MODELO: Anchor Old Foghorn Ale
ESTILO: Barley Wine (8'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: EEUU
CARACTERÍSTICAS: La última de las cervezas de regalo que el señor Embracing me entregó a su paso por Huesca estas Navidades, ha resultado ser una de las mejores cervezas que he probado. St. Georgen Bräu no me había dejado mal sabor de boca, y Saison Dupont me encantó; pero esta Anchor ha sido una sorpresa maravillosa que me ha hecho comprender que lo que se dice de la buena cerveza estadounidense puede ser muy cierto.
Anchor fue una de las artífices en la aparición del fenómeno de las cervezas independientes estadounidenses, liderando la recreación de estilos clásicos europeos a mediados de los años 70. Un nombre que engloba un gran número de variedades de cerveza, donde Anchor Old Foghorn Barleywine Ale, desde 1975 presume de la mayor graduación, siendo además una de las más aclamadas. Elaborada con lúpulos cascade, experimenta también un proceso natural llamado bunging, que le otorga unas burbujas similares a las del champán.
Se descubre con un color marrón tostado que forma un líquido muy opaco, en el que se aprecian tonos anaranjados y brillos rojizos. La espuma es de color beix, que no se mantiene casi nada, dejando sobre la superficie un fino manto de burbujas grandes y cremosas. Su olor, que ya ataca desde el instante en que la cerveza toma contacto con el aire, se muestra poderoso, con gran cantidad de matices entre los que destacan notas florales, malta tostada, caramelo y alcohol.
Su sabor toma más fuerza si es posible, para dejar un paladar alterado, con presencia de caramelo, dejes frutados y el constante matiz floral, que tienen un final seco y levemente lupulizado. El alcohol, presente durante todo el trago, toma protagonismo en boca y cabeza, sin llegar a empalagar o deteriorar el sabor. Eso sí, absolutamente inesperado placaje a la cabeza. Hay que tomarla con cuidado, porque en seguida hace efecto ese cuerpo alcohólico.
Sin duda una de las cervezas que mejor opinión me han suscitado, fantástica.
Anchor fue una de las artífices en la aparición del fenómeno de las cervezas independientes estadounidenses, liderando la recreación de estilos clásicos europeos a mediados de los años 70. Un nombre que engloba un gran número de variedades de cerveza, donde Anchor Old Foghorn Barleywine Ale, desde 1975 presume de la mayor graduación, siendo además una de las más aclamadas. Elaborada con lúpulos cascade, experimenta también un proceso natural llamado bunging, que le otorga unas burbujas similares a las del champán.
Se descubre con un color marrón tostado que forma un líquido muy opaco, en el que se aprecian tonos anaranjados y brillos rojizos. La espuma es de color beix, que no se mantiene casi nada, dejando sobre la superficie un fino manto de burbujas grandes y cremosas. Su olor, que ya ataca desde el instante en que la cerveza toma contacto con el aire, se muestra poderoso, con gran cantidad de matices entre los que destacan notas florales, malta tostada, caramelo y alcohol.
Su sabor toma más fuerza si es posible, para dejar un paladar alterado, con presencia de caramelo, dejes frutados y el constante matiz floral, que tienen un final seco y levemente lupulizado. El alcohol, presente durante todo el trago, toma protagonismo en boca y cabeza, sin llegar a empalagar o deteriorar el sabor. Eso sí, absolutamente inesperado placaje a la cabeza. Hay que tomarla con cuidado, porque en seguida hace efecto ese cuerpo alcohólico.
Sin duda una de las cervezas que mejor opinión me han suscitado, fantástica.
NOTA:
CARACTERÍSTICAS: Esta actualización no es otra cosa que mi forma de despedirme de una de mis cervezas predilectas, que por muy poco se ha quedado sin cumplir su 50º aniversario. El aspecto ya lo describió mi compañero y no tengo nada que añadir. El aroma es muy potente, con una carga de malta tremenda que se manifiesta en forma de toffee, galleta y frutas oscuras, predominando ciruelas e higos. Acompaña un lúpulo herbal y resinoso, seña de identidad de las cervezas americanas y que denota la juventud de la Old Foghorn que estoy tomando.
La sensación en boca es perfecta, es una cerveza de cuerpo completo con una textura cremosa más propia de un licor dulce. Destacan malta, caramelo y mucha fruta, en este caso melocotón, mandarina y naranja confitada. Sin embargo también se notan los tostados, sobre todo cereal, pan integral y algo de cacao. El equilibrio es un poco precario, como creo que se busca, hasta que al final el lúpulo americano crea un amargor contundente, con notas de clavo, pimienta y algunos recuerdos cítricos y tropicales. En el regusto aparece la calidez del alcohol y el sabor parece que no tiene ninguna intención de desaparecer, prolongando el disfrute un buen rato. La verdad es que es una cerveza que me fascina, siempre que la he tomado me ha parecido fantástica, aunque tengo especial debilidad cuando está menos fresca y el lúpulo pasa a segundo plano.
NOTA: