Hace aproximadamente dos meses Ignacio, el dueño de la tienda de cervezas Líquidos, me comentó que iba a organizar una cata gratuita de cervezas trapenses en Septiembre, evento en el que por supuesto me mostré interesadísimo, e incluso más cuando más adelante me enteré de que al final serían cervezas americanas las que probaríamos. Por este motivo el último día de Septiembre se me pasó volando, pese a tener que sufrir un horario de clases de 08:00 a 20:00, y para cuando me di cuenta ya estaba de camino al local, deseoso de que unas buenas cervezas me ayudasen a quitarme el terrible cansancio que llevaba.
Cuando llegué allí saludé a Ignacio, que estaba preparando todo lo necesario para esa noche, y a una pareja con los que me puse a charlar, eso sí, tras apropiarme de unas cuantas cervezas que tenía en el punto de mira desde hacía algún tiempo. La primera sorpresa fue que a los pocos minutos de conversación Ramón, que fue así como se presentó, me explicó que era el dueño de Cervezalandia, una tienda online que conocí hace escasos meses y que puede presumir de tener un catálogo de botellas como para caerse de espaldas. Pero por si fuera poco me dijo también que había quedado al día siguiente con el Lupuloadicto Pau para otra cata.
Mientras yo me recobraba del shock fue llegando el resto de participantes del evento, y antes de que me diese cuenta Ramón ya había puesto el automático y empezado a emitir información, al principio de cómo realizar una cata correctamente (habiendo remarcado previamente que él estaba explicando la manera que le parecía más adecuada, pero que hay infinitas formas de hacerla y no tiene por qué ser una mejor que otra), y una vez que nos repartieron las copas acerca de las cervezas que ibamos probando.
Comenzamos por la legendaria Sierra Nevada Pale Ale, casualmente una de las que compré ese mismo día, y que cumplió por completo las expectativas que tenía, de trago fácil pero repleta de sabor, y no falta de complejidad si uno quiere entretenerse buscando. A continuación vino Samuel Adams Boston Lager, que pese a gustarme tampoco me entusiasmó, y a la que pretendo darle una segunda oportunidad en cuanto tenga ocasión. Seguimos por una marca con la que ya estaba familiarizado, Great Divide, y su Titan IPA, que resultó tan espectacular como las otras dos cervezas que ya he comentado en este blog. Como postre de esta tanda de cervezas legendarias atacamos a una Porter, que presuponía que sería la que más me gustaría debido a mi debilidad por las cervezas oscuras, y no me equivoqué puesto que Rogue Mocha Porter me pareció una cerveza redonda, muy cremosa, que llenaba la boca por completo, y pese a ser algo dulce nada empalagosa y perfectamente equilibrada.
La cata estuvo muy bien dirigida, con un ambiente distendido que permitía a los invitados intervenir en cualquier momento, ya fuese para plantear dudas o para dar su opinión, y sin centrarnos en el análisis meticuloso de las cervezas sino hablando también un poco de historia, estilos, ingredientes, etc. Además Ignacio realizó una labor encomiable para mantener el ritmo de la cata, teniendo siempre todo organizado de manera que cuando terminabamos una cerveza podíamos empezar casi al instante con la siguiente. Así, tras casi dos horas me fui a casa como nuevo, con cuatro excelentes cervezas probadas, 5 maravillas embotelladas bajo el brazo que comentaré en el blog más adelante, y un montón de información nueva.
Para terminar este resumen solo queda agradecer de nuevo a Ignacio la oportunidad de asistir al evento, el cuidado con el que controló todos los aspectos del mismo, y ya de paso el enviarme vía e-mail las fotografías que hizo (yo me olvidé la cámara), y a Ramón la labor realizada y los conocimientos impartidos. No sé si habrá una próxima vez, pero en caso de que así sea intentaré asistir sin duda alguna.
Cuando llegué allí saludé a Ignacio, que estaba preparando todo lo necesario para esa noche, y a una pareja con los que me puse a charlar, eso sí, tras apropiarme de unas cuantas cervezas que tenía en el punto de mira desde hacía algún tiempo. La primera sorpresa fue que a los pocos minutos de conversación Ramón, que fue así como se presentó, me explicó que era el dueño de Cervezalandia, una tienda online que conocí hace escasos meses y que puede presumir de tener un catálogo de botellas como para caerse de espaldas. Pero por si fuera poco me dijo también que había quedado al día siguiente con el Lupuloadicto Pau para otra cata.
Mientras yo me recobraba del shock fue llegando el resto de participantes del evento, y antes de que me diese cuenta Ramón ya había puesto el automático y empezado a emitir información, al principio de cómo realizar una cata correctamente (habiendo remarcado previamente que él estaba explicando la manera que le parecía más adecuada, pero que hay infinitas formas de hacerla y no tiene por qué ser una mejor que otra), y una vez que nos repartieron las copas acerca de las cervezas que ibamos probando.
Comenzamos por la legendaria Sierra Nevada Pale Ale, casualmente una de las que compré ese mismo día, y que cumplió por completo las expectativas que tenía, de trago fácil pero repleta de sabor, y no falta de complejidad si uno quiere entretenerse buscando. A continuación vino Samuel Adams Boston Lager, que pese a gustarme tampoco me entusiasmó, y a la que pretendo darle una segunda oportunidad en cuanto tenga ocasión. Seguimos por una marca con la que ya estaba familiarizado, Great Divide, y su Titan IPA, que resultó tan espectacular como las otras dos cervezas que ya he comentado en este blog. Como postre de esta tanda de cervezas legendarias atacamos a una Porter, que presuponía que sería la que más me gustaría debido a mi debilidad por las cervezas oscuras, y no me equivoqué puesto que Rogue Mocha Porter me pareció una cerveza redonda, muy cremosa, que llenaba la boca por completo, y pese a ser algo dulce nada empalagosa y perfectamente equilibrada.
La cata estuvo muy bien dirigida, con un ambiente distendido que permitía a los invitados intervenir en cualquier momento, ya fuese para plantear dudas o para dar su opinión, y sin centrarnos en el análisis meticuloso de las cervezas sino hablando también un poco de historia, estilos, ingredientes, etc. Además Ignacio realizó una labor encomiable para mantener el ritmo de la cata, teniendo siempre todo organizado de manera que cuando terminabamos una cerveza podíamos empezar casi al instante con la siguiente. Así, tras casi dos horas me fui a casa como nuevo, con cuatro excelentes cervezas probadas, 5 maravillas embotelladas bajo el brazo que comentaré en el blog más adelante, y un montón de información nueva.
Para terminar este resumen solo queda agradecer de nuevo a Ignacio la oportunidad de asistir al evento, el cuidado con el que controló todos los aspectos del mismo, y ya de paso el enviarme vía e-mail las fotografías que hizo (yo me olvidé la cámara), y a Ramón la labor realizada y los conocimientos impartidos. No sé si habrá una próxima vez, pero en caso de que así sea intentaré asistir sin duda alguna.