MARCA: NostradamusMODELO: Nostradamus
ESTILO: Brune (9'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS: La Brasserie Moussoux estaba emplazada en 1766 en la región belga de Valonia, y allí sigue en la actualidad, aunque desde 1992 bajo el nombre de Brasserie Caracole. Elabora de forma totalmente artesanal (hasta el punto de que el embotellado se hace manualmente) 5 marcas de cerveza: Caracole, Saxo, la popular witbier Troublette, Tournée y la protagonista de la cata de hoy, Nostradamus.
La compré en La Maison Belge Pamplona, tienda idílica de cualquier adicto a la cerveza, donde me fue recomendada junto a alguna otra por Iker de Cervecerías de España, que atendía ese día. Tanto el genial diseño de la etiqueta como el aspecto al servirla, color marrón rojizo con reflejos pardos y dos dedos de una espuma beige especialmente cremosa, la hacen interesante a primera vista... y en cuanto acercas la nariz ya te ha cautivado por completo. Si tuviese que hacer un ranking de las cervezas que mejor huelen, esta estaría sin duda entre las primeras gracias a su olor dulce rebosante de frutas maduras, sobretodo ciruelas y cerezas, y perfectamente nivelado por un punto de acidez de manzana, al que se suman con fuerza especias picantes y leves matices levadurosos similares a los de una Hefe-Weissbier. La verdad es que la complejidad del aroma me dejó un poco descolocado, es realmente encomiable.
El sabor es también sobresaliente, presenta un cuerpo consistente con un importante gusto a malta y a frutas maduras, ciruelas, cerezas e incluso albaricoques me pareció percibir entre ellas, con un fondo especiado y con cierta caramelización. Por supuesto es dulce desde el principio, quizá más que el aroma pero igualmente equilibrado, y a mitad del trago aparecen de forma clara los casi 9º de alcohol, muy bien controlados por la fruta, para acabar de suavemente, dejando un agradable recuerdo en las papilas gustativas. Una cerveza excelente para los amantes de lo belga que probablemente repetiré en una próxima visita a la Maison (se agradece muchísimo la recomendación)
La compré en La Maison Belge Pamplona, tienda idílica de cualquier adicto a la cerveza, donde me fue recomendada junto a alguna otra por Iker de Cervecerías de España, que atendía ese día. Tanto el genial diseño de la etiqueta como el aspecto al servirla, color marrón rojizo con reflejos pardos y dos dedos de una espuma beige especialmente cremosa, la hacen interesante a primera vista... y en cuanto acercas la nariz ya te ha cautivado por completo. Si tuviese que hacer un ranking de las cervezas que mejor huelen, esta estaría sin duda entre las primeras gracias a su olor dulce rebosante de frutas maduras, sobretodo ciruelas y cerezas, y perfectamente nivelado por un punto de acidez de manzana, al que se suman con fuerza especias picantes y leves matices levadurosos similares a los de una Hefe-Weissbier. La verdad es que la complejidad del aroma me dejó un poco descolocado, es realmente encomiable.
El sabor es también sobresaliente, presenta un cuerpo consistente con un importante gusto a malta y a frutas maduras, ciruelas, cerezas e incluso albaricoques me pareció percibir entre ellas, con un fondo especiado y con cierta caramelización. Por supuesto es dulce desde el principio, quizá más que el aroma pero igualmente equilibrado, y a mitad del trago aparecen de forma clara los casi 9º de alcohol, muy bien controlados por la fruta, para acabar de suavemente, dejando un agradable recuerdo en las papilas gustativas. Una cerveza excelente para los amantes de lo belga que probablemente repetiré en una próxima visita a la Maison (se agradece muchísimo la recomendación)
NOTA:
