MODELO: Chimay Bleu/Grande Réserve
ESTILO: Brune Trapense (9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS:
La historia de la Abadía Scourmount está recogida en la entrada de la Chimay Roja, por lo que me ahorraré los párrafos y pasaré a hablar sobre esta excelente variedad de Chimay: Chimay Azul.
Desde el momento en que la botella es abierta se respira un olor a gloria, a levadura fresca, malta y especias. El primer trago es sencillamente sublime, y poco a poco se va percibiendo un sabor delicioso y potente, una combinación excelente de dulces y amargos, dejando matices realmente interesantes a cada trago, con aromas caramelizados. Los 9 grados de alcohol la convierten en la más poderosa de las Chimay. Aunque no llegan a embriagar, sí que toman presencia al cabo de un rato, aligerando la mente y relajando el cuerpo.
La espuma es espesa y abundante, y se desliza por la copa a medida que ésta se va quedando vacía. Es una cerveza de color marrón oscuro.
Una elección excelente, una riquísima cerveza que puede estar presente en cualquier momento, aunque disfrutarla a solas o con gente que sepa disfrutar una cerveza fuerte, acompañada de quesos y con un rato tranquilo y largo por delante, es uno de los placeres capitales que se pueden experimentar.
(Nótese media cerveza de puntuación más que la Chimay Roja. Opiniones personales)
Desde el momento en que la botella es abierta se respira un olor a gloria, a levadura fresca, malta y especias. El primer trago es sencillamente sublime, y poco a poco se va percibiendo un sabor delicioso y potente, una combinación excelente de dulces y amargos, dejando matices realmente interesantes a cada trago, con aromas caramelizados. Los 9 grados de alcohol la convierten en la más poderosa de las Chimay. Aunque no llegan a embriagar, sí que toman presencia al cabo de un rato, aligerando la mente y relajando el cuerpo.
La espuma es espesa y abundante, y se desliza por la copa a medida que ésta se va quedando vacía. Es una cerveza de color marrón oscuro.
Una elección excelente, una riquísima cerveza que puede estar presente en cualquier momento, aunque disfrutarla a solas o con gente que sepa disfrutar una cerveza fuerte, acompañada de quesos y con un rato tranquilo y largo por delante, es uno de los placeres capitales que se pueden experimentar.
(Nótese media cerveza de puntuación más que la Chimay Roja. Opiniones personales)
NOTA:
CARACTERÍSTICAS: Tras tres interminables meses de estudiar como un bosquimano escogí el producto estrella de la que es probablemente la marca Trapense más popular para celebrar mi ansiado final de examenes, y además así aproveché para estrenar la copa que la gigantesca Ana me consiguió de forma misteriosa. Era consciente de que esta reseña no iba a ser precisamente fácil, así que busqué un ambiente tranquilo donde pudiese concentrarme exclusivamente en la bebida, y tras poner algo de música me lancé a ello.
Es una cerveza marrón oscura, casi negra, que se torna de color pardo apagado si la colocamos al trasluz, y forma una cremosa y duradera capa de espuma beige de burbuja muy fina. Al olfato es simple y llanamente perfecta, repleta de matices desde el primer instante, comenzando con la aparición de la dulce malta y muchísima fruta, de donde destacaría sobretodo ciruelas y peras, aunque también se aprecian aromas de naranja, mora y un suave deje a plátano aportado por el trigo empleado en la elaboración. Como base se puede encontrar caramelo y chocolate con leche, con bastante moderación, y el alcohol se intuye entre el plátano y especias picantes bastante evidentes. Mucho más disimulada es la presencia del lúpulo, relegado a un plano completamente secundario.
En el sabor lo primero que percibo son manzanas y quizá peras, para abrir paso al instante al bombazo de malta tostada, ciruelas maduras, denso chocolate con leche y suave caramelo, acompañadas por un punto importante de especias picantes, clavo y canela. Más adelante se añade un punto de acidez cítrica y algo de alcohol, que aparece con fuerza pero sin exceso, y se fusionan a la perfección con un final largo, muy frutal y donde el alcohol ataca directamente a la garganta, dando una sensación muy placentera. Perfectamente equilibrada, una cerveza de lujo para disfrutar con calma y apreciando los innumerables detalles que ofrece.
Es una cerveza marrón oscura, casi negra, que se torna de color pardo apagado si la colocamos al trasluz, y forma una cremosa y duradera capa de espuma beige de burbuja muy fina. Al olfato es simple y llanamente perfecta, repleta de matices desde el primer instante, comenzando con la aparición de la dulce malta y muchísima fruta, de donde destacaría sobretodo ciruelas y peras, aunque también se aprecian aromas de naranja, mora y un suave deje a plátano aportado por el trigo empleado en la elaboración. Como base se puede encontrar caramelo y chocolate con leche, con bastante moderación, y el alcohol se intuye entre el plátano y especias picantes bastante evidentes. Mucho más disimulada es la presencia del lúpulo, relegado a un plano completamente secundario.
En el sabor lo primero que percibo son manzanas y quizá peras, para abrir paso al instante al bombazo de malta tostada, ciruelas maduras, denso chocolate con leche y suave caramelo, acompañadas por un punto importante de especias picantes, clavo y canela. Más adelante se añade un punto de acidez cítrica y algo de alcohol, que aparece con fuerza pero sin exceso, y se fusionan a la perfección con un final largo, muy frutal y donde el alcohol ataca directamente a la garganta, dando una sensación muy placentera. Perfectamente equilibrada, una cerveza de lujo para disfrutar con calma y apreciando los innumerables detalles que ofrece.