MODELO: Echt Einsiedler Böhmisch
ESTILO: Pilsener (5'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: Y otra pequeña que me traje de Berlín. La compré en un supermercado a muy buen precio, y fue su etiqueta la que inmediatamente llamó mi atención. Luce un niño que sujeta sonriente una enorme jarra de cerveza, personaje que parece sacado de una novela picaresca.
La cervecera Einsiedler Brauhaus es una fábrica asentada en Einsiedel, Sajonia. En 1885 fue establecida por un fabricante de máquinas en Chemnitz (Einsiedel). A lo largo del siglo veinte, esta fábrica llegó a asociarse con cervecerías como Radeberger o United Breweries VEB Braustolz, pero después de la reprivatización en 1990 desarrolló la Brauhaus Böhmisch, convirtiéndose en la mayor fábrica de cerveza privada independiente de los nuevos Estados Federados. La Einsiedler Brauhaus utiliza agua de sus pozos, y maltas Pilsen y Munich propios.
La Echt Einsiedler Böhmisch viste un color ambar muy cristalino, con muchas burbujas adheridas al vaso y en continua ascensión. Ostenta una capa de espuma abundante y duradera, de color blanco. Su aroma es fresco, aunque no muy rico en matices, pudiéndose entrever leves tonos maltoso y herbales. En boca adquiere mejor forma, dejando un sabor floral que se funde con la malta, muy suave, y que desemboca en un punto final amargo y seco. El regusto sigue siendo suave, y trago tras trago continúa en la misma tesitura, sin resultar desagradable pero mostrándose algo aburrida.
La cervecera Einsiedler Brauhaus es una fábrica asentada en Einsiedel, Sajonia. En 1885 fue establecida por un fabricante de máquinas en Chemnitz (Einsiedel). A lo largo del siglo veinte, esta fábrica llegó a asociarse con cervecerías como Radeberger o United Breweries VEB Braustolz, pero después de la reprivatización en 1990 desarrolló la Brauhaus Böhmisch, convirtiéndose en la mayor fábrica de cerveza privada independiente de los nuevos Estados Federados. La Einsiedler Brauhaus utiliza agua de sus pozos, y maltas Pilsen y Munich propios.
La Echt Einsiedler Böhmisch viste un color ambar muy cristalino, con muchas burbujas adheridas al vaso y en continua ascensión. Ostenta una capa de espuma abundante y duradera, de color blanco. Su aroma es fresco, aunque no muy rico en matices, pudiéndose entrever leves tonos maltoso y herbales. En boca adquiere mejor forma, dejando un sabor floral que se funde con la malta, muy suave, y que desemboca en un punto final amargo y seco. El regusto sigue siendo suave, y trago tras trago continúa en la misma tesitura, sin resultar desagradable pero mostrándose algo aburrida.
NOTA: