viernes, 8 de junio de 2018

Ambar IPA

MARCA: Ambar
MODELO: Ambar IPA
ESTILO: American Pale Ale (5'7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Tras el largo repertorio de cervezas de edición limitada que nos ha presentado La Zaragozana durante estos últimos años, en esta primera mitad del año nos han sorprendido a todos con el lanzamiento de Ambar IPA. Se trata de la primera cerveza industrial nacional en la que se emplea este término, aunque sospecho que no será la última, lo que nos indica lo fuerte que están pegando las microcerveceras y cómo van marcando el ritmo, tanto en nuestro país como en otros. Está elaborada con lúpulos Cascade, Columbus, Hallertauer Mittelfrüh y Nugget, y tal y como la describen queda claro que no nos vamos a encontrar una IPA de estilo norteamericano al uso, sino más bien una versión adaptada al paladar del consumidor medio, del estilo de San Miguel Manila. De hecho en la publicidad insisten en que no es una cerveza artesanal sino industrial, en un alarde de sinceridad que es de agradecer. Para su presentación oficial en la fábrica de La Zaragozana contaron con la presencia de Ken Grossman, fundador de Sierra Nevada, en un acto que tuvo que ser como mínimo interesante. Yo no pude asistir, pero desde La Zaragozana tuvieron la amabilidad de hacerme llegar una lata a casa, y hoy comento mis impresiones.

Es una cerveza de color marrón amarillento, bastante turbia. Genera una espuma blanca esponjosa, abundante pero poco duradera, aunque queda bien adherida al vidrio. El aroma es dulzón y muy frutal. Se detecta malta de tueste ligero, algo de caramelo, grandes cantidades de frutas muy maduras, sobretodo melocotón, naranja y más suave mango, e incluso recuerdos de gominolas, todo ello aderezado con un punto de especia picante. Lo curioso es que el lúpulo no está todo lo definido que me debería; es evidente que tiene un papel relevante, pero no tanto como suele ser habitual en el estilo.

En boca se presenta con cuerpo medio y su textura es agradable, nada pesada. La entrada la protagoniza la malta, cereal, suave caramelo y algo de fruta. Por el lúpulo empiezan a despegar las notas frutales, con albaricoque, naranja sanguina, suave melocotón, pero sin llegar a romper. En el amargor final, nada agresivo, se acentúan limón, naranja, un punto de pomelo y especia picante, con un deje tropical por detrás que recuerda a gominolas o refresco. Para el consumidor medio puede ser interesante, además de ser muy distinta a otras elaboraciones de fábricas industriales sirve como entrada al mundo del lúpulo, aunque apoyándose mucho en los elementos menos agresivos que aporta este ingrediente. Sin embargo para el que toma cerveza artesana de forma habitual creo que se va a quedar corta, no ya como IPA sino incluso como APA, porque el lúpulo no acaba de definir con claridad el carácter norteamericano del estilo. De todas maneras se bebe con gusto, y es refrescante. ¡Gracias de nuevo, Ambar!

NOTA:

domingo, 27 de mayo de 2018

Stone Ruination Double IPA 2.0

MARCA: Stone
MODELO: Stone Ruination Double IPA 2.0
ESTILO: Double IPA (8'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Estados Unidos

CARACTERÍSTICAS: Stone Brewing es una de las principales referencias de la cerveza artesanal estadounidense y sus fundadores, Greg Koch y Steven Wagner, de las personalidades más conocidas en ese mundillo. La empresa se creó en 1996 en San Marcos (California) como una microcervecera, pero su crecimiento desde entonces ha sido tal que ahora mismo dan empleo a más de 1.100 personas. Además en 2014 abrieron su nueva fábrica en Richmond (Virginia), mientras que en el 2015 empezó la actividad de sus nuevas instalaciones al otro lado del Atlántico, en Berlín. La lata que comento hoy está elaborada en estas últimas, y se trata de una de las IPA doble norteamericanas más conocidas.

Es de color naranja amarillento, similar al de la miel, y tan turbia como una Weizen. Crea una espuma blanca inmaculada de burbuja fina, de la que persiste medio dedo. En nariz se presenta con lúpulo a saco en forma de frutas tropicales como mango, maracuyá, y más suave albaricoque y naranja, sobre una base de malta dulce, mucho caramelo, algo de miel y un punto de cereal. Con el reposo de la cerveza va saliendo algo de hierba y pino, no demasiado agresivo pero sí destacable, y un punto de especia picante.

En boca exhibe un cuerpo medio, algo menor de lo que me gustaría y también de lo que pide semejante cantidad de lúpulo. Entra con malta, cereales, y en seguida se suman frutas como naranja y albaricoque. El avance del trago lleva a registros más dulces y cálidos, van saliendo notas tropicales, caramelo y miel. Es en el final cuando estallan las cannabináceas, salen intensas notas de pino, muchísimo pomelo, naranja, especia picante y alcohol. Queda a continuación la garganta seca, con un intenso regusto a pino, resina y más pomelo. Es una cerveza que está rica, eso sin duda, pero con un mejor equilibrio, con más malta y más cuerpo, se conseguiría un salto cualitativo importante... de esta forma queda un poco vacía. No obstante, a 1'8 euros que me salió la lata creo que no me puedo quejar.

NOTA:

lunes, 21 de mayo de 2018

Una década de Hipos Urinatum

Parece mentira pero han pasado ya 10 años desde que empezamos este blog, y sorprendentemente seguimos con ello. Durante este tiempo hemos aprendido una barbaridad sobre la cerveza, aunque esto no nos ha impulsado a cambiar ni un ápice el formato de los artículos: siguen siendo esas monótonas reseñas sobre cervezas, intercaladas de cuando en cuando con un comentario sobre algún evento concreto. Esto se debe a que Hipos Urinatum nunca ha sido más que una especie de diario personal público donde comentamos con total independencia las sensaciones que nos producen las cervezas, y la intención es que siga siéndolo.

Cuando empezamos ni Alberto ni yo habíamos cumplido los 20 años, nuestro interés por la cerveza era relativamente reciente y no teníamos la más remota idea de que había otras páginas dedicadas a esa temática. Chela, de la Compañía Asturiana de Amigos de la Cerveza y responsable de Sursum et Corda, fue nuestro mentor inicial y quien nos introdujo en el mundillo, aclarándonos conceptos e indicándonos pequeños errores, a lo que también contribuyó Pivní Filosof. De esa época recuerdo también con especial cariño otros blogs como De Cervezas y Otras Cosas, Etiquetas de Cervezas, Ruivas Louras & Morenas, Eremu Meharrak, Lupuloadicto, y los que me pueda estar olvidando. Poco después la blogosfera creció hasta el punto de ser difícil tener controlados todas las webs sobre cerveza en castellano que iban apareciendo, aunque es verdad que en los últimos años la tendencia se ha invertido, posiblemente propiciado por el éxito de páginas de valoración como BeerAdvocate y Ratebeer.

Fuimos testigos de la explosión de la cerveza artesana en nuestro país, y nuevas fábricas nos contactaron para que probásemos sus elaboraciones. De estas muchas han desaparecido ya pero otras, como DouGall's o Naparbier, han reafirmado su posición en lo más alto del panorama nacional gracias a un trabajo constante y una alta auto-exigencia respecto a la calidad de sus productos, y sin reparo alguno hacen colaboraciones con grandes cerveceras reputadas a nivel mundial. No solo la elaboración profesional de cerveza se ha extendido enormemente, sino que también hemos hemos visto proliferar como setas a los elaboradores caseros. Algunos de ellos, como Cerveza Rudimentaria, han tenido a bien enseñarnos a los más legos sus conocimientos sobre esta disciplina.

Esperamos seguir presenciando cambios tan interesantes en el mundo de la cerveza durante los próximos años. Y por hacer algo especial para conmemorar esta década, voy a destacar de cada uno de los años del blog una cerveza que me parece digna de mención por el motivo que sea:

2008 - Duvel (La Más Engañosa)



Tengo que reconocer que cuando la probamos, en el 2008, no teníamos ni idea de que era la mejor representante e iniciadora de un estilo... de hecho, el diseño de la etiqueta nos parecía incluso propio de una cerveza cutre. Ahora, sin embargo, se encuentra entre mis referencias favoritas. Parece mentira, de todas formas, que hayan tenido que sacar ediciones Tripel Hop para que se le haga algo de caso a esta marca.


2009 - Nøgne Ø Dark Horizon 2nd Edition (La Más Épica)



Esta botella fue un regalo de la que es ahora mi mujer, y cuando la bebimos entre Jara, Alberto y yo casi nos caímos de culo. El precio es a todas luces excesivo, pero la presentación es inmejorable. Ha sido difícil elegir una de este año, hay demasiadas cervezas interesantes.


2010 - Augustinerbräu Lagerbier Hell (La Más Sencilla)



En estos tiempos que corren de Dry Hopping, envejecimientos en barrica y adición de ingredientes extraños (¿por qué es una buena idea añadir zumo de frutas a una cerveza?), Augustiner hacen apología de la calidad unida a la sencillez. Su Helles es la mejor muestra de ello.


2011 - Uerige Alt (La Más Esquiva)



Intentar beber una Uerige Alt fuera de Düsseldorf es absurdo. De primeras porque las posibilidades de encontrar una botella son mínimas, y de segundas porque la cerveza no estará en su mejor condición. Tanto Altbier como Kölsch viajan mal, si se quiere disfrutar de estas maravillas no hay más remedio que ir a sus respectivos Altstadt. Eso hicimos en 2010 y en 2011, lo que me permitió conocer estos dos estilos... quizá demasiado bien.


2012 - Cantillon St. Lamvinus (La Más Elegante)



De la fábrica de Cantillon en el barrio de Molenbeek uno sale con la sensación de haber viajado en el tiempo, con la impresión de que es imposible que no te gusten las Lambic tras hacer esta visita y, posiblemente, con alguna de las botellas que venden allí mismo a precio muy ajustado. Yo tuve la suerte de poder pillar una de las mejores referencias de Cantillon, madurada con uva tinta en barrica de Burdeos, y he tenido la desgracia de no haberla vuelto a encontrar en ningún sitio desde entonces.


2013 - Naparbier Avant-Garde Belgian Ale Dubbel (La Más Reivindicativa)



En 2013 Naparbier ya habían salido de su Pilsener y su Dunkel iniciales, y estaban elaborando cervezas con un perfil mucho más moderno. Su serie Avant-Garde sirvió para reinvindicar que se atrevían con todo, y lo primero que hicieron fue esta Dubbel de corte clásico, que en mi opinión clavaron. Su trayectoria durante los años siguientes es sobradamente conocida.


2014 - Rodenbach Caractère Rouge (La Más Especial)



De esta cerveza salieron a la venta 900 botellas, y gracias a la generosidad de Rubén de La Vinoteca una de ellas acabó en mi casa. Otro de los motivos que me ha llevado a decantarme por esta frente a otras buenas elaboraciones que bebí ese año es que fue gracias al blog que conocí a la gente de La Vinoteca, empecé a dirigir alguna de sus catas e incluso fundamos La Cofradía del Lúpulo.


2015 - Hitachino Nest Nipponia (La Más Viajera)



Más de 10.000 kilómetros recorrió esta botella para llegar a Pamplona, y ha sido una de las elaboraciones más originales y a la vez armoniosas que he probado en todos estos años. Un desembolso algo superior a lo habitual, pero que mereció totalmente la pena.


2016 - Alaskan Smoked Porter 2012 (La Más Regular)


Elaborada únicamente el día 1 de noviembre desde hace ya 30 años, es una de las cervezas ahumadas más famosas del mundo. Celebré con ella un cambio de domicilio algo más un año antes de mudarme a Burgos, y año y medio antes de volver a Pamplona.


2017 - Fuller's Vintage Ale 2011 (La Más Esperada)



La compré el día que empecé el periodo de Formación Sanitaria Especializada, y la abrí cuando lo hube completado. La cerveza estuvo totalmente a la altura de la ocasión, aunque no esperaba menos de ella. Una elaboración impresionante, y el envejecimiento de 6 años posiblemente la acabó de redondear.

domingo, 6 de mayo de 2018

Ridgeway IPA

MARCA: Ridgeway
MODELO: Ridgeway IPA
ESTILO: India Pale Ale británica (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Inglaterra

CARACTERÍSTICAS: A diferencia de lo que sucedía hace apenas una década, encontrar una India Pale Ale en una tienda española es bastante sencillo... lo que no es tan fácil es que sea una IPA clásica británica. Por este motivo no he querido perder la ocasión de comentar esta elaboración de Ridgeway aquí, aunque en realidad queda a mitad de camino entre las IPA tradicionales y las más modernas, ya que el lúpulo utilizado es Cascade, además con más generosidad de la que uno esperaría en un maestro cervecero inglés.

Esta es una cerveza dorada, algo ambarina, con una carbonatación viva en forma de burbujas dispersas por toda la columna. Genera una espuma bastante abundante, sobretodo para ser una cerveza británica, de color amarillento y aspecto cremoso. En nariz exhibe una intensidad media, que se inicia con malta, grano sin tostar, suave caramelo, en perfecto equilibrio con una carga importante de lúpulo que se presenta en forma de naranja, mandarina, más suave limón, albaricoque, y afiladas notas de hierba e incluso algo de pino y especia picante. El lúpulo y el cereal se ensamblan a la perfección, creando un aroma compacto y armonioso, francamente agradable.

Esta complicidad se rompe en el sabor, donde el lúpulo muestra todo su potencial. Al inicio del trago aparecen con disimulo malta dulce, pan, cereales y suaves recuerdos de fruta de hueso. El lúpulo en seguida toma las riendas y desarrolla un amargor firme, áspero, con intensas notas de hierba, pino y cítricos, destacando con diferencia el pomelo. Final seco, insisten hierba, cítricos, especia picante y un carácter mineral y medicinal propio de las Ale británicas. Sobria y relativamente bien equilibrada, siempre dentro del amargor intenso propio del estilo. Perfecta para aquellos a los que las IPA más agresivas les chirrían, pero que tampoco son devotos de la seriedad de las cervezas inglesas.

NOTA:

domingo, 29 de abril de 2018

Thiriez L'Ambrée d'Esquelbec

MARCA: Thiriez
MODELO: Thiriez L'Ambrée d'Esquelbec
ESTILO: Bière de Garde Ambrée (5'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: La brasserie Thiriez es una de las veteranas entre las microcerveceras francesas, con ya 22 años de trayectoria desde su fundación en 1996 por Daniel Thiriez. Se encuentra en Esquelbecq, una población de poco más de 2.000 habitantes en Nord-Pas de Calais, concretamente en el distrito de Dunkerque. En la actualidad, y bajo la dirección de Clara Thiriez, producen las 4 cervezas clásicas que fueron las primeras representantes de la fábrica, 2 cervezas bio y 4 cervezas especiales, entre ellas la fantástica Étoile du Nord.

Hoy comento una de sus Bière de Garde tostadas, que entraría dentro de las elaboraciones clásicas. Es de color pardo rojizo, bastante cristalina, lo que permite apreciar una carbonatación enérgica de aspecto caótico que asciende hasta una capa de espuma gris muy resistente de medio dedo de grosor. Su aroma es dulce y maltoso, acaramelado, con un suave tostado, pan y cereales, que se acompañan de frutas maduras, principalmente melocotón y manzana asada. Leves recuerdos de almíbar ensamblan el conjunto, mientras notas herbales y ligeramente cítricas del lúpulo, además de un punto de levadura, lo afinan y le dan complejidad. 

Hay tres aspectos del paso por boca que aciertan de pleno, ni sobra ni falta: cuerpo, textura y carbonatación. El principio del trago lo protagonizan malta, caramelo y cereal, más o menos con una potencia similar, y a ellos se suman melocotón, manzana asada y suaves notas de frutos rojos. Se mantiene estable hasta el final, cuando el sabor se decanta hacia un amargor medio, con mucho cítrico, algo de especia, un punto herbal del lúpulo, fruta roja y un ténue calor alcohólico en el paladar. No es de las cervezas que llaman la atención por ninguna extravagancia o elemento extremo, de hecho lo que destaca de esta elaboración, así como de las otras de Thiriez que he probado, es su exquisito equilibrio y su buen hacer, propio de cerveceras centenarias alemanas. Muy recomendable, como todo lo de esta fábrica.

NOTA:

jueves, 26 de abril de 2018

Einbecker Ur-Bock Hell

MARCA: Einbecker
MODELO: Einbecker Ur-Bock Hell
ESTILO: Maibock (6'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: A pesar de que actualmente el mundo de la cerveza se caracteriza por la innovación y el dinamismo, yo sigo muy enganchado con las elaboraciones clásicas. La cerveza que comento hoy pertenece a ese grupo sin dudarlo, dado que supuso el nacimiento de un estilo: las Bock. Los origenes de la cerveza se remontan al menos al siglo XIV, dado que se conserva un recibo de venta del año 1378. En esa época todo ciudadano tenía derecho a elaborar cerveza, y sólo en Einbeck había más de 700 maestros cerveceros registrados. No fue hasta 1794, tras la fusión de los derechos individuales de elaboración de cerveza, cuando se fundó la cervecera Einbecker tal y como la conocemos ahora. En la actualidad elaboran 3 cervezas fijas y dos estacionales, y la que comento hoy pertenece a la primera categoría.

Se trata de una Maibock de color dorado brillante, cristalina, con una carbonatación tan escasa que apenas logra mantener en la superficie un anillo de espuma blanca pegado al vidrio. Su perfume encaja perfectamente con mis gustos para este tipo de cervezas: malta dulce a raudales, toneladas de galleta, algo más suave masa de pan, cereales, bizcocho y grano, que se combinan con marcadas notas frutales de pera, membrillo y más suave manzana. Queda todo envuelto por el aromático lúpulo floral, con firmes notas de miel. Muchísimo papel de la malta en nariz, densa y exuberante, y además presentada de forma excepcionalmente amable.

En boca es igual: densa, de cuerpo completo, acaramelada y muy sabrosa. Malta dulce y miel desde el inicio, con gran intensidad, también fruta madura como manzana asada y membrillo, más suave caramelo, bizcocho y algo de galleta. A pesar de la poca espuma que genera la carbonatación es perfecta, atenúa un poco la pesadez del trago y da una agradable sensación en lengua y garganta. El caramelo se hace más penetrante a medida que avanza el trago, justo antes de desembocar en un final de amargor moderado, donde se funde con generosas notas florales del lúpulo, recuerdos de licor de miel, bastante especia picante, un punto de limón y un agradable calor alcohólico. Una elaboración sólida y sin fisuras, densa pero no pesada, compleja pero fácil de beber... para repetir mil veces.

NOTA:

sábado, 21 de abril de 2018

3 Fonteinen Oude Geuze

MARCA: 3 Fonteinen
MODELO: 3 Fonteinen Oude Geuze
ESTILO: Gueuze (6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Últimamente me he vuelto adicto a las cervezas de celebración, aquellas que compro al inicio de un determinado periodo con la intención de abrirlas si este concluye de forma exitosa. Es el caso de la cerveza que voy a comprar hoy, una de las más representativas de la fábrica de 3 Fonteinen. Esta fábrica de Lambic fue fundada por Jacobus Vanderlinden y Joanna Brillen en 1883 en Beersel bajo el nombre "De 3 Bronnen", aunque entonces era una taberna con anexo para mezclado de Lambic diferentes. Así pasó por manos de varias familias hasta acabar siendo comprada en 1953 por Gaston Delbelder. Sus dos hijos, Armand y Guido, continuaron el negocio a partir de 1982, aunque fue Armand el que se encargó del mezclado. No fue hasta 1999 cuando finalmente 3 Fonteinen empezaron a elaborar sus propias Lambic, actividad que se ha mantenido hasta la fecha salvo por un parón de 4 años, entre el 2009 y el 2013, debido a un fallo en el control de temperatura de la fábrica que supuso la pérdida de más 80.000 botellas y que casi obliga al cierre de la empresa.

3 Fonteinen Oude Geuze es de color naranja amarillento, con bastante espuma y gasificación para lo habitual en el estilo. Las burbujas, de tamaño medio, suben en columna hasta una capa de espuma blanca de medio dedo de grosor. En nariz es una perfecta representante de lo mejorcito del estilo. Se presenta con grano limpio, trigo crudo, recuerdos de granero y suaves notas de cuero, todo ello impregnado en levadura salvaje y abundantes cítricos, sobretodo pomelo, algo menos limón y un sutil toque de naranja. El lúpulo se nota algo más fresco que en otras Gueuze, con un carácter herbal y ligeramente picante, dándole un punto de distinción y originalidad.

La entrada es relativamente amable, pero la acidez despunta en seguida. Comienza con malta, con un leve dulzor, aunque rápidamente pasa a un segundo plano con la irrupción de cítricos como los mencionados en el párrafo anterior, uva blanca poco madura y manzana verde. Una vez que el líquido pasa el paladar la acidez se desata, con intensas notas de heno, levadura salvaje, recuerdos de granero y un afilado toque de especia picante. Una vez pasa la tormenta queda un regusto eterno con hierba, pomelo y algún punto de cuero, mientras la boca seca empieza a reclamar otro trago. Cerveza tan deliciosa como compleja, ¿quién necesita innovar cuando se es capaz de producir una joya como esta? Imperdible para los amantes del estilo, aunque puede resultar algo dura para los menos acostumbrados a las Lambic.

NOTA: