MODELO: Lowenbräu Oktoberfestbier
ESTILO: Märzen de Oktoberfest (6'1% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: Tras varios meses de casi exclusividad cervecil alemana, la semana pasada me bebí la última de las botellas de la estupenda selección que me envió Michael, a quien aprovecho para agradecer nuevamente su regalo. La cerveza en cuestión es de la marca Lowenbräu, que hace más de 600 años se empezó a elaborar en la taberna "Zum Löwen" (Del León) de Munich, y cuya popularidad es tal que ahora mismo es una de las 6 marcas que tienen permitido servir sus productos en la Oktoberfest.
Y justamente es para esa celebración que está pensada la cerveza que voy a comentar hoy, una Märzen de color dorado brillante y espuma blanca como la nieve, especialmente aromática, con un colchón de miel que sostiene a la dulce malta, bastante especiada, que se integra a la perfección con una exquisita mezcla de lúpulos florales y herbales. Estos últimos son los que se hacen más prominentes al final, y se suma además un leve carácter cítrico que da una suave acidez a las especias.
Realmente es una cerveza con cuerpo, robusta y muy sabrosa, con un comienzo dulce protagonizado por malta y miel, aderezadas con un importante toque picante, y a medida que se van tomando los primeros tragos este picante incluso se acentúa y aparecen también con intensidad notas frutales, a limón y albaricoque, y lúpulos herbales con casi tanta relevancia como el picante. Este conjunto se entremezcla hacia el final con un soplo de alcohol, que en el largo regusto se combina con más fruta, hierba y flores. Se me hacía la boca agua imaginándome con una jarra de litro de esta cerveza en la Oktoberfest muniquesa, pero si por motivos económicos no puede ser de lo que nadie me va a privar es de volver a tomer esta estupenda cerveza en mi casa una vez más.
Y justamente es para esa celebración que está pensada la cerveza que voy a comentar hoy, una Märzen de color dorado brillante y espuma blanca como la nieve, especialmente aromática, con un colchón de miel que sostiene a la dulce malta, bastante especiada, que se integra a la perfección con una exquisita mezcla de lúpulos florales y herbales. Estos últimos son los que se hacen más prominentes al final, y se suma además un leve carácter cítrico que da una suave acidez a las especias.
Realmente es una cerveza con cuerpo, robusta y muy sabrosa, con un comienzo dulce protagonizado por malta y miel, aderezadas con un importante toque picante, y a medida que se van tomando los primeros tragos este picante incluso se acentúa y aparecen también con intensidad notas frutales, a limón y albaricoque, y lúpulos herbales con casi tanta relevancia como el picante. Este conjunto se entremezcla hacia el final con un soplo de alcohol, que en el largo regusto se combina con más fruta, hierba y flores. Se me hacía la boca agua imaginándome con una jarra de litro de esta cerveza en la Oktoberfest muniquesa, pero si por motivos económicos no puede ser de lo que nadie me va a privar es de volver a tomer esta estupenda cerveza en mi casa una vez más.