MODELO: St. Peter's The Saints Whisky Beer
ESTILO: Strong Ale con malta de whisky (4'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Inglaterra
CARACTERÍSTICAS: Siempre me han llamado mucho la atención las cervezas St. Peter's, por los elogios que he leído de algunas de sus variedades, pero sobre todo por esa botella tan elegante que visten todas. Junto con la Hop Ottin' IPA de la Anderson Valley, me llevé a mis terrenos esta St. Peter's, tras el reparto pirata con Embracing del regalazo de los amigos de Cervezas Especiales. ¡Mil gracias!
La característica más llamativa es que se elabora con maltas de whisky peated, utilizadas por la destilería St. George, en Norfolk. Esta malta es la que le confiere un matiz presente en aroma y sabor durante todo el trago: el ahumado.
En el vaso luce un color ambar cristalino, con elebada carbonatación y espuma blanca y consistente, cremosa y de burbuja gruesa. Al notar el característico aroma ahumado me echó un poco para atrás, pues no soy muy amigo de este tipo de matices en las cervezas. No obstante había que dar una oportunidad, que sin duda fue acertada.
El aroma es fundamentalmente ahumado, como una mezcla entre brasas de carbón y tabaco de pipa. En menor medida escapan notas cítricas y especiadas, algo maltosas. Por suerte en el trago cambia un poco la cosa, y aunque mantiene ese toque humeante, presenta gran cantidad de matices. Se percibe el caramelo, la malta y el whisky por encima, y el lúpulo va cobrando importancia hacia el final del trago. Es suave y bastante agradable, muy particular.
He leído en la entrada de la Old Style Porter de esta misma casa, que Embracing había encontrado un matiz ahumado similar. Por el estilo va esta cerveza, aunque bastante más suave. He de decir que es la primera cerveza ahumada (dentro de las pocas que he tenido la posibilidad de probar) que me convence. De hecho he salido más que satisfecho.
La característica más llamativa es que se elabora con maltas de whisky peated, utilizadas por la destilería St. George, en Norfolk. Esta malta es la que le confiere un matiz presente en aroma y sabor durante todo el trago: el ahumado.
En el vaso luce un color ambar cristalino, con elebada carbonatación y espuma blanca y consistente, cremosa y de burbuja gruesa. Al notar el característico aroma ahumado me echó un poco para atrás, pues no soy muy amigo de este tipo de matices en las cervezas. No obstante había que dar una oportunidad, que sin duda fue acertada.
El aroma es fundamentalmente ahumado, como una mezcla entre brasas de carbón y tabaco de pipa. En menor medida escapan notas cítricas y especiadas, algo maltosas. Por suerte en el trago cambia un poco la cosa, y aunque mantiene ese toque humeante, presenta gran cantidad de matices. Se percibe el caramelo, la malta y el whisky por encima, y el lúpulo va cobrando importancia hacia el final del trago. Es suave y bastante agradable, muy particular.
He leído en la entrada de la Old Style Porter de esta misma casa, que Embracing había encontrado un matiz ahumado similar. Por el estilo va esta cerveza, aunque bastante más suave. He de decir que es la primera cerveza ahumada (dentro de las pocas que he tenido la posibilidad de probar) que me convence. De hecho he salido más que satisfecho.
Actualizado por Embracing Darkness:
CARACTERÍSTICAS: Recientemente Alberto y yo nos repartirmos unas cuantas botellas que nos habían enviado, y tras una pelea a muerte que ambos perdimos él se pudo quedar con esta St. Peter's poco habitual y bastante apetecible. Desde entonces vagué por el mundo mientras la ira me consumía poco a poco, hasta que, cuando menos lo esperaba, la encontré en Pamplona. Y a partir de ese momento todo ha salido a pedir de Milhouse.
Servida en vaso de pinta británico, como Isabel II manda, se muestra muy activa y por su cristalino líquido color bronce se puede ver como ascienden a toda velocidad miles de burbujas, formando un par de dedos de espuma blanca impecable. Mucha Rauchbier estoy tomando últimamente, y si bien esta no corresponde a ese estilo sí que es evidente en el aroma un potente ahumado, aunque eso sí, dentro de una agradable mezcla con whisky, tabaco, suave vainilla y un mínimo deje de regaliz negro, dejando un fondo de malta, caramelo y leves recuerdos de naranja que dan apoyo al whisky.
El sabor mantiene los matices propios de una Pale Ale, exhibiendo malta británica, suave caramelo y un elegante toque de hierba y cítricos aportado por el lúpulo inglés, acompañado por notas medicinales inconfundibles. Sin embargo encima de este conjunto, aunque sin aplastarlo, se establecen con fuerza el whisky y el humo, con leves recuerdos de vainilla, integrándose de forma sublime. Una fusión whisky-cervecil terriblemente bien controlada y equilibrada, buena nota deberían tomar los responsables de Adelscott... o mejor, que dejen de intentarlo.
NOTA