MODELO: Domus Regia
ESTILO: Blonde (4'3% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España
CARACTERÍSTICAS: La cerveza con la que se dió a conocer el nombre de Domus en el ambiente cervecil nacional fue la Domus Regia, una cerveza tostada de alta fermentación. No había quedado demasiado encantado con la IPA de la casa, pero tenía curiosidad por las otras dos variedades, por lo que elegí la Regia como acompañamiento para una sesión de cine intensivo.
El nombre de Domus, del que dimos algo más de información en el post de la Domus Aurea, proviene del latín, "casa". Por su parte, Regia hace alusión a la urbe regia en la que se convirtió Toledo, con los reinados visigodos.
Esta cerveza tiene un color ambar oscuro y opaco, con abundante sedimento en la base del vaso, aunque no demasiada carbonatación aparente. Luce una corona de espuma blanca, cremosa y abundante que se mantiene un buen rato en esplendor. La presencia es intachable. El aroma despide notas afrutadas y cítricas, como a manzana y limón. También toma presencia la malta torrefacta y el caramelo, en menor medida. En boca enseguida noté matices que me recordaron a la Aurea, como el toque cítrico al comienzo del trago. El trago es ligero y de sabor agradable, en la línea de estos primeros aromas, con notas afrutadas, especiadas, y presencia de levadura.
No obstante, y aquí me inquieté algo, volví a notar al rato ese punto en el aroma que me echaba completamente para atrás. Una sensación parecida a lo acontecido con la anterior. No sé definir bien qué, pero al cabo del rato la cerveza adquiere un olor desagradable, sin embargo se mantiene en sabor. Completamente extraño, veremos qué tal la Summa y si tengo ocasión volveré a probarlas.
NOTA:
Actualizado por Embracing Darkness:
CARACTERÍSTICAS: Esta es la única botella de las que me regalaron Carmen y Miguel que tenía pendiente de comentar, la primera Domus que salió a la venta, allá por el 2009, feliz época en la que comíamos brotes verdes sentados en los bancos más sólidos del mundo. Ha llovido desde entonces, y los chumachos de esta cervecera toledana no han descansado ni un momento, habiendo lanzado con cierta frecuencia novedades que han relegado a esta cerveza a una posición más secundaria, eclipsada por la idolatrada Domus Aurea y la reciente Europa. Por este motivo me pareció especialmente interesante dedicarle una reseña algo atenta, y comprobar que tal ha envejecido a lo largo de estos 3 años de convulsa actividad cervecil en España.
Al retirar la chapa tocó sorpresa, y durante los siguientes 5 minutos no dejó de brotar del cuello de la botella espuma beige en cantidades industriales, cosa que también sucedió al servir la cerveza. Curiosamente esta espuma no tardó demasiado en disminuir hasta niveles más aceptables, dejando al descubierto un líquido pardo anaranjado de turbidez importante. De este manaba un dulce aroma, mezcla de malta y melocotón maduro, con suaves recuerdos de manzana golden, naranja y de fondo mínima miel, canela y levadura. Quizá el dulzor aplana un poco, pero no podría decir que no fuese agradable y correcto.
El sabor es intenso y variado, aunque tanto el azúcar como la baja carbonatación lo hacen un poco plano y lineal. En torno al núcleo de malta, manchado con pinceladas de caramelo, campan a sus anchas abundante melocotón y manzana, acompañados por más leves recuerdos cítricos, predominando al inicio la naranja y hacia el final más el limón. En los últimos instantes del trago el dulzor se seca un poco, potenciándose ligeramente los cítricos, a los que se suma un tranquilo amargor herbal, con notas de clavo, que termina con delicadeza. Su principal pecado es la falta de gas, por lo demás está bien, pero se me queda un poco corta.
NOTA: