MODELO: Brewdog Hardcore IPA (2º Edición)
ESTILO: Double IPA (9'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Escocia
CARACTERÍSTICAS: En pasado mes de Diciembre cayó la primera edición de esta cerveza, a mi parecer bastante buena aunque no acabó de cumplir mis expectativas, me resultó algo más ligera de lo que me habría gustado. No obstante me quedé con ganas de probar la última versión puesto que habían llegado a mis oídos muy buenos comentarios sobre ella, y aprovechando la necesidad de combatir las primeras noches asfixiantes en la capital aragonesa me decidí a abrirla. Por cierto, antes de que se me olvide, ese fondo de fotografía tan raro no es otra cosa que "Down in the Valley", en mitad de un agradable rato peliculero lo que menos me apetecía era levantarme a preparar una foto en condiciones.
Es de color cobre, naranja intenso cuando la luz la atraviesa, con un dedo de espuma muy densa y cremosa, la pinta es ciertamente estupenda. El aroma cumple con la tarea de avisar de que la cerveza va bien cargada de lúpulo, con fuertes notas herbales, resinosas y cítricas, bastante picantes, que se entrelazan con una base de malta dulce y caramelo, y una macedonia de frutas donde llaman mucho la atención mango y maracuyá, más secundario cáscara de naranja, y leves recuerdos de manzana y piña. Desde el primer instante todo apunta hacia una cerveza compleja y llena de energía, exactamente lo que me encontré después.
El sabor entra directo, sin miramientos, aunque el equilibrio es impecable. Comienza con dulce malta tostada y toffee, que al instante son arrastrados por una brutal espiral de acidez, de nuevo rebosante de frutas tropicales aunque en esta ocasión acompañadas de limón y menta, arrasando con el paladar a su paso. Al final se presenta un amargor tan demoledor como cabía esperar, donde el lúpulo aparece en forma de potentes notas cítricas y de pino, adornadas con especias, para justo antes de terminar en un regusto muy seco dejar intuir el alcohol, que participa en el conjunto como un sabor más, con una precisión milimétrica. Pocas Double IPA he disfrutado tanto, además cada segundo se va acentuando el gusto a pino del lúpulo, mejorando incluso más la cerveza a medida que pasa el tiempo. Un brillante trabajo, suficientemente pesada como para no dejar con ganas de más pero deja el hueco suficiente para que todos los sabores se manifiesten, en mi opinión una gran mejora respecto a su predecesora.
Es de color cobre, naranja intenso cuando la luz la atraviesa, con un dedo de espuma muy densa y cremosa, la pinta es ciertamente estupenda. El aroma cumple con la tarea de avisar de que la cerveza va bien cargada de lúpulo, con fuertes notas herbales, resinosas y cítricas, bastante picantes, que se entrelazan con una base de malta dulce y caramelo, y una macedonia de frutas donde llaman mucho la atención mango y maracuyá, más secundario cáscara de naranja, y leves recuerdos de manzana y piña. Desde el primer instante todo apunta hacia una cerveza compleja y llena de energía, exactamente lo que me encontré después.
El sabor entra directo, sin miramientos, aunque el equilibrio es impecable. Comienza con dulce malta tostada y toffee, que al instante son arrastrados por una brutal espiral de acidez, de nuevo rebosante de frutas tropicales aunque en esta ocasión acompañadas de limón y menta, arrasando con el paladar a su paso. Al final se presenta un amargor tan demoledor como cabía esperar, donde el lúpulo aparece en forma de potentes notas cítricas y de pino, adornadas con especias, para justo antes de terminar en un regusto muy seco dejar intuir el alcohol, que participa en el conjunto como un sabor más, con una precisión milimétrica. Pocas Double IPA he disfrutado tanto, además cada segundo se va acentuando el gusto a pino del lúpulo, mejorando incluso más la cerveza a medida que pasa el tiempo. Un brillante trabajo, suficientemente pesada como para no dejar con ganas de más pero deja el hueco suficiente para que todos los sabores se manifiesten, en mi opinión una gran mejora respecto a su predecesora.