MARCA: Rittmayer
MODELO: Rittmayer Hallerndorfer Rauchbier
ESTILO: Dunkel Lager ahumada (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: Lo reconozco: soy adicto al humo, y por ese motivo Rauchbier que veo, Rauchbier que pruebo. En este caso además la marca responsable era la francona Ritmmayer, que tantas alegrías me ha dado este año, por lo que la compra era obligatoria. Las referencias de este estilo que llegan a España son principalmente las de Schlenkerla y algunas interpretaciones de fábricas modernas, con lo que la intensidad del ahumado suele ser muy alta. Sin embargo, a medida que uno va conociendo más marcas tradicionales se da cuenta de que, como es habitual en la cerveza alemana, se busque el equilibrio por encima de todo y el ahumado tienda a ser delicado y perfectamente integrado, como es el caso de esta.
Es una Dunkel de un bonito color marrón roble, brillante, con un dedo de espuma grisácea. En nariz es golosa, con malta, caramelo de toffee y un punto de galleta, a lo que se unen frutas oscuras, principalmente ciruelas. Envolviendo todo, aunque sin saturarlo, se encuentra un ahumado como de brasa, que transporta inmediatamente a una habitación con chimenea, donde por otro lado me habría encantado beberme esta cerveza.
En boca es más ligera que otras referencias, chispeante, invita al trago largo. Se presenta con un tostado no demasiado intenso, malta, pan integral y cereales. El dulzor es mucho más discreto, apenas representado por un punto de galleta y manzana golden. Amargor final marcado en el que el lúpulo noble imprime un carácter mineral, ligeramente cítrico, y es aquí donde se nota principalmente el delicado ahumado, que se prolonga hasta el regusto. Buena Rauchbier, quizá el humo tenga menos presencia de lo que me gustaría pero es cuestión de gusto personal. El caso es que hacen de maravilla el tipo de cerveza que quieren hacer.
Es una Dunkel de un bonito color marrón roble, brillante, con un dedo de espuma grisácea. En nariz es golosa, con malta, caramelo de toffee y un punto de galleta, a lo que se unen frutas oscuras, principalmente ciruelas. Envolviendo todo, aunque sin saturarlo, se encuentra un ahumado como de brasa, que transporta inmediatamente a una habitación con chimenea, donde por otro lado me habría encantado beberme esta cerveza.
En boca es más ligera que otras referencias, chispeante, invita al trago largo. Se presenta con un tostado no demasiado intenso, malta, pan integral y cereales. El dulzor es mucho más discreto, apenas representado por un punto de galleta y manzana golden. Amargor final marcado en el que el lúpulo noble imprime un carácter mineral, ligeramente cítrico, y es aquí donde se nota principalmente el delicado ahumado, que se prolonga hasta el regusto. Buena Rauchbier, quizá el humo tenga menos presencia de lo que me gustaría pero es cuestión de gusto personal. El caso es que hacen de maravilla el tipo de cerveza que quieren hacer.
NOTA: