MODELO: Pinkus Hefe Weizen
ESTILO: Hefe-Weiβbier Biológica (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: Tras casi un mes sin pasearme por estos lares (debido a un aumento considerable de entropía en mi vida, que por fin he estabilizado) regreso con intención de volver a las andadas. Y qué mejor manera de hacerlo que con una hefeweizen alemana, que además me llegó de mano del cambio más importante que incluye mi reciente retahíla de ocupaciones, a quien agradezco muy mucho el detalle.
Ya hablamos un poco de la marca en el post que hizo Embracing hace cuatro años, sobre Müller Lagerbier (cerveza que me dio a probar entonces, con el pretexto de que probablemente no volvería a probarla en mi vida). Una fábrica que elabora cervezas biológicas y que tiene tradición familiar.
Esta cerveza de trigo viste un color amarillo pálido en su base, que gradualmente se va oscureciendo y enturbeciendo a medida que se acerca a la superficie. Presenta una elevadísima carbonatación, en forma de minúsculas burbujas. En su copa se forma una capa de espuma blanca y cremosa, en continua efervescencia, aunque de duración correcta.
Su aroma deja escapar notas malteadas, con galleta y levadura. En menor medida aparecen los matices frutados y cítricos, donde destaca el plátano. En boca es de primeras ácida, aunque de intensidad muy comedida. Poco a poco va dejando paso a formas más levadurosas y maltosas, ascendiendo en fuerza. Es una cerveza cítrica y muy reservada, sin grandes pretensiones. Muy fácil de beber y muy efectiva para este calor veraniego, con la invitación a tomar varias decenas de barriles en una tarde tonta que se precie.
Echo en falta mayor intensidad en sus matices, y quizás algo más de fuerza en su sabor, pero no es para nada un mal ejemplo del estilo. Agradezco una vez más el detalle a la señorita que me regaló esta botella.
Ya hablamos un poco de la marca en el post que hizo Embracing hace cuatro años, sobre Müller Lagerbier (cerveza que me dio a probar entonces, con el pretexto de que probablemente no volvería a probarla en mi vida). Una fábrica que elabora cervezas biológicas y que tiene tradición familiar.
Esta cerveza de trigo viste un color amarillo pálido en su base, que gradualmente se va oscureciendo y enturbeciendo a medida que se acerca a la superficie. Presenta una elevadísima carbonatación, en forma de minúsculas burbujas. En su copa se forma una capa de espuma blanca y cremosa, en continua efervescencia, aunque de duración correcta.
Su aroma deja escapar notas malteadas, con galleta y levadura. En menor medida aparecen los matices frutados y cítricos, donde destaca el plátano. En boca es de primeras ácida, aunque de intensidad muy comedida. Poco a poco va dejando paso a formas más levadurosas y maltosas, ascendiendo en fuerza. Es una cerveza cítrica y muy reservada, sin grandes pretensiones. Muy fácil de beber y muy efectiva para este calor veraniego, con la invitación a tomar varias decenas de barriles en una tarde tonta que se precie.
Echo en falta mayor intensidad en sus matices, y quizás algo más de fuerza en su sabor, pero no es para nada un mal ejemplo del estilo. Agradezco una vez más el detalle a la señorita que me regaló esta botella.
NOTA: