sábado, 3 de julio de 2021

Espiga Dark Way

MARCA: Espiga
MODELO: Espiga Dark Way
ESTILO: Russian Imperial Stout con lactosa (10'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Parece mentira que a pesar de que llevan desde el año 2013 en activo, lo que las convierte en una de las microcerveceras más veteranas de la Península, todavía no hubiese probado ninguna de las referencias de esta fábrica de Sant Llorenç d’Hortons, en el Penedés. Los fundadores y principales responsables son Teresa Galván y Arnau Rovira, y la mantienen en funcionamiento con un equipo de otros 6 entusiastas de la cerveza. Sus elaboraciones se encuadran en dos series: Elixir Vitae, de estilos más comunes y producción continua, y Espiga Geeks, que incluye elaboraciones algo más especiales. Y la Imperial Stout con lactosa que protagoniza la entrada de hoy pertenece evidentemente a la segunda.

Su aspecto es elegante, de un negro brillante, opaco a la luz, cubierto por una espuma más marrón que beige, con algún reflejo ocre. En nariz es una auténtica bomba de malta tostada, toffee y sirope de chocolate, con chispas de cacao y frutas del bosque como metralla. Tiene un fondo potente de torrefacto y café, algo de regaliz negro, caramelo quemado y claros recuerdos de Pedro Ximénez y uvas pasas. Al reposar el chocolate crece, se hace predominante, y se intuye en un segundo plano el calor del alcohol, con un toque de licor oscuro, e incluso un mínimo punto de neumático. Completísimo, se me hizo la boca agua.

Además esta cerveza tiene la virtud de que no es tan pesada como sugiere el aroma, y el paso por boca es muy equilibrado, con una textura especialmente cremosa. Comienza delicada pero con paso firme, con malta tostada, frutas del bosque y caramelo. Poco a poco el sabor se hincha, llena la boca, rebosante de chocolate fundido, uvas pasas, más suave regaliz negro y café espresso. Al final se infiltran notas licorosas, volvemos al Pedro Ximénez, junto con moka y cacao, marcándose el alcohol en el fondo de la garganta y el estómago, con especias como canela y clavo, antes de desembocar en un regusto largo en el que van desapareciendo todos estos matices poco a poco. Lo tiene todo esta cerveza, potencia, complejidad y equilibrio. Una de las cervezas que más me ha impresionado en este 2021, sin duda seguiré buscando referencias de esta fábrica.

NOTA:

jueves, 24 de junio de 2021

Fuller's London Porter

MARCA: Fuller's
MODELO: Fuller's London Porter
ESTILO: English Porter (5'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Inglaterra

CARACTERÍSTICAS: Cuando se buscan cervezas que puedan servir como paradigma de diferentes estilos británicos en muchos casos se acaba pensando en referencias de Fuller's, como por ejemplo ESB, Golden Pride o London Pride. Sin duda es también el caso de London Porter, a la que voy a hacer un hueco en el blog hoy, una Porter de estilo británico que se empezó a comercializar en 1996, y que ha cosechado varios premios en los últimos años, además merecidamente.

Pocas veces uso últimamente el vaso de pinta Nonick, y hay que admitir que pocos sienta tan bien a las cervezas británicas. Esta presume allí un color ébano, rubí profundo al trasluz, con una espuma sensacional de color beige, muy cremosa, que persiste tanto rato como dure la pinta (en mi caso no fue mucho). Como pasa a menudo con las Ale el aroma no es demasiado expresivo, aunque uno no puede quejarse de lo que encuentra, destacando notas de café, torrefacto y bastante cacao, compensadas en parte por el dulzor moderado de malta tostada y frutas oscuras.

El trago revela una cerveza excepcionalmente cremosa. Se presenta relajada, con una buena carga de tostados, frutos secos, pan de cereales, bastante café sólo y un toque de regaliz negro, quedando un fondo dulce con frutas del bosque y sirope de chocolate. Con el avance se refuerza el torrefacto y frutos secos, manteniendo una sobriedad impecable, antes de concluir en un final ligeramente ácido y terroso, con la clara presencia del lúpulo británico envuelto en notas de cacao. Regusto largo, cafetoso, que se junta con el siguiente trago. Mucho sabor, textura perfecta y equilibrio impecable. Lo que digo siempre, los clásicos lo son por un motivo.
NOTA:

domingo, 20 de junio de 2021

Boon Faro

MARCA: Boon
MODELO: Boon Faro
ESTILO: Faro (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: La última vez que tomé una Faro fue hace casi 10 años, por lo que la idea de revisitar este estilo tan esquivo me pareció muy tentadora cuando tuve a tiro esta referencia de la cervecera Boon. La Faro de Boon es muy especial porque en su elaboración se emplea Meerts, un tipo de Lambic tradicional de baja graduación y gravedad original que se obtiene de las últimas extracciones de la malta, y que actualmente no se produce en ninguna otra fábrica. Esta se mezcla con Lambic vieja, y se añade azúcar, lo que le da el carácter agridulce típico. Imagino que es este último aspecto lo que hacen que las Faro, a pesar de ser también Lambic, no tengan una vida útil tan prolongada como en el caso de la mayoría de las Gueuze, que pueden aguantar más de 20 años sin deteriorarse.

Es algo más oscura que las Gueuze, bronce casi rojiza, algo velada, con escasa espuma aunque muy blanca y brillante, eso si. El aroma tiene dos vertientes muy diferenciadas, y una parte destaca la malta, algo acaramelada, con notas de melocotón, naranja dulce y azúcar candy, pero si se agita la copia emerge en la superficie la levadura salvaje, el Brettanomyces, y potentes recuerdos de cuero, con algún toque de cáscara de cítricos.

Este dominio del dulce en boca es incluso más evidente, y tanto es así que me ha resultado empalagosa, sobretodo al final. Al principio se introduce la malta tostada, frutas sobremaduras entre las que destaca la manzana, pan dulce alemán y algún recuerdo de almíbar, con un dulzor muy potente. Hacia el final se permite la entrada de un leve frescor, se nota la levadura salvaje y un poco de cítricos maduros, para al final terminar en un regusto largo, como de refresco, con notas de Brett y algún recuerdo de vinagre de Módena. No soy experto en el estilo y quizá no haya sabido encontrar el punto, pero para mi gusto es excesivamente dulce, prefiero la de Lindemans. Me ha recordado un poco a estas Schwarzbier con sirope que se pueden encontrar en algunos sitios de Alemania, tiene un sabor artificial un poco parecido.

NOTA:

domingo, 13 de junio de 2021

Westmalle Extra

MARCA: Westmalle
MODELO: Westmalle Extra
ESTILO: Blonde Trapense (4'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Además de sus reputadas Dubbel y Tripel, los monjes de la abadía cisterciense de Westmalle también elaboran dos veces al año una cerveza de más baja graduación para su propio consumo que recibe el nombre de Westmalle Extra. Se trata de una de las cervezas más antiguas de la fábrica, se empezó a producir desde la fundación de la fábrica en 1836, y sin embargo hasta este año no se vendía al público general, salvo en alguna ocasión puntual. Parece que a partir de ahora la vamos a poder encontrar con mayor frecuencia, lo que siempre es de agradecer.

El color es amarillo limón, pajizo, lo que sugiere que va a ser ligera. Tiene una espuma blanca brillante, de burbuja fina, que queda en una membrana. Muy agradable en nariz, se presenta con un aroma delicado pero potente, que combina malta dulce, pan francés, frutas blancas, entre las que destaca manzana Golden y algo de plátano maduro, y muy suave caramelo. Se nota también la levadura belga, y está todo aderezado con puntos de cítricos y especias, que levantan el conjunto y potencian la sensación de frescor.

En boca se nota una carbonatación importante que sirve para frenar un poco el trago y compensar la ligereza del cuerpo. En el sabor predominan cereal y pan blanco, infiltrado por generosas notas de manzana verde, uva blanca, cítricos y un punto de albaricoque. Al final se desarrolla un amargor marcado con recuerdos de hoja de limón, hierba, minerales y un poco de pimienta, que termina en un regusto seco, cítrico, un poco medicinal y que incluso puede evocar a un vino blanco seco. El reposo le sienta bien, se refuerza un poco la malta y la cerveza se vuelve menos punzante. Estarán contentos los monjes tomando esto de forma habitual, no es la mejor cerveza de Bélgica pero cumple perfectamente su cometido: es fresca, ligera y sabrosa.

NOTA:


viernes, 11 de junio de 2021

De Cam Oude Geuze

MARCA:
De Cam
MODELO: De Cam Oude Geuze
ESTILO: Gueuze (6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Cuando De Cam comenzó su actividad en 1997 fue primera cervecera dedicada a la mezcla de Gueuze que abría sus puertas en Bélgica en casi 40 años. Ocupa un antiguo edificio, cuyos orígenes se remontan al menos al siglo XVIII, situado en la localidad de Gooik, pocos kilómetros al Oeste de Bruselas. Fue fundada por Willem van Herreweghen, jefe de producción de la cervecera Palm, con el apoyo de Armand Debelder de 3 Fonteinen, Frank Boon (evidentemente de Boon) y Michel Doomst, el alcalde de Gooik. Tres años después Willem volvió a su anterior puesto, quedando al cargo Karel Goddeau, un estudiante centrado en investigación sobre la cerveza que había colaborado con él, formado por Armand y Gaston Debelder, y que en la actualidad compatibiliza este trabajo con la elaboración de cerveza en Slaghmuylder. Crean sus cervezas a partir de las Lambic de Boon, Girardin y Lindemans, y la mayoría de los barriles que utilizan son de Plzeňský Prazdroj.

Esta botella, la Oude Gueuze de la fábrica, la compré en Lambicus aprovechando un viaje que hice a Barcelona por trabajo en octubre del 2019, y había estado en mi bodega desde entonces, sin encontrar el momento de salir. Como otras del estilo, tiene un color dorado profundo, ligeramente velada, y con apenas un anillo de espuma. Me sorprendió que al principio no es demasiado aromática, y poco a poco va saliendo el cereal, trigo, limón, cáscara de naranja e incluso algo de malta. Sin embargo, si se agita la copa surge la magia y la nariz se llena de levadura salvaje, madera, Brettanomyces, pimienta blanca, suaves esteres y un marcado punto de cuero. Y después de esto, cuando la cerveza reposa de nuevo, se vuelve al cereal, la malta y los cítricos, aunque ya más potentes y adornados con recuerdos de barrica, heno, establo y quizá un toque de queso (o es que se me está yendo la cabeza con este tema).

En boca esperaba la explosión de astringencia habitual en marcas como Cantillon o 3 Fonteinen pero no fue así en absoluto, sino que es una Gueuze muy equilibrada y amable. En la entrada es un poco maltosa, dentro de la acidez, acompañada de potentes notas de cereales, albaricoque, manzana verde y un toque de almendra. Se va forzando la levadura en la garganta, los taninos marcan las encías, cáscara de limón y pomelo van llenando la boca, y terminan por aparecer notas de cuero, granero, roble, y bastante hierba y minerales. El trago es limpio, chispeante, con una carga de especia picante al final que desemboca en un regusto largo, láctico, terroso, repleto de levadura salvaje y madera. Muy buena, de las de disfrutar sin sufrir.
NOTA:

domingo, 30 de mayo de 2021

Spencer Monk's Reserve

MARCA: Spencer
MODELO: Spencer Monk's Reserve
ESTILO: Quadrupel Trapense (10'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Estados Unidos

CARACTERÍSTICAS: El año 2012 supuso un punto de inflexión para las cervezas trapenses al incorporarse la cervecera Engelszell a la Asociación Internacional Trapense, algo que no había sucedido desde la fundación de esta compañía en 1997. Este acontecimiento parece que abrió la veda, y otras 4 empresas se unieron en los años posteriores, entre ellas la cervecera Spencer el año siguiente, en 2013. Es la única que no se encuentra en Europa, sino que sus instalaciones se encuentran en la abadía de Saint Joseph, fundada en Massachussets en el año 1950. Los monjes de esta abadía cisterciense se dedicaban a la producción de mermeladas y gelatinas para su sostenimiento económico, pero dado el crecimiento de su comunidad decidieron embarcarse en la elaboración de cerveza, actividad más rentable, para lo que se recorrieron las fábricas trapenses europeas durante un periodo de 2 años, empezando por Westmalle y terminando en Saint Sixtus.

Dentro de su ya extenso repertorio he optado por comentar primero una de sus referencias de estilo clásico, la Quadrupel llamada Monk's Reserve Ale. De un color marrón ébano, pardo al trasluz, y con una buena capa de espuma, emite un aroma especialmente intenso y penetrante. Tiene una cantidad de malta tremenda, y saca de esta los matices más oscuros y profundos, destacando sirope de chocolate, caramelo, un punto de bizcocho y frutas como moras, pasas, dátiles y más suave ciruelas e higos entre los más dulces; mientras que cacao, pan negro y azúcar quemado representan a los potentes tostados. La levadura belga está presente con delicadas notas de plátano, y se notan también especia picante y el alcohol, todo bien integrado en un perfume rotundo incluso para el estilo.

El sabor llama la atención por la gran cantidad de malta, que en este caso se inclina más hacia los tostados y limita el dulce, y consigue un cuerpo muy potente y cremoso. Comienza con abundante cereal que casi se podría decir que alcanza al punto de quemado, caramelo, dátiles a patadas, moras y gran cantidad de uvas pasas, llegando a recordar a un Pedro Ximénez. En seguida se desarrollan los tostados, con intensas notas de cacao puro, más suave regaliz, galleta de fondo y un toque de té inglés. Estos son la guía conductora del final, más seco por la influencia de un lúpulo herbal y mineral, con un leve toque de naranja, mucha especia picante y el alcohol cálido que recuerda a licores oscuros. Me ha sorprendido favorablemente, es una Quadrupel muy compleja, inclinada hacia la malta y con un carácter bastante distinto de las europeas aunque sin perder su esencia. Para degustar con calma y atención, es capaz de quitarle el protagonismo a cualquier cosa que se le ponga delante.
NOTA:

miércoles, 26 de mayo de 2021

Bayerischer Bahnhof Gose

MARCA: Bayerischer Bahnhof
MODELO: Bayerischer Bahnhof Gose
ESTILO: Gose (4'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Los origenes de las Gose se remotan al menos al siglo XIV, de cuando se tiene la primera referencia en un texto. Desde el siglo XVIII se elaboran en Leipzig y, aunque el estilo desapareció en los años 60, a finales del siglo XX se fundaron dos cerveceras en la ciudad decididas a recuperarlo: Bayerischer Bahnhof y Ritterguts. En estos últimos años varias fábricas de distintos puntos del planeta se han animado también a producir cervezas de este estilo; la amplia mayoría de las que se encuentran en el mercado hoy en día, y las de mayor disponibilidad, son interpretaciones de cerveceras modernas cuyo parecido con el estilo clásico es relativa, mientras que ejemplos tradicionales son más esquivos. Sin embargo yo he tenido la suerte de poder conseguir una botella de Bayerischer Bahnhof, fundada en 1990 por Andreas Schneider, quien convirtió la antigua estación de tren de Leipzig en una cervecera.

Se trata de una Gose tradicional que cuenta entre sus ingredientes con cilantro, sal y ácido láctico. Luce un color amarillo pajizo brillante, con una leve turbidez y poca burbuja, por lo que la espuma desaparece rápido. El perfume es dulce pero no en exceso, con malta Pils, masa de pan, notas de pan de molde y fruta en forma de manzana verde, algo de membrillo y un punto cítrico. Tiene además un toque curioso, con una salinidad terrosa suave y un delicado deje de especia. Se nota que hay algo raro, aunque perfectamente podría colarse si no se está prestando excesiva atención.

En boca se presenta con cuerpo ligero y con poca carbonatación, lo que facilita el trago. En el primer contacto aparecen notas de pan blanco, malta cruda, más suave cereales y algo de fruta, que en esta ocasión se limita a manzana verde y cítricos. A medida que avanza el trago la sal se va haciendo más presente, aunque sin molestar y bien integrada con el resto de matices, y en final se refuerza algo la acidez, con notas de cáscara de naranja, trigo crudo, potente cilantro, una clara mineralidad e incluso recuerdos de medicina efervescente. Un primer contacto puede resultar peculiar, eso no cabe duda, pero en absoluto estridente. A diferencia de muchas Gose modernas, que incluso a amantes de las peculiaridades cerveciles se les pueden hacer cuesta arriba (a mí entre ellos), las dos de Leipzig son muy equilibradas, y uno se podría beber un par de jarras sin problema. Yo las recomiendo mucho, y no sólo como curiosidad.

NOTA: