domingo, 23 de diciembre de 2012

Tienda en Pamplona: Kalinka

NOTA IMPORTANTE: Esta tienda cerró en el año 2013

A pesar de haberme trasladado recientemente a la bella Pamplona, ciudad que no conocía demasiado antes, entre tiendas online y físicas no ha habido un solo momento en que mis relativamente exigentes necesidades cerveciles no hayan estado satisfechas. No obstante, sí que echaba en falta una tienda de alimentación rusa como la que abrió cerca de mi anterior domicilio en Zaragoza, Kozak, donde poder encontrar de cuando en cuando botellas exóticas venidas del Este de Europa para compartir con amigos cualquier fin de semana.

Pues bien, tras tres semanas viviendo en la capital Navarra, una tarde, mientras paseaba por los alrededores de Plaza del Castillo, me topé de bruces con un modesto local que exhibía unas cuantas botellas de medio litro con carácteres cirílicos en su escaparate. Sin dudarlo un segundo entré con los ojos fijos en los dos frigoríficos situados a la izquierda de la puerta, y tras mucho pensarlo, mientras el dependiente me hablaba de algunas de las marcas, me decidí por la Dunkel bielorrusa Lidskoe, aunque deje otras fichadas para una visita más adelante.

Bastó con que el dueño me dijese el precio de la botella, 1'5 euros, para que decidiese que no necesitaba buscar más tiendas de este tipo, y desde ese día no he acudido a otra cuando me apetece aventurarme con alguna cerveza de etiqueta indescifrable. Además, he podido comprobar que las Baltika 3, 6 y 9 son las únicas fijas, mientras que todas las demás van rotando, pudiéndose ver con frecuencia otras marcas rusas, polacas, ucranianas, e incluso alguna lituana puntualmente. 

Por supuesto, también hay comida típica de estas regiones pero he de reconocer que por el momento no le he hecho mucho caso... ya habrá tiempo, más adelante. Por ahora dejémoslo con que es un lugar estupendo en Pamplona para adquirir cervezas del Este de Europa, lo cual no es poco.




TIENDA: Kalinka
DIRECCIÓN: Calle San Agustín, 28
LOCALIDAD: Pamplona
PROVINCIA: Navarra

sábado, 22 de diciembre de 2012

La Gwilh

MARCA: Diaouligs
MODELO: La Gwilh
ESTILO: Blonde (6'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: La otra cerveza de la Brasserie des Diaouligs que me regaló Pau no era, ni de lejos, tan peculiar como la ya comentada "La Diaoul", elaborada con hidromiel. No obstante, y pese a en principio no ser más que una cerveza rubia, antes de abrirla ya despertaba en mí la fascinación que habitualmente experimento por las cervezas bretonas, me temo que en parte gracias a su misteriosa etiqueta. Su nombre, Gwilh, es el que dieron los habitantes al lobo que rondaba por sus tierras, y que en las noches de Luna llena bajaba a las poblaciones a comer ovejas, gallinas, congresistas, solomillo a la trufa y oporto, o lo que demonios coman los lobos.

El aspecto es muy limpio, de color dorado brillante, apenas turbia, con una esponjosa crema que surge con ímpetu, dejando apenas medio dedo de espuma. Igual que "La Diaoul", desprende en nariz mucha manzana, en este caso mezcla de Golden y Reineta, quedando más secundarios malta dulce, limón y hierba, salpicados de levadura salvaje, miel y especias. La verdad es que, al igual que la otra cerveza de esta fábrica, recuerda mucho a la sidra... no sé si será una característica intrínseca a esta marca, pero también debo decir que mientras conserve un perfil tan cuidado a mí no me parece un inconveniente.

De trago muy refrescante, en parte gracias a su acidez, aunque sin renunciar ni por asomo al sabor. Sorprende que sea capaz de mantener esta cualidad a pesar del claro ahumado que posee, que se mantiene en todo momento tras malta, manzana y limón que forman el núcleo. Una buena ración de clavo, pimienta y levadura adornan un final de amargor y acidez contundentes pero compensados, donde entre notas de cítricos y manzana verde surge un punto de humo y tabaco, que queda en el regusto junto a suaves recuerdos de cuero y madera. Muy distinta de "La Diaoul", pero ambas tienen unas características tan particulares que a casi nadie se le escaparía que ésta también ha salido de la Brasserie des Diaouligs. Sin duda estos bretones tienen una forma peculiar de hacer cerveza que entendería que no fuese del gusto de todo el mundo, pero a mí por lo menos me encanta. Nuevamente, gracias Rosana y Pau.

NOTA:

domingo, 16 de diciembre de 2012

La Diaoul Bier An Ankou

MARCA: Diaouligs
MODELO: La Diaoul Bier An Ankou
ESTILO: Cervoise de chouchen (6'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: Pese a las confusiones que pueda haber, el término francés "cervoise" no quiere decir "cerveza", sino que se refiere a un tipo de cerveza rudimentaria que se elaboraba en la antigüedad sin emplear para ello lúpulo, ya que esta planta no se empezó a utilizar hasta la baja Edad Media, sino otras plantas aromáticas. Como si esto no fuese suficiente originalidad, la Brasserie des Diaouligs decidió complicar más todavía una cerveza de este estilo con la ayuda del chouchen que elaboran también en sus instalaciones, un tipo de hidromiel típica de la Bretaña francesa que tiene la peculiaridad de haber potenciado la fermentación con la adición de manzanas frescas prensadas, habiendo creado así una bebida que se podría calificar como única sin miedo a equivocarse.

Esta tentadora rareza bretona llegó a mi despensa hace unos meses por cortesía de Pau y Rosana, a quienes les agradezco enormemente el detalle, y desde entonces he estado tentado de abrirla, aunque sin saber muy bien a qué atenerme poruqe nunca he probado nada parecido. Gracias a la botella transparente se puede ver antes de abrirla que es de un color rojo cristalino, con destellos anaranjados y marrones, que una vez servida se cubre por una importante cantidad de espuma beige. Inunda las fosas nasales un aroma potente que recuerda con claridad a la sidra, al presentarse un dulzor contrarrestado por una importante acidez, de donde se surgen malta tostada y manzana verde, siendo los matices más evidentes. Más de fondo quedan notas de miel, naranja, algún cítrico, y suaves recuerdos florales y herbales, adornados de canela y clavo. 

Resulta mucho menos delicada en boca, irrumpe con rotundidad la malta tostada, que se rodea de pan, cereales, caramelo, y más tenues miel y frutos rojos. El inicio es dulce, pero por poco tiempo, puesto que en escasos segundos impregna todo el conjunto un fuerte ahumado que al principio me costó identificar, aunque sí distinguía notas de madera y cuero que le acompañan, que aporta al trago una sensación áspera y algo seca. Termina derivando en un amargor claro, algo salado, lleno de hierbas que no sabría especificar, recuerdos asidrados, cítricos y especias picantes, quedando estas junto con un punto de humo en el largo regusto. Esta ha sido una de mis grandes sorpresas del año, de una cerveza de la que tampoco esperaba maravillas me he encontrado un sabor potente, un cuerpo robusto y una complejidad apabullante. Bretaña es fantástica.

NOTA:


domingo, 9 de diciembre de 2012

La Guernoillette Blonde Au Safran

MARCA: La Guernouillette
MODELO: La Guernoullitte Blonde Au Safran
ESTILO: Blonde con azafrán (4'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: Cuando Pau y Rosana visitaron Pamplona al final del verano tras un viaje por tierras bretonas, tuvieron el genial detalle de traerme unas cuantas rarezas francesas, que han estado almacenadas esperando su turno hasta hace pocas semanas, cuando empecé a abrirlas. La primera en circular fue de la Brasserie La Guernouillete, una microcervecera emplazada en el garaje de un domicilio de Saint Brieuc, que en el año 2011 comenzó la actividad que le ha llevado a tener en su repertorio 9 modelos distintos, varios de ellos que se podrían calificar de experimentales sin miedo a equivocarse. Es el caso de la Blonde que voy a comentar hoy, en cuya elaboración se ha empleado un ingrediente tan poco común como es el azafrán, para cuyo manejo hace falta sin duda bastante habilidad.

Es de color amarillo limón, bastante más turbia de lo esperado y muy brillante, con una espuma blanca de la que no queda el menor resquicio en apenas 10 segundos. Queda así un aspecto similar al de un refresco, con una superficie impoluta a la acuden pequeñas burbujas a morir sin dejar huella. Supongo que nadie se extrañará si dijese que el aroma es rarísimo, con el olor algo dulzón y picante de lo que supongo que es el azafrán predominando sobre el resto, que quizá resulta un poco estridente aunque no llega a molestar. Deja cierto espacio para malta dulce, manzana, piña, y afilados recuerdos de limón, probablemente lo más llamativo aparte del azafrán.

En boca, por desgracia, no solo resulta rara sino también poco agradable. El primer problema con el que uno se topa es que falta carbonatación, por no decir que no hay ninguna, y lo mismo sucede con el cuerpo. En cuanto al sabor, es simplón y bastante plano, monopolizado por el azafrán y sin apenas otros matices perceptibles. Poco a poco deja entrar a los cítricos hasta terminar en un final áspero, incluso asidrado, con notas de hoja de limón, uva blanca poco madura, suaves especias y  leve pomelo. Dudo que alguien discuta la originalidad, pero a nivel de calidad no creo que de la talla ni de lejos. No obstante, como regalo es genial, no todos los días se prueba una cerveza de una micro oculta en el corazón de la Bretaña francesa... ¡muchísimas gracias, Lupuloadictos!

 NOTA:

jueves, 6 de diciembre de 2012

DouGall's Leyenda

MARCA: DouGall's
MODELO: DouGall's Leyenda
ESTILO: Extra Special Bitter (5'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Hasta que sea algo más fácil conseguir la nueva botella de esta marca, Raquera, termino con Leyenda este repaso a las tres DouGall's más recientes con una satisfacción plena, puesto que tanto a nivel de calidad como de precio a esta marca no se le puede exigir mucho más. Esta pertenece además a un estilo, las ESB, en el que no soy fácil de complacer porque la mayoría de las pocas marcas distintas que he podido beber lo he hecho en Londres, y siempre que he podido de cask. Ante estas condiciones, que solo se puede calificar de idóneas, cualquier cerveza de este tipo embotellada se presenta en clara desventaja, que por supuesto tiene que remontar.

DouGall's Leyenda se enfrenta a esta tarea sin miedo, y pese a que los lúpulos Warrior, Cascade y Styrian Celeia no son ingleses. Es de color oro anaranjado, ligeramente turbia, y al servirla genera una fina capa de espuma grisácea, imagen típica de una Ale británica salvo porque no es capaz de llenar el "nonic". (malditas botellas de 33 cl, cuánto daño han hecho) En nariz tampoco es demasiado florida y se presenta con intensidad moderada, exhibiendo un perfume compuesto por una base de malta dulce, naranja y albaricoque, que deja más de fondo suaves recuerdos de caramelo y melocotón, aderezado con tenues notas de hierba, cítricos y picante. Sin resultar simplona ni aburrida, parece no se complican la vida y van a por una cerveza efectiva.

En boca sigue la sobriedad británica, conserva esa aspereza que tanto me gusta de las cervezas de este país, salida de los tostados, nuez, almendra y suave caramelo. El dulzor está muy limitado por notas minerales, hierba y naranja, responsabilidad del lúpulo, e incluso poco a poco se apaga más para dejar paso a más cítricos y recuerdos medicinales, suavemente especiados. Termina la cerveza con un amargor firme y seco, no obstante nada excesivo, donde no se puede ignorar la presencia del lúpulo herbal y cítrico. Parece seguir una línea más clásica que sus otras dos compañeras, 942 y Tres Mares, supongo que debido al empleo del Celeia, y eso la convierte en una cerveza de diario estupenda; de hecho, tomar una pinta tanto de barril como de botella tiene que ser una maravilla. ¿Para cuando botella de medio litro o cask de Leyenda?

PD: Me había olvidado, un millón de gracias a los Rodríguez (nada que ver con Calamaro y Rot) que fueron quienes me regalaron las 3 botellas. 

NOTA:

viernes, 30 de noviembre de 2012

Brooklyn East India Pale Ale

MARCA: Brooklyn
MODELO: Brooklyn East India Pale Ale
ESTILO: India Pale Ale americana (6'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Estados Unidos

CARACTERÍSTICAS: Uno de los regalos cerveciles que me trajo Hugo en su última visita a la capital, fue esta IPA estadounidense. Había leído cosas buenas de esta cerveza, y no quedó otro remedio que comprobar por mi mismo la calidad de esta cerveza de Brooklyn.

Como su propio nombre indica, viene elaborada por la cervecera Brooklyn Brewery, cuyo nacimiento data de 1987. Su creador, Steve Hindy, aprendió a elaborar cerveza durante sus seis años de aventura  en paises de Oriente Medio, y en su retorno a Brooklyn creó la cervecera junto a su vecino Tom Potter. El diseño de las etiquetas no es muy de mi gusto, pero fue elaborado por el reconocido diseñador Milton Glaser.

Al abrir la botella ya destaca un aroma intensísimo a lúpulo fresco, conllevando gran cantidad de papeletas para resultar una cerveza excelente. En el vaso luce un color amarillo anaranjado, como ambar, con elevada carbonatación y consistencia cristalina aunque ligeramente sedosa, como turbia. La espuma es de color blanco y aguantaría un vendaval.

Centrándose en el aroma, despide notas lupuladas intensas, acompañadas de notas florales, afrutadas y ligeramente malteadas. Irremediablemente invita al trago, que se convierte en una experiencia bestial. Tiene un comienzo potente, que poco a poco va decreciendo hasta tornarse en un recuerdo en el paladar, agradable y persistente. Destacan las notas herbales de los lúpulos, amargas y riquísimas. Genera un poco de espuma en boca, que acompaña al resto de matices, afrutados, cítricos, con regusto de levadura y malta.

Me ha parecido una maravilla de cerveza, equilibrada en todos los sentidos. 

NOTA:



jueves, 29 de noviembre de 2012

Cata "Bier Chrome" en la Vinoteca III: Back in Black

Se celebró el pasado Jueves la tercera ronda del ciclo "Bier Chrome" de la Vinoteca, una vuelta a las cervezas oscuras aunque en esta ocasión tendiendo hacia vertientes más dulces, en contraposición con los sabores más secos y ásperos con los que nos deleitamos en la primera cata. Esta vez no era yo el responsable de dirigir la sesión sino que se iban a encargar de hacerlo Rubén Fernández, el responsable del Club Bier, y Luis Fernández, fundador de la Vinoteca, a pesar de lo cual me invitaron a acudir, cosa que por supuesto hice encantado.

La intención de esta ronda era, como en las otras ocasiones, resaltar las diferencias entre cervezas de color similar pero pertenecientes a distintos estilos. Contabamos sin embargo con la peculiaridad de que quien iba a realizar la cata, Luis Fernández, ha dedicado gran parte de su vida al mundo del vino y tiene una amplia experiencia en la cata de esta bebida. Esto me pareció que podía darle a las cervezas que ibamos a revisar una nueva perspectiva, lo cual siempre resulta interesante, además sumado a lo mucho que aporta a la cata un sentido del olfato y del gusto muy entrenados en esta materia.

Si la selección cervecil de las anteriores reuniones había sido muy buena, el menú al que nos ibamos a someter no se podía calificar sino como excepcional. Durante la semana previa estuve salivando al pensar en las joyas que ibamos a degustar, que finalmente discurrieron en este orden:
  • Samuel Smith's Nut Brown Ale (Brown Ale)
  • Andechs Doppelbock Dunkel (Doppelbock)
  • St. Peter's Cream Stout (Milk Stout)
  • Robinson's Old Tom Original (Strong Ale)
  • Brewdog San Diego Scotch Ale (Scotch Ale macerada con pasas empapadas en ron Ballast Point añejada en barrica de whisky)
  • Corsendonk Christmas Ale (Brune de Navidad)
  • Westvleteren 12 (Quadrupel Trapense)
Algunas de estas cervezas son viejas conocidas que sabía perfectamente que iban a funcionar sin problemas, no obstante hubo dos sorpresas entre ellas: lo maravillosa que me resultó la Doppelbock de Andechs pese a haberla bebido mil veces, y lo floja que me pareció la Christmas Ale de Corsendonk en comparación con las demás cervezas que había en la mesa. (y con la Dubbel y la Tripel de esta marca, ya sea dicho de paso) De todas formas, mi interés se centraba sobretodo en las dos cervezas que no había tenido la fortuna de probar hasta ahora. 

La nueva San Diego Scotch Ale de los escoceses Brewdog fue la primera de estas, y he de decir que no esperaba que fuese tan rematadamente buena. Es densa como un sirope y muy cremosa, cargada de frutas oscuras, chocolate y caramelo, y a la vez con notas de licor, vainilla y madera aportadas por la barrica y las pasas presentes en todo momento. No obstante, el equilibrio es impecable y estos no saturan el trago en absoluto; más bien al contrario, a medida que va calentándose la bebida ganan fuerza poco a poco, pero perfectamente integrados con los demás sabores. El único problema es el precio, que tirará para atrás a muchos (entre ellos me incluyo), pero si alguien se decide a comprarla no creo que se decepcione. 

En cuanto a la reina del baile, Westvleteren 10, había asumido que la fama que le rodea había fomentado el que estuviese sobrevalorada... no podría estar más equivocado. No me pareció una Quadrupel cualquiera, sino una cerveza compleja como pocas y rebosante de sabor, apreciándose además en este un frescor y una frutalidad que no es la típica del estilo, sin perder cuerpo y densidad. Brillante, la verdad, no como para pagar los 10 euros que se suelen pedir por ella, pero sí como para esforzarse en pasar por la abadía alguna vez.

La cata transcurrió como las anteriores, con un considerable número de personas atentos a las palabras del director, mientras iban saliendo de la trastienda una tras otra cervezas y pinchos. Fue una gozada el comprobar la capacidad de Luis de diseccionar innumerables matices tanto del aroma como del sabor, que habitualmente provocaban el asentimiento de los asistentes, aunque también se nos brindó al público la posibilidad de sacar las distintas notas de una de las cervezas. Tras dos horas y pico de cerveceo y charla, una vez que hubimos terminado tanto comida como bebida, se levantó la sesion