MODELO: Lluna Morisca
ESTILO: Brune biológica con hierbas aromáticas envejecida en barrica de roble (6'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España
CARACTERÍSTICAS: Una vez terminados los deberes rumanos es el momento de lanzarse a una de las reseñas más complicadas que he hecho este año, de una de las cuatro cervezas artesanales valencianas que nos envió el Lúpuloadicto Pau, en colaboración con Rosana, a los que aprovecho para agradecer nuevamente el detalle. Es una cerveza un tanto experimental, elaborada, según leí en el blog de Pau, con técnicas poco habituales como es una tercera fermentación en botella, un añejamiento (¿esta palabra existe?) en barril de roble y macerada con hierbas que por el momento siguen siendo una incognita, aunque tengamos alguna sospecha.
Es de color pardo, granate, con intensos brillos rojizos al trasluz, coronada por una densa capa de espuma beige, bastante fugaz debido a la limitada carbonatación que presenta. Muy fácilmente perceptible al olfato aunque no es demasiado penetrante, emite un aroma dulce, con suaves toques de malta tostada, azúcar quemado y una estupenda base de caramelo, y sorprendentemente frutal, donde destacaría melocotón y albaricoque, a los que se suman delicados recuerdos de naranja. Solo con esto se podría considerar un aroma bastante complejo, pero faltaría mencionar un notable punto picante, notas florales y de miel de intensidad considerable aún siendo más secundarias, sin olvidarnos del perfume de las hierbas aromáticas empleadas en la elaboración, que curiosamente no fue lo que me pareció más prominente al olfato.
Cabía esperar un sabor también dulce, una cerveza fácil de beber, y de hecho es así como empieza, con suave malta, un delicado aunque consistente gusto a albaricoque con un punto cítrico muy medido, y miel de fondo. Sin embargo esto se ve interrumpido de forma brusca e inesperada por un sabor muy intenso, un tanto áspero y seco, algo floral al inicio y extremadamente herbal al final, donde me pareció identificar té de roca y manzanilla, aunque no podría asegurarlo. El trago termina de forma seca, con dejes florales y de miel, y un amargor marcado que va arrastrando desde la irrupción de las hierbas aromáticas en el sabor. Curiosa y bastante agresiva, quizá algo descompensadas las hierbas aromáticas pero a mí me gustó mucho, y encima le veo potencial para ser una cerveza espectacular haciéndole algunos retoques.
Es de color pardo, granate, con intensos brillos rojizos al trasluz, coronada por una densa capa de espuma beige, bastante fugaz debido a la limitada carbonatación que presenta. Muy fácilmente perceptible al olfato aunque no es demasiado penetrante, emite un aroma dulce, con suaves toques de malta tostada, azúcar quemado y una estupenda base de caramelo, y sorprendentemente frutal, donde destacaría melocotón y albaricoque, a los que se suman delicados recuerdos de naranja. Solo con esto se podría considerar un aroma bastante complejo, pero faltaría mencionar un notable punto picante, notas florales y de miel de intensidad considerable aún siendo más secundarias, sin olvidarnos del perfume de las hierbas aromáticas empleadas en la elaboración, que curiosamente no fue lo que me pareció más prominente al olfato.
Cabía esperar un sabor también dulce, una cerveza fácil de beber, y de hecho es así como empieza, con suave malta, un delicado aunque consistente gusto a albaricoque con un punto cítrico muy medido, y miel de fondo. Sin embargo esto se ve interrumpido de forma brusca e inesperada por un sabor muy intenso, un tanto áspero y seco, algo floral al inicio y extremadamente herbal al final, donde me pareció identificar té de roca y manzanilla, aunque no podría asegurarlo. El trago termina de forma seca, con dejes florales y de miel, y un amargor marcado que va arrastrando desde la irrupción de las hierbas aromáticas en el sabor. Curiosa y bastante agresiva, quizá algo descompensadas las hierbas aromáticas pero a mí me gustó mucho, y encima le veo potencial para ser una cerveza espectacular haciéndole algunos retoques.