jueves, 26 de noviembre de 2015

Ambar 10

MARCA: Ambar
MODELO: Ambar 10
ESTILO: American Pale Ale (10% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Hace un par de años, coincidiendo con la celebración del Festival Zaragoza Gastronómica, La Zaragozana lanzó una cerveza de edición limitada para este evento, Ambar 10, una Ale de 10º de alcohol elaborada con 10 lúpulos distintos. Al igual que sucedió con la presentada en la edición de Zaragoza Gastronómica del 2011, Ambar Bombón, esta cerveza sólo se podía tomar en algunos locales del centro de la ciudad y no salió a la venta en otro tipo de establecimientos. Sin embargo este fin de semana, en el que por fín me pude reunir con mi compañero de blog, la encontramos en las estanterías de una gran superficie de Madrid y decidimos abrirla juntos para compartir nuestras impresiones.

A pesar de que llevamos 8 años escribiendo este blog, yo creo que hasta la fecha nunca habíamos publicado ninguna reseña redactada entre los dos, así que esta va a ser la primera. Al repartir la cerveza nos encontramos con un color ambar brillante, cristalino, sobre el que se generó lentamente una escasa espuma blanca de burbuja fina, no obstante bastante resistente. Nos pareció una cerveza muy aromática, no obstante tiene un perfil muy distinto a cualquier otra referencia de La Zaragozana, con un núcleo de profunda malta dulce, potente caramelo y toffee, acompañado de intensas notas que a Alberto le parecieron claramente florales, mientras que yo notaba un predominio de miel. Los 10 lúpulos de los que presumen también juegan un papel fundamental, aportando un perfume muy frutal y cítrico, con naranja madura, melocotón y quizá algún deje tropical.

En boca se presenta con un cuerpo medio-alto, y una textura cremosa muy agradable. Ambos coincidimos en que la elevada presencia del lúpulo del aroma aquí perdía algo de fuelle, y el trago es dirigido por la malta, desprendiendo intensas notas de malta acaramelada, toffee, algo de cereal crudo y gran cantidad de miel y flores. En el trasfondo quedan algo de cítricos, sobretodo naranja, y fruta madura como albaricoque y melocotón. Final cálido, de amargor moderado, se juntan flores, canela, y un punto de alcohol bien controlado (los 10º de alcohol no se encuentran ni de casualidad) en el que se infiltra suave picante en forma de clavo y pimienta. Nos pareció a los dos una muy buena cerveza: original y arriesgada, perfectamente equilibrada y además a un precio inmejorable, menos de 2 euros el medio litro. Mi impresión es que La Zaragozana es una de las fábricas industriales más completas del país, el patrón clásico lo dominan a la perfección y siempre son los primeros en lanzarse a innovar, normalmente con bastante acierto. Lo que no acabo de entender es, ¿por qué servirían esta cerveza en chupitos cuando salió por primera vez?

NOTA:

domingo, 8 de noviembre de 2015

St. Georgen Bräu Kellerbier

MARCA: St. Georgen Bräu
MODELO: St. Georgen Bräu Kellerbier
ESTILO: Kellerbier (4'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Una de las cerveceras más populares de Franconia es St. Georgen Bräu, fundada en 1624 en Buttenheim, un pueblecito a pocos kilómetros de Bamberg. Durante más de 200 años, hasta el 2009, fue propiedad de la familia Modschiedler y generación tras generación se encargaron de mantenerla en activo, pero a partir de ese pasó a hacerse cargo de ella el maestro cervecero Norbert Kramer, su actual responsable. Cuentan entre su repertorio con 10 cervezas distintas (una sin alcohol, no sé si cuenta), y habiendo probado la mayoría puedo decir que el nivel es francamente alto, aunque ninguna me ha vuelto la cabeza del revés. Dentro de ellas, posiblemente esta que voy a comentar hoy sea la más popular.

Tenía bastantes ganas de tomar una Kellerbier; durante el otoño no había encontrado ninguna y el estilo me encaja muy bien con el clima de esta estación, y en La Vinoteca me pusieron la oportunidad en balde. La de St. Georgen es una Keller de color pardo anaranjado, de turbidez importante, acorde con el estilo, pero que aun así permite ver una carbonatación profusa que ocupa toda la columna de líquido. De su espuma escasa aunque resistente, levemente teñida de beige, emana un perfume muy aromático. Lo que más llama la atención es el lúpulo noble, floral y herbal a partes iguales, que se combina con cereal crudo, frutos secos y un moderado punto de tostados. Tiene también un destacable componente frutal, destacan manzana, melocotón y un deje cítrico, todo ello envuelto en miel, y queda de fondo el leve dulzor de la malta.

En comparación con la mayoría de las Keller su sabor es bastante más ácido y seco. De base está la malta levemente tostada, de dulzor mínimo, cereal y frutos secos, acompañada por algo de fruta como manzana verde, cítricos y suave albaricoque. De cuerpo medio pero suficiente, poco a poco penetra el lúpulo alemán y la sobriedad inicial pasa a un marcado amargor herbal y cítrico, seco, áspero y especiado. Al final quedan en boca cereal, miel y flores en un regusto firme pero de corta duración. Es una cerveza que me gusta mucho, es sabrosa, fácil de beber y la textura es muy agradable, aunque siempre me da la impresión de que fuerza un poco el equilibrio con tanta presencia del lúpulo. Creo que si la malta tuviese un papel algo mayor sería perfecta para mis preferencias, no obstante sigue siendo una Kellerbier estupenda.

NOTA:
 

miércoles, 4 de noviembre de 2015

La Choulette Ambrée

MARCA: La Choulette
MODELO: La Choulette Ambrée
ESTILO: Bière de Garde Ambrée (8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: Otra de las cerveceras de Bière de Garde clásicas de la región Nord-Pas-de-Calais es la Brasserie La Choulette, situada en el pequeño pueblo de Hordain, dentro del distrito de Valenciennes. Fue fundada en 1885 por Jules Dhaussy, un agricultor que decidió compatibilizar su oficio con el de maestro cervecero, apoyándose para ello en la experiencia que había conseguido trabajando como obrero en la cervecera Derieux. A pesar de la destrucción de las instalaciones durante la 1º Guerra Mundial la actividad de esta empresa se mantuvo gracias a la participación de su primogénito Alphonse Dhaussy y la mujer de este, Berthe Collet, y posteriormente de la ayuda de los hijos de esta pareja, Alphonse, Jeanne, Jules y Maria, hasta que finalmente cerraron en 1951. Por suerte esto no supuso el fin definitivo de la empresa sino que, 26 años después, Alphonse Dhaussy retomó el negocio familiar y, con la colaboración de su hijo Alain, comenzó a elaborar Bière de Garde. Cuatro años después, en 1981, lanzaron la cerveza que voy a probar ahora: La Choulette.

Se trata de una cerveza oscura, de color marrón pardo, como de hoja seca, con una turbidez moderada. Está cubierta por una capa de espuma de burbuja fina con un grosor de un par de dedos, que se reduce rapidamente a una cuarta parte. (si las matemáticas digitales no fallan, medio dedo) Su aroma es intenso, y evoca los matices que podrían esperar en una Brune belga. Rebosa caramelo y malta tostada, con clara tendencia al dulce, acompañado de frutas muy maduras como ciruelas, higos, pasas, alcanzando sin dificultad los dátiles. Para no empalagar compensa con firmes notas de frutos secos, perfectamente combinados con el caramelo, pan integral, y el aporte del lúpulo, muy floral y con un agradable punto cítrico.

En boca se evidencia el proceso de guarda en frío; pasa limpia, fluida. Desembarcan al instante toneladas de dulce malta tostada y chocolate, algo más suave toffee, azúcar moreno y las frutas antes mencionadas, con una presencia tremenda de dátil. Concluye más áspera, salen nueces, algo de grano de café, té negro, que queda en el largo regusto, y avellanas, antes de que el lúpulo genere el amargor final, floral, especiado y con un toque de miel. Cuando se deja reposar emergen algo más los tostados, y para mi gusto se hace incluso más apetecible. Es una cerveza cremosa, cálida y delicada, al comienzo más dulce y pesada pero poco a poco va liberando el trago e introduciendo complejidad. Una opción buenísima, a la altura de 3 Monts.

NOTA:

domingo, 1 de noviembre de 2015

Cata "Mèter Bier" en La Vinoteca: IPA

El fin del verano para la mayoría de la gente suele tener consecuencias negativas, al venir de la mano de la vuelta al trabajo y asociar además de un clima algo más incómodo. A mí, sin embargo, también me supone una parte positiva, y es el reinicio de las catas de los diferentes clubes de La Vinoteca, a las que suelo asistir. Así fue hace un par de semanas con el Club Bier, quienes estrenaron el pasado día 15 de Octubre el nuevo ciclo "Mèter Bier" con una cata del estilo que parece estar más de moda ahora mismo, las India Pale Ale.

Los encargados de dirigir este evento fueron Mikel Garrues y Ana Murillo, responsables del blog y página web "El Retrogusto es Mío", quienes además ese mismo día recogieron el 1º premio del III Concurso de Maestría Cervecera organizado por La Vinoteca por su clon de Final Frontier de To Øl, al que llamaron Iron Maiden. En cuanto a las cervezas protagonistas, estas fueron:

- Les Trois Mousquetaires Série Signature Hopfen Weisse (Canadá, 6% ABV)
- Beavertown Neck-Oil Session IPA (Inglaterra, 4'3% ABV)
- Poperings Hommel Bier (Bélgica, 7'5% ABV)
- Fuller's India Pale Ale (Inglaterra, 4'9% ABV)
- To Øl Nelson Survin (Dinamarca, 9% ABV)
- Alesmith Yule Smith (Estados Unidos, 8'5% ABV)
- Dunham Black IPA (Canadá, 5'7% ABV)

La verdad es que la selección me pareció buena; eran cervezas muy distintas entre sí, con lo que dieron mucho juego a la hora de probarlas durante las dos horas que duró la cata. 

Había entre ellas algunas viejas conocidas, como la fantástica IPA de Fuller's, que para mi gusto fue una de las que salió más airosa, o Hommel Bier, a la que siempre me negaré a llamar IPA belga. (más que nada porque no lo es, simplemente es una deliciosa Ale belga con algo más de lúpulo del habitual) De las fábricas más modernas me gustó bastante Hopfen Weisse de Les Trois Mousquetaires, aunque casi parecía inspirarse más en las cervezas de trigo belgas que en las alemanas; por su parte Alesmith demostró que su popularidad es bien merecida pero no obstante, aunque su IPA doble me gustó mucho, mi sensación es que no merece la pena pagar el dineral que cuestan las botellas de esta marca, que no son ni mejores ni peores que elaboraciones mucho más asequibles de otras fábricas. La otra cara de la moneda la representó Neck-Oil de Beavertown, una cerveza que en mi opinión sólo tiene lúpulo y se queda corta en todo lo demás: cuerpo, malta y sabor.

La noche transcurrió con calma aunque de forma fluida. La voz cantante la llevaba Mikel Garrues quien, si bien al principio estuvo un poco condicionado por los nervios de enfrentarse a más de 50 asistentes, supo salir airoso gracias a su capacidad de diseccionar las cervezas con rigurosidad y certeza. Le apoyaba con sus comentarios Ana Murillo, en los que se evidenciaba su mayor experiencia en el mundo del vino y daba una perspectiva interesante a las cervezas. También Rubén Fernández, uno de los responsables de La Vinoteca, intervino con algunas aportaciones especialmente acertadas que dieron mucho ritmo a la cata. Y así, antes de que nos diésemos cuenta, concluyó una jornada amena y cargada de buena cerveza, aperitivo de las que probablemente nos esperan a lo largo del año. ¿Qué mas se puede pedir?