MODELO: St. Louis Premium Framboise
ESTILO: Lambic de Frambuesa (2'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS:
Siguiendo el ejemplo de Embracing en su último comentario sobre la Mort Subite Xtreme Framboise, me he olvidado de actitudes ante este estilo, que no me hace especial gracia, y he enfocado la cata de la St. Louis Premium Framboise (la segunda que tomo de esta marca) desde otra perspectiva. Para acompañar y asegurarme de no acabar descontento, me serví un bollo glaseado esperando un buen maridaje, y el resultado no fue decepcionante.
La Framboise o Frambozenbier es un estilo lambic belga, de fermentación espontánea, que como su propio nombre indica, utiliza frambuesas en su fermentación. Es una de las muchas variedades inspiradas por el tradicional estilo Kriek, en el que se usan cerezas.
En el vaso aparenta un color rosado oscuro muy opaco, en el que se vislumbran cientos de burbujas que suben a la superficie, generando una espuma abundante de un color blanquecino, levemente magenta, que no tarda en disiparse casi por completo. Su aroma tiene un claro predomínio de frambuesas, con leves dejes cítricos y maltosos que lo complementan, aunque en mi opinión ya comienza a empalagar. Su sabor a frambuesas y fresas ácidas, por supuesto, empaña el resto de los matices, con tímidas apariciones maltosas del trigo que por lo menos la diferencian de un refresco burbujeante. A su favor he de decir que mantiene un sabor intenso todo el tiempo, hasta que al final se aprecian restos de levadura en la base de la copa. El alcohol a penas tiene protagonismo.
Acompañó muy bien el pastel, aunque no termina de convencerme este estilo. Encuentro que su mayor defecto es el precio, demasiado para el resultado del producto. Aunque ya se sabe que aquí las cosas exóticas tienen que ser caras, cómo no.
La Framboise o Frambozenbier es un estilo lambic belga, de fermentación espontánea, que como su propio nombre indica, utiliza frambuesas en su fermentación. Es una de las muchas variedades inspiradas por el tradicional estilo Kriek, en el que se usan cerezas.
En el vaso aparenta un color rosado oscuro muy opaco, en el que se vislumbran cientos de burbujas que suben a la superficie, generando una espuma abundante de un color blanquecino, levemente magenta, que no tarda en disiparse casi por completo. Su aroma tiene un claro predomínio de frambuesas, con leves dejes cítricos y maltosos que lo complementan, aunque en mi opinión ya comienza a empalagar. Su sabor a frambuesas y fresas ácidas, por supuesto, empaña el resto de los matices, con tímidas apariciones maltosas del trigo que por lo menos la diferencian de un refresco burbujeante. A su favor he de decir que mantiene un sabor intenso todo el tiempo, hasta que al final se aprecian restos de levadura en la base de la copa. El alcohol a penas tiene protagonismo.
Acompañó muy bien el pastel, aunque no termina de convencerme este estilo. Encuentro que su mayor defecto es el precio, demasiado para el resultado del producto. Aunque ya se sabe que aquí las cosas exóticas tienen que ser caras, cómo no.
NOTA