MODELO: Akerbeltz Gorrasta - Ambrée
ESTILO: Amber Ale (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia
CARACTERÍSTICAS: Nunca había probado una cerveza del país vasco francés, de hecho ni siquiera había oído hablar de ninguna marca de esa zona, hasta que llegó a mis manos esta botella, regalo de la grotescamente musculada Ana, que la encontró en un viaje a Pau. La fábrica, localizada en Xiberoa, elabora tres tipos de cervezas, filtradas pero sin pasteurizar, a partir de cebada navarra y agua de fuentes de alta montaña pirenaica, y es la variedad tostada la que voy a comentar hoy.
El de color rojo parduzco, de transparencia cristalina y con una leve capa de espuma blanca, lo que en un inicio me sugirió una que podía ser una Brown Ale, pero el intenso aroma me quitó al instante esta idea por lo frutal del mismo, con notas de tropicales y de piña muy prominentes, y de naranja algo más livianas. Son también principales en el olfato la malta tostada y el caramelo, que se muestran con mucho carácter, acompañadas de canela, y puntos florales y especiados, formando junto con la fruta un perfume que es realmente una delicia.
El sabor sin embargo es algo decepcionante para lo alto que parecía apuntar esta cerveza, bastante escaso de cuerpo, con un comienzo bastante dulce donde domina la malta tostada y el caramelo, aunque con bastante timidez. Se aprecian también notas de piña, bastante leves eso sí, y el lúpulo floral, y ambos se potencian hacia el final del trago, donde se añade un soplo de especias picantes y muy suave alcohol. Un tanto lineal, se acaba perdiendo el interés, y además con una efervescencia un tanto molesta, no está mal pero algo falta de fuerza.
El de color rojo parduzco, de transparencia cristalina y con una leve capa de espuma blanca, lo que en un inicio me sugirió una que podía ser una Brown Ale, pero el intenso aroma me quitó al instante esta idea por lo frutal del mismo, con notas de tropicales y de piña muy prominentes, y de naranja algo más livianas. Son también principales en el olfato la malta tostada y el caramelo, que se muestran con mucho carácter, acompañadas de canela, y puntos florales y especiados, formando junto con la fruta un perfume que es realmente una delicia.
El sabor sin embargo es algo decepcionante para lo alto que parecía apuntar esta cerveza, bastante escaso de cuerpo, con un comienzo bastante dulce donde domina la malta tostada y el caramelo, aunque con bastante timidez. Se aprecian también notas de piña, bastante leves eso sí, y el lúpulo floral, y ambos se potencian hacia el final del trago, donde se añade un soplo de especias picantes y muy suave alcohol. Un tanto lineal, se acaba perdiendo el interés, y además con una efervescencia un tanto molesta, no está mal pero algo falta de fuerza.