MODELO: Neuzeller Kloster-Bräu Schwarzer Abt
ESTILO: Schwarzbier (3'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: En Neuzell, ciudad que le da nombre, en la frontera alemana con Polonia, se encuentra Neuzeller Kloster-Bräu, una cervecera construida sobre un monasterio católico que lleva en funcionamiento desde 1589. Una fábrica así, con cuatrocientos años de historia, parece una apuesta sobre seguro a la hora de comprar... claro que si una vez lo has hecho descubres que fue adquirida por un tal Helmut Fritsche en el 92, y que entre los productos que vende ahora se encuentra una cerveza "Anti-Aging" u otra específicamente diseñada para bañarse, quizá las dudas empiezan a aflorar.
Yo de todo esto no tenía ni idea, y la etiqueta me daba bastante buena espina, así que me dispuse muy animado a preparar una película mientras me servía la cerveza en una jarra, pudiendo apreciar una espuma más que correcta, cremosa y muy bien adherida a la pared de cristal, cubriendo un líquido marrón caoba bastante parecido a un refresco de cola. El aroma tampoco me decepcionó, al menos en el primer instante, el dulzor de la malta oscura se combina con el café y un suave punto de hierba, consiguiendo un aroma básico pero correcto. Sin embargo el olfato nota algo que no acaba de cuadrar y que poco a poco se lleva toda la atención, que es un perfume dulzón y penetrante, con notas de melaza, dátiles, pasas, caramelo, que al principio el lúpulo consigue disimular pero que en cuanto pasan un par de minutos es imposible.
¿Qué demonios le pasa a esta cerveza? La solución está en los ingredientes: "Invertzuckersirup". Esto no es otra cosa que una mezcla al 50% de glucosa y fructosa, y con seguridad la responsable del desastre que se encuentra al dar el primer trago: cuerpo cero, extremadamente dulce, el torrefacto propio de las Schwarzbier está ausente mientras el sabor lo ocupan sirope de chocolate, pasas, té negro, chocolate con leche, cola... y ni rastro de lúpulo, así que el resultado no podría ser más empalagoso. Coge un vaso de azúcar, llénalo de agua hirviendo y mete 3 bolsitas de té inglés, si después de 12 horas con las bolsas reposando en el agua te lo intentas beber, la sensación será similar. Directa al Top10 de las peores cervezas germanas que he probado, solo superada por Landskron. Y que alguien me explique lo de presumir de 400 años de tradición.
ESTILO: Schwarzbier (3'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: En Neuzell, ciudad que le da nombre, en la frontera alemana con Polonia, se encuentra Neuzeller Kloster-Bräu, una cervecera construida sobre un monasterio católico que lleva en funcionamiento desde 1589. Una fábrica así, con cuatrocientos años de historia, parece una apuesta sobre seguro a la hora de comprar... claro que si una vez lo has hecho descubres que fue adquirida por un tal Helmut Fritsche en el 92, y que entre los productos que vende ahora se encuentra una cerveza "Anti-Aging" u otra específicamente diseñada para bañarse, quizá las dudas empiezan a aflorar.
Yo de todo esto no tenía ni idea, y la etiqueta me daba bastante buena espina, así que me dispuse muy animado a preparar una película mientras me servía la cerveza en una jarra, pudiendo apreciar una espuma más que correcta, cremosa y muy bien adherida a la pared de cristal, cubriendo un líquido marrón caoba bastante parecido a un refresco de cola. El aroma tampoco me decepcionó, al menos en el primer instante, el dulzor de la malta oscura se combina con el café y un suave punto de hierba, consiguiendo un aroma básico pero correcto. Sin embargo el olfato nota algo que no acaba de cuadrar y que poco a poco se lleva toda la atención, que es un perfume dulzón y penetrante, con notas de melaza, dátiles, pasas, caramelo, que al principio el lúpulo consigue disimular pero que en cuanto pasan un par de minutos es imposible.
¿Qué demonios le pasa a esta cerveza? La solución está en los ingredientes: "Invertzuckersirup". Esto no es otra cosa que una mezcla al 50% de glucosa y fructosa, y con seguridad la responsable del desastre que se encuentra al dar el primer trago: cuerpo cero, extremadamente dulce, el torrefacto propio de las Schwarzbier está ausente mientras el sabor lo ocupan sirope de chocolate, pasas, té negro, chocolate con leche, cola... y ni rastro de lúpulo, así que el resultado no podría ser más empalagoso. Coge un vaso de azúcar, llénalo de agua hirviendo y mete 3 bolsitas de té inglés, si después de 12 horas con las bolsas reposando en el agua te lo intentas beber, la sensación será similar. Directa al Top10 de las peores cervezas germanas que he probado, solo superada por Landskron. Y que alguien me explique lo de presumir de 400 años de tradición.