más para To Øl, en las próximas elecciones generales que cuenten con mi voto. ¡Y mi hacha!

NOTA: