MODELO: Troubadour Magma
ESTILO: India Pale Ale americana (9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS: Kristof de Roo, Rikkert Maertens, Stefaan Soetemans y Sven Suys, cuatro amigos recién licenciados en la escuela de maestros cerveceros Kaho St. Lieven de Gante, al comprobar lo difícil que les podía resultar acceder al puesto trabajo de sus sueños en una cervecera por estar habitualmente en manos de linajes familiares, decidieron fundar en el año 2000 De Musketeers y comenzar así su propia aventura. Su primera cerveza fue Troubadour Blonde, una rubia belga bastante acorde con la tradición de este país, pero tras este producto se lanzaron a elaborar otros estilos más exóticos como una Mild o una Imperial Stout.
Yo no conocí la marca hasta que su Blonde cayó en una de las catas de La Vinoteca; no obstante tampoco me habría esforzado en buscar otras referencias, si no hubiese sido porque el maestro Iñaki me recomendó encarecidamente la cerveza que voy a reseñar hoy, una India Pale Ale llamada Magma. A través del cristal se ve un líquido entre marrón y rojizo, ligeramente anaranjado, decorado por una fina carbonatación que asciende en rosario hasta su abundante y cremosa espuma beige. El aroma es tan espectacular como curioso; entra un dulce torrente de malta belga, penetrante caramelo y miel, envuelto en potentes notas de melocotón en almíbar, con un leve punto ácido de naranja y frutas tropicales en un segundo plano. Refuerza la frutalidad el también intenso lúpulo, de marcado carácter floral, y una delicada mezcla de notas algo lácteas de levadura y especia picante.
Si en nariz ya resultaba florida, en boca es una explosión de sabores nada más rozar las papilas. Irrumpen malta y caramelo de base, sobre la que se desarrollan intensos recuerdos de melocotón en almíbar, mango, miel, flores y leve naranja. Los cítricos, aunque entran con disimulo, pasan a jugar un papel importante a medida que avanza el trago, y preparan la boca para un intenso amargor final. Éste está cargado de hierba, especias muy picantes entre las que destacan cilantro y clavo, y más suave cáscara de naranja, piña y levadura. El dulzor del inicio también tiene aquí su hueco, aunque muy atenuado por el lúpulo, y sirve de apoyo para alcohol, que se muestra sin tapujos en el estómago tras un paso discreto por boca. Si a todo esto le sumamos un cuerpo consistente y una textura sedosa, lo que queda es una cerveza exuberante y compleja que combina la frutalidad de las Ale belgas con la fuerza del lúpulo americano. A mí me ha encantado, me parece una cerveza con mucho trabajo detrás y me deja con ganas de conseguir las demás de la marca. Fantástica recomendación de un cófrade.
NOTA: