martes, 11 de diciembre de 2018

Mönchshof Historisches Märzen

MARCA: Mönchshof
MODELO: Mönchshof Historisches Märzen
ESTILO: Märzen (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Después de 5 años vuelvo a atacar las cervezas de Kulmbacher con esta botella que me traje de mi viaje fugaz a Munich, cautivado por su elegante etiqueta... y por lo mucho que suelo disfrutar las referencias de esta marca. Se trata de una Märzen que forma parte de una nueva línea de Mönchshof llamada Manufaktur, en la que el maestro cervecero Herrman Nothhaft mezcla tradición y modernidad. Está elaborada con lúpulos Hallertauer, Perle y Tradition, es sometida a un lagerung a 1ºC, y fue premiada con la medalla de oro de los World Beer Awards 2016 en la categoría "Alemania". Además ese mismo año también recibió la medalla de oro de los Mieningers Craft Beer Awards, aunque no sé si "craft" es el término que mejor define a una fábrica del volumen de Kulmbacher.

El aspecto de esta Märzen es casi el de una Keller, de color bronce amarillento, bastante turbia, con una escasa espuma blanca de burbuja fina. En nariz es una delicia, domina malta dulce, masa de pan, galleta y toffee, también se encuentra mucha miel, algo de caramelo y un leve toque de almíbar. Se fusiona con frutas, la más destacable pera madura, y más suave plátano y manzana. El conjunto se completa con el lúpulo, que aporta un delicado aroma floral que se ensambla muy bien con los esteres de la levadura. 

En boca es sutil pero firme, con un cuerpo consistente. Abre el trago la malta dulce, masa de pan y mucha galleta, a lo que se suman marcadas notas de plátano y suave levadura. La textura sedosa acompaña a un final de amargor calmado, largo, con intensos recuerdos de miel, lúpulo floral, una medida acidez cítrica y un punto de especias. Al rato se seca un poco, se vuelve algo más verde, notas terrosas se vuelven más evidentes y puede resultar algo menos amable, aunque sin dejar de ser una Märzen dulce, de trago largo y fácil de beber. No he sido capaz de encontrarle fallos, me ha parecido una cerveza deliciosa... ojalá hubiese cogido alguna botella más.  

NOTA:

domingo, 2 de diciembre de 2018

Sagres Bohemia Bock

MARCA: Sagres
MODELO: Sagres Bohemia Bock
ESTILO: Bock (6'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Portugal

CARACTERÍSTICAS: Mis sensaciones con la serie Bohemia de Sagres (que tengo que agradecer a mis padres el poder probarlas, ya que fueron ellos quienes me las trajeron de sus vacaciones en Extremadura y Portugal), son un poco contradictorias. Algunas me han parecido bastante buenas, como por ejemplo la Bohemia original, mientras que otras como la Hoppy Weiss, que reseñé hace poco, se quedaban cortas. La que comento hoy, supuestamente del estilo Bock, se queda a mitad de camino y deja satisfecho pero queda algo que no acaba de cuadrar.

Esta es una cerveza bastante oscura para ser una Bock, casi negra, con un tenue color rubí al trasluz. Tiene una espuma beige grisácea, muy compacta y abundante, pero que en pocos minutos se reduce a medio dedo. En nariz me impresionó positivamente, se presenta con mucha malta tostada dulce y caramelo, azúcar moreno, marcados recuerdos de ciruelas e higos y algo de toffee y pan integral. Se suman suaves notas de chocolate, un mínimo toque de regaliz negro, y por fín el lúpulo, no demasiado aromático, con un carácter herbal y ligeramente cítrico. Pintaba bien, sobretodo para ser una marca industrial.

El paso por boca es agradable, tiene un cuerpo medio y mucho sabor. Domina malta tostada, acompañada de algo de caramelo, aunque no es tan densa como sugería el aroma, que casi apuntaba a Doppelbock. Hay más presencia de frutos secos, sobretodo nueces, pan de centeno, y menos de fruta madura, que se limita casi en exclusiva a ciruelas. Al final sale un amargor cítrico y especiado, un poco artificial, con una acidez dulzona que recuerda al sirope de limón y se queda en el largo regusto, donde se funde con un leve calor alcohólico. Reconozco que está buena, de hecho tanto que si te despistas puede colar y acabas metiendo la pata en El Comidista, pero tiene ese dulzor que no acaba de cuadrar y que se acentúa a medida que pasa el tiempo, lo que le hace perder algún punto. Ha sido interesante probar las Bohemia de Sagres, ¡gracias padres!

NOTA:

martes, 27 de noviembre de 2018

Hofbräu Helles Vollbier

MARCA: Hofbräu
MODELO: Hofbräu Helles Vollbier
ESTILO: Münchner Hell (5'1% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Una norma básica a la hora de comprar cerveza en Alemania es, cuando no se conocen las cervezas disponibles, elegir las que tengan etiquetas de aspecto más antiguo. Siguiendo esta regla rara vez se lleva uno malas cervezas a casa, y de cuando en cuando encuentra maravillas. La última vez que estuve en Munich la apliqué en un Orterer y entre las botellas que compré estaba esta, que además es producida por una fábrica tan buena como Hofbräuhaus. Hace un par de semanas, ya en España, la abrí al final de un día agotador con el convencimiento de ir a disfrutar de una rica cerveza clásica.

Es de un amarillo blanquecino, totalmente cristalina, sin apenas burbujas en la columna de líquido. Genera una espuma blanca cremosa, no muy abundante pero bastante resistente y que queda adherida al vidrio. En nariz es bastante potente, combina malta sin tostar, mucha masa de pan, suave galleta y cereales, junto con frutas entre las que destaca manzana asada y un delicado punto de limón. El lúpulo tiene un papel discreto, aporta un leve toque floral, mientras que la levadura, ligeramente especiada, resulta bastante evidente. Tan buena impresión como cualquier Helles bávara.

En boca se presenta con un cuerpo medio y una textura sedosa muy agradable. Por desgracia el sabor no está a la altura de lo que esperaba de una cerveza de esta marca y de esta región. En la entrada domina la malta, aunque con menor densidad de lo que sugería el aroma, y se suman notas algo más moderadas de cereal, leve pan blanco y manzana golden, con algo más de acidez en esta ocasión. De trago largo, al final se seca un poco, se aligera el cuerpo, salen más cítricos, lúpulo herbal, cáscara de limón y bastante especia picante. Menos redonda de lo que me esperaba y con un final quizá demasiado áspero y abrupto. Me habría gustado algo más de presencia de la malta en boca, y también algo más de cuerpo. Disfrutable sin duda, pero se le puede exigir más. En esta ocasión mi norma de selección de cervezas ha fallado, nadie es perfecto.

NOTA:

martes, 20 de noviembre de 2018

Morlaco Beer San Cernin

MARCA: Morlaco Beer
MODELO: Morlaco Beer San Cernin
ESTILO: Golden Ale con trigo (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: San Cernin, o San Saturnino, es el patrón de Pamplona y el nombre de uno de los tres burgos a partir de cuya fusión en 1423 se formó la capital navarra. Este lugar emblemático de la ciudad es otro de los que los amigos de Morlaco Beer seleccionaron para denominar a una de sus referencias, una Golden Ale con malta de trigo. Representan en la etiqueta al Gallico que corona la torre del reloj de la Iglesia de San Cernin peleándose con el morlaco vestido de obispo. Esta cerveza no la había probado hasta ahora, me gustan tanto Navarrería o Estafeta que si estas se encuentran en las estanterías me cuesta dar oportunidades a sus otras elaboraciones, pero Akui tuvo el detalle de regalarme una botella hace escasamente un mes.

Esta es una Golden Ale que hace honor al nombre del estilo, con un color dorado pajizo, brillante, ligeramente velada al trasluz. La cantidad y el aspecto de la espuma es perfecto, 3 dedos al servirla y en pocos minutos queda sólo 1 dedo, con burbujas de tamaño medio pero muy compactas. En nariz es fresca, con una cantidad generosa de lúpulo que le aporta un aroma herbal y cítrico, con algún deje mineral y tropical, sobre una base de malta limpia, manzana, membrillo y suave toffee. Un punto de clavo y pimienta blanca le dan un agradable picante que refuerza la sensación del lúpulo, y cierra muy bien el conjunto.

En boca se presenta con cuerpo ligero, aunque bien mantenido por una carbonatación viva. En la entrada se presenta con malta, grano crudo y trigo, que se mezclan con frutas como manzana, limón, suave uva blanca y grosella. El trago se cierra con un amargor potente pero controlado, con hierba fresca, incluso algo de pino, cáscara de limón, suave pomelo, especias como las mencionadas en el aroma y un deje mineral. Al final queda una cerveza suficientemente compleja como para entretenerse catándola, pero también directa y muy refrescante. Es perfecta para meses estivales, además su baja graduación alcohólica permite tomar un par sin demasiado problema. Me ha gustado mucho.
NOTA:

domingo, 11 de noviembre de 2018

Augustinerbräu Oktoberfestbier

MARCA: Augustinerbräu
MODELO: Augustinerbräu Oktoberfestbier
ESTILO: Märzen de Oktoberfest (6'3% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Tras mucho tiempo persiguiéndola de forma infructuosa, hace escasas semanas pude por fin pude conseguir la cerveza de Oktoberfest más esquiva de Munich, la de Augustiner. Las veces que había visitado esta ciudad no estaba disponible en ningún sitio, ni siquiera en las tiendas de bebidas de la cadena Orterer, que suelen tener un repertorio bastante completo de cervezas regionales, dado que, por lo que me dijo el dependiente de una de ellas, se agotaban en pocos días. Este año sin embargo la he tenido a mi alcance por partida doble: una botella me la regalaron Miguel Ángel y Sara, ingenieros expatriados en Munich, sabiendo que iba a pasar por la ciudad a finales de octubre (¡mil gracias a ambos!); sorprendentemente también pude comprar alguna en el Kaufhof de Marienplatz, donde me encontré un buen repertorio cuando pasé por allí por casualidad.

Cayeron algunas paseando por las calles del Altstadt, y reservé esta para tomarla en casa con algo más de calma. Con esto ya anticipo que me gustó. El aspecto es impecable, pura maestría germana, de un color dorado brillante, cristalino, protegida por medio dedo una espuma blanca y cremosa con muy buena retención. En nariz se presenta muy cargada de malta y grano, con intensas notas de masa de pan, galleta, un delicado punto de caramelo, miel y leve bizcocho, en armonía con potentes recuerdos de manzana golden, membrillo, plátano y mínimo melocotón. El lúpulo, por su parte, libera aromas florales, y la levadura también está presente, con un toque especiado. 

En boca me ha parecido finísima, trabajada al milímetro. Es cálida, pero no pesada, y tiene cuerpo, pero no demasiado como para que se haga difícil beberse un maß. El trago es limpio, con mucha malta sin tostar, galleta, grano y más suave caramelo, a lo que en seguida se suma fruta madura en grandes cantidades, sobretodo manzana, algo de pera y membrillo, junto con recuerdos de miel. Termina con un amargor medio, fresco, con lúpulo floral y cítrico, suave especia picante y levadura. Con una agradable efervescencia el sabor va desapareciendo poco a poco, sin haber perdido el equilibrio ni por un instante. Relativamente compleja y muy sabrosa, lo único de lo que me puedo quejar es que se acaba rápido y siempre apetece otra. A ver si el próximo año tengo la suerte de conseguir alguna botella, me ha gustado tanto como la de Hacker-Pschorr.

NOTA:

domingo, 4 de noviembre de 2018

Ambar Monte Perdido

MARCA: Ambar
MODELO: Ambar Monte Perdido
ESTILO: Pale Lager con microflora salvaje (6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Sigo con la serie Ambiciosas de Ambar. En esta ocasión he podido probar una de las que más me intrigaba, y por otro lado más miedo me daba: Monte Perdido. Es una cerveza fermentada a baja temperatura que debe su nombre a que se han empleado para su elaboración microorganismos obtenidos del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el Pirineo Aragonés, entre ellos la bacteria Lactococcus lactis. Esta presentación sugería que nos ibamos a encontrar matices ácidos en la cerveza, aunque siendo un producto de La Zaragozana imaginaba que no demasiado acentuados para que el producto fuese también del gusto del público general.

Es una cerveza dorada brillante, cristalina, con bastante espuma blanca aunque muy porosa y, por lo tanto, no demasiado resistente. El aroma es francamente interesante y complejo, y si tuviese que utilizar una palabra para definirlo sería "fresco". Tiene una base de malta dulce y masa de pan, acompañada de mucha fruta como mango, plátano maduro, piña en almíbar, y más suave melocotón y naranja. A esto se suman notas lácteas de la levadura, con un punto cítrico, herbal y levemente mineral, que es lo que le aporta la originalidad a la cerveza.

El sabor no es en absoluto como me lo esperaba, pero tampoco me supuso una decepción. En el inicio del trago predominan malta dulce sin tostar, miel, y más suave bizcocho y galleta, a lo que se acoplan frutas como las mencionadas antes pero menos maduras, con más papel de naranja y piña. El conjunto se encuentra rodeado por notas levadurosas, con una leve pero afilada acidez propia de bacterias salvajes. El final es amable, frutal, con un leve amargor floral, un deje de masa de pan y el punto ácido, muy medido, de la levadura salvaje, con notas de pomelo y limón. La carbonatación es baja pero mantiene el cuerpo, recuerda en ese aspecto a los ejemplos más melosos de cervezas de Oktoberfest. Me ha parecido verdaderamente buena, incorpora con elegancia la acidez de las bacterias salvajes, y si bien este sabor no tiene tanta relevancia (ni de lejos) como en otros estilos como pueden ser las Oud Bruin o Lambic, el resultado es de una cerveza interesante y original. Lo dicho, en mi opinión la mejor de la serie.

NOTA:

martes, 30 de octubre de 2018

Cata "Cervezas de Cine" en La Vinoteca: La Mecánica de la Naranja

Tras unos meses un poco ajetreados, este octubre por fin he podido aceptar una invitación de Rubén y asistir por primera vez a una de las catas del nuevo ciclo "Cervezas de Cine" del Club Bier de La Vinoteca, que empezó ya en febrero del 2018. Con este episodio, titulado "La Mecánica de la Naranja", tenía sentimientos encontrados. Como inconveniente las frutas eran las protagonistas de la sesión, dado que todas menos una de las cervezas contenían alguna como ingrediente... y cualquiera que me conozca sabe que no soy demasiado amigo de estos inventos. Como ventajas había fundamentalmente dos: dado que no me hacen especial gracia, lo más probable es que nunca probase ninguna de estas cervezas, y esta era una forma de hacerlo sin que me diese pereza; la segunda es que el encargado de dirigirla era el inefable Akui, maestro cervecero de Morlaco, y esto es sinónimo de cata rigurosa y de alto nivel en la que siempre se aprende algo.

Este era el menú que habían preparado Akui y Rubén:

- Brunehaut Bio Blanche Gluten Free (Witbier, 5% ABV)
- To Øl CloudY 9 (Saison con mango y piel de naranja, 5'6% ABV)
- La Quince Jurassic Milkshake (NEIPA, 6'2% ABV)
- Magic Rock / Against The Grain El Gingero (Oatmeal Stout con naranja y jengibre, 7'5% ABV)
- Naparbier / Beavertown Farewell to Arms (Sour añejada en barrica de jerez con cerezas, 7% ABV)
- Mikkeller SpontanFramboos (Lambic Frambozen, 7'7% ABV)
- De Molen Horen, Zien & Zwijgen (Imperial Stout con cacao, 9'5% ABV)

La sesión fue tan interesante como de costumbre, y Akui estuvo especialmente acertado en las descripciones de las cervezas. Además, y como es habitual en él, demostró conocimientos técnicos al alcance de muy pocos de los asistentes (al menos a mí me daba mil vueltas)... y, lo que es más importante, supo transmitirlos de forma cercana y amena. El apoyo de Rubén sirvió para complementar algunos de los datos comentados y darles un enfoque diferente, y también para aligerar el tono de la cata.


Respecto a las cervezas, mi favorita de la noche fue El Gingero, y además con diferencia. Perfectamente equilibrada a pesar de los ingredientes difíciles de integrar, la compraría encantado. También me gustaron bastante Farewell to Arms, SpontanFramboos y Horen, Zien & Zwijgen. Las otras tres la verdad es que no me dejaron una sensación demasiado buena y esto me sorprendió, sobretodo en el caso de To Øl. De todas formas la sensación fue muy positiva, al haber podido probar cervezas que con total seguridad habría ignorado en las estanterías de las tiendas, encima perfectamente explicadas en una sesión amena y divertida. ¡Gracias Akui y Rubén!