MODELO: Arcobräu Zwickelbier
ESTILO: Kellerbier (5'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: Hace un mes y medio aproximadamente, al entrar al Corte Inglés a abastecerme de Weltenburger para una noche ajetreada, me topé de frente con 3 botellas distintas de una marca que no conocía de nada y decidí, aprovechando que la más cara de ellas costaba 0'99€, llevarme las 3 para probar. Huelga decir que por ese precio no eran ni mucho menos las mejores cervezas de Alemania, pero el poder llevarme a casa una Kellerbier por 70 céntimos hizo que volviese a por esta con la única intención de analizarla un poco más detenidamente.
No sé muy bien por qué atribuí la marca a una fábrica jóven, nada más lejos de la realidad puesto que los elaboradores de Arcobräu llevan casi 450 años en el tajo. En cuanto a su cerveza, la verdad es que no habría demasiados motivos para quejarse, sigue al pie de la letra las características propias de una Keller; de color amarillo pajizo, moderadamente turbia, y que emana un aroma de intensidad media compuesto por malta dulce con una relevante presencia de limón y pomelo, un acentuado toque de hierba y mínimo picante.
Como era de esperar es una cerveza ligera y refrescante, perfecta compañera de las noches de verano. Comienza su sabor con un delicado dulzor proporcionado por la malta que abre paso a los cítricos, acompañados de algún deje levaduroso, para terminar el trago con un suave amargor herbal, ligeramente especiado. Una cerveza simple pero efectiva, fácil de beber, y relación calidad-precio inmejorable. Repetiría encantado, pero por motivos que se me escapan duraron apenas 15 días en el supermercado.
No sé muy bien por qué atribuí la marca a una fábrica jóven, nada más lejos de la realidad puesto que los elaboradores de Arcobräu llevan casi 450 años en el tajo. En cuanto a su cerveza, la verdad es que no habría demasiados motivos para quejarse, sigue al pie de la letra las características propias de una Keller; de color amarillo pajizo, moderadamente turbia, y que emana un aroma de intensidad media compuesto por malta dulce con una relevante presencia de limón y pomelo, un acentuado toque de hierba y mínimo picante.
Como era de esperar es una cerveza ligera y refrescante, perfecta compañera de las noches de verano. Comienza su sabor con un delicado dulzor proporcionado por la malta que abre paso a los cítricos, acompañados de algún deje levaduroso, para terminar el trago con un suave amargor herbal, ligeramente especiado. Una cerveza simple pero efectiva, fácil de beber, y relación calidad-precio inmejorable. Repetiría encantado, pero por motivos que se me escapan duraron apenas 15 días en el supermercado.