MODELO: Naparbier Zombreaker
ESTILO: Double IPA (8'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España
CARACTERÍSTICAS: El primero de los grandes lanzamientos de Naparbier de finales del 2012 / principios del 2013 tuvo como excusa el primer aniversario de la tienda online Zombier, que los navarros quisieron celebrar ofreciéndole a Gabriel esta IPA doble elaborada con Columbus, Citra y Cascade. Tuve la suerte de poderla probar en la fábrica de Landaben, con Pau y Rosana de Lupuloadicto, antes de que estuviese madura, durante una fugaz visita guiada por Juan, y quedamos todos francamente sorprendidos por el nivel que apuntaba a pesar de faltar todavía semanas para que estuviese terminada. Huelga decir que, tras este adelanto, decidí que al menos una botella de este delicioso néctar tenía que pasar por mi despensa.
Tras un viaje Pamplona - Málaga - Pamplona, llegó la botella a mi casa y en cuanto tuve un hueco en mi agenda cervecil (lo de agenda cervecil es tan organizado como suena, es posible que tenga algo similar a un trastorno obsesivo-compulsivo) la descorché. Es de color marrón anaranjado, con brillos dorados, y forma al servirla una resistente espuma con un casi imperceptible tinte amarillo, mientras empieza a liberar un intenso perfume que inunda la habitación. En este predominan las frutas tropicales, junto con melocotón en almíbar y naranja madura, envueltas en un dulce abrigo de malta y toffee. Todo ello se recubre con un medido y delicado soplo de lúpulo herbal oleoso, con recuerdos de resina y chicle. Me parecio un aroma bastante amable, sobretodo para una DIPA, pero por lo que recordaba de su prototipo estaba convencido de que la cerveza me guardaba más que esto.
En boca están presentes tanto la malta y el caramelo como las frutas tropicales, pero con la diferencia de que el lúpulo americano se esconde traicionero y a los pocos segundos asesta una puñalada de amargor y acidez intensos, dejando la boca anestesiada con un torrente mezcla de hierba, pino, resina, limón y pomelo, de marcado carácter especiado. No contento con esto, intensifica el amargor para crear un final agresivo, áspero, seco, astringente, con toneladas de lúpulo, cítricos y un claro recuerdo alcohólico, no obstante controlado. A pesar de su amargor extremo y su importante graduación alcohólica, mantiene en todo momento el equilibrio, dentro de las necesidades del estilo, gracias a un cuerpo consistente que actúa de barrera, haciendo de esta una cerveza de trago corto, para disfrutar con calma. Es simplemente excepcional, lo mejor que he probado de Naparbier hasta la fecha, y eso no es decir poco.
NOTA: