lunes, 21 de mayo de 2018

Una década de Hipos Urinatum

Parece mentira pero han pasado ya 10 años desde que empezamos este blog, y sorprendentemente seguimos con ello. Durante este tiempo hemos aprendido una barbaridad sobre la cerveza, aunque esto no nos ha impulsado a cambiar ni un ápice el formato de los artículos: siguen siendo esas monótonas reseñas sobre cervezas, intercaladas de cuando en cuando con un comentario sobre algún evento concreto. Esto se debe a que Hipos Urinatum nunca ha sido más que una especie de diario personal público donde comentamos con total independencia las sensaciones que nos producen las cervezas, y la intención es que siga siéndolo.

Cuando empezamos ni Alberto ni yo habíamos cumplido los 20 años, nuestro interés por la cerveza era relativamente reciente y no teníamos la más remota idea de que había otras páginas dedicadas a esa temática. Chela, de la Compañía Asturiana de Amigos de la Cerveza y responsable de Sursum et Corda, fue nuestro mentor inicial y quien nos introdujo en el mundillo, aclarándonos conceptos e indicándonos pequeños errores, a lo que también contribuyó Pivní Filosof. De esa época recuerdo también con especial cariño otros blogs como De Cervezas y Otras Cosas, Etiquetas de Cervezas, Ruivas Louras & Morenas, Eremu Meharrak, Lupuloadicto, y los que me pueda estar olvidando. Poco después la blogosfera creció hasta el punto de ser difícil tener controlados todas las webs sobre cerveza en castellano que iban apareciendo, aunque es verdad que en los últimos años la tendencia se ha invertido, posiblemente propiciado por el éxito de páginas de valoración como BeerAdvocate y Ratebeer.

Fuimos testigos de la explosión de la cerveza artesana en nuestro país, y nuevas fábricas nos contactaron para que probásemos sus elaboraciones. De estas muchas han desaparecido ya pero otras, como DouGall's o Naparbier, han reafirmado su posición en lo más alto del panorama nacional gracias a un trabajo constante y una alta auto-exigencia respecto a la calidad de sus productos, y sin reparo alguno hacen colaboraciones con grandes cerveceras reputadas a nivel mundial. No solo la elaboración profesional de cerveza se ha extendido enormemente, sino que también hemos hemos visto proliferar como setas a los elaboradores caseros. Algunos de ellos, como Cerveza Rudimentaria, han tenido a bien enseñarnos a los más legos sus conocimientos sobre esta disciplina.

Esperamos seguir presenciando cambios tan interesantes en el mundo de la cerveza durante los próximos años. Y por hacer algo especial para conmemorar esta década, voy a destacar de cada uno de los años del blog una cerveza que me parece digna de mención por el motivo que sea:

2008 - Duvel (La Más Engañosa)



Tengo que reconocer que cuando la probamos, en el 2008, no teníamos ni idea de que era la mejor representante e iniciadora de un estilo... de hecho, el diseño de la etiqueta nos parecía incluso propio de una cerveza cutre. Ahora, sin embargo, se encuentra entre mis referencias favoritas. Parece mentira, de todas formas, que hayan tenido que sacar ediciones Tripel Hop para que se le haga algo de caso a esta marca.


2009 - Nøgne Ø Dark Horizon 2nd Edition (La Más Épica)



Esta botella fue un regalo de la que es ahora mi mujer, y cuando la bebimos entre Jara, Alberto y yo casi nos caímos de culo. El precio es a todas luces excesivo, pero la presentación es inmejorable. Ha sido difícil elegir una de este año, hay demasiadas cervezas interesantes.


2010 - Augustinerbräu Lagerbier Hell (La Más Sencilla)



En estos tiempos que corren de Dry Hopping, envejecimientos en barrica y adición de ingredientes extraños (¿por qué es una buena idea añadir zumo de frutas a una cerveza?), Augustiner hacen apología de la calidad unida a la sencillez. Su Helles es la mejor muestra de ello.


2011 - Uerige Alt (La Más Esquiva)



Intentar beber una Uerige Alt fuera de Düsseldorf es absurdo. De primeras porque las posibilidades de encontrar una botella son mínimas, y de segundas porque la cerveza no estará en su mejor condición. Tanto Altbier como Kölsch viajan mal, si se quiere disfrutar de estas maravillas no hay más remedio que ir a sus respectivos Altstadt. Eso hicimos en 2010 y en 2011, lo que me permitió conocer estos dos estilos... quizá demasiado bien.


2012 - Cantillon St. Lamvinus (La Más Elegante)



De la fábrica de Cantillon en el barrio de Molenbeek uno sale con la sensación de haber viajado en el tiempo, con la impresión de que es imposible que no te gusten las Lambic tras hacer esta visita y, posiblemente, con alguna de las botellas que venden allí mismo a precio muy ajustado. Yo tuve la suerte de poder pillar una de las mejores referencias de Cantillon, madurada con uva tinta en barrica de Burdeos, y he tenido la desgracia de no haberla vuelto a encontrar en ningún sitio desde entonces.


2013 - Naparbier Avant-Garde Belgian Ale Dubbel (La Más Reivindicativa)



En 2013 Naparbier ya habían salido de su Pilsener y su Dunkel iniciales, y estaban elaborando cervezas con un perfil mucho más moderno. Su serie Avant-Garde sirvió para reinvindicar que se atrevían con todo, y lo primero que hicieron fue esta Dubbel de corte clásico, que en mi opinión clavaron. Su trayectoria durante los años siguientes es sobradamente conocida.


2014 - Rodenbach Caractère Rouge (La Más Especial)



De esta cerveza salieron a la venta 900 botellas, y gracias a la generosidad de Rubén de La Vinoteca una de ellas acabó en mi casa. Otro de los motivos que me ha llevado a decantarme por esta frente a otras buenas elaboraciones que bebí ese año es que fue gracias al blog que conocí a la gente de La Vinoteca, empecé a dirigir alguna de sus catas e incluso fundamos La Cofradía del Lúpulo.


2015 - Hitachino Nest Nipponia (La Más Viajera)



Más de 10.000 kilómetros recorrió esta botella para llegar a Pamplona, y ha sido una de las elaboraciones más originales y a la vez armoniosas que he probado en todos estos años. Un desembolso algo superior a lo habitual, pero que mereció totalmente la pena.


2016 - Alaskan Smoked Porter 2012 (La Más Regular)


Elaborada únicamente el día 1 de noviembre desde hace ya 30 años, es una de las cervezas ahumadas más famosas del mundo. Celebré con ella un cambio de domicilio algo más un año antes de mudarme a Burgos, y año y medio antes de volver a Pamplona.


2017 - Fuller's Vintage Ale 2011 (La Más Esperada)



La compré el día que empecé el periodo de Formación Sanitaria Especializada, y la abrí cuando lo hube completado. La cerveza estuvo totalmente a la altura de la ocasión, aunque no esperaba menos de ella. Una elaboración impresionante, y el envejecimiento de 6 años posiblemente la acabó de redondear.

domingo, 6 de mayo de 2018

Ridgeway IPA

MARCA: Ridgeway
MODELO: Ridgeway IPA
ESTILO: India Pale Ale británica (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Inglaterra

CARACTERÍSTICAS: A diferencia de lo que sucedía hace apenas una década, encontrar una India Pale Ale en una tienda española es bastante sencillo... lo que no es tan fácil es que sea una IPA clásica británica. Por este motivo no he querido perder la ocasión de comentar esta elaboración de Ridgeway aquí, aunque en realidad queda a mitad de camino entre las IPA tradicionales y las más modernas, ya que el lúpulo utilizado es Cascade, además con más generosidad de la que uno esperaría en un maestro cervecero inglés.

Esta es una cerveza dorada, algo ambarina, con una carbonatación viva en forma de burbujas dispersas por toda la columna. Genera una espuma bastante abundante, sobretodo para ser una cerveza británica, de color amarillento y aspecto cremoso. En nariz exhibe una intensidad media, que se inicia con malta, grano sin tostar, suave caramelo, en perfecto equilibrio con una carga importante de lúpulo que se presenta en forma de naranja, mandarina, más suave limón, albaricoque, y afiladas notas de hierba e incluso algo de pino y especia picante. El lúpulo y el cereal se ensamblan a la perfección, creando un aroma compacto y armonioso, francamente agradable.

Esta complicidad se rompe en el sabor, donde el lúpulo muestra todo su potencial. Al inicio del trago aparecen con disimulo malta dulce, pan, cereales y suaves recuerdos de fruta de hueso. El lúpulo en seguida toma las riendas y desarrolla un amargor firme, áspero, con intensas notas de hierba, pino y cítricos, destacando con diferencia el pomelo. Final seco, insisten hierba, cítricos, especia picante y un carácter mineral y medicinal propio de las Ale británicas. Sobria y relativamente bien equilibrada, siempre dentro del amargor intenso propio del estilo. Perfecta para aquellos a los que las IPA más agresivas les chirrían, pero que tampoco son devotos de la seriedad de las cervezas inglesas.

NOTA:

domingo, 29 de abril de 2018

Thiriez L'Ambrée d'Esquelbec

MARCA: Thiriez
MODELO: Thiriez L'Ambrée d'Esquelbec
ESTILO: Bière de Garde Ambrée (5'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: La brasserie Thiriez es una de las veteranas entre las microcerveceras francesas, con ya 22 años de trayectoria desde su fundación en 1996 por Daniel Thiriez. Se encuentra en Esquelbecq, una población de poco más de 2.000 habitantes en Nord-Pas de Calais, concretamente en el distrito de Dunkerque. En la actualidad, y bajo la dirección de Clara Thiriez, producen las 4 cervezas clásicas que fueron las primeras representantes de la fábrica, 2 cervezas bio y 4 cervezas especiales, entre ellas la fantástica Étoile du Nord.

Hoy comento una de sus Bière de Garde tostadas, que entraría dentro de las elaboraciones clásicas. Es de color pardo rojizo, bastante cristalina, lo que permite apreciar una carbonatación enérgica de aspecto caótico que asciende hasta una capa de espuma gris muy resistente de medio dedo de grosor. Su aroma es dulce y maltoso, acaramelado, con un suave tostado, pan y cereales, que se acompañan de frutas maduras, principalmente melocotón y manzana asada. Leves recuerdos de almíbar ensamblan el conjunto, mientras notas herbales y ligeramente cítricas del lúpulo, además de un punto de levadura, lo afinan y le dan complejidad. 

Hay tres aspectos del paso por boca que aciertan de pleno, ni sobra ni falta: cuerpo, textura y carbonatación. El principio del trago lo protagonizan malta, caramelo y cereal, más o menos con una potencia similar, y a ellos se suman melocotón, manzana asada y suaves notas de frutos rojos. Se mantiene estable hasta el final, cuando el sabor se decanta hacia un amargor medio, con mucho cítrico, algo de especia, un punto herbal del lúpulo, fruta roja y un ténue calor alcohólico en el paladar. No es de las cervezas que llaman la atención por ninguna extravagancia o elemento extremo, de hecho lo que destaca de esta elaboración, así como de las otras de Thiriez que he probado, es su exquisito equilibrio y su buen hacer, propio de cerveceras centenarias alemanas. Muy recomendable, como todo lo de esta fábrica.

NOTA:

jueves, 26 de abril de 2018

Einbecker Ur-Bock Hell

MARCA: Einbecker
MODELO: Einbecker Ur-Bock Hell
ESTILO: Maibock (6'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: A pesar de que actualmente el mundo de la cerveza se caracteriza por la innovación y el dinamismo, yo sigo muy enganchado con las elaboraciones clásicas. La cerveza que comento hoy pertenece a ese grupo sin dudarlo, dado que supuso el nacimiento de un estilo: las Bock. Los origenes de la cerveza se remontan al menos al siglo XIV, dado que se conserva un recibo de venta del año 1378. En esa época todo ciudadano tenía derecho a elaborar cerveza, y sólo en Einbeck había más de 700 maestros cerveceros registrados. No fue hasta 1794, tras la fusión de los derechos individuales de elaboración de cerveza, cuando se fundó la cervecera Einbecker tal y como la conocemos ahora. En la actualidad elaboran 3 cervezas fijas y dos estacionales, y la que comento hoy pertenece a la primera categoría.

Se trata de una Maibock de color dorado brillante, cristalina, con una carbonatación tan escasa que apenas logra mantener en la superficie un anillo de espuma blanca pegado al vidrio. Su perfume encaja perfectamente con mis gustos para este tipo de cervezas: malta dulce a raudales, toneladas de galleta, algo más suave masa de pan, cereales, bizcocho y grano, que se combinan con marcadas notas frutales de pera, membrillo y más suave manzana. Queda todo envuelto por el aromático lúpulo floral, con firmes notas de miel. Muchísimo papel de la malta en nariz, densa y exuberante, y además presentada de forma excepcionalmente amable.

En boca es igual: densa, de cuerpo completo, acaramelada y muy sabrosa. Malta dulce y miel desde el inicio, con gran intensidad, también fruta madura como manzana asada y membrillo, más suave caramelo, bizcocho y algo de galleta. A pesar de la poca espuma que genera la carbonatación es perfecta, atenúa un poco la pesadez del trago y da una agradable sensación en lengua y garganta. El caramelo se hace más penetrante a medida que avanza el trago, justo antes de desembocar en un final de amargor moderado, donde se funde con generosas notas florales del lúpulo, recuerdos de licor de miel, bastante especia picante, un punto de limón y un agradable calor alcohólico. Una elaboración sólida y sin fisuras, densa pero no pesada, compleja pero fácil de beber... para repetir mil veces.

NOTA:

sábado, 21 de abril de 2018

3 Fonteinen Oude Geuze

MARCA: 3 Fonteinen
MODELO: 3 Fonteinen Oude Geuze
ESTILO: Gueuze (6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Últimamente me he vuelto adicto a las cervezas de celebración, aquellas que compro al inicio de un determinado periodo con la intención de abrirlas si este concluye de forma exitosa. Es el caso de la cerveza que voy a comprar hoy, una de las más representativas de la fábrica de 3 Fonteinen. Esta fábrica de Lambic fue fundada por Jacobus Vanderlinden y Joanna Brillen en 1883 en Beersel bajo el nombre "De 3 Bronnen", aunque entonces era una taberna con anexo para mezclado de Lambic diferentes. Así pasó por manos de varias familias hasta acabar siendo comprada en 1953 por Gaston Delbelder. Sus dos hijos, Armand y Guido, continuaron el negocio a partir de 1982, aunque fue Armand el que se encargó del mezclado. No fue hasta 1999 cuando finalmente 3 Fonteinen empezaron a elaborar sus propias Lambic, actividad que se ha mantenido hasta la fecha salvo por un parón de 4 años, entre el 2009 y el 2013, debido a un fallo en el control de temperatura de la fábrica que supuso la pérdida de más 80.000 botellas y que casi obliga al cierre de la empresa.

3 Fonteinen Oude Geuze es de color naranja amarillento, con bastante espuma y gasificación para lo habitual en el estilo. Las burbujas, de tamaño medio, suben en columna hasta una capa de espuma blanca de medio dedo de grosor. En nariz es una perfecta representante de lo mejorcito del estilo. Se presenta con grano limpio, trigo crudo, recuerdos de granero y suaves notas de cuero, todo ello impregnado en levadura salvaje y abundantes cítricos, sobretodo pomelo, algo menos limón y un sutil toque de naranja. El lúpulo se nota algo más fresco que en otras Gueuze, con un carácter herbal y ligeramente picante, dándole un punto de distinción y originalidad.

La entrada es relativamente amable, pero la acidez despunta en seguida. Comienza con malta, con un leve dulzor, aunque rápidamente pasa a un segundo plano con la irrupción de cítricos como los mencionados en el párrafo anterior, uva blanca poco madura y manzana verde. Una vez que el líquido pasa el paladar la acidez se desata, con intensas notas de heno, levadura salvaje, recuerdos de granero y un afilado toque de especia picante. Una vez pasa la tormenta queda un regusto eterno con hierba, pomelo y algún punto de cuero, mientras la boca seca empieza a reclamar otro trago. Cerveza tan deliciosa como compleja, ¿quién necesita innovar cuando se es capaz de producir una joya como esta? Imperdible para los amantes del estilo, aunque puede resultar algo dura para los menos acostumbrados a las Lambic.

NOTA:

jueves, 12 de abril de 2018

The Orkney Dark Island

MARCA: The Orkney
MODELO: The Orkney Dark Island
ESTILO: Dark Ale (4'6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Escocia

CARACTERÍSTICAS: Dark Island es una de las cervezas estandarte de The Orkney, y su versión en cask ha sido premiada en dos ocasiones por CAMRA como mejor cerveza de Escocia. Yo la pude probar en cask en Edimburgo, y me pareció exquisita, aunque cuando la bebí de botella me dejó un poco más frío. Por eso, esta ha sido una ocasión perfecta para reencontrase con esta cerveza y, ya de paso, dejar por acá mis impresiones.

En Escocia la calificarían como una /80, o una Heavy Ale. Es de color negro azabache y completamente opaca. La adorna una espuma beige de la que en pocos minutos sólo mantiene un aro en periferia. Como suele pasar con estas cervezas en nariz no se presenta con una intensidad demoledora, no obstante el conjunto es delicioso. Lo primero que aparece, y lo que más destaca, son notas de café solo, regaliz negro, más suave cacao puro y un delicado punto de humo. Se apoyan en un fondo de malta tostada, caramelo, frutas oscuras maduras y algo de frutos secos. Se nota también un punto cítrico del lúpulo, tan comedido como corresponde.

En boca exhibe un cuerpo ligero-medio, reforzado por una carbonatación firme. Se planta con una entrada cítrica, seca, a la que se suma después malta muy tostada, torrefacto, regaliz negro, suave cacao y un tenue ahumado. El dulzor es mínimo, aunque sí que se aprecia algo de frutas oscuras al principio, sobre la que se apoya el grano. Al final se refuerzan los tostados, el regaliz y el humo, antes de cerrar con un final algo astringente, de amargor marcado, con un importante golpe de cítricos, hierba y notas medicinales del lúpulo británico, acompañado por un punto de especia picante. Aun sin ser la versión de cask es una muy buena cerveza, elegante y bastante compleja. Quizá no tan impactante como otras referencias de la marca, pero no se la puede dejar pasar.

NOTA:

martes, 3 de abril de 2018

Almogàver / The Wall Mokumba

MARCA: Almogàver / The Wall
MODELO: Almogàver / The Wall Mokumba
ESTILO: Blonde con café y vainilla (5'7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Esta botella, que nos ha llegado por cortesía de Crusat (gracias de nuevo), es una colaboración entre Almogàver y The Wall. De la primera ya hablé algo hace pocas semanas, mientras que The Wall se trata de una cervecera fundada en el 2013 en la Lombardía italiana, con un envidiable repertorio de 13 referencias distintas a pesar de su juventud. Su elaboración conjunta, Mokumba, es una rubia belga infusionada con café y vainilla, y cuando la vi no pude evitar acordarme de la deliciosa 3 TER de La Goutte d'Or.

Es una cerveza de color dorado pálido, brillante, muy levemente translúcida. Luce una espuma blanca esponjosa abundante, aunque pronto se reduce a una membrana por la falta de apoyo de una carbonatación casi ausente. El aroma es muy peculiar, la entrada pertenece sin duda alguna al café y algo de cacao en polvo, que predominan sobre el dulzor de masa de pan, cereal, malta y fruta madura, sobretodo manzana. El lúpulo aporta un medido toque cítrico, quizá herbal, mientras de fondo se intuyen muy suaves recuerdos de vainilla, aunque es posible que sean pura sugestión. De no saber que contenía este ingrediente probablemente me habría pasado por alto.

En boca aprueba, aunque en mi opinión no destaca. El café está presente pero no tantísimo como en aroma, está bien controlado. Entra con malta dulce, manzana madura, membrillo, suave cereal y poco a poco va resaltando el café, que es lo que predomina al final. Cierra con un amargor leve, aunque el café fuerce una sequedad clara, teñido de cítricos, leves recuerdos de miel y algo de fruta. Queda sabrosa pero un poco plana, en parte por una carbonatación demasiado justa y porque el café se come parte de su complejidad. La otra rubia con café que he probado, 3 TER, me pareció más interesante, no obstante la calidad de esta se encuentra dentro de unos límites razonables y no es como para rechazarla si se tiene a mano.

NOTA:

martes, 20 de marzo de 2018

Ridgeway Imperial Red Ale

MARCA: Ridgeway
MODELO: Ridgeway Imperial Red Ale
ESTILO: Barley Wine (10% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Inglaterra

CARACTERÍSTICAS: Hasta este año la cervecera Ridgeway, en Oxfordshire, era una completa desconocida para mí, pero gracias al reciente desembarco de sus botellas en La Vinoteca he podido disfrutar de sus referencias durante las últimas semanas. Peter Scholey fundó esta empresa junto con su mujer Vanda Scholey en el año 2002, tras la absorción de Brakspear por Wychwood (Marston's) y el cierre de la fábrica en Oxfordshire, de la que Peter era el maestro cervecero. Esta cervecera está especialmente comprometida con el medio ambiente: su energía proviene de paneles solares, no desperdicia el agua que utiliza, el bagazo es utilizado por granjeros locales para alimentar a sus animales, e incluso comparte instalaciones con otras dos cerveceras de manera que el agua caliente proveniente del enfriado del mosto es aprovechada por otra marca para elaborar. Es la primera noticia que tengo de un sistema colaborativo semejante entre varias cerveceras.

Ridgeway pretende mezclar la tradición cervecera británica con las tendencias más modernas, y la primera cerveza que voy a comentar es un buen ejemplo de ello. Detrás de una etiqueta de corte totalmente clásico se esconde un Barley Wine con inspiración de Red Ale, sometida a Dry Hopping. Es cristalina, con un brillo rubí intenso, más anaranjada en base. Genera una espuma cremosa y densa de color beige, aunque desaparece pronto debido a la escasa carbonatación que le llega. Su perfume es extremadamente potente, denso y compacto. Malta tostada y caramelo dominan con diferencia,  aunque tampoco escasea la fruta oscura madura, sobretodo ciruelas, manzana asada y algo de dátiles. En un segundo plano quedan cereza madura y otros frutos rojos sobre una base de almíbar, quedando un aroma dulce, goloso, pero en absoluto empalagoso.

Similar en boca, fuerza descomunal con grandes cantidades de malta y caramelo, aunque la fruta en esta ocasión llega incluso a ponerse por encima, con recuerdos de cereza picota, ciruela, y más suave fresa y mora. Cuerpo completo, como no podía ser de otra manera, pero no se hace difícil de beber. El trago es calmado, va integrando los diferentes sabores hasta llegar a un amargor final no demasiado marcado, donde salta el comedido carácter cítrico del lúpulo británico, notas de canela, especia picante y el calor del alcohol, acompañados por toneladas de frutas. Cuando la cerveza se atempera se refuerzan los tostados en este punto, y no se escapan recuerdos de grano de café y cereal quemado. Mucha potencia pero bien controlada, muchos matices pero bien integrados. Tengo mis dudas respecto a lo de Red Ale, pero creo que es una cerveza de un nivel bestial y a un precio muy razonable. He dejado una botella a añejar, en unos años os cuento... si aguanto sin bebérmela.

NOTA:

domingo, 11 de marzo de 2018

Almogàver Akelarre

MARCA: Almogàver
MODELO: Almogàver Akelarre
ESTILO: Münchner Hell ahumada (5'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Para cualquiera interesado en la cerveza artesanal nacional el nombre de Almogàver le resulta familiar porque esta marca lleva en activo al menos desde el 2005, inicialmente elaborando sus cervezas en fábricas de otros productores y desde 2017 en sus propias instalaciones en Barcelona. Su nombre hace referencia al que se le daba a pequeños grupos de sarracenos dedicados al saqueo y ataques sorpresa en la Península Ibérica, aunque posteriormente fue empleado para designar a los aragoneses que adoptaron estrategias similares durante la Reconquista. Elaboran en la actualidad 9 variedades distintas, y son todas ellas de alta fermentación salvo su Pils llamada Volksbier y la Rauch que voy a comentar hoy. 

Es de color dorado brillante, cristalina, limpia, con un dedo de espuma blanca de burbuja muy fina alimentada por una carbonatación viva. En nariz es potente, se presenta con gran cantidad de ahumado, dulzón y cálido como una barbacoa de carne. Se apoya en una base de malta dulce, masa de pan y grano crudo, acompañada por algo de compota de manzana, pera madura y un delicado punto de picant. Los diferentes aromas se integran a la perfección de forma que ninguno de ellos rompe la línea del ahumado, quedando un perfume armonioso.

En la entrada en boca salen notas de malta, pan, cereales y algo de fruta madura, destacando el membrillo, con un dulzor moderado. El cuerpo es el apropiado para el estilo, consistente pero sin saturar. El ahumado está presente durante todo el trago, aunque es durante la segunda mitad cuando pasa a primer plano y dirige el sabor. Amargor final marcado, con potentes notas de cítricos, hierba, bastante especia picante, y el humo infiltrándose entre los diferentes sabores. Más lúpulo de lo habitual en este tipo de cervezas pero el resultado es igualmente muy bueno. Queda una cerveza de trago limpio, sabrosa y equilibrada, totalmente digna de servirse en el Altstadt de Bamberg. Mil gracias a Crusat por hacernos llegar esta botella, es un placer comprobar el alto nivel de muchas de las cervezas elaboradas en Cataluña.

NOTA:

martes, 6 de marzo de 2018

Einsiedler Doppelbock

MARCA: Einsiedler
MODELO: Einsiedler Doppelbock
ESTILO: Doppelbock (7'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Por algún misterioso motivo desde que empezó el año me he cruzado varias veces con esta cerveza alemana: la encontré de tirador (además a 3'3 euros la pinta) en el bar Comix de Pamplona, y también he visto las botellas en varias tiendas físicas, entre ellas Líquidos de Zaragoza. Ante tanta insistencia por parte del destino, además de haberla bebido en cada una de estas oportunidades en que se puso a tiro, no tuve más remedio que coger una botella para reseñarla aquí. No podría decir que esto me haya causado mucho sufrimiento la verdad, porque el clima de Pamplona de estos últimos meses ha sido idóneo para atacar Doppelbock.

Esta es de color marrón oscuro, mate, rubí al trasluz, opaca como un muro, con un par de dedos de espuma beige de burbuja muy fina. Aspecto impecable, no cabe queja posible. En nariz es muy maltosa, acaramelada, exuberante de ciruela madura, uvas pasas y algo más suave manzana y pera. El fondo, compacto, lo forman cereal, pan integral, malta tostada a raudales, caramelo, recuerdos de café molido y algo de cacao, consiguiendo mantener el dulce muy controlado, con un equilibrio ajustadísimo. Acaba de redondear el  aromático lúpulo noble, cítrico y herbal, y leves toques de canela.

Para aquellos a quienes Eku 28 o Samichlaus les parecen empalagosas, esta es su Doppelbock. La entrada la dirigen malta, grano tostado, frutos secos, leve caramelo, café y un punto de cacao puro. Cuerpo medio alto. La fruta oscura madura apacigua los tostados pero no sobresale, simplemente facilita el trago. Final de amargor medio, áspero, con grano tostado, cítricos, algo de hierba y especia picante. Los casi 8º de alcohol están tan bien integrados que casi ni se notan. Grano, grano, grano y más grano, una de las Doppelbock más sobrias que conozco, y también una de mis favoritas.

NOTA:

martes, 27 de febrero de 2018

The Orkney Dragonhead

MARCA: The Orkney
MODELO: The Orkney Dragonhead
ESTILO: Stout (4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Escocia

CARACTERÍSTICAS: La cervecera escocesa Orkney es una de mis debilidades, y no pierdo ocasión de beber sus elaboraciones. Por este motivo cuando vi varias de sus referencias en las estanterías de La Vinoteca aproveché para pillar unas cuantas, que han ido cayendo a lo largo de los últimos meses. Dragonhead era una de las pocas que no había probado hasta la fecha, y se trata de una Stout de corte clásico, con lúpulos Challenger e East Kent Goldings y tan sólo 4º de alcohol. Me pareció un acompañamiento estupendo para ver una película durante una lluviosa tarde de Domingo, aunque mi elección, Días sin Huella (imaginativa traducción de "The Lost Weekend"), no sé si es la más apropiada para el consumo de alcohol.

En vaso de pinta luce un negro brillante, impenetrable por la luz, cubierto por una cremosa capa de espuma muy abundante, sobretodo para lo que suele ser habitual en las Stout británicas, de color beige marronáceo. En nariz resulta exquisita, una bomba de cacao que se combina con caramelo y sirope de chocolate, dando un aroma denso, untuoso y, sobretodo, muy agradable. De fondo queda regaliz negro, algo de grano de café y torrefacto, y suaves toques de frutas oscuras, adornado con un punto de lúpulo británico y especia. Pinta bien, y no espero sorpresas.

Es poco el alcohol que tiene esta Stout, sin embargo en boca se presenta rebosante de sabor. De cuerpo medio y textura sedosa, delicada, entra con grano tostado, café y torrefacto en grandes cantidades, también intensas notas de frutos secos, y más suave regaliz negro y frutas del bosque. Avanza calmada pero con paso firme, se acentúan los tostados y el café, alcanzando incluso un ahumado ligero. Final de amargor medio, con cacao, café, torrefacto, grano, algo de pimienta y un soplo medido pero muy evidente de lúpulo herbal. Sin ser tan espectacular como otras cervezas de la marca, se trata de una Stout de corte clásico con un nivel muy alto: sabor intenso, y tan equilibrada y fácil de beber que el medio litro se hace escaso. A por ella sin miedo.

NOTA:

domingo, 11 de febrero de 2018

Redneck Brewery Honky Tonk Amber Ale

MARCA: Redneck Brewery
MODELO: Redneck Brewery Honky Tonk Amber Ale
ESTILO: Amber Ale (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Ya comenté como en la 3º Feria de la Cerveza Artesana de Burgos, una de las fábricas que más me impresionó fue Redneck Brewery, sobretodo con su Kajun Moonshiner IPA y su Brea Imperial Stout, ambas deliciosas. Me quise llevar alguna botella para beberla en casa, y como no habían traído de la segunda la sustituí por su Honky Tonk, una Amber Ale de 5'5º. Cervezas de este estilo las bebo con una frecuencia relativamente baja, pero cada vez que abro una botella me suelo encontrar características muy dispares, así que abrí esta con bastante expectación.

Su color es marrón pardo, y genera una espuma beige muy abundante al servirla, esponjosa y resistente, consecuencia de una carbonatación potente. Su aroma es muy intenso, y la inspiración norteamericana es evidente. Destacan mango, maracuyá, más suave melocotón y curaçao, sobre una base de malta dulce de tueste ligero, masa de pan y suave caramelo. Son evidentes también notas de hierba y pino, pero que no alteran la orientación general del conjunto.

El papel del lúpulo, ya destacado en aroma, se dispara en boca, y el resultado final a mí no me acaba de convencer. Desde el principio marca el ritmo del trago, introduce cítricos, hierba y pino, y junto con una efervescencia algo excesiva apenas dejan espacio para que se desarrolle el grano. Quedan de fondo algo de malta, cereal, leve caramelo y recuerdos de frutos rojos, pero falta algo de cuerpo que les apoye. Termina en un final amargo y seco en el que se puede sacar algo de tostados entre la fuerza del verde. Creo que la cantidad de lúpulo se les ha ido de las manos en esta receta, y la gasificación tampoco ayuda. pero con ajustes espero que pueda alcanzar el nivel de las otras referencias de la marca. No obstante se deja beber.

NOTA:

domingo, 21 de enero de 2018

Arriaca Imperial Stout

MARCA: Arriaca
MODELO: Arriaca Imperial Stout
ESTILO: Russian Imperial Stout (10'1% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Siguiendo su actividad frenética, la joven cervecera Arriaca incorporó a su catálogo en el 2016 una Imperial Stout. Además, y a diferencia de lo que marcan las tendencias cerveciles últimamente (por desgracia), para su elaboración no emplearon ningún ingrediente exótico, lo cual yo siempre encuentro positivo. Ese mismo año el esfuerzo se vio recompensado con la obtención de dos premios en el World Beer Idol 2017: medalla de Oro en su categoría, y mejor cerveza entre todas las participantes. Con semejante carta de presentación, su precio de apenas 2'5 euros en tienda, y lo mucho que me gustó la otra cerveza de esta marca que probé el pasado verano, me la llevé a casa sin dudar.

Es una Imperial Stout negra como el petróleo, y de hecho casi ni tiene espuma para adornar este color, apenas genera medio dedo de crema beige sirviéndola desde una altura considerable. Al olfato es una auténtica bomba, entra por las fosas nasales un tsunami de malta tostada, caramelo, y cantidades descomunales de regaliz negro, cacao, algo más suave chocolate, un punto de café y leves recuerdos de olivas negras. Se suman algún toque de sirope, azúcar moreno y alcohol, reforzando así el dulzor, mientras en el lado opuesto queda lúpulo herbal y ligeramente cítrico. La presentación es interesante, es extremadamente compacta y rebosa torrefacto por los cuatro costados.

En boca se presenta con cuerpo completo y una textura oleosa, casi gelatinosa, resultando muy contundente. La entrada es dominada por malta tostada, caramelo, sirope y frutas oscuras. Inicialmente es muy dulce, pero con el avance del trago se potencian cacao, regaliz negro, suave café y grano torrefacto. Termina en un final licoroso, con cacao, algo de café, lúpulo herbal, un soplo generoso de especia picante, dejando un regusto cálido y saboroso. Una rica Imperial Stout, verdaderamente densa y potente. En estas cervezas suelo preferir más protagonismo del torrefacto y se me hace un poco dulzona, no obstante estoy muy satisfecho con esta receta y la recomiendo sin dudar. La relación calidad-precio es fantástica.

NOTA:

domingo, 14 de enero de 2018

Ayinger Winter Bock

MARCA: Ayinger
MODELO: Ayinger Winter Bock
ESTILO: Doppelbock de Navidad (6'7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Estas Navidades se me han escapado la mayor parte de las cervezas estacionales que suelo recolectar los demás años, pero tuve suerte de encontrar en Líquidos la de Ayinger y, dado que lo que elabora esta fábrica me suele gustar, me llevé un par de botellas para casa. Se trata de una Doppelbock con unas características similares a las de la referencia estrella de la cervecera bávara Celebrator, 18'5º plato y 6'7º de alcohol, y que está disponible de Noviembre a Enero. Esta coincidencia me hizo sospechar si se trataría de la misma cerveza pero embotellada en 50 cl (lo que es de agradecer), pero por el momento no he obtenido la respuesta de los responsables de la fábrica.

Es una cerveza muy oscura, casi negra, con una apetecible espuma beige muy abundante, cremosa y que aguanta hasta que se acaba el líquido. El protagonismo del aroma se reparte al 50% entre la malta tostada y el caramelo, con un equilibrio fascinante, quedando por detrás quedan ciruelas maduras, algo de frutas del bosque y leves recuerdos de rooibos y canela. El lúpulo noble completa la mezcla con un perfume floral, ligeramente cítrico y herbal, con un agradable punto medicinal.

No engaño, en boca es potente y puede resultar dura para paladares poco experimentados. De cuerpo medio, comienza con gran cantidad de grano muy tostado, incluso llegando al torrefacto, y frutos secos. A medida que avanza el trago se suman intensas notas de cacao, regaliz negro y se intuye grano de café. En un segundo plano se mantienen malta y fruta, compensando parcialmente la sequedad del sabor. En el final, sobre una base de grano se desarrolla un amargor marcado, cítrico y herbal, con una importante carga de especia picante, para acabar liberando el reconfortante calor del alcohol en el estómago. Es una cerveza deliciosa, rebosante de sabor, con mucho más protagonismo de los tostados de lo que sugería el olfato pero equilibrado con maestría. Sin atreverme a asegurar que se trate de Celebrator, me ha parecido extremadamente parecida. Sea como fuere, la tendré fichada para el año que viene.

NOTA:

miércoles, 10 de enero de 2018

Bacchus Vlaams Oud Bruin

MARCA: Bacchus
MODELO: Bacchus Vlaams Oud Bruin
ESTILO: Flanders Oud Bruin (4'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Las cervezas de Van Honsebrouck siempre han campado a sus anchas por la Península, aunque la mayor parte de las veces no nos demos cuenta... estoy hablando, por supuesto de Kasteelbier, St. Louis, Brigand, etc. Las que no son tan fáciles de encontrar son las que a mí más me gustan, su gama Bacchus, cuyos diferentes ejemplares pertenecen todos al estilo tradicional belga de las Oud Bruin. La que comento hoy, a partir de la cual se elaboran las otras dos, se empezó a producir en 1955, lo que la convierte en la cerveza más antigua de Van Honsebrouck.

Envuelta en su papel no podría resultar más elegante, aunque por desgracia para los coleccionistas debajo se esconde una botella sin etiqueta. Dentro de ella se encuentra una cerveza de color marrón caoba, pardo al trasluz, que al servirla genera una espuma beige grisácea muy escasa, quedando un anillo en periferia. Su aroma es muy intenso, ácido y dulce a la vez, aunque predomina más bien el segundo. Lo forman malta, caramelo, nueces, centeno, y un potentísimo perfume licoroso que recuerda a frutas pasificadas, arrope y stollen (este pan dulce alemán propio de las Navidades). Se suma además bastante especia, principalmente canela, y algo de naranja confitada al final. Soy consciente de estar enumerando matices un poco raros y que tan apenas había utilizado antes, pero es que es una cerveza muy peculiar.

En boca mantiene los frutos secos, ciruelas pasas, stollen y canela, pero esta mezcla se encuentra en un segundo plano, oculta por la acidez que domina el trago desde el primer momento. A medida que avanza se van introduciendo la sequedad, salen suaves notas de vino tinto, barrica, cáscara de limón y cereza silvestre. Final limpio, de acidez marcada pero controlada, con cítricos, canela, pan de bollo y fruta oscura madura. El regusto es eterno, mantiene cítricos y recuerdos de vino tinto, con un agradable punto de caramelo. Posiblemente se encuentre entre las Oud Bruin más dulces que he probado hasta la fecha, aunque está bien equilibrada, no empalaga y se disfruta enormemente. Quizá no sea tan elegante como Goudenband, ni tan potente como Special Oerbier Reserva de De Dolle, pero creo que es un ejemplo más que notable del estilo.

NOTA:

martes, 26 de diciembre de 2017

Smuttynose Really Old Brown Dog

MARCA: Smuttynose
MODELO: Smuttynose Really Old Brown Dog
ESTILO: Old Ale con chips de roble empapados en Oporto (11'1% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Estados Unidos

CARACTERÍSTICAS: La cervecera Smuttynose se creó en Nuevo Hampshire en 1994, y lleva el nombre de la 3º isla más grande de las islas de Shoals, un pequeño archipiélago a 9 km de la costa de Nueva Inglaterra. Fue fundada por los hermanos Peter y Janet Egelston, quienes habían sido también responsables de la puesta en marcha en 1987 del primer brewpub de Nueva Inglaterra, Northampton Brewery. La mascota de esta fábrica, Olive, fue el protagonista en 1994 de la etiqueta de su Brown Ale llamada Old Brown Dog, y en el 2007 ilustró también la etiqueta de esta Old Ale llamada Really Old Brown Dog. Compré esta botella en La Vinoteca hace unos 9 meses, y ha estado esperando su turno en mi despensa hasta que han llegado condiciones climáticas más apropiadas.

Se presenta con un líquido velado de color marrón brillante, granate intenso al trasluz. Forma una capa de espuma escasa, de la que persiste un anillo pegado a la pared del vaso. Su aroma es malta, malta, malta y más malta, claramente enfocada a registros dulces, acompañada de toneladas de caramelo, toffee, manzana asada, higos, ciruelas, mas suave pasas y un punto de dátil y té árabe. Se mezcla, casi sin que uno se de cuenta, con fruta tropical del lúpulo americano. De fondo quedan recuerdos de pan negro, frutos secos y quizá un toque de hierba. Se sitúa en un punto medio entre el clasicismo británico y el desenfado de la cerveza norteamericana.

En boca es algo más ligera de lo esperado para una cerveza de 11º, con cuerpo medio, aunque su textura sedosa es agradable. Entrada dulce, con malta, toffee, caramelo, algo de cacao y leve licor de avellana. La calidez del alcohol es más que evidente, pero se adapta bien al transcurso del trago y se combina con frutas oscuras, té y azúcar moreno para evolucionar a un final de amargor marcado, con naranja sanguina, frutas rojas, suave pomelo, especia picante y un punto tropical y herbal. Es una buena cerveza, sin errores a destacar, aunque tampoco me ha llegado a entusiasmar. Quizá pueda ser que estuviese todavía un poco verde y le faltasen algunos meses para acabar de redondearse, ganar un poco de cuerpo e integrar algo más el lúpulo.

NOTA:

sábado, 16 de diciembre de 2017

Morlaco Beer Labrit

MARCA: Morlaco Beer
MODELO: Morlaco Beer Labrit
ESTILO: IPA de trigo (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Labrit es el nombre del emblemático frontón de pelota vasca pamplonés, también conocido como La Bombonera, que ha sido sede en múltiples ocasiones de importantes partidos de este deporte tan popular en Euskadi y Navarra, y también es el nombre que han elegido los muchachos de Morlaco Beer para una de sus cervezas. La primera vez que la probé no era fácil de encuadrarla en un estilo concreto, así que la metí en el cajón de sastre que son las Wheat Ale... con la nueva receta ideada por Akui parece que entraría dentro de lo que se denominan White IPA, es decir IPA de trigo.

Al servirla muestra un aspecto bastante similar al de una Wit, con un líquido de color dorado brillante de turbidez considerable, pero sin llegar a la de una Weizen. Se forma una cantidad bastante escasa de espuma blanca, con una burbuja fina, quedando un anillo pegado al vidrio. El aroma es potente y directo, con una buena ración de lúpulo americano que aporta frescas notas tropicales, herbales y ligeramente resinosas. El fondo es de malta dulce, grano crudo, suave cereal e intensos recuerdos de caramelo de limón, algo de pomelo y lima, y un toque de miel. Es muy agradable, con una acidez apagada por la malta que la hace refrescante pero evita la monotonía que puede dar un exceso de cítricos.

En boca es mucho más ácida de lo que esperaba, con una entrada cargada de limón, lima, trigo crudo y pomelo desde el primer momento. El paso por boca es ligero, y a medida que avanza se potencia la acidez y se suman notas de hierba, manzana verde, quizá algo de pino y un punto de sidral. Final largo, muy refrescante, con suave cáscara de limón, un soplo de especia picante, ligeramente salado. Regusto largo, mantiene el frescor y pide otro trago. Es una cerveza relativamente sencilla, aunque en realidad combina muy bien sus tres elementos fundamentales: dulzor de la malta, cítricos del trigo y lúpulo americano. Repetiría encantando, aunque posiblemente la reserve para fechas más calurosas.

NOTA:

domingo, 10 de diciembre de 2017

Franconia

Este año ha sido un poco complicado laboralmente, y no he tenido más remedio que retrasar las vacaciones a finales de octubre, fechas incompatibles con la disponibilidad de mi acompañante más habitual. Así, aproveché para hacer un viaje de temática cervecil y, teniendo en cuenta que mi amigo Miguel Ángel sigue por allá, tomé la decisión de repetir la visita a Munich y de paso explorar Franconia. Además tuve la suerte de que al viaje se pudo sumar mi padre, con el que hacía ya muchos años que no disfrutaba de unas vacaciones, y juntos embarcamos a tierras bávaras.

Tras pasar 3 días en Munich fuimos a Franconia, región que desde hace tiempo tenía muchas ganas de conocer y que, por si alguien no lo sabe, es la región del mundo con más cerveceras por habitante. Nuestro primer destino fue Núremberg, una preciosa ciudad medieval aunque reconstruida casi desde sus cimientos tras el final de la II Guerra Mundial. La cerveza de los bares de esta ciudad no tiene nada que ver con la que se encuentra en Munich sino que predominan marcas como Tucher y Spalter, aunque ocasionalmente uno se puede topar con algún grifo de Augustiner. En los supermercados se ven multitud de marcas franconas, la mayoría totalmente desconocidas para mí, aunque no cogí ninguna porque tenía previsto visitar una de las mejores tiendas de bebida de Núremberg: Landbierparadies.

Este comercio se encuentra a escasos 10 minutos andando al Sur de la estación central de Núremberg, y se trata de un local relativamente grande abarrotado de cajas de plástico con botellas de cerveza de marcas de Franconia, y que seguramente abarcarán más de 100 fábricas distintas. También se pueden comprar vasos y jarras de dichas cerveceras, además de algunos licores locales. Los precios son los habituales de las tiendas no turísticas de Baviera, alrededor de 0'8 euros la botella de medio litro, aunque las escasas referencias artesanales creo que eran bastante más caras. En cuanto a la atención, a pesar de que el dueño sólo habla alemán estuvo muy dispuesto a la hora de recomendarme cervezas entre ese interminable arsenal.

Otro local de Núremberg del que también quiero hablar es Altstadthof Brauerei, localizado en pleno centro histórico. Esta fábrica y cervecería fue la primera en recuperar un estilo de cerveza tradicional de la ciudad, las Rotbier, cervezas de baja fermentación y color rojizo cuyos orígenes se remontan a la Edad Media. Allí paramos a descansar al final de un largo día y pudimos disfrutar de una jarra de su sabrosa cerveza por alrededor de 3 euros, si no recuerdo mal, en un ambiente tranquilo y relajado (excepto para la camarera, sólo una para atender alrededor de 40 personas). Ofrecían además la posibilidad de llevarse botellas de 1 litro de distintas variedades para beber en domicilio, además a un precio muy ajustado.

Evidentemente, estando a menos de una hora en tren no nos ibamos a quedar sin ir a Bamberg, ciudad de gran importancia por haber sido su conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993, y además hogar de un estilo de cerveza muy peculiar que ya ha pasado en varias ocasiones por el blog: las Rauchbier. Yo llevaba mucho tiempo queriendo visitarla y la verdad es que no me decepcionó ni a nivel cervecil ni tampoco arquitectónico aunque, a diferencia de Núremberg, la vi demasiado preparada para el turismo y le quitaba un poco de autenticidad.

A diferencia de lo que esperaba, las Rauchbier no se veían por todas partes sino que había que buscarlas un poco. Por suerte yo sabía perfectamente donde buscar, y al primer sitio que fuimos a hacer un descanso fue a la mítica cervecería Schlenkerla. El sitio es un auténtico laberinto y a veces resultaba difícil saber donde meterse, pero la cerveza... no exagero si digo que la Märzen de Schlenkerla tirada por gravedad desde barrica de madera es una de las 10 mejores cervezas de mi vida. También hay una pequeña tienda dentro del local donde comprar sus diferentes variedades a un precio bastante razonable, aunque hay que tener en cuenta que varias de ellas sólo se venden en una época determinada del año. Yo iba con la esperanza de poder coger alguna botella de su novedad, Fastenbier, pero no hubo suerte...

Para comer decidimos seguir los consejos de Rubén y Iñaki, que recomendaron salir de la parte turística e ir a otra de las cervecerías clásicas de Bamberg: Spezial. La verdad es que fue todo un acierto y, a pesar de que pedimos comida casi a ciegas por no ser capaces de entender la mayor parte de las palabras de la carta, disfrutamos una barbaridad. El local además era muy tranquilo, sin un solo ruido. En cuanto a la cerveza de esta fábrica, también me pareció excelente, quizá algo más delicada que la de Schlenkerla y con un ahumado menos intenso. Yo sigo prefiriendo esta última, pero no me resultaría raro que haya quienes sean más partidarios de Spezial.

A grandes rasgos esto sería la parte relacionada con la cerveza de las divertidas vacaciones que pasamos en Baviera. Para terminar la reseña voy a dejar una lista de las referencias que más me gustaron del viaje, en orden alfabético y no de preferencia:

- Aecht Schlenkerla Rauchbier Märzen (barrica de madera).
- Augustinerbräu Dunkel (grifo). 
- Hetzelsdorfer Fränkisches Vollbier (botella)
- Hofbräu Original (grifo).
- Hofbräu Winterzwickl (botella). 
- Leupser Dunkel (botella).
- Scheyern Kloster-Export Dunkel (botella).
- Schleicher Rauchbier (botella).
- Spezial Märzen (grifo y botella)
- Tegernseer Hell (botella)

domingo, 19 de noviembre de 2017

Neder Kellerbier

MARCA: Neder
MODELO: Neder Kellerbier
ESTILO: Kellerbier (4'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Otra de las cervezas que probé durante mi estancia en Franconia fue esta de la Brauerei Neder, comprada al azar en Landbierparadies. Se trata de una fábrica fundada en 1554 en Forchheim, una ciudad de 30.000 habitantes entre Bamberg y Núremberg. En 1882 fue comprada por Sebastian Neder, y en la actualidad está bajo la dirección de su bisnieto Hilmar Neder, su tataranieta Astrid Neder-Haub, y cuentan con Rainer Kalb como maestro cervecero. Elaboran en 10 cervezas distintas que abarcan gran número de estilos clásicos diferentes, entre ellas esta Kellerbier.

De color dorado mate, es bastante cristalina, algo poco habitual en este estilo. Escasas y perezosas burbujas de gas alimentan una capa de espuma blanca poco duradera, que en varios minutos se reduce a un anillo adherido al vidrio. El aroma es de intensidad media/baja, y consiste en una mezcla de malta dulce, mantequilla (¿diacetilo?), grano y más suave masa de pan, envueltas en frutas maduras como manzana asada, membrillo y algo de pera, quedando los dos grupos al mismo nivel. Se detecta además un potente aroma de miel, y leves notas de lúpulo floral, consiguiendo un conjunto delicado pero muy agradable.

El sabor es claramente más potente, aunque la complejidad es limitada. Arranca con mucha malta, cereal sin tostar y algo de levadura. La textura es densa, aunque algo aliviada por la carbonatación que pica en la lengua. En seguida se suben al carro frutas como las descritas en el aroma, para concluir en un final de amargor medio con un toque cítrico apagado, algo de especia picante, un mínimo punto de alcohol y un recuerdo como de granero que nos puede dar la pista del estilo al que pertenece esta cerveza. Es una cerveza rica y se bebe con facilidad, pero la verdad es que ni encaja del todo con las Kellerbier ni me ha acabado de entusiasmar. No creo que sea como para buscarla, en mi opinión en Franconia hay infinitas opciones mejores.

NOTA:
 

domingo, 12 de noviembre de 2017

Spezial Rauchbier Lager

MARCA: Spezial
MODELO: Spezial Rauchbier Lager 
ESTILO: Dunkel Lager ahumada (4'7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Fundada en 1536 por Linhard Grosskopf en Bamberg, hogar de las Rauchbier, Spezial es, junto con Schlenkerla, una de las fábricas más populares centradas en este estilo. Antes de visitar esta ciudad ya contaba con la recomendación de dos miembros de La Cofradía del Lúpulo de comer en el restaurante de esta marca (gran decisión, sin duda), y después de disfrutar allí de sus fantásticas cervezas decidí comprar una botella para poderla beber con calma en el apartamento que había alquilado en Núremberg. A pesar de que son 5 las variedades que elaboran yo sólo pude encontrar su Lager, y es la que voy a reseñar hoy.

Es de color pardo rojizo, anaranjada, bastante transparente, recubierta por una espuma blanca de burbuja fina con una retención considerable. El aroma es intenso pero sin saturar, comienza con malta tostada y algo de fruta madura como ciruelas o manzana asada. Envuelve el conjunto una carga potente de caramelo que se funde con un ahumado algo dulce, cálido, que recuerda al de la salsa barbacoa. Tiene además un punto especiado que refuerza esta sugestión.

En boca es similar, y gracias a esta tendencia al dulce y su textura cremosa queda una cerveza muy redonda. La entrada es de malta tostada, grano, pan negro, algo de bizcocho, y más suaves frutas oscuras y notas de azúcar moreno. Fondo de caramelo, nuevamente se fusiona con el humo, que es sin duda la nota dominante a medida que avanza el trago. Final de amargor leve, dominado por el dulce ahumado, con un leve carácter cítrico y algún deje de hierba y especias. Una cerveza fantástica, fuertemente ahumada, no tan extrema como Schlenkerla pero me atrevería a decir que más fina y equilibrada. Obligatoria para los amantes de las cervezas de este estilo, y recomendada para quienes las elaboraciones de Schlenkerla se les hacen cuesta arriba por su pesadez.

NOTA: