MODELO: St. Peter's Honey Porter
ESTILO: English Porter con Miel (4'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Inglaterra
CARACTERÍSTICAS: Teniendo la Honey Porter y la IPA de esta misma marca (muy acertada recomendación de Ionthelion, por cierto) en el trastero, al final el que no hiciese un calor excesivo me hizo decantarme por la primera, ante el riesgo de que pasasen semanas antes de poder disfrutar de otro día así. No obstante también la curiosidad fue un factor definitivo, había tomado hasta el momento muchas cervezas con miel pero jamás una Porter, y viendo encima que no es un experimento reciente sino que llevan muchas decadas elaborándola con esta misma receta me pareció que había posibilidades de encontrar algo genial.
Sin intención de desmerecer la cerveza, nada más lejos, no puedo evitar mencionar lo mucho que me gusta el recipiente oval, una de las botellas que más me gustan de cuantas he visto hasta el momento. Al servir la bebida de este se aprecia un líquido de color marrón rojizo, con una apariencia de carbonatación mínima, cubierta por linea espuma beige de burbuja muy fina. Para la nariz es toda una sorpresa, presenta un aroma muy intenso donde la dulce miel es sin duda el factor predominante, con marcados recuerdos de vainilla y más suave chocolate, sobre una discreta base de toffee, caramelo, malta tostada y mínimas notas de limón dulce, para al final perfumes florales combinarse a la perfección con la miel. Sin duda original y en absoluto mala, aunque reconozco que tanta miel me llegó a sobrecargar en algún momento, haciéndome pensar que quizá no me iba a gustar demasiado la cerveza.
Siguen las sorpresas con el sabor, al darle un sorbo se comprueba el dulzor ha desaparecido y en su lugar hay un gusto áspero, seco, de cuerpo medio, que comienza con vainilla, malta tostada, leve chocolate y una cierta acidez cítrica. Hacia el final ganan en presencia notas de café y suave caramelo, acompañadas por regaliz negro, almendra amarga, algo de humo y lúpulo floral. La miel, por su parte, queda en todo momento en segundo plano, no llega a destacar pero tampoco te olvidas de ella. Una cerveza extraña como pocas, reconozco que al principio no me acababa de cuajar pero una vez que te repuse de la impresión inicial me la acabé bebiendo sin dificultad alguna, disfrutando mucho de cada trago, hasta el punto de que con total seguridad repetiré esta curiosa experiencia.
Sin intención de desmerecer la cerveza, nada más lejos, no puedo evitar mencionar lo mucho que me gusta el recipiente oval, una de las botellas que más me gustan de cuantas he visto hasta el momento. Al servir la bebida de este se aprecia un líquido de color marrón rojizo, con una apariencia de carbonatación mínima, cubierta por linea espuma beige de burbuja muy fina. Para la nariz es toda una sorpresa, presenta un aroma muy intenso donde la dulce miel es sin duda el factor predominante, con marcados recuerdos de vainilla y más suave chocolate, sobre una discreta base de toffee, caramelo, malta tostada y mínimas notas de limón dulce, para al final perfumes florales combinarse a la perfección con la miel. Sin duda original y en absoluto mala, aunque reconozco que tanta miel me llegó a sobrecargar en algún momento, haciéndome pensar que quizá no me iba a gustar demasiado la cerveza.
Siguen las sorpresas con el sabor, al darle un sorbo se comprueba el dulzor ha desaparecido y en su lugar hay un gusto áspero, seco, de cuerpo medio, que comienza con vainilla, malta tostada, leve chocolate y una cierta acidez cítrica. Hacia el final ganan en presencia notas de café y suave caramelo, acompañadas por regaliz negro, almendra amarga, algo de humo y lúpulo floral. La miel, por su parte, queda en todo momento en segundo plano, no llega a destacar pero tampoco te olvidas de ella. Una cerveza extraña como pocas, reconozco que al principio no me acababa de cuajar pero una vez que te repuse de la impresión inicial me la acabé bebiendo sin dificultad alguna, disfrutando mucho de cada trago, hasta el punto de que con total seguridad repetiré esta curiosa experiencia.
NOTA: