MARCA: Fuller's
MODELO: Fuller's Vintage Ale 2011
ESTILO: Barley Wine (8'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Inglaterra
CARACTERÍSTICAS: Cuando empecé la especialidad en Pamplona decidí comprar una botella de una cerveza un tanto particular con la intención de abrirla una vez que completase los intensivos años de formación que tenía por delante. Evidentemente tenía que ser de un estilo al que el paso del tiempo le sentase bien, y la botella de Fuller's Vintage que encontré en el sótano de la Vinoteca de calle Chapitela me pareció una candidata inmejorable. Ha estado durante estos 5 años a buen resguardo, y el pasado mes de mayo me atreví a descorcharla, no con poca expectación. Esta edición se hizo con la mente puesta en la boda real británica, aunque esto no supuso ningún cambio mayor en la receta de ese año, menos aún en el sentido de Brewdog y su Royal Virility).
Su color es rojo anaranjado y es excepcionalmente turbia, se ve incluso cierto sedimento flotando. Esto no perjudica en absoluto a su aspecto y con su abundante e inamovible espuma beige, cremosa y de burbuja finísima, la imagen es magnífica. En nariz es impresionante, el transcurso de los años ha concentrado y pulido los diferentes matices y los ha integrado en un denso torrente de malta dulce, sirope de caramelo y frutas oscuras maduras. Salen con un protagonismo similar uvas pasas, dátiles y algo de higos, envueltos en recuerdos de moscatel y brandy, y se intuyen también puntos de chocolate negro. El lúpulo ha desaparecido casi por completo con el paso del tiempo, no obstante aún sin este componente la complejidad es extrema.
Como se puede imaginar el cuerpo es completo, y su paso sedoso por la boca la inunda de sabor al instante. De entrada irrumpen de nuevo toneladas de dulce malta tostada, caramelo oscuro y, lo que más destaca, un intenso sabor a cacao puro que atraviesa el trago del principio al fin. De fondo, tras una delicada carbonatación, mermelada, pasas, ciruela negra madura, frutos secos y algún discreto toque de dátil. Final de amargor moderado aunque muy estructurado, mínimamente cítrico y terroso, con recuerdos de brandy y cacao y fruta en el largo regusto. Una cerveza para tomar con calma, disfrutando de cada detalle. Me ha gustado más que la vez que la tomé sin envejecer tanto, aunque también las circunstancias favorecían que esto sucediese. Impecable.
NOTA: