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miércoles, 25 de febrero de 2009

La Ronda #9: Música, maestro

Esta vez fuimos nosotros los que propusimos tema para esta edición de La Ronda, y esta es nuestra aportación.

¿Acostumbras a acompañar la cerveza con música? Si así es, ¿con algún estilo musical concreto? Si la respuesta fuese negativa, ¿con qué actividades compaginas entonces el disfrute de una cerveza?

Personalmente, para la mayoría de los tipos de cerveza (y sobretodo cervezas de sesión) escucho estilos de música variados, que van desde diferentes géneros de metal, incluyendo Black (Immortal, Summoning, etc), Doom (Haggard, Aarni, Swallow the Sun...), algo de Viking o Folk (Finntroll, Empylver, Equilibrium...) ,de cuando en cuando Death (Necrophagist, Opeth...) e incluso alguna vez grupos del estilo de WASP o Demons & Wizards, hasta rock clásico de bandas como Aerosmith, Jethro Tull o Dire Straits, Neofolk como Hagalaz Runedance o Garmarna (que suelo escoger cuando tomo cervezas de trigo), o guitarristas como Tarrega o Albeniz.

Sin embargo, algunas cervezas tienen su banda sonora incorporada. Así, siempre considero como la opción más adecuada para el disfrute de Porter y Stout el Irish Punk, teniendo a Flogging Molly o The Pogues como mis favoritos, que crean una atmósfera idónea para tomar unas pintas. Tampoco le hago ascos en esos momentos a algo de Gypsy Punk, casi exclusivamente a Gogol Bordello.

Por último, para cervezas de alta graduación tengo dos opciones según mi estado de ánimo y la situación. En ocasiones me apetece más una atmósfera densa, ante lo cual recurro a música psicodélica, ya sean los genios Pink Floyd o grupos de Stoner como Electric Wizard, o a Drone, donde prefiero a Sunn O))), The Angelic Process, o Earth. Y si por el contrario quiero un ambiente más respirable, Beethoven, Dvorak, Mozart funcionarían a la perfección, o si no, alguna opera también sería una buena elección, por ejemplo La Flauta Mágica o Turandot.

Esto sería todo, posiblemente me haya salido un post más musical que cervecil, pero es que en cuanto me pongo a hablar de música soy incapaz de echar el freno. Por supuesto, sigo animando a la participación a esta Ronda, ya sea por parte de bloggers como de lectores.

martes, 10 de febrero de 2009

La Ronda #9: Música, maestro

Ya estamos otra vez a día 10, lo que supone una edición más de la Ronda, y en esta ocasión la invitación corre a cargo de Hipos Urinatum, que no queremos crearnos una fama de tacaños. Tras la interesantísima propuesta de Culturilla Cervecera, para este mes hemos pensado en un tema mucho más informal.

¿Acostumbras a acompañar la cerveza con música? Si así es, ¿con algún estilo musical concreto? Si la respuesta fuese negativa, ¿con qué actividades compaginas entonces el disfrute de una cerveza?

Por supuesto, se pueden explayar todo lo que deseen en su aportación, poniendo como ejemplos artistas concretos e incluso acompañando su respuesta con links a videos o archivos sonoros de páginas como Youtube o Goear.

Finalmente, recordar que todo el mundo puede participar, tanto bloggers como lectores, así que esperamos sus respuestas.

¡Salud!

viernes, 30 de enero de 2009

La Ronda #8: Propósitos de año nuevo

Último viernes del mes, octavo turno de La Ronda. Invitados esta vez por Andrés, de Culturilla Cervecera, quien nos plantea las siguientes preguntas aprovechando el paso del primer mes del año:
¿Qué vas a hacer tú para contribuir al desarrollo de la Cultura Cervecera? ¿Cuáles son vuestros propósitos cerveceros para este año 2009?

Dos muy buenas y útiles preguntas.
Por mi parte, no soy muy aficionado a marcarme propósitos de año nuevo, ya que no soy una persona que digamos... muy constante. A lo largo del tiempo tengo cientas de ideas, de las cuales no pongo en práctica ni el 20%, de las cuales termino una o dos. Por supuesto, las dos ideas que quedan terminadas, suelen estar relacionadas con temas que me apasionan verdaderamente.

- Pero este año fue distinto, sí que empecé el año con una propuesta personal, que leí (creo recordar) en la Logia cervecera, que me pareció muy interesante. Consiste en ir apuntando todas las cervezas que me bebo a lo largo del año, haciendo un esfuerzo extra para las consumidas en los fines de semana locos. Ha pasado un mes desde que comenzó el 2009 y estoy muy orgulloso con mi constancia y dedicación.
He elaborado una ficha en Excell, en la que apunto el tipo, cantidad y día de consumo de las cervezas que voy tomando. El año que viene, si todo va bien, podré colocar unas estadísticas con el número de señoras cervezas que he ido tomando todo este tiempo.
A continuación, breve estracto de la lista:


- Por otro lado, este blog cumplirá en Mayo su primer año, y otro de los propósitos es seguir manteniéndolo, dando nuestra opinión personal sobre las cervezas que vamos catando y hablando de temas cerveciles varios.

- En verano aprovecharemos nuestro viaje a Wacken (Alemania), puesto que vamos a un festival de música, para disfrutar cervezas extranjeras en sus países de origen: Holanda, Alemania, etc.

- También tenemos planeada alguna visita a fábricas de cerveza, sobre las que además, pensamos elaborar una especie de reportaje-documental, en audiovisual seguramente.

- Por mi parte estoy enfrascado en un corto, en el que se va a tratar el tema de la cerveza, aunque aún está siendo escrito, por lo que no tengo ni idea de si los personajes llegarán a vivir.

- En cuanto a la evangelización para contribuir con el desarrollo de la cultura cervecera, llevo un tiempo sin mucho éxito tratando de meter a los amigos más cercanos aquí en Burgos en el mundo de la cerveza. Pero de momento sólamente he conseguido que me acompañen a conseguirlas.

- Además de aprender aún más sobre el mundo de la cerveza, leer libros, visitar los blogs de los amigos cerveceros, y buscar documentales sobre el tema.

Eso más o menos por mi parte, cosa que espero conseguir, ya que como he dicho no soy una persona muy constante, pero con los temas que me apasionan hago siempre excepciones, y la cerveza es uno de esos temas.
Hasta la próxima Ronda, que marcaría como último objetivo de año nuevo: seguir participando en ella.

martes, 30 de diciembre de 2008

La Ronda #7: Brindando con cerveza

Séptimo turno ya de La Ronda, y aprovechando las fechas Pivní Filosof nos propone el siguiente tema:

¿Qué cerveza o cervezas acompañarán su cena y/o almuerzo navideño? Sería buenísimo si lo ilustran con fotos. (además de contarnos la reacción de los parientes presentes.)

El otro día comentaba con Sir Asf la sequía cervecil que estaba sufriendo estás fiestas, cosa que según parece también le está sucediendo a él, y es que una de las grandes desventajas de ser estudiante (bah, realmente no es que haya muchas más, es un periodo de la vida bastante apacible) es que las vacaciones de Navidad pasan a ser semanas de estudio intensivas. Es por esto que no tuve tiempo para buscarme una cerveza en condiciones para la cena de Nochebuena, cosa por otra parte difícil puesto que habría que encontrar algún estilo que acompañe bien a los sabrosísimos cardos con bacalao que prepara cada año mi abuela, y sin eclipsarlos ni un ápice porque, y prometo que no exagero, son una delicia que no tiene nada que envidiar a los restaurantes de alta categoría. El plato, por cierto, es habitual del norte de Aragón, donde se suele tomar esa noche en gran parte de los hogares, e incluso se hacen concursos.

Así pues, sin demasiado tiempo, al final opté por coger la que más me apeteciese del supermercado de debajo de mi casa, y ya que no me iba a atrever a acompañar el plato protagonista de la noche con ella, elegí una suave y refrescante para tomar ya fuese con el entrante, una rica ensalada de escarola y cardo crudo con vinagre de Módena, o después del atracón, sustituyendo al cava: una Franziskaner Hefe-Weiβbier Dunkel que, la verdad, me supo a gloria. Quizá habría preferido alguna más especial, a la que no estuviese tan acostumbrado, pero me temo tampoco tengo mucho derecho a lamentarme pues según me ha comentado mi compañero de blog, él tuvo peor suerte y no pudo acompañar su cena con ninguna cerveza, aunque lo compensó al día siguiente con una Leffe Blonde.

No obstante, esta limitación a la hora de degustar cervezas no va a ser, espero, la tónica de estas Navidades. Sin ir más lejos, el Lunes nos reunimos Sir Asf y yo en Zaragoza para degustar el detalle que nos llegó por cortesía de Damm S.A, una botella de Damm Reserva 1876 Navidad 2008, una maravilla tanto en presentación como en contenido que muy bien reseña el amigo Andrés de Culturilla Cervecera, y que por supuesto en Hipos Urinatum haremos lo propio.

Además de esto, la del 31 también tiene que ser una noche excepcional, y para ello es casi obligatorio regarla con una cerveza excepcional, o al menos con una novedad que despierte un interés considerable. Yo tengo pensado hacerlo con Tripel Karmeliet en su formato de 75cl, una de esas cervezas que cuya reputación les precede, y que pese a su dulzor se ha convertido rapidísimamente en una de mis favoritas. También puedo decir, sin miedo a equivocarme, que Sir Asf se dedicará casi exclusivamente a las rusas Baltika, concretamente los modelos 4 y 8, tostada y Weiβbier respectivamente, que sin ser maravillosas son más que disfrutables.

Sin nada más que añadir, solo queda desear un feliz año nuevo a Amantes de la Cebada, los compañeros de Buena Cerveza, Iker de Cervecerías de España, cotoya, Chela, L' otru, GALGUERA, Lúpulo Feroz y Beat Xavi de la Compañía Asturiana de Amigos de la Cerveza, Andrés de Culturilla Cervecera, Delirium de De Cervezas y Otras Cosas, fivixx de Etiquetas de Cerveza, Manzapivo de La Cervecería de Neomanza (y enhorabuena por el nuevo diseño), todos la Logia Cervecera, RJ de Lúpulo y Cereales (espero su resurrección), Sheyk, elgolforastitas, 100% Malta y Con y para la cerveza de Malta Nostrum, Max, el célebre Pivní Filosof y VdeAlmeida de Ruivas, Louras e Morenas. A todos vosotros, y a los que me haya olvidado... ¡salud!



sábado, 18 de octubre de 2008

La Ronda #5 ¿Qué país hace las mejores cervezas?

Desde "El Universo de la Cerveza" nos llega la invitación a La Ronda de este mes, y se propone la siguiente pregunta: ¿Qué País hace las mejores cervezas? ¿Por qué lo piensas? y ¿Cuáles son las tres que más te gustan de dicho país?

Hace unos días planteamos esta pregunta, perseguidora y algo discriminatoria, si se me permite la expresión, con el compañero Embracing Darkness. Nos preparamos unos tallarines carbonara y servimos unas cuñas de queso para acompañar una Goldstar de la Palestina Ocupada y una Kozel checa. Esos días eran las fiestas del Pilar en Zaragoza, y lo cierto es que terminamos bebiendo una variedad respetable de cervezas: unas buenas, otras no destacables, e incluso algunas desechables completamente.
Empezaré diciendo que ninguna de estas valoraciones se generalizaba por países, sino que cada una de las cervezas tuvo su valor distinto y único.

También he de decir que tras plantear la pregunta sobre la mesa en la que almorzábamos, hubo una respuesta inmediata por ambas partes: Bélgica. Pero poco duró nuestro consenso, pues en seguida pasamos a valorar la cuestión desde una perspectiva más amplia. La pregunta se las trae, y pese a nuestra repentina decisión, no creo que se deba tomar tan a la ligera.
Elegimos Bélgica en un primer momento, quizás por la enorme variedad de cervezas que allí nacen, quizás por el sabor fuerte de muchas de ellas, o porque nos hemos llevado muy pocas desilusiones al probar su diversidad cerveciles, encontrando normalmente cervezas con un resultado que hemos terminado alabando.

Diré, que por lo menos por mi parte, tendría que opinar desde un punto de vista de “importación”. Efectivamente, las pocas veces que he viajado al extranjero, no tuve una dedicación por probar cervezas, pero ya empezaba a apasionarme, aunque sólo fuera, la variedad cervecil. Por lo que para responder a esta pregunta debería basarme en lo que un mercado de exportación de esos países me ha traído aquí.

Y antes de que quede en un segundo plano, diré que son los gustos personales los que hacen al mejor país cervecero y a la mejor cerveza del mundo, como al mejor cocido, a la mejor compañía y a la mejor música. No me parece bien que porque alguien diga que las mejores cervezas sean las belgas porque tal y porque cual, te tengas que creer que eso es cierto. Decidir qué país es el mejor elaborador de este bien es algo difícil, porque todos los países producen tanto cervezas malas como cervezas buenas.
Es una visión muy personal, y estoy seguro de que habrá muchos que no estén de acuerdo conmigo, pero creo que la procedencia de una cerveza es algo muy secundario en cuanto a la calidad de esta. Otra cosa es todo el renombre que tenga dicho país por la cantidad de personas que encuentren apetitosas dichas cervezas, y si es así la forma de decidir cuál país es mejor, me temo que no puedo opinar.

Y un último punto: yo personalmente elegí Bélgica, porque me gusta mucho la cerveza fuerte, y de allí es de donde me han venido mayor cantidad de ellas. Simple y llanamente, obviando la amplia gama de sabores y recetas cerveciles.
Es interesante conocer la procedencia e historia de una cerveza, pero no creo que ello tenga que ser requisito para elegir la siguiente ronda.

Y creo que es todo. Gracias por leer, y que continúe La Ronda.

viernes, 29 de agosto de 2008

La Ronda #3: Cata de Cervezas

El señor Delirium, de Cervezas y Otras Cosas, se ha levantado de su asiento para invitarnos a todos a una tercera edición de la Ronda, proyecto en común de diversos blogs en español de temática cervecera que parece que está cosechando unos resultados óptimos. En esta ocasión, hace una difícil propuesta, pide que organicemos una cata (por el momento ficticia) de entre 5 y 8 cervezas, para dar a conocer esta bebida a gente sin demasiada experiencia en este campo.

Son muchos los artículos que ya se han publicado, con estructuras muy diferentes, algunos intentando centrarse en los artículos de un solo país, otros acompañando la cerveza con comida, etc, por lo que a estas alturas es difícil innovar. No obstante, yo voy a intentar hacer algo distinto, invitando a los bloggers a una comida en la que todos los platos han sido sustituidos por cerveza, y que además estarán acompañados, lógicamente, por bebida... ¿adivinan cuál?

Empecemos, aprovechando que pega el calor y que los supuestos catadores no son especialmente aficionados a esta ambrosía terrenal, con algo refrescante, ligero y de fácil beber, para que abran boca mientras esperan el entrante. Encaja perfectamente con estos requisitos una Hefe Weizen, y dentro del innumerable abanico de buenas posibilidades que ofrece este estilo, optaría por las más famosas, Franziskaner o Paulaner. Entre estas dos, la más apta para esta ocasión me parece una Franziskaner Hefe-Weiβbier, con su sabor trigal, bastante afrutado, cuerpo ligero y un dulzor no excesivo, que probablemente sorprenderá al catador, por no ser en absoluto parecido a la cerveza que ponen en un bar cualquiera.

Y por fin llega el entrante, una ensalada vegetal... que inmediatamente convertimos en una cerveza ecológica, elaborada al 100% con productos naturales, sin ningún tipo de aditivo. En la primera que pensé, para no complicar mucho la cosa ya en el inicio, fué en una 4 Elements, pero recordé otras marcas con un sabor más herbal, entre ellas la más común es Riedenburger Brauhaus Pils. Al igual que la Franziskaner Hefe, esta Pilsener está sin filtrar, pero en ella se aprecia fácilmente un inicio más ácido que contrasta con el final especiado, manteniendo un amargor suficientemente moderado como para no molestar al que la está disfrutando y así se pueda recrear con matices herbales/florales que esta marca posee.

Una vez terminada, tenemos otro modelo que seguro que, gracias a ser una Ale inglesa(estilo minoritario por estos lares) y a su peculiar sabor debido a las aguas sulfuradas de Burton upon Trent, no dejará indiferente. Se trata, por supuesto, de una Marston's Pedigree, una excelentísima Bitter Ale con un cuerpo medio, y de sabor duradero, amargo pero equilibrado, que entretendrá a nuestro invitado con sus múltiples matices mientras espera la llegada del primer plato.

Dejemos una cosa clara, no me gustan demasiado las comidas frugales, siempre he preferido que el primer plato sea contundente, y el segundo más contundente aún. Por supuesto, esta cata, aparte de enseñar lo variado del mundo de las cervezas, es acorde a mis gustos, así que el primer plato es fuerte, tanto como la endiablada Duvel. El completísimo cuerpo de esta Ale belga será inesperado debido al color dorado, facilmente confundible con el de una lager ramplona, aunque probablemente se lo huela (literalmente) instantes antes de saborearla. Notará un sabor perfectamente equilibrado, algo afrutado, con especias al final del trago, y realmente intenso en comparación con las anteriores que ha probado. Pensé también para primer plato en una Grimbergen Cuvée o en una Chimay Tripel, pero al final me acabé decantando por esta.

Llegamos a la parte más dura de la cata, cervezas de sabor más agresivo y con mayor graduación. Como segundo plato, y el equivalente en fuerza a un chuletón bien especiado, propongo una Gulden Draak, una Ale Oscura de complejísimas características, empezando por un intenso olor a malta, grano tostado, acompañado por la presencia de frutas y un picor moderado. El sabor es también muy diferente a la anterior Ale belga, recuerda al café, muy caramelizado, donde se reconoce facilmente el alcohol y, sin embargo, no me parece que estropee en absoluto el sabor de la cerveza. También se notarán matices afrutados, pero no como protagonistas en el trago, que durará mucho tiempo en el paladar.

Como no, la carne tiene que ir acompañada por un buen vino, pero como no soy muy de vinos y, aparte, esta es una cata de cervezas, propongo a la estrella más brillante de la muestra, Trappistes Rochefort 10. Como su nombre indica, es una Ale de denominación trapense, con 11'3º de alcohol, la más alta graduación de la cata, con un olor especialmente intenso y que, sin embargo, no se hace molesto gracias a su dulzor. El sabor también es potente, llena la boca, con notas caramelizadas, muy afrutado, a bayas quizá, uva e incluso se le pueden encontrar características más propias del vino. Excelentísima, aunque reconozco que puede resultar algo fuerte para un recién iniciado, aunque a mí tampoco se me hizo especialmente agresiva, todo lo contrario. (en caso de que parezca difícil de encontrar, sustituir por una La Trappe Quadrupel)

Ya llena la tripa, solo queda una pregunta muy típica. ¿Postre, café? Suponiendo que la respuesta sea doblemente afirmativa, servimos primero el postre, algo de fruta. Barajaba como posible una Lambic Frambozen, pero finalmente me he decantado por otra cerveza donde la fruta juega un papel muy importante: Hoegaarden Verboden Vrucht. Es una Ale belga, muy afrutada y dulce, con carbonatación muy alta y, por supuesto, un amargor especialmente ligero. Además, es de agradecer el que tenga un final de trago algo especiado y muy refrescante. Tras dos pesos pesados como Trappistes Rochefort y Gulden Draak, esta se hará fácil de beber.

Por último, como café solo cabe una posibilidad, una Stout. Pensé como primera opción en un modelo excelente, Old Rasputin, pero entre que lo probé por casualidad hace mucho tiempo y tan apenas la recuerdo, y que por aquel entonces era incluso menos capaz que ahora de apreciar una buena Stout, serviré una más común, que critiqué recientemente: Beamish Irish Stout. Carbonatación muy ligera, olor a grano tostado, cuerpo ligero y sabor cremoso, amargo, con claras reminiscencias a cafe. Ideal para terminar una comida y, en este caso, para terminar una cata.

jueves, 17 de julio de 2008

La Ronda II: ¿Cerveza o cervecería?

Volviendo a este genial meme cervecil iniciado por el Filósofo Cervecero, desde Hipos Urinatum vamos a seguir participando en él. Esta vez ha sido el turno de Chela para proponer una pregunta, y ha recurrido a un filosófico dilema que seguro que más de uno se ha planteado alguna vez:

¿Está la cerveza hecha para disfrutar en la intimidad de nuestros hogares tomando el protagonismo absoluto o más bien es una bebida social que se engrandece cuando se toma al calor del bar acompañada de tu gente favorita? En otras palabras, ¿para vosotros que es primero la cerveza o la cervecería?En otras palabras ¿qué destacaríais más vosotros como cerveceros la cerveza o la cervecería?
He de admitir que es una pregunta de difícil respuesta, por mi parte no puedo mostrarme fiel a una u otra opción, por múltiples razones:

Son cosas distintas, prácticamente el dilema se centra en "el tomar la cerveza sólo o acompañado", ya que ambas cosas son posibles en una cervecería o en tu hogar.

La cerveza es el comienzo, es el elemento, es la razón por la que estamos ahora reunidos ante un juego. Es una bebida mágica, refrescante y deliciosa con una tradición y variedad enorme. Por suerte, actualmente es un elemento habitual y fácilmente adquirible, encontrando marcas tradicionales y propias según la zona geográfica en comercios de primera mano, y también algunas importadas de otros lugares, en ocasiones remotos, en tiendas especializadas.
Por otro lado, la cervecería, un lugar de reunión, un ambiente distinto al de otros establecimientos de tertulia. En la cervecería venden cerveza, obviamente, pero además recibes algo que en ningún otro lugar puedes encontrar, que en ocasiones no lo notas hasta que estás fuera del recinto, probablemente al volver a tomar cerveza en tu casa. Es la sensación indescriptible de estar en un lugar que vive de la cerveza, en el que quienes trabajan saben lo que sirven y cómo servirlo.

Hay cervezas que requieren una atención extra, que tienen propiedades muy finas y selectas. Normalmente, tomar una cerveza en una cervecería implica estar con amigos, charlando, jugando a algo, dejando a la bebida (sin quererlo realmente) en un segundo plano.
Personalmente dividiría las cervecerías en dos tipos de establecimientos: por un lado lugares especializados, cervecerías propiamente dichas; y por otro, bares, cafeterías, locales de bebida y comida.
En el segundo tipo la cerveza suele ser estándar, sin propiedades muy llamativas, pero con todo el sabor de una buena cerveza. Durante la estancia sólo adquieren protagonismo cuando pides otra ronda o entras a compararlas con otras cervezas más selectas.
Sin embargo, en el primer tipo de establecimiento, la cerveza cobra importancia. La variedad de zumo de maltas es más amplia, y la conversación suele desembocar en lo rica/mala que está la cerveza, que bastantes veces suele ser nueva para tu paladar. No obstante, sigue estando en un segundo plano.

La cerveza que se toma en casa tiene un 100% de atención por tu parte (porcentaje que experimentará una disminución inversamente proporcional al número de actividades que realiza tu mente a la par). Apreciar las tonalidades en el sabor, la intensidad de los amargos y los tintes de los dulces, es más sencillo, es una parte importante de beber esa cerveza. Además te encuentras en un lugar conocido, en el que cualquier contratiempo puede ser solucionado y olvidado, algo que seguramente no pasaría en una cervecería.
Pero al terminar la cerveza y decir "qué buena estaba, maldita sea", te lo guardas para tí mismo. Es algo que no me parece del todo mal, ya que se trata de conocer cada vez más un tipo de cerveza, la cuál puedes descubrir más adelante a tus amistades en una cervecería.

Tema a parte es el del dinero, aunque no teniendo dificultades económicas muy serias, puedes permitirte de vez en cuando una señora cerveza en una cervecería, con lo que a fin de cuentas es una variable no muy importante. Las cervezas que bebes en casa son más baratas... te las vas a servir tú en tu vaso, y te vas a sentar en tu sofá.

Finalizando el tema, diré que son dos opciones del todo interesantes y geniales. Con cada una se aprende algo más acerca de las cervezas, y se experimentan diferentes sensaciones. Y como ya he comentado, son perfectamente compatibles, por lo cuál no dudaré en responder que ambas soluciones son igualmente válidas, cada una a su manera.

Espero haberme expresado con bastante claridad en estos párrafos algo filosóficos, y desde aquí, repito, apoyamos esta iniciativa de "La Ronda", y seguiremos participando en ella mientras podamos (y se nos deje, jeje).

viernes, 27 de junio de 2008

La Ronda I: La Peor Cerveza de mi Vida

Hemos recibido una invitación por parte de la Compañía Asturiana de Amigos de la Cerveza para participar en una iniciativa llamada "La Ronda", propuesta por el Filósofo Cervecero, consistente en realizar una publicación común al final de cada mes sobre el tema a tratar. Desde Hipos Urinatum participaremos gustosamente, quizá incluso varias veces por mes, puesto que somos varias personas las que colaboramos en este blog. Sin más dilaciones, esta es La Ronda correspondiente al mes de Junio:

Cuál fue la peor cerveza que han tomado en su vida? No me refiero a los sospechosos de siempre, ni a una mala partida/botella/tirada de una cerveza que nos gusta. Me refiero a esa cerveza que una vez probaron por primera vez y les resultó simplemente repugnante. Quiero saber cuál fue la ocasión, que hicieron con la cerveza y si alguna vez la volvieron a probar para ver si de hecho se trataba de una mala partida/botella/tirada?

Ciertamente, he tenido la oportunidad de probar muchas cervezas con evidentes carencias, e incluso las he bebido y las bebo con asiduidad... hay ocasiones en las que es el bolsillo el que manda y, como estudiante que soy, estas ocasiones no son poco comunes. Sin embargo, la peor cerveza de mi vida no la bebí, por desgracia, en una de estas ocasiones, ya que me costó un buen dinero.

Tengo la suerte de vivir en un barrio donde la inmigración, ya sea del Este, de África Subsahariana o de Sudamérica, tiene una fuerte presencia. Esto me permite conseguir con facilidad cervezas del extranjero, que de otra forma se me haría casi imposible. Hace algunos años pasé por delante de una tienda de alimentación y llamaron mi atención unas botellas de cerveza de marcas que nunca antes habia visto. Sin pensarlo dos veces, entré a preguntar por ellas y le pedí consejo al dependiente sobre cual comprar. Y, también sin pensarlo dos veces, me ofreció una de África, con la botella fabricada en Camerún (aún me acuerdo de esto), llamada Castel Beer.

La llevé a casa y fué darle un sorbo y comprobar como una especie de agua amarga me inundaba toda la boca. No es que tuviese poco cuerpo, ¡es que no tenía en absoluto! La única parte buena es que estaba fresca, así que le pegué varios tragos más, pero fuí incapaz de acabármela entera (para ponerlo aún más difícil, la botella era de 0'5 l) No he vuelto a probarla y, la verdad, no sé si me atrevería a volver a hacerlo.