domingo, 13 de junio de 2021

Westmalle Extra

MARCA: Westmalle
MODELO: Westmalle Extra
ESTILO: Blonde Trapense (4'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Además de sus reputadas Dubbel y Tripel, los monjes de la abadía cisterciense de Westmalle también elaboran dos veces al año una cerveza de más baja graduación para su propio consumo que recibe el nombre de Westmalle Extra. Se trata de una de las cervezas más antiguas de la fábrica, se empezó a producir desde la fundación de la fábrica en 1836, y sin embargo hasta este año no se vendía al público general, salvo en alguna ocasión puntual. Parece que a partir de ahora la vamos a poder encontrar con mayor frecuencia, lo que siempre es de agradecer.

El color es amarillo limón, pajizo, lo que sugiere que va a ser ligera. Tiene una espuma blanca brillante, de burbuja fina, que queda en una membrana. Muy agradable en nariz, se presenta con un aroma delicado pero potente, que combina malta dulce, pan francés, frutas blancas, entre las que destaca manzana Golden y algo de plátano maduro, y muy suave caramelo. Se nota también la levadura belga, y está todo aderezado con puntos de cítricos y especias, que levantan el conjunto y potencian la sensación de frescor.

En boca se nota una carbonatación importante que sirve para frenar un poco el trago y compensar la ligereza del cuerpo. En el sabor predominan cereal y pan blanco, infiltrado por generosas notas de manzana verde, uva blanca, cítricos y un punto de albaricoque. Al final se desarrolla un amargor marcado con recuerdos de hoja de limón, hierba, minerales y un poco de pimienta, que termina en un regusto seco, cítrico, un poco medicinal y que incluso puede evocar a un vino blanco seco. El reposo le sienta bien, se refuerza un poco la malta y la cerveza se vuelve menos punzante. Estarán contentos los monjes tomando esto de forma habitual, no es la mejor cerveza de Bélgica pero cumple perfectamente su cometido: es fresca, ligera y sabrosa.

NOTA:


viernes, 11 de junio de 2021

De Cam Oude Geuze

MARCA:
De Cam
MODELO: De Cam Oude Geuze
ESTILO: Gueuze (6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Cuando De Cam comenzó su actividad en 1997 fue primera cervecera dedicada a la mezcla de Gueuze que abría sus puertas en Bélgica en casi 40 años. Ocupa un antiguo edificio, cuyos orígenes se remontan al menos al siglo XVIII, situado en la localidad de Gooik, pocos kilómetros al Oeste de Bruselas. Fue fundada por Willem van Herreweghen, jefe de producción de la cervecera Palm, con el apoyo de Armand Debelder de 3 Fonteinen, Frank Boon (evidentemente de Boon) y Michel Doomst, el alcalde de Gooik. Tres años después Willem volvió a su anterior puesto, quedando al cargo Karel Goddeau, un estudiante centrado en investigación sobre la cerveza que había colaborado con él, formado por Armand y Gaston Debelder, y que en la actualidad compatibiliza este trabajo con la elaboración de cerveza en Slaghmuylder. Crean sus cervezas a partir de las Lambic de Boon, Girardin y Lindemans, y la mayoría de los barriles que utilizan son de Plzeňský Prazdroj.

Esta botella, la Oude Gueuze de la fábrica, la compré en Lambicus aprovechando un viaje que hice a Barcelona por trabajo en octubre del 2019, y había estado en mi bodega desde entonces, sin encontrar el momento de salir. Como otras del estilo, tiene un color dorado profundo, ligeramente velada, y con apenas un anillo de espuma. Me sorprendió que al principio no es demasiado aromática, y poco a poco va saliendo el cereal, trigo, limón, cáscara de naranja e incluso algo de malta. Sin embargo, si se agita la copa surge la magia y la nariz se llena de levadura salvaje, madera, Brettanomyces, pimienta blanca, suaves esteres y un marcado punto de cuero. Y después de esto, cuando la cerveza reposa de nuevo, se vuelve al cereal, la malta y los cítricos, aunque ya más potentes y adornados con recuerdos de barrica, heno, establo y quizá un toque de queso (o es que se me está yendo la cabeza con este tema).

En boca esperaba la explosión de astringencia habitual en marcas como Cantillon o 3 Fonteinen pero no fue así en absoluto, sino que es una Gueuze muy equilibrada y amable. En la entrada es un poco maltosa, dentro de la acidez, acompañada de potentes notas de cereales, albaricoque, manzana verde y un toque de almendra. Se va forzando la levadura en la garganta, los taninos marcan las encías, cáscara de limón y pomelo van llenando la boca, y terminan por aparecer notas de cuero, granero, roble, y bastante hierba y minerales. El trago es limpio, chispeante, con una carga de especia picante al final que desemboca en un regusto largo, láctico, terroso, repleto de levadura salvaje y madera. Muy buena, de las de disfrutar sin sufrir.
NOTA:

domingo, 30 de mayo de 2021

Spencer Monk's Reserve

MARCA: Spencer
MODELO: Spencer Monk's Reserve
ESTILO: Quadrupel Trapense (10'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Estados Unidos

CARACTERÍSTICAS: El año 2012 supuso un punto de inflexión para las cervezas trapenses al incorporarse la cervecera Engelszell a la Asociación Internacional Trapense, algo que no había sucedido desde la fundación de esta compañía en 1997. Este acontecimiento parece que abrió la veda, y otras 4 empresas se unieron en los años posteriores, entre ellas la cervecera Spencer el año siguiente, en 2013. Es la única que no se encuentra en Europa, sino que sus instalaciones se encuentran en la abadía de Saint Joseph, fundada en Massachussets en el año 1950. Los monjes de esta abadía cisterciense se dedicaban a la producción de mermeladas y gelatinas para su sostenimiento económico, pero dado el crecimiento de su comunidad decidieron embarcarse en la elaboración de cerveza, actividad más rentable, para lo que se recorrieron las fábricas trapenses europeas durante un periodo de 2 años, empezando por Westmalle y terminando en Saint Sixtus.

Dentro de su ya extenso repertorio he optado por comentar primero una de sus referencias de estilo clásico, la Quadrupel llamada Monk's Reserve Ale. De un color marrón ébano, pardo al trasluz, y con una buena capa de espuma, emite un aroma especialmente intenso y penetrante. Tiene una cantidad de malta tremenda, y saca de esta los matices más oscuros y profundos, destacando sirope de chocolate, caramelo, un punto de bizcocho y frutas como moras, pasas, dátiles y más suave ciruelas e higos entre los más dulces; mientras que cacao, pan negro y azúcar quemado representan a los potentes tostados. La levadura belga está presente con delicadas notas de plátano, y se notan también especia picante y el alcohol, todo bien integrado en un perfume rotundo incluso para el estilo.

El sabor llama la atención por la gran cantidad de malta, que en este caso se inclina más hacia los tostados y limita el dulce, y consigue un cuerpo muy potente y cremoso. Comienza con abundante cereal que casi se podría decir que alcanza al punto de quemado, caramelo, dátiles a patadas, moras y gran cantidad de uvas pasas, llegando a recordar a un Pedro Ximénez. En seguida se desarrollan los tostados, con intensas notas de cacao puro, más suave regaliz, galleta de fondo y un toque de té inglés. Estos son la guía conductora del final, más seco por la influencia de un lúpulo herbal y mineral, con un leve toque de naranja, mucha especia picante y el alcohol cálido que recuerda a licores oscuros. Me ha sorprendido favorablemente, es una Quadrupel muy compleja, inclinada hacia la malta y con un carácter bastante distinto de las europeas aunque sin perder su esencia. Para degustar con calma y atención, es capaz de quitarle el protagonismo a cualquier cosa que se le ponga delante.
NOTA:

miércoles, 26 de mayo de 2021

Bayerischer Bahnhof Gose

MARCA: Bayerischer Bahnhof
MODELO: Bayerischer Bahnhof Gose
ESTILO: Gose (4'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Los origenes de las Gose se remotan al menos al siglo XIV, de cuando se tiene la primera referencia en un texto. Desde el siglo XVIII se elaboran en Leipzig y, aunque el estilo desapareció en los años 60, a finales del siglo XX se fundaron dos cerveceras en la ciudad decididas a recuperarlo: Bayerischer Bahnhof y Ritterguts. En estos últimos años varias fábricas de distintos puntos del planeta se han animado también a producir cervezas de este estilo; la amplia mayoría de las que se encuentran en el mercado hoy en día, y las de mayor disponibilidad, son interpretaciones de cerveceras modernas cuyo parecido con el estilo clásico es relativa, mientras que ejemplos tradicionales son más esquivos. Sin embargo yo he tenido la suerte de poder conseguir una botella de Bayerischer Bahnhof, fundada en 1990 por Andreas Schneider, quien convirtió la antigua estación de tren de Leipzig en una cervecera.

Se trata de una Gose tradicional que cuenta entre sus ingredientes con cilantro, sal y ácido láctico. Luce un color amarillo pajizo brillante, con una leve turbidez y poca burbuja, por lo que la espuma desaparece rápido. El perfume es dulce pero no en exceso, con malta Pils, masa de pan, notas de pan de molde y fruta en forma de manzana verde, algo de membrillo y un punto cítrico. Tiene además un toque curioso, con una salinidad terrosa suave y un delicado deje de especia. Se nota que hay algo raro, aunque perfectamente podría colarse si no se está prestando excesiva atención.

En boca se presenta con cuerpo ligero y con poca carbonatación, lo que facilita el trago. En el primer contacto aparecen notas de pan blanco, malta cruda, más suave cereales y algo de fruta, que en esta ocasión se limita a manzana verde y cítricos. A medida que avanza el trago la sal se va haciendo más presente, aunque sin molestar y bien integrada con el resto de matices, y en final se refuerza algo la acidez, con notas de cáscara de naranja, trigo crudo, potente cilantro, una clara mineralidad e incluso recuerdos de medicina efervescente. Un primer contacto puede resultar peculiar, eso no cabe duda, pero en absoluto estridente. A diferencia de muchas Gose modernas, que incluso a amantes de las peculiaridades cerveciles se les pueden hacer cuesta arriba (a mí entre ellos), las dos de Leipzig son muy equilibradas, y uno se podría beber un par de jarras sin problema. Yo las recomiendo mucho, y no sólo como curiosidad.

NOTA:

martes, 18 de mayo de 2021

Achel Blond Bier / Bière Blonde

MARCA: Achel
MODELO: Achel Blond Bier / Bière Blonde
ESTILO: Tripel Trapense (8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: De las 6 marcas Trapenses belgas Achel siempre ha sido mi menos favorita, aunque por supuesto no me supone ningún problema tomarme una: es una buena cerveza, simplemente prefiero las otras. No obstante, al enterarme a finales del año pasado de que posiblemente iba a perder la denominación Trapense debido a que el número de monjes cistercienses en su abadía estaba disminuyendo rápidamente, decidí agenciarme alguna botella para poder tomar por última vez esta cerveza dentro de esta denominación. De paso he aprovechado también para reseñar aquí la última referencia de esta fábrica que tenía pendiente, además desde hace más de 10 años.

Se trata de una Tripel de un color dorado brillante, sorprendentemente transparente, con 3-4 dedos de espuma blanca cremosa que forma un volcán. Su aroma es el clásico de una belga de este tipo, con dominio de malta sin tostar, masa de pan y esteres en abundancia, destacando manzana golden, pera y plátano. Queda un fondo de cereales, suave levadura y recuerdos de naranja confitada, a partir del cual emergen discretas notas terrosas del lúpulo y un claro punto de especia picante, sobretodo clavo.

En boca deja claro el carácter y, oculto tras una sensación sedosa y un trago fluido se oculta una cerveza con cuerpo... y con peligro. En la entrada se exhiben sin disimulo mucha malta dulce, pan blanco, toneladas de pera, manzana golden y algo de fruta de hueso. La levadura belga está por todas partes, dando continuidad al trago. El dulzor del inicio se mantiene y presenta un final goloso, casi con más especia que amargor, a lo que se suma levadura, azúcar candy y un toque de alcohol, apenas interrumpido por notas cítricas y minerales del lúpulo noble. Rica cerveza aunque prefiero Tripel más secas, las de este estilo incluso se me llegan a hacer empalagosas.

NOTA:


domingo, 9 de mayo de 2021

Bird Nognietnaar Huismus

MARCA: Bird
MODELO: Bird Nognietnaar Huismus
ESTILO: Brown Ale (6'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Países Bajos

CARACTERÍSTICAS: Creo que a todos nos ha pasado que alguna marca de cerveza nos ha entrado por los ojos, de hecho por esto hay tanto trabajo detrás del diseño. Pues eso ha sido lo que me ha pasado con la neerlandesa Bird Brewery, y cuando vi sus bonitas etiquetas no pude resistirme y me llevé algunas botellas. Esta joven cervecera fue fundada por Ralph van Bemmel, antiguo propietario de la tienda online Bierlab, y Rik van den Berg. Por el momento no tienen instalaciones propias; inicialmente elaboraban en Kees Browerij y después pasaron a hacerlo en Jopen. Su repertorio incluye 8 cervezas fijas y 3 estacionales, y cada una viene representada por una etiqueta con un pájaro distinto, además de poderse encontrar escondidos a Ralph y Rik, y también el logo de la fábrica.

Mi primer contacto ha sido con el gorrión, una Brown Ale de corte americano, o eso he deducido por la graduación alcohólica algo elevada. Tiene un bonito color marrón pardo, teja en su base, con una mínima turbidez. El servicio genera una espuma beige compacta, de burbuja microscópica, con medio dedo de grosor. En nariz es fresca, directa, con gran cantidad de malta, frutos secos y grano tostado, y un punto de caramelo y frutas oscuras que redondean el aroma. El lúpulo americano está, pero afortunadamente es discreto, y sin romper el equilibrio aporta delicadas notas de naranja madura y hierba, junto con un suave toque de especia.

Difiere con las Brown Ale más clásicas en que está algo más carbonatada de lo habitual, aunque el sabor mantiene la sobriedad del estilo y hace especial énfasis en los tostados. Al igual que en aroma, el núcleo fundamental es la malta, nueces, potentes tostados e incluso un gusto a café. El dulzor, muy moderado, depende sobretodo de ciruelas, frutas del bosque y picotas. Termina en un amargor medio, que refuerza la presencia del café y lo hace el principal protagonista, junto con algo de cítricos, especia picante, suave alcohol y notas minerales. Me ha gustado mucho, conserva la esencia de las Brown Ale británicas, introduce algo del carácter y la fuerza de las americanas, y mantiene el equilibrio. No hay que perder de vista a esta fábrica.

NOTA:

viernes, 30 de abril de 2021

Weiherer Bock

MARCA: Weiherer
MODELO: Weiherer Bock
ESTILO: Bock (6'6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Definitivamente tengo que cambiar mi actitud respecto a Weiherer porque con esta marca me sucede un fenómeno curioso: todo lo que he conocido de ellos me gusta, y además mucho, pero, no sé si por su diseño o por tener un repertorio de cervezas tan variado, siempre me da pereza comprar sus botellas. Luego cuando entro en su página y veo su Kräusen, su Weizenbock añejada en barrica o su Landbier de aspecto delicioso me arrepiento, y este arrepentimiento va en aumento a medida que voy probando sus referencias. Esta Bock no ha sido una excepción...

Luce un bonito color ambar anaranjado, totalmente cristalino, con muchas burbujas que se mueven con calma por la columna de líquido hasta alcanzar medio dedo de espuma blanca. Su aspecto puede llevar a engaños, pero tiene una gravedad original de 16.3%, no es precisamente ligera. Esto ya lo detecta la nariz, se percibe la calidez de un aroma goloso, repleto de malta, mucho toffee y también galleta, más suave pan, que se entrelazan con las notas de melocotón y naranja maduros. El lúpulo mantiene la tendencia, se incorpora con delicadeza y aporta perfumes florales, levemente minerales y con algún recuerdo de miel.

La malta dulce, el caramelo, el toffee y frutas maduras como las mencionadas antes también dominan el sabor, esta vez con la compañía de potentes notas de miel. Es la gran cantidad de malta la responsable de una cerveza redonda, con buen cuerpo, incluso casi oleosa en algún momento. El final sin embargo da un pequeño descanso de tanta malta y abre hueco al lúpulo noble, que genera un amargor mineral y floral, con un calor alcohólico delicioso. Regusto largo, un poco especiado, con miel, melocotón y galleta. Tiene todo lo que uno le pediría a una Bock, y además ensamblado de forma muy armónica: maestría francona al poder. La próxima vez que se me ponga Weiherer a tiro me llevaré unas cuantas, lo prometo.

NOTA: