miércoles, 9 de febrero de 2011

Colonia (repetimos, parte II)

Pensaba repartir los 3 días del breve viaje post-examenes por tierras alemanas entre 3 ciudades: Düsseldorf, Colonia y Dortmund, lugar de nacimiento de 3 estilos de cerveza distintos, Altbier, Kölsch y Dortmunder respectivamente. Al final, y por el simple motivo de que el primer día dejé bastantes cosas de la primera ciudad pendientes de ver, decidí renunciar a Dortmund para exprimir Düsseldorf al máximo, puesto que de ninguna manera estaba dispuesto a sacrificar el día en Colonia, ciudad que tanto me gustó en el primer viaje que hice a esta zona, en esa ocasión con Sir Asf.

Nada más llegar, tras un breve paseo por el centro de la ciudad, opté, para evitar problemas con los horarios alemanes que no acabo de controlar y por abastecerme de alguna cerveza interesante para el día, empezar una caminata de 45 minutos que me llevaría al 296 de Kalkerhauptstraße, al otro lado del río, donde se localiza una tienda especializada a la que ya le había echado el ojo, Bierzwerg, pocos metros después de encontrarse con la fábrica de Sünner. Había leido cosas muy buenas de ella pero ni de lejos me imaginaba lo que me iba a encontrar, y es que dentro de un pequeño local de aspecto inofensivo se ocultaba el mayor arsenal cervecil que he visto en mi vida, estanterías repletas y a su alrededor torres de cajas llenas de cientos de botellas de distintas marcas. Para más inri, y esto no es habitual en una tienda alemana, a pesar tener una buena selección de cervezas de todo país, la cantidad de cervezas extranjeras era también importante, incluyendo marcas de muy diferentes orígenes.

Curiosamente el dueño, además de explicarme que tenían pensado cambiar de localización en un plazo de uno o dos años porque el edificio se les hacía pequeño para las más de 500 marcas diferentes que vendían, me comentó también que varias personas se les habían quejado de lo poco organizado que estaba el interior. En ese momento estuve por ofrecerme a partirles las piernas a los herejes que ante una tienda donde no caben (físicamente) más cervezas la sensación que experimentan es de incomodidad ante el desorden, pero estaba demasiado hiperactivo viendo apetitosas botellas por todas partes y el pensamiento me duró apenas unos segundos, exactamente los que tardé en localizar la zona de las Kölsch.

Al final, después de una breve conversación con el dueño (parece que vaya por la vida dándole palique a la gente, pero no os confundáis... es cierto) le pregunté por las Kölsch que le parecían más interesantes, a lo que me respondió que sus favoritas eran Mühlen y Sünner y, puesto que la primera ya la había probado y es fácil de encontrar por la ciudad, me llevé una botella de la segunda junto con una Aecht Schlenkerla Eiche y la Pink Panther que comenté la semana pasada, elaborada en la cervecera más pequeña de la ciudad, además por menos de 5 euros la suma de las 3. Sin nada más que hacer por esa zona, y tras comprobar que no existía la posibilidad de visitar la fábrica de Sünner, no me quedó otra que volver a la ribera del Rin, donde tenía pensado almorzar un Lahmacun para recargar energías y aliviar los pies.

De nuevo en el centro de la ciudad, he de reconocer que tampoco hice gran cosa turísticamente hablando: pasear por la orilla del río, beber alguna Kölsch más, comprobar que el Museo de Lindt era extremadamente caro y no incluía comer todo el chocolate que se quisiese/nadar en una cuba de chocolate, disfrutar de la belleza medieval de las callejuelas del Altstadt y la afamada Catedral de Colonia... hasta el momento en el que el hambre y el cansancio me dirigieron, pese a mis esfuerzos por evitarlo, a la cervecera Pfaffen, en pleno casco histórico. Allí, por unos 7 euros si mal no recuerdo, engullí un Halver Hahn con su Bock, cerveza que solo sirven en invierno frente a la Weizen disponible únicamente en fechas veraniegas. La verdad es que tanto bebida como comida estaban riquísimas, el único punto malo fue que pareció que el camarero me metía prisa para que terminase, aunque puede que únicamente se tratase de una interpretación equivocada causada por problemas lingüisticos.

Con esta última parada puse punto y final a mi día en Colonia, pero antes de la foto de despedida de rigor me gustaría destacar las 3 marcas de Kölsch que en mi opinión nadie que visite esta ciudad debería perderse, que son Sünner Kölsch, Mühlen Kölsch, y quizá en menor medida Reissdorf Kölsch (además esta parece que no es demasiado apreciada por los lugareños). De todas maneras, y a diferencia de con las Alt, en este caso aún me queda alguna que otra marca que probar... aviso por si acaso lo aviso.

lunes, 7 de febrero de 2011

Pfaffen Bock Bier

MARCA: Pfaffen
MODELO: Pfaffen Bock Bier
ESTILO: Bock (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Pese a que en Düsseldorf hice paradas en la mayoría de las cerveceras del Altstadt, no quería dejar pasar la ocasión de tomar también alguna Kölsch en su lugar de producción en la ciudad de donde es originario el estilo. Con esta intención entré en el brewpub de Pfaffen, situado en el casco antiguo de Colonia, sin embargo el ver que por pura casualidad había llegado en la única época del año en la que estaba disponible su Bock me hizo cambiar de opinión, puesto que si no es demasiado probable que vuelva a la ciudad, lo es mucho menos que lo haga en invierno otra vez.

El día frío y húmedo era especialmente adecuado para esta cerveza, y por acabar de germanizar el final de la tarde decidí acompañarla con un "Halver Hahn", un plato típico de Colonia que, para evitar confusiones, aclararé que no es medio pollo sino pan de centeno con queso Gouda. Desde el primer momento tuve la impresión de que había acertado de pleno con la elección, al olfato era realmente buena, compleja, un intenso aroma a malta dulce y miel, más secundarios caramelo y toffee, con una fuerte presencia floral que parecía cubrir por completo el conjunto, un suave toque de picante y canela, y entremezclándose de forma muy sutil leves notas de melocotón en almíbar. Y charlando un rato con el camarero, él mismo me comentó que en su opinión esa era la mejor cerveza que hacían.

Muy satisfecho quedé con el maridaje de esta cerveza con el "Halver Hahn", la textura cremosa y el cuerpo no cedían ante la fuerza de la comida, y el sabor era lo suficientemente intenso como para soportar al Gouda. Sobresalen nuevamente malta dulce y miel, esta última incluso más prominente, adornados con moderado caramelo, toffee y melocotón, mientras el lúpulo floral gana en presencia, aunque el amargor final es irrelevante. En este se acentuan las especias y las flores mientras la cerveza baja muy relajada por la garganta, pudiéndose beber varias jarras de medio litro casi sin darse cuenta, lo cual no quiere decir que la cerveza sea aburrida o con poco sabor, más bien todo lo contrario. Yo quedé muy contento con esta cerveza, no tengo más remedio que darle la razón al camarero.

NOTA:

domingo, 6 de febrero de 2011

XX Bitter

MARCA: XX Bitter
MODELO: XX Bitter
ESTILO: Blonde (6'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: La cervecera belga De Ranke fue fundada por Nino Bacelle en 1994, y dio sus primeros pasos en el mercado con la tripel Guldenberg, para después ampliar su oferta hasta 6 cervezas distintas, entre ellas la que voy a comentar hoy. La empresa afirma aplicar una estricta filosofía para la elaboración de sus productos, rechazando toda técnica que abarate costes en detrimento de la calidad de las cervezas, y empleando en ella solo materias primas naturales, entre ellas flores de lúpulo en vez de extractos como es habitual en muchas fábricas.

XX Bitter es una Ale sin filtrar ni pasteurizar que por lo que he visto se encuadra dentro de las Belgian IPA, aunque sinceramente no estoy convencido de la existencia de este estilo. ¿Cualquier cerveza con un alto IBU es una IPA? Esta elevada cantidad de lúpulo empleada en la elaboración de esta rubia se evidencia en el perfume, de dulzor muy moderado, donde el exquisito frescor floral se entremezcla con intensos aromas frutales a naranja, mango y maracuyá, acompañado con un importante punto especiado de clavo, algo de alcohol con este y notas de cilantró. Muy delicado y agradable, un comienzo estupendo.

Sin embargo, si el lúpulo era evidente en el aroma pero aun con todo moderado, en el sabor queda claro que estos belgas no se andan con tonterías. El comienzo es ya de por sí de una intensa acidez cítrica, con notas de pomelo y naranja, y como adorno de esta se encuentra el cilantró que evita que sea demasiado lineal. Gana un poco de fuerza la naranja, aparecen notas picantes y se suma un potentísimo sabor floral mientras la acidez progresivamente se va transformando en un amargor contundente. El final es muy seco, muy astringente, floral, cítrico y levemente especiado, que deja la boca seca y un tanto pastosa. La primera vez que la probé no me acabó de convencer pero hoy, que la he probado de nuevo compartiéndola con Sir Asf mientras se cocía la malta en un nuevo intento de homebrewing, me ha parecido buenísima, compleja y refrescante y, pese a ser algo áspera por el intenso amargor y acidez, no demasiado difícil de beber.

NOTA:

sábado, 5 de febrero de 2011

Lupulus Tripel

MARCA: Lupulus
MODELO: Lupulus Tripel
ESTILO: Tripel (7'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Una de las últimas adquisiciones cerveciles en La Maison Belge fue esta botella de 75cl que me llevé para que mis compañeros de piso probasen una cerveza belga en condiciones (no había probado la Lupulus, pero me guié por los buenos comentarios en la red y por la recomendación del dependiente). He de decir que la cata fue todo un éxito, a todo el mundo le pareció una cerveza interesante y se decidieron a probar nuevas variedades belgas.

En un comienzo, esta cerveza se distribuía en barrica a un pub cercano, pero tras unos años La Brasserie Les Trois Fourquets comenzó a elaborar una cerveza envasada en botellas de champán, además de en barril. Esta cervecera fue instaurada en una granja que data del siglo XVIII, en una zona de las Ardenas donde se dice que habitaban los lobos eslovenos, provenientes de un rico territorio de lúpulo. El lúpulo en latín es Humulus Lupulus, que literalmente traducido significa "pequeño lobo humilde". De allí el motivo de la expléndida etiqueta de la cerveza Lupulus.

Esta cerveza luce un color anaranjado pálido, bastante turbio y con sedimentos flotando en el caldo. Su espuma es blanquecina y no tarda en desaparecer dejando una fina capa en la superficie del líquido. Despide un aroma afrutado, con un toque cítrico y base de lúpulo, muy prometedor. En el trago se disfruta un sabor de comienzo dulce, con presencia de naranja y melocotón, y base maltosa, que poco a poco se torna amarga para terminar en un final lupulizado muy agradable, que deja un regusto seco y delicioso.

Una buena cerveza, sin duda, y un éxito para toda la familia.

NOTA:

jueves, 3 de febrero de 2011

Pink Panther

MARCA: Pink Panther
MODELO: Pink Panther
ESTILO: Berliner Weiße con flores de hibisco (5'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: De este segundo viaje por tierras alemanas no solo quería comentar las cervezas que más me gustasen de entre las típicas de las dos ciudades, sino que me apetecía también explorar un poco y hacer aquí una reseña de una cerveza de la que no hubiese oído hablar antes. La respuesta a mis necesidades vino de mano de una tienda de Colonia de la que hablaré más adelante, y fue esta cerveza de una antigua posada de la ciudad que hace casi 10 años comenzó a funcionar también como cervecera.

La peculiaridad de esta cerveza es que entre sus ingredientes cuenta con flores de hibisco, aunque curiosamente la fábrica menciona la incombustible cantinela de la Ley de Pureza Alemana. La presentan en botella de champán, como otros modelos de la marca, y al servirla exhibe un color rosado, turbio, como de zumo de fresas, que supongo que se deberá a las flores de hibisco. El aroma es dulce e intenso, se aprecia la malta de cebada junto con una acidez con toques de plátano aportada por el trigo y la levadura, mientras el perfume de los hibiscos, que recuerda en cierta medida a frutos rojos, destaca sobre el conjunto para acabar mezclándose con el lúpulo floral y un suave toque de picante, algo apastelado. Pese a lo que cabría esperar, el hibisco no arrasa con los demás matices sino que está bien empleado.

En boca predomina la acidez cítrica, repleta de flores, fresa ácida, bayas e hibiscos con matices levadurosos, la malta está presente pero su relevancia es limitada y, por su aspereza, resulta algo similar a las Lambic, aunque eso sí, no es ni de lejos tan extrema. Hacia el final los cítricos se combinan con un amargor importante, dejando la boca seca con una sensación algo astringente, mientras los hibiscos se alojan en el fondo de la garganta durante el regusto. Una cerveza original, sin duda, muy refrescante, aunque por mi parte tampoco me ha parecido maravillosa. Pese a ello disfrutable, no es tirar el dinero.

NOTA:

Nueva sección: La cerveza del mes

Inspirados por otros blogs de cervezas que ya llevan un tiempo con esta etiqueta en la barra lateral, nos hemos propuesto disponer visualmente las cervezas que más nos hayan gustado a lo largo de cada mes. Habrá meses que sea complicado elegir, bien por la cantidad de cervezas interesantes y fabulosas que hayamos probado, o bien por la poca variedad que nos haya tocado sobrellevar.
Una vez al mes, espero que no lo terminemos dejando en el olvido.

Un saludo.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Alhambra Negra

MARCA: Alhambra
MODELO: Alhambra Negra
ESTILO: Dunkel Lager (5'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: El otro día me hice con un pack de cuatro cervezas con vaso de esos económicamente sostenibles. De una sentada me llevaba cuatro cervezas negras que no había probado (dando un voto de confianza a Alhambra, cuya 1925 venero con locura) y un vaso largo y estrecho que sustituiría los terribles vasos de cocacola de mi piso de Madrid.
Tras haberme tomado un par de ejemplares me resulta una cerveza sin grandes pretensiones, fácilmente bebible.

Alhambra Negra viene fabricada por la empresa que tiene su nombre, actualmente devorada por la vasta San Miguel-Mahou, que data de 1925 y se consolida como una de las cervezas más conocidas de la península, y más bebidas en toda la Andalucía oriental. Se recomienda beber muy fría, lo cual no es una buena señal para una cerveza de este estilo. No obstante, la he bebido de las dos maneras y no pierde excesivos matices.

Una lager oscura de color rubí apagado, con escasa espuma beix, esponjosa y de corta duración. Despide un aroma a malta tostada, con una base de chocolate levemente herbal. Su sabor, que se presenta correcto, muestra matices de malta, caramelo y café, aunque algo apagados. Se agua un poco, terminando en un final herbal curiosamente seco. El alcohol no es una baza importante, no se llega a percibir demasiado.

Supongo que esperaba algo más, aunque como he dicho, tampoco he quedado descontento con una cerveza que tengo tan a mano.

NOTA: