Braurausch Kellerbier

MARCA: Braurausch

MODELO: Braurausch Kellerbier

ESTILO: Kellerbier (5'2% ABV)

PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: El proyecto Braurausch surge en 2017 de la colaboración entre Alexander Eichhorn, de la cervecera Eichhorn en Dörfleins, y Tobias Wagner, de la cervecera Wagner de Memmelsdorf. Son la generación más joven trabajando en estas fábricas, y mediante este proyecto pretenden aportar algo de modernidad a la firme tradición cervecera francona. Es la primera cerveza colaborativa francona que yo me he encontrado, y sin duda eso le da un punto de interés.

Lo que han elaborado es una Kellerbier en la que se ha utilizado dry hopping, por lo que el lúpulo debería estar algo más prominente de lo habitual. Es una cerveza parda, ligeramente rojiza, y opaca. Se intuyen bastantes burbujas subiendo por la columna hasta una espuma beige de 2-3 mm, bien agarrada al cristal. En nariz la malta, con notas de toffee y galleta, marcan el rumbo del aroma. Se envuelve en frutas en ciruelas negras y manzana madura, con una sequedad mineral y herbal aportada por el lúpulo noble y en la que se ve el efecto del dry hopping.

En boca directa, con una carbonatación viva que potencia la sensación de frescor. Hay mucho cereal, grano, mucho pan blanco, malta de dulzor apagado y un punto de caramelo de fondo, con delicadas notas de manzana entrelazadas. Hacia el final surge un amargor que en este estilo hace levantar la ceja, muy mineral, herbal, con cáscaras de cítricos, y un poco astringente, generando un regusto seco, lupulado. Una pequeña vuelta de tuerca a las clásicas Keller, prefiero las tradicionales pero me parece que es una adaptación digna a los tiempos que corren.

NOTA:

Volcelest DIPA

MARCA: Volcelest
MODELO: Volcelest DIPA
ESTILO: Double IPA bio (8'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: Volcelest es una de esas marcas que conocí por recomendación de los fantásticos encargados de La Cave A Bulles de París cuando estuve viviendo allí hace ya 5 años y que, como sucede con la mayor parte de fábricas francesas, no había vuelto a ver desde entonces. Encontrarla en mi reciente viaje a París por trabajo fue una sorpresa agradable, aunque por las referencias disponibles parecía evidente que habían dejado atrás su clasicismo aunque, eso sí, sin perder de vista la materia prima de cercanía y con certificación Bio. El repertorio se ha ampliado hasta casi 20 cervezas distintas entre las regulares y las estacionales, y van desde estilos belgas tradicionales hasta IPAs de corte americano como la que presento hoy.

Es una IPA doble totalmente opaca, de color bronce con algún toque de dorado. Burbujas microscópicas ascienden en fila hasta 1 dedo de espuma beige con buena retención. Muy dulce en nariz, es prácticamente todo fruta en forma de melocotón en almíbar, mango, más suave albaricoque y maracuyá. Por suerte, y como a mi me gusta, cuenta con una base de malta, caramelo, toffee y un toque de miel que le da complejidad y evita el monopolio del lúpulo.

En boca tiene una textura cremosa, delicada, con una fina carbonatación que resulta muy agradable. El sabor también está bien, aunque no me parece tan bien estructurado como el aroma. Tiene una buena carga de cereal, con notas de malta y pan, acompañadas de naranja y albaricoque más de fondo. Final de amargor marcado, repleto de cítricos, sobretodo mandarina, mucha resina y hierba fresca, que obligan a liberar saliva y marcan la patrón para el largo regusto. A pesar de que se trata IPA doble, a que se le espera mucha agresividad, creo que no han aprovechado el potencial que tenían los lúpulos y se les ha quedado un poco más simple de lo necesario. Pero buena cerveza igual.

NOTA:

Huppendorfer Öchsla

MARCA: Huppendorfer

MODELO: Huppendorfer Öchsla

ESTILO: Märzen (5'2% ABV)

PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Dado que Huppendorfer ("Huppi" para los amigos) coronó mi ranking de cervezas del año el pasado 2021, no podía dejar pasar la ocasión de probar esta Öchsla. Su nombre, que significa buey, hace referencia a la tradición francona de llevar a pastar por primera vez al buey de Pentecostés en ese domingo en cuestión, mientras el pueblo le sigue formando una procesión. Dado que se elabora para estas fechas en muchas zonas se puede ver definida como Festbier sin que tenga nada que ver con la Oktoberfest, y está elaborada con lúpulo Hallertauer Perle y Hallertauer Tradition.

Esta Märzen es de un dorado anaranjado, ligeramente velada, adornada por una buena cantidad de burbujas pese a lo cual la espuma es escasa, apenas un anillo grisáceo en superficie. Nariz de intensidad media y predominio del dulce. Bastante cargado de malta y pan blanco, también algo de galleta y bizcocho, que se combinan con manzana golden y un perfume floral del lúpulo.

En boca es una cerveza relativamente ligera, con una carbonatación viva, sobretodo para Franconia, que chispea en la boca al inicio del trago. De dulzor medio, de nuevo el protagonismo es de la malta, algo acaramelada y con un tueste ligero. Se rodea de mucho pan blanco y cereal, frutas como pera y albaricoque y delicadas notas de miel. Final amargo, mineral y muy herbal, saliendo incluso recuerdos de heno, que termina en un regusto largo, un poco astringente, con cáscaras de cítricos y hierba. Un poco afilada para el estilo aunque especialmente refrescante, no será mi Märzen favorita pero tampoco me quejaría por repetir.

NOTA:

Hummel-Bräu Heller Maibock

MARCA: Hummel-Bräu

MODELO: Hummel-Bräu Heller Maibock

ESTILO: Maibock (7% ABV)

PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: A medida que he ido disfrutando de más cervezas de esta marca de Merkendorf también he conseguido algo más de información. Comenzó su actividad en 1556, y todavía sigue siendo propiedad de la familia Hummel, lo que se dice pronto. Cuenta, como la mayoría de fábricas de Franconia, con una taberna y un Biergarten asociado, que por supuesto me encantaría visitar. En la reseña de hoy me dedico a su Maibock, una cerveza estacional que se produce a partir del 23 de abril.

Luce un dorado intenso con algún reflejo naranja, con un sombrero de espuma uniforme, cremosa, de un dedo de grosor. En nariz es exuberante y muy maltosa, con intensas notas de galleta, toffee y masa de pan, y a la misma altura plátano, melocotón y manzana golden. El lúpulo, con un papel discreto, le imprime un carácter floral y mineral que le quita pesadez al conjunto.

De hecho, en boca es una cerveza algo más ligera de lo que parecía, siempre dentro de los estándares de una Bock. De trago limpio y elegante, al inicio todos los sabores están perfectamente ensamblados en un mismo bloque: malta, caramelo, galleta, plátano, miel, y más suave bizcocho y manzana. Este dulzor se modera en seguida con una leve sequedad, facilita el paso, hasta que emerge un amargor firme con notas minerales, florales, un punto de hierba y un soplo de miel acompañado por una calidez alcohólica que hace pensar en la hidromiel. Regusto muy prolongado en el que si se busca se pueden encontrar la mayoría de los matices antes mencionados. Tiene la potencia y la redondez de una Bock pero con la facilidad de trago de una Helles, ejemplo fantástico del estilo.

NOTA:

Klosterbräu Braunbier

MARCA: Klosterbräu

MODELO: Klosterbräu Braunbier

ESTILO: Nürnberger Rotbier (5'5% ABV)

PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Pese a que no es la más popular de la ciudad, casi diría que una de las menos conocidas fuera de Franconia, Klosterbräu es la cervecera más antigua de Bamberg. Fue fundada en 1533 y hasta mitad del siglo XIX perteneció a la iglesia, hasta que en 1851 fue adquirida por Peter Braun de Kitzingen, en la Baja Franconia. Durante 5 generaciones fue propiedad de esta familia hasta que en el año 2017 pasó a manos de la familia Wörner, los actuales dueños.

La cerveza que comento hoy, Braunbier, se elabora siguiendo una receta de casi 500 años de antigüedad. El nombre del estilo, ya en desuso, pretendía hacer contraposición a las cervezas de trigo, más claras, aunque otros autores consideran que es otra forma de denominar a una Rotbier. Con este último estilo me parece que encaja bien, al menos más que con las Märzen con las que también he leído alguna comparación. Es de un color pardo rojizo, bastante transparente, con una capa de espuma grisácea que se reduce hasta quedar una membrana de burbujas de distinto tamaño. En nariz es una golosina, combina gran cantidad de malta caramelizada con mermelada de ciruela, más suave toffee, dátiles, guindas y frutos secos garrapiñados.

En boca tiene un cuerpo medio/ligero, menos de lo esperado, aunque la marcada carbonatación le da agarre. Por supuesto mantiene el dulce del aroma, quizá no tan exuberante, y cuenta con un núcleo de caramelo, toffee, malta tostada y galleta, con frutas menos maduras, sobre el cual hay una mineralidad curiosa con frutos secos, e incluso recuerda a refresco de cola. Con el avance se acentúa la mineralidad, salen notas de cereales oscuros y pan alemán, y el lúpulo favorece la aparición de un amargor leve, herbal, ligeramente cítrico. Queda una Rotbier fácil de beber, sabrosa, que recuerda a la de Veldensteiner, con una golosidad importante al principio que después se da la vuelta e incita a beber más. Muy rica.

NOTA:

Knoblach Räuschla

MARCA: Knoblach

MODELO: Knoblach Räuschla

ESTILO: Märzen (5'1% ABV)

PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Volviendo a esta fábrica centenaria de Schlammelsdorf, en el Alto Palatinado (Oberpfalz), hoy presento una cerveza cuyo nombre puede provocar alguna que otra confusión entre los no-alemanes, como fue mi caso, debido al parecido entre Rauch (humo) y Räuschla (embriagador). Knoblach Räuschla es sin embargo una Märzen tradicional y no se utiliza malta ahumada en su elaboración, ni se ha utilizado con anterioridad.

Cerveza sin filtrar, totalmente opaca, de un color miel apagado que se acerca al dorado en periferia. Espuma cremosa, abundante y resistente, con un leve tinte beige, que intercala burbujas finas con algunas gruesas en el centro. En nariz se detecta un suave aroma a malta, cereal y grano, con un fondo de manzana golden, pera y minerales. Sugestionado por el nombre, me pareció también detectar un ahumado delicado que se infiltraba en el conjunto aunque, eso sí, con algunas dudas.

En boca es una cerveza sobria, de trago limpio y sabor intenso, con dominio de malta y cereal, y un punto acaramelado. En un segundo plano queda la fruta, principalmente manzana y melocotón, y suaves notas de mazapán y galleta. El final es más seco, con un delicado amargor mineral y herbal, algo cítrico, que compensa el dulzor propio de la malta. Es una Märzen sabrosa, firme y algo más lupulada de lo habitual en el estilo, sin embargo no pierde de vista el equilibrio en ningún momento. En mi opinión Knoblach es una de las cerveceras más fiables de Franconia, el nivel de sus cervezas es impresionante.

NOTA:

Zum Löwenbräu 1747 Original

MARCA: Zum Löwenbräu
MODELO: Zum Löwenbräu 1747 Original
ESTILO: Kellerbier (4'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Zum Löwenbräu (no confundir con Löwenbräu, una de las 6 fábricas de Munich), se encuentra en Adelsdorf, un municipio de alrededor de 8000 habitantes entre Nuremberg y Bamberg. Sus inicios en el año 1747 son responsabilidad de Johann Adam Wirth y Barbara Seyfahrt, quienes iniciaron el negocio consistente en cervecera, tonelera, restaurante y finca. Han pasado ya 9-10 generaciones y la familia Wirth sigue al cargo de la empresa, además con un hotel asociado al restaurante. Se comercializan 3 cervezas regulares, entre ellas la que comento hoy, al menos 6 especiales de estilos clásicos francones, y también varios destilados.

1747 Original es una lager rubia sin filtrar que salió al mercado en el 2016, y ese mismo año recibió el oro en el European Beer Star Award en la categoría Kellerbier. De color dorado mate, es tan turbia que los dedos no se intuyen a través de la jarra, con una espuma cremosa y abundante, compacta, de la que se mantiene al menos medio dedo. En aroma se presenta discreta, con malta sin tostar, galleta, manzana madura y pan blanco, envuelto en las habituales (y a menudo deseadas) notas de miel de este estilo, lúpulo floral y un suave toque de canela.

En boca gana fuerza, es redonda y de cuerpo medio. Comienza más bien dulce, con malta, galleta, bizcocho, manzana golden, más suave pan blanco y un deje avainillado. Poco a poco el trago se aligera, se vuelve más fresca y frutal, salen recuerdos minerales y un punto cítrico, antesala de un amargor moderado que protagoniza un final más rústico, con notas de heno, grano y flores secas. Keller fresca de trago limpio, se pueden repetir varias jarras porque no cansa en absoluto. Me quedo con los leones francones frente a los de la Alta Baviera, aunque tampoco me quejo de los segundos.

NOTA: