MODELO: Hofmark Original Hell
ESTILO: Münchner Hell (5'1% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: Llevaba un tiempo planteándome seriamente si la calidad de las cervezas de alta fermentación es superior de las de baja, debido a que me resulta realmente difícil encontrar Lager que me parezcan excelentes, cosa que no me sucede con las Ale. (por supuesto, también cabe la posibilidad de que como las grandes cerveceras se dedican mayoritariamente al primer estilo, hubiesen eclipsado a marcas que mereciesen la pena) Pues bien, este fin de semana decidí salir de dudas de una vez por todas y me fuí en busca de la mejor lager que pudiese encontrar.
Tras unas cuantas vueltas me decidí por este modelo, en parte por el precio, aunque también influyó el aspecto(cuando la probé por primera vez, al realizar esta entrada, era una botella tallada con una mínima etiqueta en el cuello, pero su diseño cambió en el año 2009 al de la fotografía) Lo primero que pensé nada más destaparla, ya en casa, es lo mucho que habían merecido la pena los más de 2 euros que me había gastado, pues me invadió instantaneamente un intenso olor como campestre, en el que pude percibir una vez servida la cerveza la fuerte presencia de la malta de trigo y el lúpulo Saaz, dándole este último el toque a hierba que tanto me había gustado, completado por suaves aromas florales de dulzor moderado, que restaban toda posible aspereza.
Consecuente con el olfato, en el gusto encontramos como personajes principales a la malta y el lúpulo, y su papel es digno reconocimiento, puesto que crean una base ideal para que se puedan acoplar leves notas a flores que parecen pegarse a las herbales, junto con especias disimuladas con habilidad y un delicado sabor a miel, con un resultado buenísimo. A pesar de esta complejidad es una cerveza fácilmente bebible, de cuerpo ligero pero muy duradera en la boca, con un final seco donde encontramos un medido amargor. Por supuesto, tras esta experiencia mi pensamiento inicial sobre las lager queda eliminado de manera automática, lo único que hay que hacer es buscar bien.
Tras unas cuantas vueltas me decidí por este modelo, en parte por el precio, aunque también influyó el aspecto(cuando la probé por primera vez, al realizar esta entrada, era una botella tallada con una mínima etiqueta en el cuello, pero su diseño cambió en el año 2009 al de la fotografía) Lo primero que pensé nada más destaparla, ya en casa, es lo mucho que habían merecido la pena los más de 2 euros que me había gastado, pues me invadió instantaneamente un intenso olor como campestre, en el que pude percibir una vez servida la cerveza la fuerte presencia de la malta de trigo y el lúpulo Saaz, dándole este último el toque a hierba que tanto me había gustado, completado por suaves aromas florales de dulzor moderado, que restaban toda posible aspereza.
Consecuente con el olfato, en el gusto encontramos como personajes principales a la malta y el lúpulo, y su papel es digno reconocimiento, puesto que crean una base ideal para que se puedan acoplar leves notas a flores que parecen pegarse a las herbales, junto con especias disimuladas con habilidad y un delicado sabor a miel, con un resultado buenísimo. A pesar de esta complejidad es una cerveza fácilmente bebible, de cuerpo ligero pero muy duradera en la boca, con un final seco donde encontramos un medido amargor. Por supuesto, tras esta experiencia mi pensamiento inicial sobre las lager queda eliminado de manera automática, lo único que hay que hacer es buscar bien.