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viernes, 19 de enero de 2024

Boon Framboise

MARCA: Boon
MODELO: Boon Framboise
ESTILO: Frambozen (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Boon es una de las fábricas de Lambic (y además de Lembeek, jeje :( ) más asequibles y, a diferencia de marcas como Chapeau o Mort Subite, con varias cervezas de muy alto nivel, entre ellas la reputada Mariage Parfait o sus Black Label. Hoy sin embargo ataco su Framboise, una Gueuze con 300 gramos de frambuesas por litro, además de 50 g de cereza, y que fermentan junto con la Lambic joven. No tiene el apelativo "Oude" del que presumen las mejores referencias de esta marca, por lo que cuando la probé asumía que igual me encontraba una cerveza más sencilla.

De color pardo rojizo, claramente rubí al trasluz, tiene una fina capa de espuma grisácea. Potente en nariz llama la atención al principio la intensidad de los aromas de granero y establo, acompañados de Brett, y por debajo está la frambuesa sobremadura, también algo de fresa. Con esto que cuento se entiende que predomina el dulce, no obstante deja también espacio para un toque de levadura salvaje y cítricos.

En boca la frambuesa es la clara protagonista desde el principio, hace pensar en un yogur de frambuesa, y es tan profunda que incluso diría que tiene notas maltosas. Va acompañada inicialmente de leves recuerdos de armario viejo y de establo, y de fondo fresas, cerezas picotas y guindas. Al final se forma una delicada acidez, notas de uva blanca, con un punto de levadura salvaje, minerales y suave madera. El aroma era más bien dulce, el sabor lo es más. No es muy de mi gusto, no tiene el sabor tan artificial de las elaboradas con sirope pero le falta toda la acidez, toda la fuerza de las buenas Lambic. La he visto recomendada para empezar con este tipo de cerveza, pero sería como tomarse un mosto para familiarizarse con el vino. No obstante no es una tortura beberla, ni mucho menos.

NOTA:


domingo, 20 de junio de 2021

Boon Faro

MARCA: Boon
MODELO: Boon Faro
ESTILO: Faro (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: La última vez que tomé una Faro fue hace casi 10 años, por lo que la idea de revisitar este estilo tan esquivo me pareció muy tentadora cuando tuve a tiro esta referencia de la cervecera Boon. La Faro de Boon es muy especial porque en su elaboración se emplea Meerts, un tipo de Lambic tradicional de baja graduación y gravedad original que se obtiene de las últimas extracciones de la malta, y que actualmente no se produce en ninguna otra fábrica. Esta se mezcla con Lambic vieja, y se añade azúcar, lo que le da el carácter agridulce típico. Imagino que es este último aspecto lo que hacen que las Faro, a pesar de ser también Lambic, no tengan una vida útil tan prolongada como en el caso de la mayoría de las Gueuze, que pueden aguantar más de 20 años sin deteriorarse.

Es algo más oscura que las Gueuze, bronce casi rojiza, algo velada, con escasa espuma aunque muy blanca y brillante, eso si. El aroma tiene dos vertientes muy diferenciadas, y una parte destaca la malta, algo acaramelada, con notas de melocotón, naranja dulce y azúcar candy, pero si se agita la copia emerge en la superficie la levadura salvaje, el Brettanomyces, y potentes recuerdos de cuero, con algún toque de cáscara de cítricos.

Este dominio del dulce en boca es incluso más evidente, y tanto es así que me ha resultado empalagosa, sobretodo al final. Al principio se introduce la malta tostada, frutas sobremaduras entre las que destaca la manzana, pan dulce alemán y algún recuerdo de almíbar, con un dulzor muy potente. Hacia el final se permite la entrada de un leve frescor, se nota la levadura salvaje y un poco de cítricos maduros, para al final terminar en un regusto largo, como de refresco, con notas de Brett y algún recuerdo de vinagre de Módena. No soy experto en el estilo y quizá no haya sabido encontrar el punto, pero para mi gusto es excesivamente dulce, prefiero la de Lindemans. Me ha recordado un poco a estas Schwarzbier con sirope que se pueden encontrar en algunos sitios de Alemania, tiene un sabor artificial un poco parecido.

NOTA:

sábado, 9 de mayo de 2015

Boon Kriek

MARCA: Boon
MODELO: Boon Kriek
ESTILO: Lambic de cerezas (4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: A orillas del Senne, en la localidad de Lembeek, de cuyo nombre muchos piensan que deriva el del estilo de cervezas de fermentación espontánea, está la cervecera Boon. La actividad de esta fábrica comenzó en el año 1680 bajo la dirección de J. B. Claes, aunque las cervezas de tipo Lambic a las que debe su popularidad ahora mismo no se produjeron hasta finales del siglo XIX, estando Louis Paul al cargo de la producción una vez que la familia Claes hubo vendido la empresa. En el momento actual forma parte del grupo Palm Breweries, y elaboran exclusivamente cervezas de fermentación espontánea, entre las cuales su Gueuze es quizá la más popular.

Sin embargo, y a pesar de que tengo alguna botella de esta última en casa, me apetecía más reseñar aquí su Lambic macerada con cereza porque hacía tiempo que no comentábamos una Kriek en Hipos. Es de color rojo rubí, escarlata al trasluz, y de turbidez considerable. Genera una espuma rosada no demasiado abundante, pero que se mantiene como un anillo bordeando el cristal de la copa. Su aroma es muy intenso, y como es lógico lo que más destaca es la fruta; no obstante esta no es ácida como suelen ser las cerezas silvestres, sino que recuerda más a una picota, oscura, dulce y jugosa. Les acompañan caramelo de fresa, suave cacao y de fondo, inconfundible, recuerdos de barrica y levadura salvaje. Además, al agitarla con suavidad salen a superficie notas vegetales y cítricas que estaban hasta el momento ocultas en la levadura. 

Soy consciente de que esta marca, a diferencia de otras como Mort Subite o Belle Vue, utiliza para la elaboración fruta natural entera y no extractos artificiales edulcorados, pero su perfume me sugirió que quizá me iba a resultar algo empalagosa. Nada más lejos de la verdad, sin duda es una cerveza muy dulce, entra con cereza madura y caramelo de fresa, pero lo compensa parcialmente con la acidez de la levadura salvaje y la astringencia de la madera, además de un toque de limón, y queda un trago bastante equilibrado y que no se hace pesado en absoluto. De cuerpo consistente y con una carbonatación clavada, termina en un final amable, menos seco de lo habitual, cargado de fruta y con algún deje mineral y herbáceo leves. Es una Kriek sencilla y fácil de beber, pero de una calidad más que aceptable. Le falta acidez y complejidad para mi gusto pero creo que es una buena opción para iniciarse en el mundo de las Lambic

NOTA: