domingo, 27 de diciembre de 2015

Aliénor Rousse

MARCA: Aliénor
MODELO: Aliénor Rousse
ESTILO: Red Ale (6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: Laurent Lefebvre es un joven belga afincado desde el año 2006 en Aquitania, a raíz de su matrimonio con una mujer bordelesa. Algunos años después de su llegada a esta región, en el 2010, decidió dedicarse a la elaboración de cervezas, y comenzó la producción de Aliénor en su propio domicilio, aunque en Agosto del 2012 la trasladó a St Caprais de Bordeaux, donde sigue en el momento actual. El nombre de la marca hace referencia a Leonor de Aquitania, una noble que vivió durante el siglo XII y que llegó a ser Duquesa de Aquitania y Guyena, Condesa de Gascuña, y posteriormente reina consorte de Francia y después de Inglaterra. Conocí esta marca en el viaje de vuelta de las vacaciones por Bretaña, a mi paso por Burdeos, en un centro comercial, y no pude evitar la tentación de llevarme un par de botellas para probar algo nuevo.

Tomé una de ellas, su Brune, con la compañía de La Cofradía del Lúpulo, y la verdad es que a ninguno nos gustó demasiado. Tenía no obstante puestas esperanzas en la que voy a comentar hoy, aunque como vais a comprobar tampoco ha sido capaz de estar a la altura. Viste un rojo en copa, que al trasluz se vuelve brillante y desarrolla reflejos naranjas. Por desgracia este bonito aspecto queda algo deslucido por la ausencia casi total de espuma, inicialmente genera muy poca y en pocos segundos no queda más que un anillo adherido al cristal. Su aroma es dulce y acaramelado, cuenta con malta de tueste ligero, sirope, azúcar moreno y leve chocolate con leche, a los que se arriman manzana madura y algo de manzana y mandarina. Tiene de todas formas un deje algo desagradable, no muy llamativo pero algo molesto, que recuerda a verdura hervida, además de un mínimo punto de tabaco. Se nota además un leve toque de lúpulo floral que algo mejora, aunque no acaba de corregir el defecto descrito.

Y en boca se desmorona por completo. Es como agua sucia: ausencia total de cuerpo, acidez descontrolada y sabor insoportable. Doy por hecho que se trata de una contaminación, y posiblemente la cerveza original no sea tan horrible pero, viendo el nivel de su Brune y habiéndome encontrado ya esta sorpresa poco apetecible, no tengo especial interés en repetir.

NOTA:

sábado, 26 de diciembre de 2015

Tienda en Zaragoza: Líquidos Almacén de Cervezas

Soy consciente de que paso por Zaragoza menos de lo que debería, y en ocasiones este desapego de mi ciudad natal (involuntario, lo juro) me ha jugado alguna mala pasada, también en el ámbito cervecil. Así, a principios del pasado verano, paseando por avenida Goya, me encontré con que una de las primeras tiendas en irrumpir en el panorama cervecero aragonés, Líquidos, estaba cerrada. Es cierto que, entre que me trasladé a Pamplona hace casi 4 años y que mi despensa suele estar bien surtida por diversos motivos, llevaba bastante tiempo sin pasar por allí, pero tanto por lo mucho que me había aportado este negocio como por la simpatía que tengo por su responsable, Ignacio, este cese de actividad me apenó mucho.

Por suerte, poco tiempo después me llegó un e-mail un tanto misterioso que me informaba de que Líquidos en realidad no había cerrado sino que se había trasladado a una calle paralela a avenida Navarra, además con un nuevo enfoque. La intención era la de funcionar como un almacén, con un catálogo más extenso y precios más ajustados, y para ello se incorporó a la empresa Txema, otro apasionado de la cerveza con una dilatadísima experiencia en este campo y amplios conocimientos, como ha demostrado todas las veces que hemos compartido alguna pinta.

Desde entonces he podido comprobar gracias a las fotos publicadas en su página de Facebook la buena acogida que han tenido estos cambios, viéndose una importante afluencia en catas y demás eventos que se han organizado, pero no fue hasta hace unos pocos días cuando tuve tiempo para visitar en persona el nuevo local.

La primera mejora la noté nada más cruzar la puerta, puesto que el espacio era más del doble del local de Líquidos original, lo que ha permitido colocar una mesa de gran tamaño y unas cuantas sillas para así poder llevar a cabo las catas con comodidad. Altas estanterías recubren la mayor parte de la superficie de las paredes, aglomerándose en ellas varias decenas de cervezas distintas, entre ellas muchas de origen alemán, algo no demasiado habitual en la mayor parte de los negocios de este tipo. También había bastantes botellas de formatos grandes, y lo único que eché en falta fue el poder adquirir alguna cerveza Lambic, que la verdad es que escaseaban.

En cuanto a los precios, la verdad es que Ignacio no exageraba y la bajada es considerable. Las referencias alemanas están cerca de los 2 euros en su mayor parte, mientras que belgas, inglesas y norteamericanas raramente superan los 3 euros, colocándose así entre las tiendas más baratas que yo conozco de la Península. Por último, también está a disposición de los clientes un grifo de cerveza, cuyo contenido va rotando, y por 3'5 euros quien lo desee puede tomarse una pinta del barril que esté pinchado en ese momento. En esta ocasión tuve la suerte de poder probar Tongerlo Christmas, una navideña belga más que aceptable.

Tras mucho pensar qué me iba a llevar para casa, elegí las 6 botellas que me resultaron más apetitosas y me despedí de Ignacio, no sin antes decirle la buena impresión que me llevaba del local. La verdad es que me pareció de las tiendas más interesantes de España, y sin duda la mejor de Zaragoza.



TIENDA: Líquidos Almacén de Cervezas
DIRECCIÓN: Calle Santa Orosia 27
LOCALIDAD: Zaragoza
PROVINCIA: Zaragoza

lunes, 21 de diciembre de 2015

An Alarc'h Roc'h

MARCA: An Alarc'h
MODELO: An Alarc'h Roc'h
ESTILO: Brown Ale (4'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: An Alarc'h, o en castellano "El Cisne", es una cervecera bretona fundada en 1998 en Huelgoat/An Uhelgoad, en el corazón del Parque Natural Regional de Armórica. Forma parte desde el año 2005 de la cooperativa Tri Martolod, siendo en la fábrica de este nombre en Concarneau donde se embotellaban sus elaboraciones hasta este mismo año, cuando An Alarc'h se trasladó a La Feuillée. Cuentan con varias cervezas distintas en su repertorio, abarcando además estilos modernos, y la que hoy voy a comentar es su Brown Ale Roc'h. Anticipo que anteriormente probé la Imperial Stout llamada Kerzu y quedé muy satisfecho.

Lo primero que llama la atención, y posiblemente lo que me llevó a comprarla, es el bonito diseño de su etiqueta, con una pintura de estilo impresionista. Ya fuera de la botella viste un color marrón, ligeramente rojizo, y muy turbio. Nada más tocar el cristal su espuma, densa como la nata, rellena la copa hasta arriba, y mantiene esta altura largo rato. Potencia en nariz moderada, se presenta una malta de dulzor muy apagado con un toque de caramelo de fondo, pero predominan claramente los tostados, frutos secos y cereal. El conjunto es modulado por un toque de lúpulo herbal y cítrico, posiblemente de origen británico, que le aporta un agradable frescor y alivia su rigidez.

En boca mandan igualmente los tostados, nueces y otros frutos secos, e incluso alcanza un agradable punto de café y cacao. En un segundo plano quedan mantequilla, suave malta, algo de caramelo y recuerdos de frutas del bosque. De cuerpo medio, termina en un amargor claro, cítrico y herbal y con un leve deje especiado, tras lo cual el sabor cierra con rapidez. Se trata de una Brown Ale sobria y directa, como manda el estilo, y sin complicarse demasiado la vida supera a las representantes más comerciales del mismo. Para beber en grandes cantidades en un ambiente británico, a ser posible jugando a Cluedo con el príncipe Charles.

NOTA:

domingo, 13 de diciembre de 2015

Hitachino Nest Nipponia

MARCA: Hitachino Nest
MODELO: Hitachino Nest Nipponia
ESTILO: Märzen con cebada Kaneko Golden y lúpulo Sorachi Ace (6'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Japón

CARACTERÍSTICAS: Dentro del peculiar catálogo de cervezas de Kiuchi Brewery posiblemente Nipponia sea la referencia más singular. Se trata de una cerveza de fermentación baja elaborada con Kaneko Golden, una cebada híbrido de Shikoku (utilizada normalmente para fideos) y la cebada americana Melon Golden, generada a principios del siglo pasado en Japón, prácticamente extinta en los años 60 y que el responsable de Kiuchi se encargo de resucitar a partir de 16 semillas que compró al Departamento de Historia Agrícola de Japón. Tras plantar y recoger en repetidas ocasiones, cuando hubo obtenido suficiente cereal, en el año 2009, se lanzó a la producción del primer lote de esta cerveza.

Hace unos meses llegaron unas cuantas botellas a La Vinoteca junto con otros modelos de esta marca y, pese a que su coste es muy elevado, alrededor de 7 euros, por tratarse de una elaboración especial decidí romper en esa ocasión puntual mi barrera de precio y llevarme una a casa. Cuando finalmente encontré un momento propicio para abrirla me encontré en la copa una cerveza de un color naranja brillante, cristalina aunque con mucho sedimento flotando, cubierta por una buena capa de espuma que sin embargo desaparece en segundos por su baja carbonatación. La intensidad aromática es extrema, y también lo es su diversidad de matices. Es un perfume dulce, cremoso, con malta y caramelo en grandes cantidades pero mezclados con infinitas frutas maduras de corte tropical. Se detectan mango, lichi y coco (matiz poco habitual por lo general en las cervezas, y que puede ser aportado por el Sorachi Ace), y más suaves melocotón, maracuyá, notas lácteas y recuerdos de chicle o golosina. En cuanto reposa un poco sale algo de naranja, limón y hierba, aunque sin que el conjunto pierda este carácter tan peculiar que describo.

En boca mantiene la fuerza del aroma, y también su originalidad. Entra malta dulce, caramelo y fruta tropical, los tres en grandes cantidades. Poco a poco irrumpe un marcado gusto a lichi, chicle y coco, siendo este último el que predomina, mientras de fondo quedan bizcocho, miel y el perfil lácteo de la levadura. Hacia el final, en un amargor marcado pero cálido, se añaden los cítricos, principalmente naranja de sangre y hoja de limón,  mucha especia, sobretodo pimienta, clavo y también algo de cilantro y canela, y el lúpulo floral. Cuerpo completo, textura cremosa muy agradable, queda un leve picante alcohólico en la garganta una vez completado el trago. Poco más se le puede pedir: es muy sabrosa y reconfortante, la complejidad es máxima y no se parece a ninguna otra cerveza que yo haya probado antes. El desembolso mereció la pena por completo.

NOTA:

sábado, 5 de diciembre de 2015

FFdA #8: Liefmans Goudenband

MARCA: Liefmans
MODELO: Liefmans Goudenband
ESTILO: Flanders Oud Bruin (8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Toca la octava edición del FFdA de Birraire, y la verdad es que ganas no me faltaban; en cada sesión llego con varias cervezas como candidatas para el evento y grandes dificultades para elegir cuál presentar, y más todavía en la convocatoria de final de otoño, cuando los primeros días fríos del año hacen más apetecible descorchar cervezas oscuras, las que en principio mejor aguantan el paso del tiempo. En esta ocasión, y cambiando la tónica de mis otras contribuciones a este genial evento, he optado por una cerveza de corte totalmente clásico y conocida por casi todos los amantes de la cerveza: Goudenband de Liefmans. Se trata de una elegante Oud Bruin, obtenida a partir de una cerveza fermentada en tinas abiertas mediante múltiples levadura y madurada durante entre 4 y 12 meses en bodega, que a continuación se mezcla con cerveza más joven para desencadenar una segunda fermentación en botella. Esta botella ha permanecido 9 meses en mi despensa, por cierto, sin ningún motivo concreto además... simplemente no he encontrado el momento de abrirla.

Es muy opaca, de un marrón caoba incluso algo más oscuro, y al servirla genera una espesa espuma gris de burbuja muy fina, que en pocos minutos se reduce hasta una membrana. Su aroma es dulce, denso y acaramelado, recuerda al de los vinos de Oporto, con grandes cantidades de malta oscura, sin llegar al torrefacto, que se combina con toneladas de dátiles, ciruelas pasas y más suave higo, azúcar moreno y un deje de té. En un segundo plano, aunque jugando un papel relevante, quedan los ásperos tostados, bastantes frutos secos y lo fundamental, la acidez esperable del estilo, que se penetra parcialmente en el conjunto.

Sin embargo, cuando uno da el primer sorbo queda claro que sabor y aroma están en distinto párrago. Desde el inicio se presenta una acidez moderada, que se refuerza en la punta de la lengua, y se opone al dulzor natural de esta cerveza, consiguiendo un contraste muy agradable y balanceado. Junto a las notas de lima de la acidez se posicionan intensos recuerdos de cereza picota, y algo más leves zarzamora y bayas, quedando de fondo malta tostada dulce, suave caramelo y algún toque licoroso o avinado. La fantástica complejidad y delicadeza del trago no se pierde al final, sino que aprovechando el amargor resurge una acidez controlada, con notas de manzana verde y cítricos, apoyada en algo de hierba y frutas del bosque, quedando cerezas, levísimo alcohol y una medida sequedad en la garganta una vez que ha pasado la bebida. No soy muy objetivo con esta cerveza, eso lo reconozco, pero cada vez que la tomo le veo más virtudes: es sabrosa, compleja, delicada, y tanto joven como añejada siempre me parece una de las más completas que se pueden tomar.

NOTA: