MODELO: Urthel Samaranth 12 Quadrium
ESTILO: Quadrupel (11'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS: Las cervezas Urthel son un proyecto de la maestra cervecera Hildegard van Ostaden, en colaboración con su marido, Bas, responsable del diseño, quien tuvo la idea de emplear a los protagonistas de unas historias de fantasía que estaba escribiendo, los Erthels, para dar forma a la imagen que desde el año 2000 identifica las creaciones de su esposa. A partir del año 2006 Urthel se comenzó a elaborar en la Abadía de Koningshoeven, conocida por ser la cuna de la marca La Trappe, aunque la cerveza que voy a comentar hoy es anterior a esta fecha, pues fue ideada para ser servida durante la boda de la pareja, en el año 2002.
Solo hay una cosa mala que puedo decir de esta Quadrupel, y es que la espuma es escasa y con una retención mínima, quedando restos de crema dispersos flotando en la superficie; no es que sea lo fundamental, pero así ya me puedo centrar en los aspectos positivos, que no son pocos. De la copa, teñida de un cristalino color marrón pardo, emana un agradable e intenso aroma resultado de la combinación de malta, caramelo y toffee con pasas, dátiles, ciruelas y un toque de naranja, adornados con suaves aunque firmes recuerdos de regaliz, anís y canela. Sorprende bastante, sobretodo teniendo en cuenta el estilo y la graduación, lo refrescante que llega a ser al olfato, sin duda debido a la acción del lúpulo, cuyo perfume herbal se extiende como una gota de aceite.
La textura en boca es una delicia, es oleosa y acaricia el paladar dando una sensación sedosa al pasar, mientras deja un sabor también potente que sigue el esquema del aroma, es decir mezcla de malta tostada dulce con frutas maduras y una leve reminiscencia cítrica. Los dátiles ganan algo de fuerza y a medida que avanza el trago se combinan con naranja de sangre, cerezas, suaves especias picantes y un calido soplo de alcohol, dando un final profundo y reconfortante. Es menos pesada que la mayoría de las Quad que he probado, pero también es de las más complejas y mejor equilibradas, de hecho sus 12º de alcohol podrían pasar perfectamente por 7º.
Solo hay una cosa mala que puedo decir de esta Quadrupel, y es que la espuma es escasa y con una retención mínima, quedando restos de crema dispersos flotando en la superficie; no es que sea lo fundamental, pero así ya me puedo centrar en los aspectos positivos, que no son pocos. De la copa, teñida de un cristalino color marrón pardo, emana un agradable e intenso aroma resultado de la combinación de malta, caramelo y toffee con pasas, dátiles, ciruelas y un toque de naranja, adornados con suaves aunque firmes recuerdos de regaliz, anís y canela. Sorprende bastante, sobretodo teniendo en cuenta el estilo y la graduación, lo refrescante que llega a ser al olfato, sin duda debido a la acción del lúpulo, cuyo perfume herbal se extiende como una gota de aceite.
La textura en boca es una delicia, es oleosa y acaricia el paladar dando una sensación sedosa al pasar, mientras deja un sabor también potente que sigue el esquema del aroma, es decir mezcla de malta tostada dulce con frutas maduras y una leve reminiscencia cítrica. Los dátiles ganan algo de fuerza y a medida que avanza el trago se combinan con naranja de sangre, cerezas, suaves especias picantes y un calido soplo de alcohol, dando un final profundo y reconfortante. Es menos pesada que la mayoría de las Quad que he probado, pero también es de las más complejas y mejor equilibradas, de hecho sus 12º de alcohol podrían pasar perfectamente por 7º.
NOTA:
Actualizado por Sir Asf:
CARACTERÍSTICAS: Llevaba un tiempo con esta robusta cerveza rondando en mis alacenas, y tras utilizarla como muestra de cerveza quadrupel para un ejercicio audiovisual (que espero no tardar en tener listo), la abrí en una suculenta cena multitudinaria. Tenía grandes esperanzas puestas en esta cerveza, al ser un estilo que me es tan interesante y tras leer los comentarios a la entrada anterior a esta, de Hugo.
El aroma impacta en la nariz fuertemente al abrir la botella. El color de la cerveza servida en copa es de un rojizo oscuro y cristalino, con una carbonatación media-alta vista al traslúz. La espuma es blanca, de burbuja muy fina, y al contrario que a Embracing, me resultó abundante y duradera. El aspecto es espléndido.
El aroma impacta en la nariz fuertemente al abrir la botella. El color de la cerveza servida en copa es de un rojizo oscuro y cristalino, con una carbonatación media-alta vista al traslúz. La espuma es blanca, de burbuja muy fina, y al contrario que a Embracing, me resultó abundante y duradera. El aspecto es espléndido.
En su aroma destacan notas malteadas, con caramelo, melocotón y especias en menor medida. Su sabor me dejó loco, pues no me resultó tan poco pesada como había leído. Los matices son intensísimos, con el alcohol presidiendo el trago desde el principio. La malta torrefacta, seguida de un toque picante y algo amargo, el afrutado a melocotón y pasas, y ese regustillo a inconfundible ale belga fuerte bordan un trago poderosísimo.
Me ha parecido incluso demasiado fuerte, algo descompensada en su sabor por las notas alcohólicas, traducido en ardor en el paladar y el estómago. No obstante, es una cerveza que juega a mi juego, sin duda.
NOTA: