domingo, 1 de junio de 2014

Naparbier Black Rock

MARCA: Naparbier
MODELO: Naparbier Black Rock
ESTILO: Baltic Porter con cacao y café (9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Puesto que es imposible dar a basto con las nuevas elaboraciones de Naparbier, y teniendo en cuenta que se me acaban los días frescos antes de que comience el verano en todo su esplendor y las cervezas oscuras me resulten menos apetecibles, la semana pasada decidí reseñar uno de sus modelos ya establecidos, Black Rock. Se trata de una Baltic Porter elaborada con cacao, café y lúpulos Columbus y Amarillo, disponible desde el otoño pasado y cuya carta de presentación es, como no podía ser de diferente manera, otro fantástico diseño de Antonio Bravo.

Servirla en copa es todo un reto porque tan apenas impacta contra el vidrio la copa se llena hasta arriba de una espuma marrón amarillenta, muy cremosa, pero que no deja espacio para el líquido hasta el punto de que son necesarios 3-4 minutos para poder tomarla. Esta es su única debilidad, y desaparece en el olvido en cuanto acercas la nariz y te encuentras con su adictivo perfume. Este abre con un intenso frescor herbal y cítrico del lúpulo americano, espejismo que queda en seguida relegado a un segundo plano para dar paso al núcleo del aroma, una mezcla de potente cacao y algo más suave café, torrefacto y dispersas notas de frutos secos, sobre un denso fondo de dulces maltas muy tostadas, sirope de caramelo, chocolate y frutas oscuras. El resultado es arrollador, complejidad y fuerza copan por igual un aroma que resume a la perfección lo deseable en una Baltic Porter, aunque más lupulada de lo habitual.

La entrada en boca es también potente, con el cremoso líquido creando un auténtico tsunami de sabor. Lo primero en aparecer es un torrente de cacao, relativamente dulce, que deja de fondo caramelo, café negro y suave regaliz. A medida que avanza el trago el suave amargor inicial se potencia, favoreciendo que sea el café lo que predomine hasta los últimos instantes, en los que el regaliz negro se pone a su altura. Esta evolución está salpicada de arándanos, moras y quizá algo de ciruelas maduras, que matizan la aspereza hasta llegar al final, en el que el marcado amargor es demasiado para éstos. Aparece entonces una astringencia moderada impulsada por el alcohol, que se mantiene en el largo y cálido regusto recordando a whisky o bourbon, junto con notas de chocolate, caramelo, frutas oscuras, hierba fresca, limón y suave vainilla. La verdad, me sorprenden algunas valoraciones no demasiado positivas que he leído de esta cerveza porque a mí me parece muy completa. Tiene un cuerpo completo que consigue controlar a la perfección el cacao y los granos de café añadidos, e incorporarlos al resto de ingredientes con maestría. Al nivel de la Black Ball de To Øl, con la que creo que guarda algunas similitudes, lo que no es decir poco.

NOTA:

jueves, 22 de mayo de 2014

Samuel Adams Boston Lager

MARCA: Samuel Adams
MODELO: Samuel Adams Boston Lager
ESTILO: Märzen (4'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Estados Unidos

CARACTERÍSTICAS: Dentro de la imparable explosión de cerveceras estadounidenses, que supone que cada año surjan decenas de fábricas nuevas, existen ya unas cuantas que están tan bien establecidas que resultaría difícil imaginarse el panorama sin ellas. No obstante, son pocas las que llegan al nivel de Samuel Adams, toda una leyenda viviente... evidentemente, dentro del contexto de las compañías norteamericanas, cuya tradición y desarrollo no es comparable con la de las grandes cerveceras europeas. Esta fábrica de la capital de Massachusetts fue fundada en 1984 por Jim Koch, con la intención de ofrecer una alternativa a las cervezas insípidas que monopolizaban el mercado estadounidense en la década de los 80, y su nombre pretende ser un homenaje a Samuel Adams, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos y a quien se atribuye una cierta dedicación a la elaboración de cerveza. En un inicio se trataba de una pequeña cervecera que se dedicaba principalmente al mercado local, pero su crecimiento desde entonces ha sido tal que actualmente cuenta con una plantilla de 1.200 personas trabajando en varias fábricas en el Noreste del país, además de algunas cerveceras en distintos estados extranjeros que elaboran sus productos por encargo.

La que comento hoy es su modelo más clásico, la que da nombre a la marca y que, como la mayoría de las que se venden en nuestro país, está elaborada en Shepherd Neame. Se trata de una cerveza de estilo Vienna de un cristalino color marrón-ocre, con una carbonatación escasa y perezosa que forma alrededor de 2 mm de espuma ligeramente teñida. El aroma es sorprendentemente intenso para el estilo, rebosa malta tostada bien empapada en caramelo y toffee, formando un núcleo meloso. Este se apoya en un generoso aporte de frutas maduras, melocotón en almíbar, manzana golden y más suave pera, consiguiendo una armonía estupenda, alrededor de la cual se encuentran recuerdos de lúpulo floral, miel y un atisbo de masa de pan, consiguiendo un perfume sólido, sin fisuras.

De cuerpo medio en boca, la carbonatación lo ensalza nada más servirlo, le da vida, aunque pasado un rato queda algo más plano. Dirigen de nuevo malta dulce, denso caramelo y fruta madura, siguiendo un patrón similar al descrito en nariz, pero aquí llama la atención que la miel, antes aislada y meramente decorativa, consigue un papel principal. El lúpulo impronta su carácter floral ya desde mitad del trago, con algún deje de azúcar moreno, naranja y mandarina, preparándo al sabor para desembocar en un amargor leve, muy frutal y maltoso, en el que se refuerzan los matices florales. La verdad es que es una cerveza bastante buena, quizá al final algo ligera de trago pero en todo momento muy sabrosa. Lo único que me fastidia es haberme enterado tarde de que no se producía en Estados Unidos, pero son cosas que pasan. Por cierto, esta botella fue regalo de Cuca y Conchita, muchísimas gracias a ambas.

NOTA:

jueves, 15 de mayo de 2014

Cata Preparatoria del II Concurso de Maestría Cervecera

A finales del pasado 2013 avisé de la convocatoria por parte del Club Bier de La Vinoteca de Pamplona del 2º Concurso de Maestría Cervecera, cuyo límite para entrega de las cervezas participantes estaba fijado para el 30 de Abril del 2014. Como ya sabéis, esa fecha ya ha pasado y sólo queda la parte más divertida del concurso, al menos para el jurado: probar las cervezas.

En las condiciones de este evento estaba estipulado que el jurado lo compondrían los miembros del Club Bier que así lo deseasen, al igual que en la edición anterior. Sin embargo el año pasado sucedió una cosa bastante inesperada, y fue que, en contraste con la importante afluencia de gente que acude habitualmente a las catas del club, fueron pocos los que se animaron a valorar las cervezas que se presentaron al concurso. Sospechando que quizá esto se debió a que algunos no se sintieron capaces de juzgar la calidad de las elaboraciones de los participantes, como más de uno ha desvelado, este año Rubén decidió organizar una cata preparatoria centrada en los estilos protagonistas del concurso, Ale Belga Tostada y Russian Imperial Stout.

Las encargadas de representarlos fueron:

- Trappistes Rochefort 8 (Brune, 9'2% ABV)
- St. Bernardus Abt 12 (Quadrupel, 10% ABV)
- De Struise Pannepot 2013 (Quadrupel con especias, 10% ABV)
- The Kernel Imperial Brown Stout London 1856 (Russian Imperial Stout, 9'8% ABV)
- Samuel Smith's Imperial Stout (Russian Imperial Stout, 7% ABV)
- Wild Beer Wildebeest (Russian Imperial Stout con vainilla, cacao y café, 11% ABV)
- De Molen Hel & Verdoemenis (Russian Imperial Stout, 10% ABV)

Como podéis ver, el desfile de botellas fue contundente y de altísima calidad. Las cervezas las conocía todas y no me llevé ninguna sorpresa, salvo quizá lo bien que aguantó el tipo la de Samuel Smith ante unas oponentes que superaban su graduación alcohólica con creces, siendo en mi opinión una de las mejores de la tarde. Pude comprobar también que Wildebeest por Wild Beer Co. sigue sin parecerme tan buena como correspondería por su precio, su sabor me resulta incluso algo estrambótico.

En esta ocasión además no se me pidió colaboración para dirigir el evento, por lo que pude disfrutar con absoluta tranquilidad de las cervezas al ritmo de la magistral dirección de Rubén, que se esforzó en explicar con el mayor detalle posible características tanto de las marcas como de los estilos que íbamos probando. A él le quiero agradecer, por otra parte, el haberme invitado de nuevo a una de las catas de La Vinoteca

Sin mucho más que añadir, mucha suerte a los concursantes... ¡y que gane el mejor!

sábado, 10 de mayo de 2014

Tienda en Pamplona: Nash Delikatessen

Pocos días después de trasladarme a Pamplona localicé en el Casco Antiguo de la ciudad una tienda de alimentación de Europa del Este llamada Kalinka, y durante un tiempo fue capaz de suplir a mi querida Kozak de Zaragoza. Hace un par de meses chabi_zgz me informó de que este establecimiento llevaba casi un año cerrado pero, puesto que llevaba meses sin pasarme, yo ni me había enterado. El motivo de tener Kalinka tan abandonado no era que algún aspecto del comercio me disgustase, y menos aún que hubiese perdido el interés por este tipo de productos, sino que había encontrado una tienda similar más cerca del barrio en el que yo vivo: Nash Delikatessen.

Se trata de un comercio escondido en una callejuela del municipio de Barañáin, adyacente al barrio pamplonés de Mendebaldea, que llama la atención del viandante con un colorido escaparate. Una vez atravesado el umbral de la puerta el dueño es capaz de ofrecer guía y consejo sobre la infinitud de productos del Este de Europa que abarrotan la tienda, incluyendo elementos de decoración mayoritariamente rusos, películas, embutidos y conservas, carnes, múltiples marcas de caviar, licores (como es lógico, muchas botellas distintas de vodka) y, por supuesto, cervezas varias.

Éstas últimas pueden variar mucho cada vez que se visita la tienda por la gran rotación de marcas que tienen, pero lo que nunca falta es variedad. Es frecuente ver cervezas rusas, ucranianas, polacas, rumanas, lituanas y, de cuando en cuando, incluso de países más exóticos como puede ser Bielorrusia o Moldavia. Además, para los más atrevidos, suele haber al menos un par de marcas de kvass, estilo de cerveza que sin estar entre mis predilectos resulta interesante de cuando en cuando.

La verdad es que es uno de los comercios del Este de Europa que más me han gustado de cuantos conozco, con una oferta de productos increiblemente extensa y unos precios muy ajustados, no alcanzando casi ninguna cerveza los 1'50 €. Si a esto le sumamos la amabilidad del encargado y el que gran parte de las bebidas esten disponibles refrigeradas, no sorprende que esta tienda tenga tanto éxito.




TIENDA: Nash Delikatessen
DIRECCIÓN: Calle Torrenueva, 2
LOCALIDAD: Barañáin
PROVINCIA: Navarra

domingo, 4 de mayo de 2014

Etxeandia Mari

MARCA: Etxeandia
MODELO: Etxeandia Mari
ESTILO: Pale Lager con avena (5'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Puesto que llevaba tiempo sin probar ninguna marca de la Península, en vísperas de un viaje a Bilbao me pareció buena idea intentar traerme alguna cerveza elaborada en la zona. Para ello consulté una de las páginas más útiles para esta tarea, Localbier, que me sirvió para poder localizar algunas botellas de Etxeandia, marca desconocida para mí hasta el momento, cerca de mi hotel. Esta empresa fue fundada por Jon Etxeandia, un guipuzcoano que afirma poseer una experiencia de más de 10 años en la elaboración de cerveza. Produce desde el 2011 en sus instalaciones de Urduliz, unos kilómetros al Norte de Bilbao, hasta 11 referencias distintas, entre ellas algunas tan originales Libe, con endrinas, o la Pumpkin Ale llamada Jean Laffita. Sin embargo, yo preferí empezar por lo sencillo y opté por Mari, una lager, y Lauaxeta, una negra.

De Mari, la que comento hoy, lo que más me sorprendió antes de abrirla es que se tratase de una Pale Lager y sin embargo contase con avena entre sus ingredientes. Al servirla se observa que es bastante turbia, y luce un color miel anaranjado protegido por una abundante espuma jabonosa. La mezcla de estos atributos la hace incluso parecida a una Weizen, aunque basta explorar su aroma para comprobar que no pertenece a este estilo. Este es particularmente frutal, cuenta con toneladas de naranja dulce, mandarina madura, algo más suave melocotón, pinceladas de fruta tropical e incluso algún toque de coriandro; e integrados en toda esta fruta están caramelo y malta dulce. Envuelve el conjunto de forma superficial lúpulo floral y leves recuerdos de miel, como broche de un perfume que no podía ser más prometedor. 

Por desgracia la continuación en boca no mantiene, ni mucho menos, el nivel esperado. Lo primero que llama la atención es la carbonatación; desde el inicio y hasta casi el último instante un torrente de burbujas hacen casi imposible disfrutar del sabor por la potente efervescencia que provocan. Los escasos matices que escapan de esa marabunta gaseosa tampoco son especialmente apetitosos, se nota en un inicio frutas, con una importante carga de limón y más tenue albaricoque, especias y suave malta. Termina en un final bastante amargo y ácido, donde se detectan cítricos, hierba y un marcado carácter medicinal, incluso sulfuroso. A pesar de lo mucho que prometía al principio el resultado final no ha sido de mi gusto, el gas está totalmente descontrolado y el sabor no consigue alcanzar un volumen suficiente como para llenar el trago y resulta plano, quedando al final incluso algo vacío. En mi opinión, todavía les queda bastante camino hasta tener un producto bien afianzado, y posiblemente este debería haber sido el primer paso antes de lanzarse a elaborar tantos estilos distintos.

NOTA:

miércoles, 30 de abril de 2014

Augustinerbräu Dunkel

MARCA: Augustinerbräu
MODELO: Augustinerbräu Dunkel
ESTILO: Dunkel Lager (5'6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: En estos tiempos un tanto agitados que corren en el panorama cervecil, en los que aparecen las nuevas fábricas aparecen como setas, siempre está bien recordar de cuando en cuando a los que llevan allí toda la vida, puesto que, por muy buen manejo que se tenga del arte de la elaboración, es muy difícil (por no decir imposible) alcanzar el nivel de una cerveza cuya receta lleva siglos perfeccionándose. En esta descripción encajaría perfectamente una de mis fabricas predilectas, Augustinerbräu, cuya Hell no tendría demasiado miedo en situar entre mis 10 cervezas favoritas. Llevaba un tiempo sin abrir ninguna botella de esta casa, pero Roberto y su pareja (no recuerdo ahora el nombre, ya lo lamento) tuvieron el detalle de traernos a Rubén y a mí a una de las catas de La Vinoteca un par de botellas que guardaron de su viaje a Münich, y esto ha sido suficiente para retomar con ganas la marca. ¡Muchísimas gracias a ambos!

Centrándonos en esta Dunkel Lager de Augustiner, es de color roble con periferia anaranjada, y se vuelve de un bonito color rojo grosella al trasluz. Relativamente opaca, se observan infinitas burbujas ascendiendo hacia un par de dedos de espuma beige, que sin embargo aguanta durante largo rato. En nariz no es demasiado rotunda, sin embargo dentro de su moderación es agradable. Comienza con dulce malta tostada, algo más suave caramelo, y leves avellanas, té negro y azúcar moreno, todo ello envuelto en frutas maduras. De estas las que más llaman la atención son manzana asada y ciruela madura, y más de fondo quizá algo de cereza. El lúpulo no juega un gran papel, está bastante apagado y apenas aporta algunos toques florales que a ratos son difíciles de detectar.

En boca es cremosa, de cuerpo medio, con un comienzo muy similar al aroma, aunque quizá algo más sencillo. Carga con fuerza la malta tostada acompañada de frutos secos y pan integral, en esta ocasión con menos dulzor, quedando el caramelo de fondo. La fruta también juega un papel importante, casi tanto como el de la malta, pero tiene una vertiente algo más cítrica, dejando de lado las frutas más maduras. A pesar de una leve sequedad continua, el trago es largo y termina al final con un amargor que no rompe con la tónica general; se potencia el cítrico, y se imprimen leves toques florales y especiados, antes de concluir en un regusto largo teñido de fruta madura y miel. Deja una buena sensación al terminar de beberla, aunque quizá algo más de densidad y de sabor no le vendría mal. En mi opinión, se trata de una buena Dunkel, muy disfrutable, aunque no posee ningún atributo que la haga fascinante y está además algo por debajo del nivel del resto de los ejemplares de esta marca. No obstante, repetiría sin problema.

NOTA:

lunes, 21 de abril de 2014

Bintang Pilsener

MARCA: Bintang
MODELO: Bintang Pilsener
ESTILO: Pale Lager (4'7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Indonesia

CARACTERÍSTICAS: Hace algunos meses se debieron alinear los astros y una cantidad preocupante de amigos míos, muchos de ellos que ni siquiera se conocían entre sí, coincidieron en un viaje a Malasia... y gracias a esa horrible costumbre mía de dar la chapa con el rollo de la cerveza, se acordaron de mí y decidieron traerme esta botella que presento hoy, y que tengo que agradecer tanto a Toño como a Berta, dos pre-traumatólogos que jugaron un papel fundamental en que llegase desde el sudeste asiático a Pamplona. El sujeto en cuestión es producto de una cervecera fundada en Surabaya, Indonesia, en 1929 y que actualmente forma parte del grupo Asia Pacific Breweries, propiedad de Heineken International. Otra cerveza producida en esta fábrica y que es bastante más conocida en nuestro país es Tiger, así que sabiendo esto queda claro qué podemos esperar más o menos.

Es de un color dorado oscuro y en su transparencia se hace claro un filtrado intenso. Al chocar con el cristal forma un dedo y medio de espuma blanca, de burbuja fina y aspecto jabonoso que se reduce hasta escasos milímetros en algunos segundos. En nariz es algo almibarada, con un aroma sencillo compuesto por malta dulce, abundante maíz asado, más suave manzana madura, y casi imperceptibles limón y flores aportados por el lúpulo. Se detecta además en torno a estos matices un deje artificial, como químico, frecuente en algunas cervezas industriales, y que no resulta especialmente agradable.

En boca es donde muestra verdaderamente sus carencias. El primer sorbo desvela una falta de cuerpo absoluta, y antes de que haya terminado de pasar por la garganta te das cuenta de que es posiblemente una de las cervezas más insípidas que hay. Lo poco que queda de sabor, concentrado al final, ni siquiera es agradable, sino que resulta una mezcolanza neutra de malta dulzona y maíz junto con suaves notas frutales. Deriva en un final ligeramente ácido y amargo, que deja un regusto desagradable con recuerdos minerales, medicinales y como de agua sucia. En fin, una cerveza mala con ganas, por el momento la peor que hemos comentado en el 2014. (aunque también es cierto que hemos tenido muy buenos ejemplares por aquí) De todas formas, supongo que cuando te la sirven congelada mientras tú estás a 33ºC y con una humedad relativa del 70-80% sabe mucho mejor.

NOTA:

sábado, 19 de abril de 2014

Naparbier / Nøgne Ø Black Rain

MARCA: Naparbier / Nøgne Ø
MODELO: Naparbier / Nøgne Ø Black Rain
ESTILO: Baltic Porter (7'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Llama la atención que a pesar de que el panorama cervecero noruego no es demasiado extenso, sino más bien al contrario, este país haya sido capaz de aglutinar a algunas de las fábricas de cerveza más reputadas del mundo, entre ellas Haandbryggeriet o la que es una de mis favoritas, Nøgne Ø. Cada vez que localizo una botella de esta última marca a un precio razonable, dentro de lo esperable teniendo en cuenta que se elabora en un país caro como pocos, casi me dan ganas de montar una fiesta... aunque sin invitar a nadie, eso sí. Por esto, cuando me enteré de que iban a colaborar con Naparbier, otra cervecera que está consiguiendo entusiasmarme con prácticamente todo lo que elaboran, empecé a marcar territorio hasta que finalmente pude hacerme con una botella.

El estilo al que se ciñeron, las llamadas Black IPA, no es precisamente uno de mis favoritos pero, sabiendo quienes estaban detrás de la cerveza las expectativas iniciales no podían ser mejores. Al servirla me encontré de bruces con la que es con bastante probabilidad una de las cervezas más oscuras que han pasado por mis manos, de un color negro mate impenetrable tanto en el centro como en periferia, con una viscosa crema beige como capa protectora, adherida con firmeza al vidrio. La entrada inicial del aroma pertenece al lúpulo... y a más lúpulo. Es cítrica, herbal y muy resinosa y, aunque es cierto que se puede detectar algo del grano, su papel es anecdótico, únicamente presenta un medido ahumado de fondo, con tenues toques de cacao, malta tostada y cacao. Este aspecto me llamó la atención, pero supuse que el dry hopping con lúpulos tan aromáticos como los empleados podía haber eclipsado los tostados, y que en boca estos ganarían fuerza. 

Eso parecía en los primeros momentos del trago, con un comienzo de malta tostada, caramelo y suave café y torrefacto potenciado por una cremosidad y un cuerpo tan densos y voluminosos como acostumbran las cervezas de Nøgne Ø. Por desgracia, en seguida entra el lúpulo y barre con todo, dejando el sabor inundado de intensísimas notas de pino y hierba, prominentes cítricos, resina, especias y recuerdos minerales y medicinales. Aunque disimulado por la acidez y la sequedad marcadas que están presentes en casi todo momento, termina con un amargor claro que deriva finalmente un regusto muy largo donde emergen tenues notas de café y torrefacto. A pesar de las excelentes críticas que he leído, a mí esta cerveza no me ha terminado de convencer; mi impresión es que el lúpulo monopoliza el sabor, arrincona al resto de elementos de la cerveza y al final hace que esta sea bastante lineal e incluso algo simplona. La verdad, ha sido una decepción inesperada; no es que me haya costado esfuerzo beberla, pero al final me ha acabado aburriendo. Entre las joyas que elaboran estas dos excelentes fábricas, esta cerveza me parece totalmente prescindible... pero vamos, igual es cosa mía, ya he dicho que el estilo tampoco me entusiasma.

NOTA:

domingo, 13 de abril de 2014

Brugse Zot Dubbel

MARCA: Brugse Zot
MODELO: Brugse Zot Dubbel
ESTILO: Dubbel (7'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Tras un aluvión de cervezas de fábricas modernas tocaba volver a prestar atención a alguna clásica, y tras el reencuentro hace un par de semanas con la colosal Straffe Hendrik Quadrupel en compañía de mi compañero de blog, me pareció adecuado dar salida a otra vieja conocida de la única cervecera en funcionamiento en el centro de Brujas: Brugse Zot. El nombre hace referencia al apelativo de locos que dio Maximiliano I, emperador del Sacro Imperio Germánico, a los habitantes de Brujas cuando éstos organizaron un desfile en su honor con la intención de solicitar fondos para construir un manicomio, al decir que "no había visto nada más que lunaticos, y que la ciudad entera en sí era ya un manicomio". La botella me llegó de parte del gran Ronda, así que mil gracias por el regalo, compañero.

Vestida de marrón oscuro con reflejos rubí al trasluz, forma una abundante espuma de burbuja microscópica, cremosa y resistente como sólo los belgas saben conseguir. En nariz se entrelazan aromas de malta tostada, cereal y caramelo, cuyo dulzor no llega a saturar a pesar de las chispas de azúcar candi. Acompaña la fruta, representada por manzana madura, ciruela, toques de naranja ligeramente ácida y leve limón, mientras el lúpulo noble se encarga de quitar densidad al perfume con un soplo frutal, ligeramente cítrico y herbal, adornado de especia picante. Es una carta de presentación correcta, muy apropiada para el estilo, pero un poco sencilla para mi gusto.

La entrada en boca es sabrosa, con una buena carga inicial de malta, tostados, suaves recuerdos de frutos secos, manzana y ciruela, aunque llama la ligereza del trago, incluso para el estilo. Se introducen poco a poco toques cítricos y especiados que envuelven al conjunto en una aspereza y sequedad moderadas, antes de derivar en un amargor medio potenciado por la acidez, con notas minerales, de limón y clavo en oposición a apagados recuerdos de fruta y alcohol. Queda un regusto largo en el que, además de los matices comentados, se puede detectar un tenue deje metálico y medicinal. En mi opinión el cuerpo es demasiado ligero, tiene que reforzar las frutas oscuras del sabor y le falta complejidad; por culpa de esto pasa sin pena ni gloria, y posiblemente caiga pronto en el olvido. Sorprende que una fábrica capaz de elaborar una maravilla como la quadrupel de Straffe Hendrik esté detrás de una cerveza tan poco inspirada como esta, incapaz de destacar entre cualquier otra Dubbel belga.

NOTA:

jueves, 3 de abril de 2014

Naparbier/Lervig Grønne Straff IPA

MARCA: Naparbier/Lervig
MODELO: Naparbier/Lervig Grønne Straff IPA
ESTILO: India Pale Ale americana (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Hasta el momento han salido al mercado tres colaboraciones de Naparbier con  reputadísimas fábricas noruegas, Eskua Saison con Haandbryggeriet, Black Rain con Nøgne Ø y la que voy a comentar hoy, Grønne Straff con Lervig Aktiebryggeri. Esta cerveza, cuya traducción al castellano es "Castigo Verde", se trata de una India Pale Ale elaborada en las instalaciones de Naparbier en Noain, a donde se desplazó Mike Murphy, el maestro cervecero de Lervig, a principios del pasado Febrero. El espectacular diseño, como todos habréis imaginado, es obra del sobradamente conocido Antonio Bravo, habitual en las etiquetas de la fábrica navarra.

Su carta de presentación es la abundante y esponjosa crema beige grisácea que cubre un líquido rojo carmesí, velado, con reflejos pardo y anaranjados. A pesar de la multitud de burbujas que alimentan la espuma, esta se desinfla rápidamente, como un globo pinchado, quedando medio dedo casi en todo momento. En el aroma campa a sus anchas lúpulo de origen americano, quizá Cascade o Centennial, que muestra su fuerza desde el inicio con un primer contacto muy cítrico, herbal y repleto de pino. Al instante se abre para dejar hueco a frutas tropicales, entre las que destaca mango, y un fondo dulce, discreto pero evidente, de caramelo, toffee, más suave azúcar moreno y una chispa de especia picante. Al final resulta una mezcla fantástica, en cuyo dominio se alternan fruta, cítrico y hierba, respaldados, eso sí, por el grano.

En boca el frescor es extremo, pero en todo momento mantiene abundante malta y caramelo como soporte, además de un cuerpo consistente que permite controlar al lúpulo. La fruta se incorpora al conjunto con armonía, en forma de mango, albaricoque y suave banana, sirviendo de nexo entre el dulzor del caramelo y la acidez del lúpulo. Este último se manifiesta con intensas notas de pino, resina y limón, moderadas por la malta hasta el final del trago, momento en el que suelta un látigo de acidez, amargor y especia picante que poco a poco se difumina en un regusto largo y sabroso. Es una fusión perfecta de Naparbier y Lervig, puesto que tiene la generosidad en el empleo del lúpulo de los primeros con la pasión por la malta de los segundos, con un equilibrio óptimo. Quizá esta apreciación es pura sugestión por saber de antemano quienes son los responsables de esta cerveza, pero el caso es que han acertado de pleno con mis gustos puesto que, como ya sabéis, siempre he sido partidario de mantener el papel del cereal en el trago.

 NOTA:

lunes, 24 de marzo de 2014

To Øl Goliat Imperial Stout

MARCA: To Øl
MODELO: To Øl Goliat Imperial Stout
ESTILO: Russian Imperial Stout con café, avena y azúcar moreno (10,1% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Dinamarca

CARACTERÍSTICAS: La semana pasada fue especialmente dura, tanto a nivel laboral como por actividades en momentos de ocio, así que decidí que iba a darme un capricho y abrir alguna de esas botellas para las que nunca encuentro el momento... más allá del #FFdA que, evidentemente, no se puede convocar cuando a mí me de la gana. No quise jugármela y opté por una elaboración un poco especial de To Øl, marca danesa cuyo nombre resuena en la cabeza de cualquier amante de las cervezas, y no es para menos, puesto que casi cualquier cosa que estos nórdicos sacan a la venta es oro puro. Por cierto, esta botella llegó a mis manos como un regalo, y lo agradezco enormemente.

Más negra que la conciencia de un banquero, ni se inmuta ante la luz. Al servirla se desliza con viscosidad, por la pared del vidrio, mientras da pie a que se forme una crema marrón ocre de burbuja fina, tan escasa como persistente. En nariz ataca con grandes cantidades de chocolate negro, sirope de caramelo y medidas frutas oscuras sobre un fondo de espresso, torrefacto y más suave regaliz negro. Envuelve el conjunto un firme ahumado, con una fuerza que no he visto en muchas Imperial Stout, acompañado de cacao, olivas negras y mínimo azúcar quemado. Las cervezas de este estilo ya son complejas casi por definición, pero esta tiene una entrada magistral, especialmente variada.

En boca es muy potente, con mucho énfasis en café y torrefacto, quizá demasiado, y también una fuerte presencia de cacao y regaliz negro. El dulce se encarga de amortiguar algo el sabor, con notas de moras, pasas, toffee y más suave azúcar quemado, y lo consigue relativamente durante unos instantes; sin embargo, el desarrollo del trago acaba por desbordarle al potenciarse más aún el café al final, antes de entrar en un amargor intenso cargado de recuerdos de brandy, licor de cacao, sirope y regaliz. De textura oleosa, entra a pequeños sorbos dejando un agradable calor en el estómago y un eterno regusto, licoroso y caramelizado en boca. En mi opinión la combinación del torrefacto y de los granos de café añadidos se hacen demasiado presentes y pueden saturar, de hecho a mí se me hizo un poco pesada. Creo que es una buena cerveza, pero no tanto como para que cueste más del doble que la mayoría de cervezas de esta marca; sin ir más lejos, Mochaccino Messiah, también con café, me parece mucho más lograda.

NOTA:

domingo, 16 de marzo de 2014

Cata "Fission Beer" en la Vinoteca: Entra Cere-Ales

El pasado Febrero se organizó en la Vinoteca el tercer evento del ciclo Fission Beer, que contó nuevamente con una afluencia considerable, en torno a las 40 personas. En esta ocasión la cata iba a estar centrada en el cereal, un ingrediente fundamental en la elaboración de cerveza a pesar de que estos últimos años ha perdido tirón en detrimento de otros componentes. Semanas antes Rubén me había desvelado su intención de presentar 7 cervezas distintas con diferentes cereales, y la verdad es que la intriga no era poca puesto que no tenía claro cómo iba a conseguir tanta variedad. Finalmente desveló el misterio días después,  cuando me envió un listado en el que se enumeraban las siguientes referencias:

- Arroz: Asahi Super Dry (Pale Lager de arroz, 5% ABV)
- Trigo: Agullons Dalmoru (Wheat Ale, 5% ABV)
- Cebada: Fuller's Old Winter Ale (Winter Warmer, 5'3% ABV)
- Multicereal: Baladin Wayan (¿Saison? de 7 cereales y 9 especias, 5,8% ABV)
- Avena: Samuel Smith's Oatmeal Stout (Oatmeal Stout, 5% ABV)
- Calabaza: Hoppin' Frog Frog's Hollow Double Pumpkin Ale (Pumpkin Ale, 8,4% ABV)
- Centeno: De Molen/Närke Goths & Vandals Barrel Aged (Imperial Stout de centeno, 10,6% ABV)

Salvo quizá la Asahi, que aunque posiblemente era la mejor opción de cervezas de arroz disponibles igual podría haber sido sustituida por un sake, las cervezas gustaron mucho, ya fuese por alta calidad o por originalidad

Tras un comienzo un poco flojo con la asiática que acabo de mencionar, el desfile siguió con Dalmoru de Ales Agullons que, aunque sin parecerme una excepcional, me resultó muy disfrutable gracias a su marcada acidez. Siguió una vieja conocida, la Old Winter Ale de Fuller's, antes de dar paso a una de las cervezas más extrañas de la cata: Baladin Wayan. Mi impresión fue que la potente mezcla de especias, entre las que incluso nos pareció reconocer algunas tan poco habituales como orégano, desmejoraba mucho el resultado final, quedando la combinación de cereales como un mero detalle anecdótico puesto que era difícil apreciarlos.

De la segunda británica de la jornada pocas cosas se pueden decir a estas alturas que no se hayan dicho previamente, justo al contrario que la Pumpkin Ale de Hoppin' Frog. Siendo sinceros, este estilo tan poco habitual en la Península no pareció tener demasiado éxito, posiblemente debido a su estridente sabor, (tampoco a mí me gustó) pero de todas maneras fue una suerte poder probar una rareza como esa. Como broche final para una noche fantástica teníamos una apuesta sobre seguro, una Imperial Stout de centeno resultado de la colaboración entre dos grandes: Närke y De Molen. Como era de esperar, no defraudó y fue una de las más aclamadas.

Entre todo esto pudimos charlar de forma más distendida, tomar unos pintxos sencillos y algo de debate. Además, y como ya es costumbre, se celebró un concurso con el que se podía optar a llevarse un apetecible pack de botellas; en esta ocasión se trataba identificar cuál de los granos de cereal que había en unos recipientes en cada una de las mesas correspondía al centeno.

Poco más dio de sí la jornada pero, como no podía ser de otra manera, después nos acabamos juntando en Manneken Beer varios de los asistentes para terminar de regar una dilatada, y en mi opinión exitosa, sesión cervecil. Solo queda felicitar a Rubén y a La Vinoteca por su meticuloso trabajo organizativo, siempre atentos a que todo salga como está previsto, y de paso agradecerles que contasen conmigo otra vez más.

lunes, 10 de marzo de 2014

Emelisse Espresso Stout

MARCA: Emelisse
MODELO: Emelisse Espresso Stout
ESTILO: Export Stout con café
PAÍS DE ORIGEN: Países Bajos

CARACTERÍSTICAS: En estos 7 años sólo hemos reseñado dos cervezas que contaban con café entre sus ingredientes, y en ambos casos se trató de una grata experiencia. Junto con otras que he podido probar por mi cuenta, mi impresión ha sido que este ingrediente congenia realmente bien con las cervezas oscuras, potenciando los matices del torrefacto sin necesitar prescindir de otras maltas, y a la vez sin sobrecargar demasiado el cuerpo. Y aprovechando que últimamente les estoy haciendo algo más de hueco a las Emelisse en este blog, me pareció una buena idea que la tercera cerveza con café que presentase se tratara de su Export Stout.

Servida en copa es petroleo puro aunque, eso sí, forma una abundante espuma beige-marrón, firmemente adherida a la pared del vaso, que impide confundirla con el oro negro. Mientras ésta va descendiendo lentamente, salen hacia la nariz toneladas de chocolate, adornadas con chispas de cacao y crema, sobre un fondo de frutas oscuras, intensas notas de caramelo, sirope y azúcar moreno. Por supuesto no podía faltar el café, pero su actuación es tan sorprendente como apropiada puesto que, en vez de inundar el aroma eclipsando a los demás matices, consigue únicamente infiltrar el conjunto, estando presente en todo momento pero sin llegar a destacar. El resultado final es un perfume complejo, denso y muy compacto, anticipo de lo que espera a continuación.

En boca hay mucho más café, aquí ya no infiltra sino que es parte fundamental. Se acompaña inicialmente de intenso cacao, más suave caramelo, sirope, frutas como uva negra, moras o ciruelas, y mínimo regaliz negro. Poco a poco este café va ganando terreno, seguido de regaliz y después cacao, a los que después se añaden notas de licor junto con afilados toques de especias picantes. El final es amargo, alcohólico, especiado... y como se puede suponer, muy reconfortante. Se termina entonces de abrir el sabor con gran voluptuosidad, desprendiendo notas de café solo, licor, cacao y crema, antes de terminar en un regusto de sequedad moderada. Llama la atención que a pesar su gran complejidad y de la potencia de los distintos sabores, es una cerveza que no se hace excesivamente pesada, sino que se bebe con relativa facilidad. Posiblemente se encuentre entre las mejores de Emelisse que he probado hasta el momento, y eso no es poca cosa.

NOTA:
 

domingo, 2 de marzo de 2014

Naparbier Napar Pale Ale

MARCA: Naparbier
MODELO: Naparbier Napar Pale Ale
ESTILO: American Pale Ale (4,4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: La llegada de Napar Pale Ale al repertorio fijo de Naparbier me pilló totalmente por sorpresa, de hecho me enteré por casualidad al curiosear su nueva página web, y antes no había oído ni una palabra sobre este lanzamiento. Reflexionando, una vez asimilada la agradable noticia, decidí que me parecía un acierto; en mi opinión, al catálogo de estos navarros les faltaba algo suave y fácil de beber, para el día a día, pero marcando distancias con su fantástica Pils. Además, siempre resulta apetecible una buena cerveza a un precio asequible, como es el caso de esta.

Entre dorada y naranja, con escasa aunque persistente espuma blanca, se observa en su líquido casi cristalino una carbonatación constante. Su aroma es oro puro, una mezcla casi perfecta de matices, con fondo de malta dulce acompañada de cereales frescos, y medido caramelo sobre ellos. Esto sirve de soporte a un firme perfume frutal, con melocotón, mango y naranja sanguina, adornado por leves toques de limón. Alrededor quedan lúpulo floral y pinceladas de miel, que terminan de edificar una estructura propia de las Pale Ale americanas.

En boca sigue las directrices del aroma, con clara presencia de malta ligeramente tostada, y sobre ella abundante fruta, aunque con predominio de naranja, albaricoque y melocotón mientras se dejan atrás sabores más tropicales. Inicialmente es algo acaramelada, pero pronto el lúpulo potencia amargor y acidez, introduciendo un gusto herbal y cítrico marcado que pasa el dulzor a un segundo plano. Mucho pino y hierba fresca inundan el trago, acompañadas de notas minerales, antes de terminar en un final de amargor más calmado de lo esperado, con recuerdos de mango, albaricoque y especia picante. No obstante, el regusto es seco y el papel del lúpulo es incuestionable. Buen cuerpo, muy sabrosa, de trago fácil y un poco áspera en sus últimos instantes, como no podía ser de otra forma con Naparbier, esta sí que me parece una cerveza para tomar en cualquier momento. Esperaba algo tipo Sierra Nevada, y es algo más agresiva que esta, pero no me ha decepcionado en absoluto. Gran cerveza.

NOTA:

lunes, 17 de febrero de 2014

DouGall's 942 IPA

MARCA: DouGall's
MODELO: DouGall's 942 IPA
ESTILO: India Pale Ale americana (6'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: A mí no me cabe la menor duda, y además es evidente que no soy el único que lo opina, de que DouGall's es una de las grandes fábricas nacionales, una de esas empresas con las que sabes que cada nuevo producto que saquen a la venta va a ser de una calidad incuestionable, pese a que te pueda satisfacer más o menos. Todavía recuerdo cuando localicé por primera vez (además en Pamplona) algunas botellas de sus primeras elaboraciones, mucho menos logradas pero que de todas formas apuntaban en buena dirección, y la sorpresa mayúscula al probar años después su 942, seguida de Leyenda y Tres Mares. Este es el camino que creo que debe llevar una fábrica: primero afianzar sus productos y luego lanzarse a innovar, ya sea con nuevas cervezas o con experimentos.

El problema que tiene esta estrategia es que, cuando tienes una joya como es DouGall's 942, es complicado hacer cosas que estén a ese nivel... y a esta odiosa comparación se tuvo que enfrentar su 942 IPA hace unos días en mi casa. Servida en copa luce un bonito traje dorado anaranjado, disperso entre multitud de burbujas finas, que se oculta bajo una interminable capa de espuma blanca inmaculada y muy resistente, que se me hizo incluso algo excesiva, puesto que obliga a esperar algunos minutos antes de poder mojar los labios con el líquido. En nariz es muy similar a la 942 original, o al menos al recuerdo que conservo de ella: mezcla dulce y variada de frutas tropicales, naranja y albaricoque, sobre un fondo de caramelo, malta y leve miel. Envuelve el lúpulo, con notas de hierba fresca, pino, resina, marcados cítricos y más leve miel, mientras especias como jengibre  y cilantro terminan de redondear sin robar excesivo protagonismo.

El sabor es también muy agradable; siguen presentes abundantes frutas tropicales en forma de mango, maracuyá y más discreta piña, pero aquí se refuerzan con firmeza los cítricos, la hierba y el pino, de carácter afilado y penetrante. Inicialmente mantiene el control la calidez de la malta, acompañada de cereales y quizá algún toque de crema, pero poco a poco la acción del lúpulo terminar por neutralizar este dulzor, quedando un trago ácido, astringente y bastante especiado. El final es de amargor medio aunque potenciado por limón y pomelo, que lo hacer parecer más intenso, y adornado por recuerdos minerales, herbales, de aspirina, y muy de fondo apagadas notas tropicales. Si al principio tenía bastantes elementos en común con su antecesora, en boca marca las diferencias con claridad; ésta es más áspera y agresiva, aunque también da una sensación más fresca. Para ser sincero, no encuentro razones para repetir con esta teniendo la original, al igual que me pasa cuando bebo Sierra Nevada Torpedo y me acuerdo de su Pale Ale. No obstante, también quiero dejar claro que para aquellos que son más amantes del lúpulo que yo esta puede ser una buena elección, ya que está a la altura de las mejores... pero posiblemente con un precio muy inferior. En fin, una vez más un muy buen trabajo de esta marca, y no esperaba otra cosa.

NOTA:

sábado, 8 de febrero de 2014

Echigo Stout

MARCA: Echigo
MODELO: Echigo Stout
ESTILO: Export Stout (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Japón

CARACTERÍSTICAS: Una de las primeras microcerveceras que aparecieron en Japón tras la abolición en 1994 de las estrictas leyes concernientes a la producción de alcohol, que dificultaban la obtención de licencias a aquellas fábricas que producían menos de 2.000.000 litros al año, fue Echigo Beer Co. Esta fábrica se fundó en Diciembre de 1994 en Niigata, la ciudad más grande de la costa del Mar de Japón y en cuya prefectura se cultiva el arroz Koshihikari, uno de los más apreciados de este país y que dió nombre a la primera cerveza de Echigo que salió al mercado, concretamente en 1995. No tengo la más remota idea de de dónde pudo sacarla mi compañero bloguil, aunque sospecho que de algún lugar recóndito de Usera, pero el caso es que cuando él y Vicky se presentaron de improvisto en Pamplona con esta botella en la mano fue una agradabilísima sorpresa.

Resbala por la copa lentamente, como el aceite, exhibiendo un color negro impenetrable con mínimos destellos cobrizos en periferia. Acaba formando una espuma marrón algo amarillenta, muy abundante y compacta, que a pesar de disminuir con la exposición al aire deja siempre un buen remanente. Tan oscura como para la vista resulta para el olfato, con un contundente núcleo de café y cacao, infiltrado por moras, ciruelas, pasas y sirope de caramelo, sin dejar un solo resquicio libre. Aromas más secundarios se disponen en periferia, se pueden detectar suaves recuerdos de aceitunas, regaliz negro, azúcar quemado, rodeados por un agradable frescor herbal. Es un perfume intenso, profundo, predominantemente dulce aunque con los tostados listos para atacar en cualquier momento.

Exactamente eso es lo que hacen en cuanto damos el primer sorbo. El café negro y el cacao son aquí invencibles, dan una aspereza y una sequedad potentes ya desde el principio, aunque los primeros instantes están moduladas por un suave dulzor de frutas del bosque, ciruelas y pasas, con un toque de chocolate con leche. Entra en seguida regaliz negro, que apoya la furia del cacao y el café aunque con más moderación, y de forma progresiva se empiezan a introducir en el sabor leves notas de humo, carbón, caramelo quemado y anís, que terminan de neutralizar el escaso dulzor restante. Termina con un amargor marcado, cargado de torrefacto, regaliz negro, delicado lúpulo herbal, una chispa de alcohol y mínimo azúcar quemado. Una Stout muy interesante, quizá algo dura para aquellos que no les apasionan los tostados, pero en mi opinión no se le pueden achacar fallos, puesto que tiene de sobras tanto cuerpo como sabor. Muchísimas gracias, Roberto y Victoria.

NOTA:

lunes, 3 de febrero de 2014

Emelisse Witbier

MARCA: Emelisse
MODELO: Emelisse Witbier
ESTILO: Witbier (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Países Bajos

CARACTERÍSTICAS: En Kamperland, una diminuta localidad de alrededor de 2000 habitantes localizada en la provincia neerlandesa de Zelanda, es donde se localiza ahora la fábrica de Emelisse, regentada por Kees Bubberman y John de Vries. En la actualidad la marca goza de una popularidad considerable y son pocos los que no conocen sus casi 20 productos distintos; no obstante, no siempre ha sido así, y durante un largo tiempo sus cervezas han pasado más desapercibidas. Por este motivo, hasta que consiguieron consolidar una demanda razonable, eran elaboradas en otras fábricas, como De Halve Maan y De Scheldebrouwerij.

Últimamente han pasado muchas de sus cervezas por mis manos, (y aparato digestivo seguidamente) y ha sido una grata experiencia. Entre otras agradables sorpresas, disfruté de su sorprendentemente denostada Imperial Stout y me reconcilié con su Red IPA. Decidí además reservar esta Wit para presentarla en el blog, como estoy haciendo hoy, por dos motivos: el primero es que hacía mucho tiempo que no comentaba una cerveza de este estilo, y el segundo, las serias dificultades que tengo para encontrar ejemplos que me entusiasmen.

El aspecto es algo atípico, frente al habitual amarillo pajizo, ésta es de un intenso color naranja, velado, con una generosa carbonatación que alimenta una espuma densa y compacta. En nariz vuelve la normalidad; sobre un fondo de suave malta dulce y tenue caramelo surgen, más exuberantes, naranja y albaricoque, adornados con el limón del trigo. Acaban de darle volumen notas florales, cilantro y clavo ligeramente picante, consiguiendo un aroma surtido y variado.

Siguiendo el corte clásico, en boca es ligera y no demasiado compleja. El papel de la malta es muy discreto, lo que da al trigo sin maltear la oportunidad de dispersar su acidez en forma de limón, y más suave lima, pomelo y aspirina, entre los cuales se infiltran medidos recuerdos de fruta tropical, naranja y albaricoque. Tras un recorrido un poco lineal termina en un final de amargor ligero y progresivo, alimentado por los cítricos, en el que brotan con fuerza las especias y el lúpulo floral y herbal. Para mi gusto es una buena Wit, aunque muy normalita, sin nada especial. Quizá pueda ser algo más ácida de lo habitual, y por lo tanto más refrescante, pero aun así no llama la atención... lo cual no quita que, de tenerla a tiro, no me importase volver a tomarla. 

NOTA:

miércoles, 22 de enero de 2014

Troubadour Magma

MARCA: Troubadour
MODELO: Troubadour Magma
ESTILO: India Pale Ale americana (9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Kristof de Roo, Rikkert Maertens, Stefaan Soetemans y Sven Suys, cuatro amigos recién licenciados en la escuela de maestros cerveceros Kaho St. Lieven de Gante, al comprobar lo difícil que les podía resultar acceder al puesto trabajo de sus sueños en una cervecera por estar habitualmente en manos de linajes familiares, decidieron fundar en el año 2000 De Musketeers y comenzar así su propia aventura. Su primera cerveza fue Troubadour Blonde, una rubia belga bastante acorde con la tradición de este país, pero tras este producto se lanzaron a elaborar otros estilos más exóticos como una Mild o una Imperial Stout.

Yo no conocí la marca hasta que su Blonde cayó en una de las catas de La Vinoteca; no obstante tampoco me habría esforzado en buscar otras referencias, si no hubiese sido porque el maestro Iñaki me recomendó encarecidamente la cerveza que voy a reseñar hoy, una India Pale Ale llamada Magma. A través del cristal se ve un líquido entre marrón y rojizo, ligeramente anaranjado, decorado por una fina carbonatación que asciende en rosario hasta su abundante y cremosa espuma beige. El aroma es tan espectacular como curioso; entra un dulce torrente de malta belga, penetrante caramelo y miel, envuelto en potentes notas de melocotón en almíbar, con un leve punto ácido de naranja y frutas tropicales en un segundo plano. Refuerza la frutalidad el también intenso lúpulo, de marcado carácter floral, y una delicada mezcla de notas algo lácteas de levadura y especia picante.

Si en nariz ya resultaba florida, en boca es una explosión de sabores nada más rozar las papilas. Irrumpen malta y caramelo de base, sobre la que se desarrollan intensos recuerdos de melocotón en almíbar, mango, miel, flores y leve naranja. Los cítricos, aunque entran con disimulo, pasan a jugar un papel importante a medida que avanza el trago, y preparan la boca para un intenso amargor final. Éste está cargado de hierba, especias muy picantes entre las que destacan cilantro y clavo, y más suave cáscara de naranja, piña y levadura. El dulzor del inicio también tiene aquí su hueco, aunque muy atenuado por el lúpulo, y sirve de apoyo para alcohol, que se muestra sin tapujos en el estómago tras un paso discreto por boca. Si a todo esto le sumamos un cuerpo consistente y una textura sedosa, lo que queda es una cerveza exuberante y compleja que combina la frutalidad de las Ale belgas con la fuerza del lúpulo americano. A mí me ha encantado, me parece una cerveza con mucho trabajo detrás y me deja con ganas de conseguir las demás de la marca. Fantástica recomendación de un cófrade.

NOTA:

martes, 14 de enero de 2014

Brewdog Santa Paws

MARCA: Brewdog
MODELO: Brewdog Santa Paws
ESTILO: Scotch Ale con miel de brezo (4'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Escocia

CARACTERÍSTICAS: Unas de las cervezas navideñas que más se han dejado ver durante estas fechas en la Península han sido las de Brewdog, concretamente Hoppy Christmas y Santa Paws. Tuve la primera a tiro, pero tanto porque la orientación que llevaba la cerveza no me parecía demasiado atractiva, (la generosidad en el uso del lúpulo me resulta más apetecible en otras fechas) como por su precio, la dejé pasar. Distinto fue el caso de Santa Paws, una Scotch Ale con miel de brezo, disponible además por menos de 2 euros, a la que sin tener que pensarlo demasiado le busqué un hueco en mi despensa.

Unas semanas después de las fiestas me surgió el momento idóneo para abrirla, una tarde helada de Domingo. Se llena la copa de un líquido negro como el carbón, algo más claro en periferia, que va creando una compacta y resistente capa de espuma beige, de alrededor de 1 dedo de grosor. Irrumpen maltas muy oscuras en su potentísimo perfume, dándole el papel protagonista al regaliz negro, seguido de chocolate puro, y más leve anís, café y azúcar quemado. No obstante, a pesar de estas notas el aroma es dulce, posiblemente gracias al fondo de caramelo, frutas del bosque y malta, lo que crea un contraste peculiar. El último detalle lo pone un llamativo toque herbal, algo aislado del resto de matices aunque combina muy bien con el anís, y que recuerda en cierta manera a las Gruit.

En su sabor siguen reinando los tostados con intensas notas de regaliz negro, algo más secundario café, y ya en un segundo plano humo y cacao. Sin embargo, en este caso el dulzor es mínimo, apenas se intuyen mora y leve caramelo, lo que es sorprendente teniendo en cuenta el estilo al que pretende asemejarse esta cerveza. A medida que se reposa y se asientan los sabores aparece algo más de frutas maduras y caramelo, pero tampoco con demasiada fuerza. Termina en un final de amargor constante, impregnado de torrefacto, regaliz, algo de especia picante, azúcar quemado y dejes ahumados. La miel empleada en la elaboración me pareció muy difícil de detectar, quizá deje algún rastro floral y almibarado en el final, aunque no estoy del todo seguro; posiblemente si no hubiese conocido a priori la presencia de este ingrediente se me habría pasado por alto. En cuanto a la cerveza en sí, me ha gustado pero tampoco me ha parecido nada excepcional: además de que es más similar a una Porter que una Scotch, tampoco es ni muy densa ni muy profunda, más bien sencilla y directa. Se disfruta, eso sí, y se puede repetir sin problema, pero tampoco me esforzaría demasiado en encontrarla.

NOTA:

domingo, 5 de enero de 2014

Rodenbach Caractère Rouge

MARCA: Rodenbach
MODELO: Rodenbach Caractère Rouge
ESTILO: Flanders Red Ale macerada con fresas, cerezas y arándanos (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Me sorprende que a estas alturas, tras casi 6 años de blog, no hayamos dicho ni una palabra de una fábrica que es sinónimo de excelencia y que además produce algunas de mis cervezas predilectas, la Brouwerij Rodenbach. Fue fundada en 1836 en Roeselare, Flandes Occidental, por Pedro Rodenbach y su esposa Regina Wauters. Sin embargo fue Eugene, su hijo, quien tras ponerse al cargo de la empresa en 1878, fue capaz de dar a las cervezas de esta marca el carácter que ahora las hace identificables en todo el mundo, gracias a los conocimientos sobre añejado y blending que éste adquirió durante una estancia en Inglaterra. Sus elaboraciones más populares y fáciles de adquirir son Rodenbach y Rodenbach Grand Cru, ambas fantásticas; sin embargo hoy voy a comentar una cerveza bastante menos común y de la que han salido al mercado únicamente 900 botellas: Rodenbach Caractère Rouge.

Se trata de una colaboración entre Viki Geunes, cocinero del 't Zilte de Antwerp; Jan Toye, propietario de Palm Breweries; y Rudi Ghequire, maestro cervecero de Rodenbach; y se trata de una Rodenbach macerada con frutos rojos durante 6 meses, tras lo cual se la somete a una refermentación en botella. Con todo esto cabe esperar, además de los matices aportados por la fruta, abundante presencia de levaduras salvajes. Y así es, de su líquido rojizo eclosiona un aroma predominantemente ácido en el que destacan fresas silvestres, frambuesas, y cerezas, envueltas en un manto de madera, cuya intensidad es superior a todo lo que me he cruzado hasta el momento, y más leves recuerdos de cuero. Las Brettanomyces están distribuidas por todas partes de forma homogénea, mientras queda en el fondo frutos secos, cereales, y muy discreto caramelo.

En nariz me parecía difícil de diferenciar de una Lambic, y en boca esa sensación es todavía mayor. Es muy ácida, recuerda al pomelo, con un sabor en el que es evidente la presencia de levaduras salvajes, potenciada además por el carbónico junto con toques de madera, aunque más moderados que en el aroma. Se combina esto con intensas notas de frutos rojos, al inicio arándano y cereza, más adelante fresa y frambuesa, sobre una tímida base de malta y cereal con un dulzor muy apagado. Tanto madera como levaduras, controladas durante el trago, se acentúan en los últimos instantes del mismo, creando un final de intenso amargor y acidez, cargado de recuerdos de cerezas, cítricos, leves frutos secos y mínimo alcohol. Los dos años y medio de preparación que han sido necesarios para tener lista esta cerveza han conseguido que los distintos matices se integren con firmeza, y tener en ella levaduras, frutas, barrica, alcohol y malta sin que ninguno de estos sabores sea demasiado estridente. (pese a que los tres primeros tienen más presencia) Ha sido un privilegio tomar esta cerveza, y se lo debo a Rubén de La Vinoteca. ¡Gracias!

NOTA: